Las expectativas de algunos (que los militares intervengan) y los fantasmas de sectores del gobierno (que los militares intervengan) han construido un clima de tensión que ahora marca el relevo de mando militar previsto para mañana en Parcayacu. Las señales de nerviosismo e inquietud fueron evidentes hoy. A tal punto que el secretario de Comunicación, Patricio Barriga, salió en la mañana a negar lo que afirmaba un documento que circulaba en redes. En él se lee que el presidente Rafael Correa no asistirá a las ceremonia de relevo del alto mando militar. El documento está firmado por Oswaldo Zambrano, jefe del Comando Conjunto y estaba dirigido al Comandante General de la Fuerza Terrestre.

La aclaración de Barriga se realizó en una declaración hecha al diario El Comercio. Es evidente que salió a contrarrestar los comentarios que se desataron sobre todo en redes sociales y en ciertos círculos de militares activos y pasivos por la eventual ausencia del jefe de Estado. El Presidente destituyó la anterior cúpula por haberse hecho eco del descontento que se creó en el estamento militar por el descuento de 41 millones de dólares de las cuentas del Issfa.
No fue únicamente el documento que circuló lo que avivó las conversaciones en las redes sociales. Oficiales en servicio pasivo mostraron su molestia ante la noticia que les llegó -no oficial- de que a la entrada de Parcayacu solo se dejará ingresar a personas con invitación. No lo entienden, pues consideran que por tradición cualquier militar en servicio pasivo puede entrar al recinto. “Esa es nuestra casa y no necesitamos invitaciones”, le dijo a 4Pelagatos un coronel en servicio pasivo. El oficial dijo que se había enterado de que el Ministerio de Defensa había pedido alrededor de 200 invitaciones para que asistan partidarios del gobiernista Alianza País. Este dato no pudo ser confirmado oficialmente.
Fuentes cercanas al Ministerio de Defensa dijeron que ciertos oficiales en servicio activo han manifestado su temor de que el Presidente hable en malos términos de las FF.AA. durante su discurso. Eso sería considerado una afrenta “en su casa”. Existe la sensación de que el gobierno quiere seguir manejando políticamente la relación con Fuerzas Armadas. Una prueba que se da es la intervención de Fernando Cordero, ministro de Defensa, quien a la salida del Tedeum por los 187 años de la Batalla de Tarqui y Día del Ejército Nacional, dijo que los militares no están preparados para “cuidar a las personas e incluso al presidente de la República”. Cordero hizo referencia a la creación de un organismo de seguridad por fuera de las FF.AA. y de la Policía. Este tema, que crea roncha entre los militares, no es nuevo. El mismo presidente Rafael Correa lo había lanzado en un enlace sabatino en octubre del 2013. En ese entonces, Correa dijo que quería, con la nueva Ley de Seguridad, ‘hacer un cuerpo especializado de seguridad de altas autoridades del Estado’, destinado a la protección.
Correa destacó entonces el trabajo de los militares pero indicó que tienen otra formación ‘porque acostumbran a enfrentar al enemigo, mientras que la seguridad presidencial tiene que estar en contacto con los ciudadanos’. En ese año también había respondido las críticas, hecha tanto en sectores militares como en la sociedad, de que quería era crear una guardia pretoriana. Por qué Cordero resucitó ese tema justamente en este momento? La pregunta volvió en los círculos de ex militares que miran con malos ojos la politización a la que recurre el régimen en estos casos. De la misma manera, hablan de la forma poco institucional en que, a sus ojos, el Ejecutivo ve las ceremonias militares. “No va a estos actos -dijo un ex general- pero sí tiene tiempo para almuerzos trascendentales… Por ejemplo con Emelec o cenas con Miguel Bosé”.
La ceremonia en Parcayacu estará marcada por esta tensión alimentada, últimamente, por el problema de la venta de unos terrenos del Issfa al Ministerio del Medio Ambiente. Ayer, 24 de febrero, hubo precisamente por ese motivo un plantón de militares en retiro en Riobamba.

Correa intenta y busca provocar a las Fuerzas Armadas a que tome la decisión de sacarlo del poder, así, nuevamente, hacerse la víctima antes sus seguidores, el pueblo ecuatoriano y el mundo entero. Es necesario e indispensable que se mantenga en el poder y que cumpla su mandato constitucional. Correa tiene la responsabilidad de administrar este país correctamente en cualquier situación política, económica y social que se presente, no sólo existe abundancia. Hay que ser bien varón para administrar un país en escasez.
Correa quiere una guardia rosa, muy pink, machos varoniles pero de sexualidad indefinida que deberán ser tucos y al mismo tiempo tiernos, rudos pero educados, expertos en artes marciales pero sensibles, salvajes pero que tengan su límite, de preferencia afro ecuatorianos (Pero nada de negros cholos de Esmeraldas, rafa quiere negros educados del chota como el Tin Delgado), pruebas sicológicas y fidelidad de alta exigencia que implican ser mas callados que una tapia y estar dispuestos a acompañar al VIP hasta en la ducha (Enjabonarle la espalda es opcional), pruebas físicas rigurosísimas que incluyen permanecer sin mover un solo pelo por ocho horas continuas escuchando dos sabatinas seguidas (Con un solo bostezo queda automáticamente descalificado pero si se desmaya puede repetir la prueba), pruebas de tiro opcionales (Que sepa manejar una pistola de agua es suficiente), como prueba final deberá enfrentarse al karaoke aleatorio con la canción de Miguel Bose que le salga que deberá cantarla con buena voz y ritmo, retirar prospecto en el Ministerio de Relaciones Exteriores, primera entrevista en la Asesoría Jurídica de la Presidencia de la Republica
No entiendo la tibia actuación de TODOS los militares, activos y pasivos ante tamaña afectación ilegal a sus fondos de pensión. Ni siquiera un juicio han planteado. Es posible que existan beneficios desmesurados a su favor que sí, deben ser revisados en honor a la justicia y equidad para todos los ecuatorianos, pero que justo ahora salen a la luz, como una cortina de humo hacia el tema de fondo, evidentemente con el afán de tapar algo o a alguien. Ese nuevo mando debería pronunciarse ya, y si no están de acuerdo, presentar su renuncia inmediata, y así sucesivamente hasta que se imponga la razón. Eso es honor, y de esa manera se gana respeto, mismo que hoy por hoy, las partes en disputa lo pierden día a día frente a la opinión pública. Francamente, es decepcionante la falta de integridad ética y moral de ambas partes.