Veamos algunos datos de la burbuja china. Hay 70 millones de apartamentos de lujo vacíos y largas extensiones de carreteras, rieles de tren, aeropuertos, malls de compras y nuevas ciudades sobreconstruidas -no tenemos traducción para el término over-built porque no acostumbramos a evaluar seriamente las obras en estos lares, basta con agradecer por ellas al son de “al menos hizo obra”. China tiene 1.500 millones de toneladas de acero en capacidad disponible pero demanda de inventario (real) de menos de esa cantidad. Igual para su industria cementera.
En otras palabras, nos encontramos frente al más masivo derroche de materias primas de la Historia. ¿Cómo es posible un error tan masivo en un país de gente culturalmente frugal y razonable? Como dijimos en la primera entrega de esta serie, el derroche es inevitable cuando se decide políticamente -y no a tenor del sistema de precios- el uso de recursos en sociedades complejas. Un puñado de mentes humanas -incluso si se denominan “líderes políticos”- no puede decidir acertadamente el uso de recursos en situaciones dispersas, especializadas y dependientes de precios reales para economizar en lugar de destruir riqueza. Literalmente hay porquerizas llenas de inventarios de cobre y barrios urbanos con edificaciones de cemento, varillas y vidrio que sirven de “garantía” para más “préstamos” en la burbuja inmobiliaria estatal-privada.
Conectemos esto con el asunto de la pirámide financiera mundial creada por los bancos centrales. Una economía real nunca está todo el tiempo al alza. Tiene quiebras y saneamientos parciales todo el tiempo. Por ejemplo, el 25% de las empresas de la lista Fortune 500 desaparece cada década. Los conspiranoides de izquierda o derecha piensan que “da igual” porque “las mismas familias son dueñas de las corporaciones aunque cambien de nombre”. En realidad el 56% de gente con 1.000 millones en 1995 ya no estaban en ese grupo en 2014, como demostró un estudio del Grupo UBS y PricewaterhouseCoopers. El 70% de familias ricas pierden su fortuna en la segunda generación y un 90% lo hace en la tercera, según un intensivo estudio de la consultora financiera Williams Group. La única razón por la que las familias más ricas -su generación hábil con el dinero- son dueñas “siempre” de las grandes corporaciones es que cada vez más tienen asesores financieros que invierten en carteras que incluyen siempre a las Google y Apple de su década.
Entonces, ¿cómo es posible que no haya quiebras bancarias cada cierto tiempo, como es natural -y deseable- en cada industria? Porque el sistema bancario es una pirámide de ahorro jamás ahorrado. De deuda. Una burbuja. Y la burbuja china es de una magnitud sin precedentes. Su estallido traerá el más grande margin call -es además de la llamada a un operador de bolsa para paliar los efectos de una caída brusca de precios, el título de una película reciente sobre similar burbuja en el Wall Street del 2008- de la Historia.
Los gobiernos locales en China tienen ingresos modestos pero deudas infladas basadas en inventarios de tierras sobre. Los empresarios del carbón enfrentan un colapso de precios e ingresos pero a la vez tasas de interés de dos dígitos sobre préstamos de bancos en la sombra garantizados por reservas de carbón sobrevaluados. Los astilleros tienen pedidos casi inexistentes pero extensas deudas garantizadas por lo que están a punto de ser bahías de construcción paralizadas. Los especuladores han generado papeles sobre stocks masivos de cobre y hierro a precios que ya son historia antigua, como explica el analista de mercados David Stockman. ¿Cuándo estallará la burbuja? ¿Qué consecuencias tendrá el estallido para los mercados de materias primas y deuda en toda Latinoamérica? En una siguiente entrega, veremos algunas implicaciones de gran magnitud para nuestra región.
Interesante artículo.
Nice’
Especulaciones carentes fundamento técnico.
¿Para qué demonios la humanidad inventaría la Econometría?
¿Cualquiera puede ser un macroeconomista con suposiciones imaginarias?
Estaré pendiente de que no borren mi comentario, tengo mis capturas de pantalla como respaldo.