¿Cuánto tienen que expiar aquellos que militaron en el correísmo para recibir el perdón colectivo? ¿Cuál es el punto en la línea de tiempo que separa a quienes se arrepintieron a tiempo o lo hicieron demasiado tarde? ¿La consulta? ¿El caso El Universo?
Estas son preguntas que subyacen, de una u otra forma, en el debate que ha suscitado el texto “¿Por qué los 4Pelagatos publicamos a ex correístas?” del pelagato José Hernández. La nota, que aparecía como respuesta a las acres y numerosas críticas que esta iniciativa periodística ha recibido por publicar a ex correístas como María Paula Romo y Katiuska King, apuntalaba la idea de que este es un espacio de libre expresión y no de legitimación política.
Al parecer, algunos antiguos feligreses y entusiastas del correísmo discreparon con las reflexiones del pelagato Hernández. Otros, simplemente no admiten la posibilidad de que exista un lugar donde publiquen sus ideas: su paso por el correísmo los ha quemado para siempre, los ha convertido en parias en la opinión pública.
La tuitera María Rosa Pólit, @merlinadelgolfo, por ejemplo, planteó en Twitter un matiz interesante del debate. Daría la impresión que ella no admite que se pida que se saquen lecciones y que, más bien, lo que ve es un clamor vengativo por ver a los ex correístas de rodillas pidiendo perdón. “¿Qué creen que se merecen? Los arrepentidos no les pedirán perdón, ni les darán una medalla por oponese al gobierno desde el día uno…”, decía un tuit suyo dentro de una serie de comentarios que arrancaron como reacción al artículo de José Hernández.
¿Qué quieren los oráculos de Twitter que escriben como si pertenecieran a algún tipo de Archicofradía de la Santa Oposición?
— Morgana (@merIinadelgolfo) February 8, 2016
Algunos de estos oráculos aplican el 'once you go black you'll never go back' al correísmo. Entonces tú estás sólo 'alejado' del gobierno
— Morgana (@merIinadelgolfo) February 8, 2016
El problema con posiciones como las de @merlinadelgolfo es que reproducen un pensamiento, con raíces profundamente religiosas, donde el arrepentimiento es el punto donde todo comienza y termina. Pero el arrepentimiento tiene más que ver con la moral religiosa y no con la política terrenal.
Lo que 4Pelagatos espera es que quienes creyeron, seguramente con toda la buena fe del mundo, en el modelo político que ahora impone aborrecibles limitaciones a las libertades, extraigan lecciones y se las transmitan a la sociedad. Eso no se ha visto aún o al menos no ha sido muy visible.
Los que hacemos parte de 4Pelagatos creemos que en política y en la esfera pública en general son los principios lo que hay que defender. No las personas, ni las personalidades, ni lo atractivo o carismático de un discurso o lo hermosa que sea o suene una utopía.
Si hay una lección que ha dejado el correísmo es, precisamente esa: si las personas se adhieren a los principios y no al “proyecto”, entonces la discusión sobre si el arrepentimiento es oportuno o tardío, si es sincero o no, simplemente no existiría.
Si quienes ahora son arrepentidos o conversos se hubiesen adherido desde el inicio a principios y no a proyectos su posición frente a la historia y la opinión pública sería otra. Si hubiesen profesado fidelidad, por ejemplo, al principio de la libertad de expresión como un valor absoluto, ahora no podrían ser reprochados por haberse quedado callados cuando se presentó el resumen de las pretensiones absolutistas del correato: la Ley de Comunicación. O de haber guardado un pasmoso silencio cuando su líder criminalizaba la reputación de los periodistas, incluidos los pelagatos.
Si hubiesen creído incondicionalmente en ese principio, no hubieran tolerado esa cadena impuesta por el Gobierno durante el 30S y que conculcó el básico derecho de la sociedad a tener una información independiente de lo que ocurría. Algo hubieran dicho.
Bastaba tener principios democráticos y creer en el debido proceso para indignarse con lo que hicieron con el coronel Carrión o formular críticas públicas cuando la Asamblea Constituyente se inventó una tómbola para sacar a los jueces de la Corte Suprema de Justicia. Pero no, más bien fueron fieles al “proyecto” y no le pusieron peros a nada.
Extraer lecciones y procesarlas junto a la sociedad es mucho más útil y trascendente que cualquier acto de contrición. Quienes desde el día uno, como dice @merlinadelgolfo en su tuit, no creímos en el correísmo porque lo que veíamos no sintonizaba con nuestros principios, como el respeto a las libertades individuales, no esperamos que los ex correístas pidan perdón. No. Preferimos que extraigan lecciones y las compartan. Eso es todo.
Alrededor del 80% de la gente en el país apoyó en un principio a Correa y al proyecto que idearon varios personajes (Acosta, Larrea, María Paula Romo, Rodríguez, Amores, etcétera); era difícil identificar a Correa en sus reales intenciones -la retórica estaba bastante maquillada-: poder total populismo, autoritarismo y modernización del capitalismo. Es verdad que quienes salieron del correísmo tienen una responsabilidad histórica: a los caudillos se los reconoce inmediatamente y no alertaron a la sociedad del proyecto en ciernes. Pero no podemos prender la hoguera, no comparto en absoluto esta forma de dilucidar los temas sensibles y significativos. Lo importante hoy es recuperar el progresismo o la socialdemocracia, dado el contexto actual: desde una perspectiva ética, feminista y ecológica, para superar el correísmo; que se constituye en el proyecto más nefasto para la sociedad.
Gracias por su comentario. Prender la hoguera… Eso ni lo piensan ni lo proponen 4pelagatos. Desde el titular decimos… Aceptar lecciones. Y esas lecciones aprendidas no aparecen. Gracias por participar.
Saltaban, gritaban, los ojos brotados de emoción o de ira desbordada contra el “imperio”, contra la partidocracia, entonando canciones destempladas seudofolklóricas, llorando de emoción al ser tocadas por el mesias, dispuestas/os a ofrendar sus vidas en el altar patrio.
Aplaudían a rabiar por los atropellos, insultos, modificación de textos constitucionales, sentencias absurdas, persecución, infamias y maldades del poder absoluto.
Hoy y haciendo honor a la cara de piedra que tienen piden perdón y disculpas y vuelta a cero de su detestable pasado.
No señores, el hombre y la mujer honestos, dignos y éticos jamás se prestan para hacer o ser cómplices de crímenes, porque en su dignidad y conciencia no tienen que pedir perdón jamás.
Ustedes, están marcados a fuego y estén con quien estén nunca limpiarán su historial. La memoria está para eso: nunca olvidar.
El objetivo aquí es comprender que no se puede complacer a todos y que nuestra posición respecto a los ex-correístas depende (como en todo) de nuestro respectivo nivel de madurez política.
Siempre he criticado la nula capacidad de introspección de la mayoría de arrepentidos y apoyo la necesidad de aprovechar esta etapa para crecer como sociedad. Por eso, desde mi punto de vista concuerdo con lo que aquí se plantea.
No somos el Santo Tribunal de la Oposición para decidir quien está en contra del correísmo y que pueda expresar sus opiniones. Pero en ese largo camino de superación individual y colectiva ya no cabe la ingenuidad y deberíamos exigir como elemental plataforma participativa que todos sus integrantes hagamos una declaración universal de principios inviolables.
Siguen siendo correistas lo que pasa el Presidente no les da otro puesto y como ya no están en el gabinete hoy le critican.
Los valores e ideas nunca cambian simplemente quieren estar en una oposición para sobresalir y tener voz.
Primero, el arrepentimiento no es sólo un recurso de raíz religiosa. E Fromm lo estudia en “y seréis como dioses” dentro de las categorías terapéuticas del psicoanálisis. Así que es más legítimo el reclamo de “Morgana” que su objeción.
Segundo, la impugnación a los hijuelos del correismo parte de la evidencia de su ascenso a la privanza del déspota. ¿No fue acaso en foros, como el diario Hoy, que MP Romo difundió sus “tesis” de la no representatividad del congreso electo y exigió la constituyente de Montecristi; no fue en el Hoy que legitimó el golpe de estado producto de la estrategia de los manteles? Una vez en Montecristi, recuerde, defendió a brazo partido el hiperpresidencialismo con el deleznable argumento de la bondad de su líder.
De estos y otros antecedentes es tanto o más legítimo exigirles el canto de su palinodia. La coyunda que uncieron para arrastrar al triunfo al proyecto los Acosta, Larrea, Rodríguez, Romo y Cía ha dejado marca en sus cuellos. Pero repugna que sus voces hayan regresado como guías de moral pública cuando no son más que plañideras del mal reparto en el gangsteril ejercicio público del correismo.
Alguien comenta aquí que en política nunca se olvida… Más bien el problema es que en política todo se olvida. Hoy por ejemplo se olvidan convenientemente que Guillermo Lasso fue parte del gobierno de Mahuad, o que Jaime Nebot era el niño mimado del Febrescorderato. Lo único que importa es el advenimiento de un Mesías de turno que “rescate” al Ecuador del correísmo… Cuando se de vuelta la tortilla, estamos seguros de que no buscaremos al nuevo Mesías entre los ahora arrepentidos?
Por favor, con correistas y correistas arrepentidos ni a misa como dice el refrán popular.
Es verdad que uno debe aprender de los arrepentidos y tal vez darles una segunda oportunidad, ver en ellos las ideas, los proyectos, pero tambien debemos tomar en cuenta que el lobo pierde el pelo, nunca las mañas. Ejemplares como Cesar Rodriguez, González, Bustamante, Acosta, etc. no me inspiran ninguna confianza, igual que “otritos” de este gobierno que ya no se sabe si son de aqui o son de allá. ¡Qué daño podrían hacerle al pais en un futuro que está cada vez mas cerca! Han demostrado -para ellos mismos, no para todos- que la ideología, la ética, no se llevan bien con el pragmatismo y que la traicion o el reencuentro con los principios solo es cuestion de fechas o de un poco de tiempo. Si no, recordemos que esto mismo lo decia Talleyrand en tiempos de Napoleon, cuando cambiaba de patrón como cambiarse de medias (Estuvo en Versalles con el Rey, con la revolucion, con Napoleon, con la restauracion, pero murio de viejo y forrado de oro). Prohibido olvidar.
Creo que los “arrepentidos” deberán llevar de por vida el sino de haber pertenecido a este gobierno, y eso se lo sacarán siempre en cara, porque en política nunca se olvida, y eso no lo decide ni este espacio de pelagatos ni los arrepentidos. Pero éstos últimos sí tienen la oportunidad de ir labrando un nuevo futuro en base a las acciones que vayan tomando, siempre con integridad y nunca más entregando su consciencia crítica a un “proyecto”, por más bueno que en papel se vea. De esta manera sus acciones y declaraciones irán poco a poco señalando el nuevo rumbo que desean tomar e irá pesando paulativamente más que su pasado político.
Hay acciones sin embargo que la sociedad siempre exigirá a los arrepentidos, y es el arrepentimiento sincero, para ello falta aún un espacio de profunda autocrítica y darse cuenta de los tremendos errores cometidos, hacerse cargo de ellos y declararlo a la sociedad, junto con un plan de acciones que nos indiquen por qué debemos creer en su palabra nuevamente y que no ha sido solamente una declaración de conveniencia temporal para volver nuevamente a lo mismo.
Hay personas, sin embargo, que por estar tan embarradas hasta el cogote con los principios de este régimen, es difícil que encuentren tal redención, hagan lo que hagan. Por ejemplo, los Patiño y los hermanitos Alvarado, las asambleístas obsecuentes.
Creo que la principal lección que pueden sacar los “arrepentidos” es que la falta de integridad es algo que no se perdona fácilmente, y que la gente se da cuenta, no es boba, cuando un político calla por conveniencia faltando a los “principios” que pregona.
Así como se unieron las izquierdas en Latinoamérica en 1990 y formaron el Foro de Sao Paulo, así se unieron las izquierdas en Ecuador primero para escoger ‘su’ candidato Correa y auparlo al poder, seguidamente para respaldar la destitución de 57 diputados del antiguo Congreso. Esa destitución fué lograda de forma por demás ilegal y fué concertada y aceptada por todos los progress, sustituyéndolos por 57 personajes denominados ‘de los manteles’ pués así tapados con manteles llegaron a Quito. Con ellos consiguieron la ansiada mayoría congresil que aprobó el llamado a consulta popular. Se vivía el apogeo del bolivarianismo, del no a la partidocracia; ya lo había hecho Chavez en Venezuela, para poder ser un ‘dictador elegido popularmente’ captando los tres poderes del estado, y así implantar el ‘expropiese’ la ‘reeleción indefinida’ la ‘censura’ a la libre expresión y otros ‘logros’.
La proyectada nueva constitución, no éra otra que un copy-paste de la ya aprobada constitución venezolana, asesorada por la Ong Ceps (hoy Celag) que estaba inmersa dando cursos en la UASB de Quito.
Así empezó todo lo actual, con apoyo de Acostas, R25, Roldoses, Vegas, por nombrar unos pocos que avalaron la ilegalidad de las destituciónes y del llamado a consulta popular mañosamente logrado. Son ellos pués también responsables del subsecuente ‘parto de los montes’ algo que empezó de forma ilegal con la referida destitución, no puede ser aceptado como legal: la nueva Carta Magna, su consulta y posterior aprobación popular, votos ‘ganados’ con masiva propaganda gobiernista y el apoyo abierto de ciertos periodistas, curas y póliticos.
A partir de allí es historía aún fresca: llegaron los primeros arrepentidos: los mismos periodistas, curas y políticos, quienes aún no terminan de aceptar y de expíar sus culpas y ya están revoloteando y preparando campañas para el 2017, como que el apoyo por ellos brindado, no fué causa y factor importante del desastre en que se ve abocado el actual Ecuador, como que la ‘equivocación’ de escoger y aupar al poder a Correa, y la ‘redacción’ y aprobación express de cientos de artículos de la constitución, fué un ‘pecado venial’, que no requiere de confesión ni de penitencia. Hoy igual que antes pregonan con cantos de sirena tener la solución y la verdad. Curiosamente los progress exaliados de hoy tildan a Correa de derechista, como que la debacle actual no fuera causa precisamente de políticas socialistas, pertenecientes a la ideología que se unío en el 2006 en Ecuador, con movimientos miembros activos aún del Foro de Sao Paulo, cuyas politicas aún defienden y que éstan alejadas del mercado. Es decir los Acostas, R25, DemocrasiaSI quieren aplicar en Ecuador el ‘verdadero’ socialismo, aquel mismo que aclamaban en el 2006, o quizás ésta vez apoyan un socialismo más radical?
Hoy después de 9 años la disidencia va in crecendo, empezando una desbandada y un sálvese quién pueda
En la crisis actual ningún tipo de socialismo anti-mercado tiene proyección de salvar al Ecuador.
No es cuestión de arrepentirse, es cuestión de cambiar de credo, o acaso ellos tienen el sicialismo perfecto?
Es lamentable como la gente no tiene ni idea de que el enemigo MORTAL del Ecuador y de Latinoamérica se llama FORO DE SAO PAULO.
https://es.wikipedia.org/wiki/Foro_de_S%C3%A3o_Paulo
Este artículo me hace pensar en el pasado, los alemanes que apoyaron a los Nazis se habrán arrepentido de haberlos apoyado en sus ideas o solo de haber perdido la guerra? mmm…
Es difícil olvidar a César Rodríguez de Alianza País interviniendo a palos en el TSE junto a miembros del MPD, Guzmán, Rojas…….hoy todos opositores……..es difícil olvidar…..!
Respecto al comportamiento de los “arrepentidos”, unos lo ven desde el punto de vista de los principios, otros lo ven desde el proyecto. Yo lo veo desde el punto de vista práctico a futuro. Es imprescindible que uno de los objetivos de la sociedad libre (que no está atada al “proyecto”) sea evitar que esto se repita. Una de las herramientas es exponer ante la ciudadanía los fundamentos corruptos del “proyecto”. Y en esta labor serían muy valiosos los testimonios fundamentados de quienes estuvieron dentro del monstruo llamado “proyecto”. Deberíamos establecer como principio fundamental de la rehabilitación de los ex-correístas que paguen un precio: contribuir a la verdad histórica con un testimonio sustancial y fundamentado de las bases corruptas del proyecto. P.ej. ¿quién realmente financió la primera campaña de Correa?; ¿cuánto costaron realmente determinadas obras faraónicas y cual fue el “lleve”?; ¿cuál es la verdad de los pativideos?; ¿cuál es la verdad completa dela narcovalija?; etc. etc, (larguísimo etcétera). En todas las redes sociales he planteado estas preguntas fundamentalmente a Alberto Acosta, quien se ha vuelto sordo, pero no precisamente por la edad.
Totalmente de acuerdo con Ud. pero también se necesita para desmontar el “proyecto” que nos cuenten detalles sobre los aliados ocultos del correismo nacionales e internacionales y los procesos que siguen para establecer las tácticas y estrategias. Por último, sería util conocer cúales son éstas.
Muy interesante los puntos tocados en este artículo. A la final, en la vida los que están ahora arriba ya bajaran y los que escriben tantos interesantes artículos ya terminarán teniendo su oportunidad política, en su debido momento, ya subirán. Ya veremos si aprovechan también su oportunidad o terminarán en el mismo camino que algunos ex, hoy por hoy.
Siempre resultará más fácil ser un crítico bien educado de todo y sobre todo lo que ocurre en la sociedad que jugársela por algo y buscar un cambio desde un punto de vista y una perspectiva, obviamente nunca perfecta y que tampoco satisfará a todos los tuiteros del mundo.
Aceptar las lecciones les sirve a las personas a modo de crecimiento individual, pero la sociedad lastimosamente nunca perdona, sobre todo en la era digital.
Ni disculpas ni lecciones. Sabían en que estaban metidos. Personas que sufren de desdoblamiento deben de desaparecer del escenario político.