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¿El zika cambiará el debate sobre el aborto?

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Quizá la respuesta más publicitada ante el reciente y agresivo avance del virus del zika en el continente ha sido la recomendación, de las autoridades, a las mujeres de no quedar embarazadas.

La razón para que se formule este consejo radica en el hecho de que se ha detectado una relación directa entre la enfermedad en mujeres embarazadas y el nacimiento de niños con microcefalia, una malformación que ataca los cerebros de los fetos causándoles graves dolencias para toda la vida.

Los casos de microcefalia causada por el zika se han expandido por Brasil principalmente. El Gobierno brasileño ya contabiliza 3 893 casos sospechosos de haber desarrollado el problema. Según El País de España han fallecido ya 49 bebés.

Este fenómeno podría disparar  y desde un ángulo distinto el histórico debate sobre el aborto en América Latina, donde la mayor cantidad de casos de zika se registran en el mundo.

El tema lo plantea la revista digital Slate en un artículo cuyo título en inglés traducido al español dice “¿Cómo podría la epidemia de Zika cambiar las relaciones de América Latina con el aborto?“.

El problema es que el embarazo no es un asunto exclusivamente de planificación, dice la autora de la nota. En el 2002 solo el 51 por ciento de los embarazos en los EE.UU. fueron planificados y el gobierno espera elevar ese porcentaje al 56% para el 2020. Esto en un país donde los mecanismos de contracepción son mucho más accesibles y difundidos que en aquellos donde el zika está pasando factura, como son los países de la América Latina.

Esto significa que es mucho más probable que las mujeres sigan quedándose embarazadas en los países donde se está aconsejando a no embarazarse, dice la nota.

Según Slate, la tasa de nacimiento de niños con microcefalia se ha incrementado 20 veces en el Brasil desde que el primer caso de zika fue reportado el año pasado. Ahora que 1.5 millones de brasileños habrían contraído el virus se abre la pregunta: ¿qué debe hacer una mujer embarazada que haya sido contagiada?

La publicación anota que a pesar de que un millón de mujeres en el Brasil abortan ilegalmente cada año, el procedimiento es ilegal con la excepción de los casos de violación, amenaza a la vida de la madre o deformidad del cráneo del feto. En otros países que ya sufren de la epidemia del virus zika el tema es más complicado. En El Salvador, por ejemplo, cualquier mujer o médico que participen en un aborto serán encarcelados por 40 años. En el caso, ecuatoriano, la situación también es complicada: el aborto es ilegal en todos los casos menos cuando la vida la mujer está en peligro o cuando ha habido violación en una mujer con discapacidad mental.

Slate trae a colación un antecedente clave en la historia del debate sobre el aborto: la epidemia de rubeola en los EE.UU. entre los años 1963 y 1965. Según el blogero científico Mike the Biologist, la epidemia de rubeola en los EE.UU. cambió completamente el enfoque en ese país sobre el aborto. La rubeola, al igual que el virus zika, también produce anomalías en los fetos.

En su blog, Mike the Biologist reseña a un respetado historiador de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign quien sostiene que el movimiento pro aborto en los EE.UU. fue realmente tomado en serio y respetado a raíz de esa epidemia que produjo un estado de ansiedad brutal entre millones de mujeres embarazadas durante la epidemia de rubeola. Fue ese estado de ansiedad que obligó a millones a cambiar su posición sobre el aborto.

¿Ocurría lo mismo en América Latina? Difícil pronosticar sobre todo en un continente donde hay países donde la discusión no da cabida ni siquiera a los casos de violación.