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Concertar entre ecuatorianos

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¿Para qué queremos lograr acuerdos los ecuatorianos, sea que provengamos de la sociedad civil o de los partidos políticos? Para administrar democráticamente nuestras diferencias, no para eliminarlas. Para tratar algunos temas, que son susceptibles de concertación ya que no todos los temas deben entrar en la concertación. Para que las personas que quieran llegar a acuerdos ganen políticamente por el bien de la democracia.

Pero, fundamentalmente, los ecuatorianos debemos llegar a acuerdos para enfrentar política y electoralmente, con éxito, al autoritarismo en el camino de la restauración democrática.

Para ello, es preciso que el gran paraguas que nos cubra a todos sea la nación. Se trata de restituir una sociedad hoy oprimida y silenciada. El beneficio esperado es el avance del “conjunto del Ecuador”.

Proponemos una relación entre “socios”, la que deberá ser observada y “verificada” por toda la ciudadanía, pues es de responsabilidad pública. Pero, fundamentalmente, el conjunto de ecuatorianos debemos restablecer la certidumbre en la democracia. Todos debemos controlar nuestro nivel de “adrenalina” frente al futuro de crisis.

En la coyuntura actual debe solidificarse aún más la convicción de que tiene futuro abrir procesos de concertación. Para ello, es preciso que todos reconozcamos la oportunidad. En la práctica, esto implica arrancar con los procesos, de diverso origen, luego de la imposición de las reformas constitucionales por Asamblea, lo que abrió una nueva etapa. De hecho los procesos en curso son todos aceptables y respetables. Todos ellos deben durar (idealmente y como actitud) hasta que los actores sociales y políticos convocados logren metas básicas de transición fuera del correísmo y sobre el modo de enfrentar las elecciones presidenciales y congresales.

No habrá acuerdos sin una dosis (aunque sea mínima) de “confianza mutua”. La confianza se construye en los hechos. Y en las realidades políticas. El pasado no nos ayuda. El régimen se prepara a institucionalizar el correismo. La presión social ha sido insuficiente para detenerlo. Cada uno de los procesos debe convencer al país de que observará “lealtad” con el objetivo de concertar por el bien de la nación.

¿Cómo construir confianza mutua dentro de la oposición, entre la oposición identificada y el resto de la sociedad, entre la oposición social y la oposición política?

Es difícil. No existen resultados fáciles. La oposición debe convencerse que comparte el destino inmediato, esto es, es restituir a la democracia en base a estabilidades mínimas. Que todas las partes se necesitan mutuamente para lograr el objetivo. Hay que estar dispuestos a “ceder” -renunciar sin sacrificar en algunos contenidos- para instalar a la actitud de concertación. Es condición para “ir de prisa” y desarrollar más rápidamente a la estrategia.

En el acuerdo deben intervenir “personalidades” “representativas” dotados de toda la fuerza de su organización o segmento de la sociedad civil o política (plenamente representativos y de representación “concentrada”). La concertación se sostiene inicialmente en el perfil de los convocantes y no en la participación. Para superar las deficiencias de una “sociedad de desconfiados”.

Al iniciar los procesos de concertación, se trata de fijar objetivos, intenciones, “contenidos preliminares” y procedimientos. Así, cada concertación apuntará a la formación progresiva de intereses compartidos y eventualmente comunes.

Se debe perseguir un futuro acuerdo acerca de criterios mínimos sobre los problemas actuales ante los que se adopta una actitud de concertación, las condiciones para que el proceso funcione, el ambiente de concertación que se contribuye a crear, los mecanismos de seguimiento (los acuerdos a que se lleguen “valen lo que valen los mecanismos de seguimiento”), las metas (mejor si tienen posibles cuantificaciones), los temas que entran, las fases del acuerdo (con una ruta crítica), los procedimientos y los contenidos preliminares.

Las partes deben saber que el beneficio compartido de la negociación es la “eficacia democrática”, consistente en el cumplimiento de plazos para cubrir metas tanto como en sostener los logros.

Los comprometidos en la concertación deben asumir varias actitudes indispensables: gran capacidad para “discriminar” y de “diferenciar”, “expandir” la concertación hacia actores con mayor “aptitud” y “experiencia” de concertación y abandonar actitudes “virginales”.

La concertación en Ecuador no está ampliamente legitimada. Lo importante es hacer sostenible estos procesos. Para lo cual no se puede dejar de expandir la aceptación de los procesos. Cuando se detiene, los procesos se caen. Y ahora lo más importante es sostenerlos.

  • Luis Verdesoto es un académico de tendencia socialdemócrata

1 Comment

  1. Como construir confianza mutua? Como confiar cuando el pasado no ayuda? Que nos convirtió en una sociedad de desconfiados? La confianza básica danzando entre el miedo y la violencia como expresiones de nuestro alcance como sociedad que “nada” en agua que “nada” tiene de virginal. Apoyando esta necesaria, aunque desesperada y tardía concertación.

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