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La burbuja china y la deuda ecuatoriana (1)

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Las reformas económicas de Den Xiaoping salvan al partido comunista de seguir el mismo y merecido camino de sus pares en Europa Oriental, es decir, desaparecer. Un partido único maoísta con una economía funcional -es decir, de mercado- parecía una combinación razonable en un continente acostumbrado a despotismos y una vibrante cultura comercial al mismo tiempo. En una tercera ronda de privatizaciones, el gobierno chino apuntaba en 2015 a deshacerse de 150.000 empresas estatales -que ocupan a 30 millones de trabajadores y representan 15.690 millones de dólares en activos- por su bajísima productividad que significaba un lastre para el país.

Devolver empresas -motores de creación de riqueza- al sector real no es malo, aunque en nuestra Latinoamérica sea anatema. En efecto, “economía de mercado” es un pleonasmo. No existe forma de economizar fuera de pequeñas comunidades familiares o de autosubsistencia que no sea un sistema de precios real, el cual a su vez descansa en intercambios de propiedad privada -bienes e insumos (“factores”)- que expresen dinámicamente escaseces y prioridades de la sociedad.

La alternativa son órdenes de comisarios y funcionarios con conocimiento parcial, lo que equivale en la práctica a un entorpecimiento dramático de la coordinación social y que causó 40 millones de muertos en el “Gran Salto Adelante” de Mao Tse-Tung. Den Xiaoping, en contraste, declaró célebremente que “no importa si el gato es blanco o negro, con tal de que cace ratones”. En otras palabras, la economía podía ser de mercado siempre y cuando permitiera lograr bienestar creciente y financiar la visión del partido único gobernante. Hasta ahí, parecería no haber ningún problema. Al contrario, China protagoniza un caso sin precedentes de crecimiento anualizado del 10% de su PIB y duplica su ingreso por habitante cada 7-8 años. Admirable. Sin embargo las reformas chinas ocurren en un contexto mundial en que los manuales de economía consideraban -y consideran- el dinero real como una “reliquia bárbara” (Keynes dixit).

En el mundo de hoy, no hay dinero propiamente dicho ni circulan títulos de dinero convertibles a dinero -el dólar podía llevarse a un banco privado o gubernamental y canjearse por un peso determinado de plata, por ejemplo- sino que utilizamos deuda como dinero. Entre la década de los 1910 y 1930, EE.UU. y Europa impulsan un sistema global de bancos centrales para supuestamente reemplazar el “caos” de los mercados de dinero. En otras palabras, el dinero se vuelve un producto monopólico estatal como cualquier otro producto socialista producido de acuerdo con los dictados de un comisario. El comisario en este caso es un tecnócrata con altas acreditaciones en las mejores facultades de Occidente, pero en esencia es eso, un comisario. Los bancos centrales crean burbujas de falso auge y recesiones/depresiones perfectamente innecesarios. Los bancos centrales merman poder adquisitivo a las grandes mayorías a favor de las élites financieras incluso sin incluir en el análisis los odiosos salvatajes. Los bancos centrales vuelven cortoplacistas (consumistas) a las sociedades. Los bancos centrales monetizan deuda e hipotecan el futuro de los países.

EE.UU. tenía 27 mil millones de dólares en los mercados de deuda en el año 2000. Hoy son 59 mil millones. Eso es imprimir deuda a un ritmo de 7% anual. Pero China es un caso peor. Mucho peor. Pasa en estos 15 años de mil millones de dólares a 25 mil millones. Su burbuja inmobiliaria es monumental. Tiene bloques enteros de ciudades vacíos y hasta una ciudad para 1 millón de habitantes casi enteramente desocupada. A pesar de que 300 millones de chinos se trasladarán permanentemente a ciudades hasta el 2030, ni el ritmo ni las ubicaciones pueden ser previstos por la planificación central estatal. Comisarios. Derroche monumental de recursos. ¿Cómo afecta esto al Ecuador? En la segunda parte de este artículo exploraremos los efectos de la burbuja y su desinfle.

8 Comments

  1. Interesante artículo, me he quedado un poco perdido con cierta terminología que se usa, sin embargo una búsqueda rápida en google me ha permitido seguir el hilo de esta primera parte, al igual que la segunda.

  2. Una pregunta: Los “billones” son millones de millones (trillions en inglés) o “billones gringos”, es decir, miles de millones. Las cifras dadas no corresponden a la información que dispongo. La deuda de los EE.UU. es de 19 billones (millones de millones) que sobre pasa el PIB, lo cual pone a los EEUU como uno de los más endeudados en el mundo: 126% del PIB. Lo de China es incierto, porque como es costumbre en los países totalitarios las cuentas son “alegres”.

    • Son millardos, en realidad. Pero al editar el texto fue cambiado a billones, que no es la traducción de billions.

  3. Y la burbuja china està explotando, felicitaciones por el artìculo en espera de la siguiente parte…

  4. y que me dices del Yuan como DEG? y después dicen que los bancos centrales pueden ser independientes…..
    Estamos ante la “mother of all storms” monetarias. Mi ultima caracterización de la situation es que ni siquiera Keynes se le ocurrió que la aspirina sea abusada hasta la sobredosis. En ese sentido es bueno tener “safety valves” para mantener algo de adaptabilidad a las OCAs (Optimum Currency Areas – Mundell). Curiosamente una buena recomendación seria que el BCE debería invertir sus reservas en yuanes y oro y nada mas.
    La Dolarización ha salvado al Ecuador y esta enseñando exactamente de lo que esta hecha: para proteger el poder adquisitivo y la propiedad privada del “dinero”.
    La Big Mac en Quito es la mas cara de Latinoamerica con $3.45 por el sandwich. Es tiempo de aplicar las medidas que benefician directamente a la única cosa que nos ha unido como Ecuatorianos durante 16 años: La Polarización

    • Excelentes apuntes, Francisco. Concuerdo: hora de la integración financiera para Ecuador. Y sobre el yuan: también concuerdo, es la “mother of all storms” lo que enfrentamos.

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