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¡Alerta, gobierno! Los trogloditas atacan…

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Tanto nos martilla el Gobierno con las maravillas, el ámbar, la miel de la Revolución Ciudadana, que quienes no compramos su discurso –que ya somos mayoría– podríamos fácilmente estar tentados a pensarnos idiotas. El neoliberalismo, la sumisión a los imperios extranjeros, la sujeción a intereses particulares, se nos metieron tanto por los poros que somos incapaces de la reflexión pura que nos debería llevar a extasiarnos ante el genio del Régimen. Es tan abrumadora la propaganda en este sentido, que uno no puede no detenerse un momento y considerar la propia locura. ¿Somos tan imbéciles?

El millar de escándalos no debería hacer mella a los enormes progresos conseguidos, son una especie de mal necesario. Quienes no lo vemos así estamos contaminados en los sesos por un derechismo retrógrado (aunque, como yo, nos pensemos de izquierdas).

Por suerte, esa visión ignota –propia del oráculo de Delfos y de nuestro caudillo– no solo es inexistente en nuestros actores locales. Basta un poco de números desde el extranjero para cerciorarse de que en realidad las patologías están en el bando contrario. La propaganda es solo eso, propaganda. Publicidad mentirosa, intentos de vender un producto caduco, dañino y en fase terminal de descomposición.

Hace poco se publicó el reporte anual más influyente de análisis de la infraestructura económica de los países. El Doing Business Report (DBR) del Banco Mundial mide las condiciones de un país para producir, para generar negocio. Es un examen extensísimo que mide: las dificultades para volver operativa una compañía (la facilidad y rapidez para obtener los permisos necesarios, los costos de los trámites, el contacto con las autoridades pertinentes  como SRI, Superintendencia de Compañías, etc., los trámites para emplear a trabajadores…); la seguridad y estabilidad jurídica (el respeto a los contratos, los costos y eficiencia de los abogados y demás servicios jurídicos, la calidad de los tribunales, el tiempo de ejecución de las sentencias…); la disponibilidad de servicios básicos (agua, electricidad, internet); la estabilidad del derecho de propiedad; la protección a los inversionistas; el sistema financiero (la posibilidad de las empresas de obtener préstamos, el tiempo necesario, los costos en que debe incurrir el empresario…); las facilidades para el comercio internacional (los problemas para importar mercancías, las facilidades puestas para favorecer las exportaciones); el pago de impuestos (la claridad de la información, la facilidad en los medios de pago, la atención y eficiencia del SRI…), y un buen número más de variables.

Cada uno de esos elementos es calificado, y a partir de esas notas se elabora un ranking de países. Dado el carácter profundo de los análisis, el DBR se ha vuelto un referente ineludible del progreso de un país –en muchos casos incluso más importante que el PIB, puesto que este último solo mide la riqueza generada–, un referente esencial para analizar la gestión de los gobernantes y sobre todo la primera información a la que se acude cuando uno busca hacer negocios en otro país.

Pues bien, preparen sus caídas Plop a lo Condorito… Este año el Ecuador está en el ranking 117. Pero no se trata simplemente de estancamiento, nuestro país va empeorando año a año; en el 2015 estuvimos en el puesto 114. Con nuestra brillante Revolución Ciudadana hacer negocios en Ecuador se ha vuelto más difícil y riesgoso que en Lesoto, Suazilandia, Namibia, y Samoa. Es decir, nuestro PIB es el 62-63 del mundo, pero tiene condiciones del 117.

¿A quién le sorprende que Ecuador solo capte el 3% de la inversión extranjera que viene a Sudamérica? ¿Saben cuál es la consecuencia de tener una infraestructura económica tan desastrosa? Pues que a medida que pasen los años, los países que ahora generan menos riqueza pero que tienen una mejor infraestructura para producir empezarán a generar mejores negocios, mejores empresas, más proyectos que nosotros. Nos pasarán en el ranking de generación de PIB, y nuestra economía se verá relegada, tendiendo al puesto que ahora ocupa en el ranking DBR, es decir, por detrás de Corea del Norte y Cuba.

Se puede ignorar estos reportes, calificándolos de neoliberalistas y diciendo que su objetivo es únicamente proteger el capital. Yo conocí a uno de los responsables de la organización del DBR, Lior Ziv, cuando pasó por la Universidad de Salamanca. Era un tipo bastante progresista, en esa época él organizaba el envío de voluntarios europeos a países pobres en África. El Gobierno va a necesitar mucha, mucha, mucha propaganda para lograr su hipnosis cuando la crisis arrecie y los ciudadanos se den cuenta de lo que significan las cifras de estos “trogloditas” extranjeros.

Podemos seguir escuchando la perniciosa propaganda del gobierno; volvernos un país de avestruces, todos con la cabeza escondida en la tierra, evitando ver la realidad. O, podemos reclamar a nuestro supuesto economista por una de las peores gestiones –verificablemente– que nuestro pobre país ha sufrido.

7 Comments

  1. Negar la crisis ecuatoriana en todos los órdenes y maquillarla con la ignominiosa propaganda de la SECOM nos devela la fanfarronería del régimen. El Vicepresidente, en un alarde de penosa ignorancia o ideologismo trasnochado, dijo en la última sabatina que no había razón para firmar un tratado comercial con los EE.UU porque somos, ahora sí, dignos y soberanos. Pues claro que se debe lograr un acuerdo comercial con nuestro principal socio porque el no hacerlo implica la pérdida de nuestro mayor mercado, perdemos competitividad y se esfuman los empleos lo que empobrece a los trabajadores. ¡Es cuestión de sentido común! ¿Cómo opera China con el Ecuador en materia comercial? Nos inunda de productos clones y nos compra una miseria. Prestan el dinero a onerosos intereses para una hidroeléctrica (Coca Codo Sinclair); pero ellos mismo la construyen, y exportan productos y servicios. Resultado: una mínima cantidad de ese dinero y gigantesca deuda (para mano de obra no calificada) ingresa a nuestra economía. ¿Revolucionarios y soberanos? Algún internauta escribió de que para gobierno “prefiero a uno de la derecha que a un muerto de hambre que funge de izquierdista” porque son pura teoría tecnocrática.

  2. Muy bien Juan Esteban.
    Este gobierno tiene el ego y la soberbia tan elevados que les cuesta reconocer errores y enmendar, y como dices, buscaran la forma de desprestigiar a este indicador DBR del Banco Mundial. Y en relación al análisis de los logros de este gobierno que incluyo Carlos Guillermo Bombon en su comentario resultó que tales logros no fueron sostenibles ni estructurales, y todo se irá borrando y reversando con el tiempo pq ya no hay dinero con que mantener ni la infraesteuctura, ni proveedores, ni empleados publicos, ni completar proyectos ni seguir pagando becas. El espejismo se irá desvaneciendo poco a poco.

    Los más grandes errores de este gobierno han sido cinco:
    1) El modelo de sustitución de importaciones (o cambio de matriz productiva) que al igual que los discursos de la izquierda suenan bonito y parecería algo bueno, pero no lo es. Estamos forzando a volvernos industriales sin tener el nivel de evolución y aprendizaje necesarios que toman decenas de años. Y para proteger esas industrias nuevas precarias, pequeñas (sólo podrán abastecer al mercado nacional), ineficientes y atrasadas, tenemos que tener altas protecciones arancelarias lo que nos vuelve caros, nos aislarán del mundo (el que pone aranceles recibe esa misma medida como reciprocidad) y además vivirán en la incertidumbre de que hasta cuando les durará el subsidio de la protección arancelaria. Con esa incertidumbre, nunca harán inversiones considerables y estratégicas.

    2) El Gobierno en su afán de hacer realidad el cambio de matriz productiva, ha destruido a miles de importadores que generaban muchos beneficios para la economía. Economías fuertes como Inglaterra y Suiza basan sus desarrollos en importaciones y de ahí en adelante en servicios. Así era Ecuador y le iba bien. Éramos baratos, todo importábamos y cada vez habían nuevos servicios y nuevas opciones. No suena romántico pero era práctico y al abaratar los productos, los consumidores podiamos comprar de todo y eso mantenía la economía dinámica. Cuando hay libertad de asociación e iniciativas, se forman industrias que naturalmente pueden ser competitivas como la agroindustria y el turismo. Pero ahora, con tanto arancel, somos tan caros y los insumos importados son tan caros que le hemos restado competitividad a las industrias que siempre han existido desde antes de Correa.

    3) El Gobierno se dedicó ellos mismos a hacer las obras y las inversiones, todo el crecimiento de la economía se basó en esos proyectos que desarrollaba el Gobierno. Eso no era sostenible. No crearon las condiciones, el lenguaje y los incentivos para que los haga la empresa privada, nacional e internacional. Con la idea ilusa de que los buenos proyectos deben ser solo del pueblo, se olvidaron que el peor administrador del mundo es el Estado, y además es el más corrupto. Todos los sobreprecios pagados en tanta obra y la pésima contratación y control de los recursos, siempre será mayor que el beneficio que le podría haber quedado al pueblo. Se debió haber trabajado de la mano del sector privado y el Estado sólo regular y promover.

    4) Manejo macroeconómico opuesto a lo que necesita la dolarización. Este sistema necesita tener reservas y liquidez suficiente, y rigidez en las cuentas macroeconómicas. Ademas se necesita sistemas financieros libres, sin barreras e integrados al mundo para que las divisas fluyan libremente. Pero torpemente puso el 5% de impuesto a la salida de divisas, se dedicó a gastarse todas las reservas, y a hacer comentarios que hacían pensar que se iba a terminar la dolarización, lo que ahuyentó toda inversión de capitales locales y extranjeros. Siempre le echó la culpa a la dolarización y no se dio cuenta que ella es la única que le brinda estabilidad a las empresas y a los consumidores.

    5) Ante la falta de recursos por la caída del petróleo, se desesperó y tomó medidas tan tontas que generaron un ambiente hostil, de confrontación e incertidumbre, como fueron las salvaguardias arancelarias y el intento de poner impuestos exagerados a la herencia y a las ventas de inmuebles. Eso terminó de rematar la mala situación.

    Hoy estamos en una situación tan delicada que los muchos logros que habíamos tenido se irán desvaneciendo, pero no por el petróleo o por el dólar, sino por sus propios errores.
    La única solución es un cambio de dirección que vuelva a generar confianza en los empresarios y que trate de mantener o salvar los buenos logros en materia social que se alcanzaron a ver en este Gobierno.

  3. El análisis anterior es de Hernán Gómez, analista político, internacionalista y especialista en América Latina, escribió ese artículo sobre el crecimiento de Ecuador en el periódico El Universal de México

    • Lo que usted esta diciendo es que el análisis de este señor Mexicano es más profundo y más válido que el DBR??

    • “En el más simplista de los análisis Correa es igual a Chávez; se toma fotos con Maduro, Evo Morales y los hermanos Castro, luego entonces, es como ellos. Suficiente catalogarlo como uno más dentro de ese “eje del mal”. No hay en esos juicios siquiera un intento por revisar los datos duros.”
      No no son las fotografias las que los hacen iguales, sino los resultados, pues en todos estos paises se habla abiertamente de crisis, y cuando no se se escucha propaganda, como el articulo qu ud mencion y que nos cuesta a los contribuyentes millones de dolares

      http://www.elmercurio.com.ec/352763-gobierno-gasta-71-millones-en-publicidad/

  4. Periodistas, analistas y comentócratas suelen presentar un mapa bastante desdibujado de lo que ocurre en América Latina, y una caricatura cuando se trata de los distintos gobiernos de izquierda en la región. Tomemos el caso del presidente ecuatoriano, Rafael Correa. En el más simplista de los análisis Correa es igual a Chávez; se toma fotos con Maduro, Evo Morales y los hermanos Castro, luego entonces, es como ellos. Suficiente catalogarlo como uno más dentro de ese “eje del mal”. No hay en esos juicios siquiera un intento por revisar los datos duros.

    Hasta los años noventa la izquierda en América Latina discutía esencialmente con ideología, mientras la derecha contestaba con números. Por fortuna, la izquierda también puede hoy discutir con números.

    El modelo de desarrollo seguido en Ecuador en los años recientes tiene características propias. La autoproclamada “Revolución Ciudadana” de Correa podría constituir una tercera vía latinoamericana, caracterizada por altas tasas de crecimiento económico e inversión productiva —pública y privada—, en un contexto de estabilidad económica y baja inflación; aprovechamiento de los recursos naturales con visión de largo plazo y una significativa reducción de la pobreza y la desigualdades.

    En materia social, Ecuador es —según la CEPAL— el país que más ha logrado disminuir la desigualdad en América Latina en la última década y está dentro de los cuatro que más han logrado reducir la pobreza. El presupuesto en salud y educación creció cuatro veces y es hoy la segunda nación que más invierte en educación superior en el mundo, después de Dinamarca (1.8% del PIB, cuando el promedio de la OCDE es de 1.3%). Además, Ecuador aparece como el país con la mayor inversión en programas de transferencia condicionada (del tipo Oportunidades), al alcanzar el 1.17% del PIB (en México es del 0.51) y una cobertura del 100% de los pobres e indigentes.

    Un análisis precipitado podría llevar a la conclusión de que todo esto ha sido posible porque el país ha aprovechado el boom de las materias primas. Ciertamente este ha sido un factor relevante. Ecuador ha sabido aprovechar un buen contexto internacional para financiar su desarrollo, gracias en buena medida a que —sin necesidad de llevar a cabo expropiaciones— renegoció contratos con empresas petroleras que antes se llevaban 80 de cada 100 barriles de petróleo que se extraían en el país, independientemente de los precios internacionales.

    Pero el gobierno de Correa —hábil administrador y soberbio economista— ha logrado allegarse de múltiples fuentes de recursos más allá del petróleo: entre otras porque, en una jugada magistral, logró obligar a los tenedores de bonos a renegociar el pago de una deuda externa plagada de irregularidades (lo que se demostró ampliamente), y generar un ahorro considerable al cubrir solamente la parte legítima de dicha deuda. Correa impulsó también una reforma fiscal que ha permitido combatir la evasión, hacer más progresivo el cobro de impuestos e incrementar significativamente la recaudación.

    Pero lo interesante es que el gobierno de Correa está haciendo una apuesta para trascender, usando las palabras del propio presidente, “de una economía de recursos finitos a una de recursos infinitos basada en el talento humano”. Eso ya se ve reflejado en el número de estudiantes que hoy se están formando en universidades extranjeras y en nuevas escuelas técnicas, así como en el proyecto Yachay, donde se edifica una nueva “ciudad del conocimiento”. Con estas iniciativas Ecuador parece estar escribiendo una historia de éxito. La popularidad de Correa no es casual.

  5. Me parece claro lo que dice el artículo. Creo que los temas que se están tratando en 4 pelagatos son vitales para la transformación política del país. Sugiero acompañar con infografías, que permitan a más ecuatorianos y lectores, entender estos temas, especialmente a los no somos próximos a las ciencias económicas. Adelante.

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