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Calla y te salvas

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Hay que esperar que pase un poco de tiempo que ya el olvido limpiará las culpas y permitirá que la impunidad campee. En nueve años, el correismo se ha puesto a salvo de rendir cuentas y los correístas de asumir responsabilidades y purgarlas. Ese es el privilegio derivado de la protección, del control judicial, del aborregamiento legislativo -la fiscalización que de supuesto show pasó a farsa-; y de una prensa arrinconada. Y el silencio. Ensordecedor.

A la exministra Aguiñaga le bastó un escueto boletín de prensa; salir un tiempo del foco de las cámaras y dejar que el tiempo pase. Pero, por lo menos se tomó el tiempo de redactar unos renglones de frases vacuas. Porque el ubícuo y talla única ministro de todo, Javier Ponce, con su indiferencia y su clandestinidad continua muestra ese identitario desprecio por informar, por explicar, por excusarse.

¿Sobrepagaron el predio al ISSFA? ¿Fue el ministro de defensa, Javier Ponce, quién propuso a Correa pagar 80 millones de dólares?  ¿Por qué se pagó 48 millones? ¿Fue el presidente Correa quién autorizó ese precio? ¿Quién presionó a la exministra Aguiñaga?

En el rito sabatino de adoración, los potenciales escándalos se procesan sumariamente: una tunda al denunciador, una bendición a los acusados, un cínico sermón de exculpación; la orden de inmovilidad de fiscales y fiscalizadores;  y la inmediata sepultura de la denuncia.

En los contratos al hermano, tan jugosos que fueron y tan ignorados por el gran ojo del gran hermano; ni un solo responsable, ni una investigación. El tiempo ya borró las huellas del tráfico de influencias.

Un exgobernador trae un brillante pianista para hablar de la inmortalidad del cangrejo. Le remunera abundamente, más que si hubiera desplegado su talento musical. El Contralor acusa. Nadie explica, nadie se sonroja. El responsable brilla por la ausencia.  Ya el tiempo aportará con el olvido.

Así, en la ruta Collas. Al circular por ella se siente como en hotel de 7 estrellas. Por lo desproporcionadamente costosa. Bastó el dictamen sabatino para mandar a callar toda duda. Y allí termina todo.

¿Alguien sabe si la denuncia retaliatoria en contra de Ramiro González, evidente estate quieto, ha desatado alguna investigación? Sobre precios en el call-center; sobreavalúos en los fideicomisos con el BIESS.

La consigna es callar. O de poner cara de yo no fui. Así pasan al olvido las pérdidas en TAME, El Telégrafo y en los canales confiscados. Mac Squared, el troll center. Ahí están recursos públicos cuyo uso, mal uso, derroche serán olvidados y blanqueados por el silencio.

Algunos periodistas temerarios publicaron y publican extensos documentos en los que, si no hay confirmación, aparecen suficientes hechos y datos para crear una fundada sospecha. Allí están las investigaciones que debieron servir de insumos para investigar. La respuesta, despectiva y soberbia es el silencio de los funcionarios públicos que han sido nombrados o elegidos para hacer eficiente el sentido de la transparencia y la responsabilidad de quienes obran con dinero de los particulares en manos del Estado.

El correísmo ha construido una muralla. De silencio. De ocultamiento. Ha enervado la institucionalidad de control. Ha reemplazado la rendición de cuentan por shows sin escrutinio repletos de agnados llevados para aplaudir.

Tal cúmulo de impunidad debe llevar en el futuro, cuando la muralla del silencio y la impunidad se haya derribado, a hurgar para poner sobre cada uno la responsabilidad debida. Esto deberá hacerse por un principio profiláctico y de sanidad moral.

 

9 Comments

  1. Señor Proano prueba hay las que quiera lo que falta es qe ue la justicia actúe vista pantalones largos y tenga cojones para iniciar causas contra la sarta de pillo y corruptos de este gobierno. Eso es lo realmente hace falta. Muy bien dicho y escrito por Diego Ordonez

  2. Prohibido la impunidad. A partir del 2017 bienvenida la fiscalización, adiós a la asamblea sumisa, no más metidas de mano a la justicia, ministros con el perfil adecuado y no reciclados. ¡¡¡Cuánto queda por hacer!!!

  3. Señor Amílcar Proaño, las pruebas son los informes sobre irregularidades presentadas por Contraloría. Por ejemplo, la debacle de TAME está sustentada en el informe de Contraloría; pero como el Fiscal y los jueces son correístas, ahí muere el asunto.

  4. Que pena ! Palabras , palabras y más palabras. Imputaciones, calumnias en la medida en que no se aporta pruebas y sólo el deseo de figurar. Eso es lo que se ve en cosas como está.

  5. Una vez más debo decir que lamentablemente cuando llegue otro gobierno, sea de la tendencia que sea, se intentará dejar en el olvido tanto atraco.

    Todos tienen rabo de paja y dirán que por un supuesto bien del país hay que virar la página, será un auténtico “borra y va de nuevo”. Tal vez por ahí caiga algún pillo de poca monta para desviar la atención.

  6. No quedaràn en la impunidad, la memoria colectiva ya no se borra. Que bien escrito señor Ordoñez.

  7. Por algo la gente, mucha gente, ha cambiado los términos revolución por “robolución”, revolucionarios por “robolucionarios”, socialistas por “sociolistos”, y también asambleistas por “asamblelistos” y “asamblelistas”…

  8. ¿ La pregunta del millón se podrá llamar ante la justicia a estos pillos ? que se festinan día a día los escasos recursos de nuestro estropeado país y que ahora que llego el fin de la era petrolera, solo nutren las arcas fiscales con los impuestos que tenemos que pagar todos los conciudadanos porque aquí nada es gratis, ya mismo tenemos un paquetazo económico para financiar los sueldos de tanta burocracia que contrata asesores para que les hagan la tarea, ya que como compran títulos ni para pensar sirven y al final de este gobierno todos habrán conseguido maestrías, doctorados, phd, honoris causa, para poder seguir robando con los gobiernos que vengan, y así seguirá la Historia de nuestra nación, lastima que no tenemos grupos Islamitas para hacer justicia más rápido cortándoles la cabeza, para librarnos de una vez por todas de estos comejenes del país.

  9. El problema, estimado Diego Ordoñez, es ¿cómo evitar que en el periodo de transición desaparezcan documentos, contratos, discos duros, etc?

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