Unos postulados más difundidos del Lord del Gasto, Inflación y Deuda -Keynes- es que sólo a través del uso furioso de los tres anteriores puede alcanzarse el “pleno empleo”. El trabajo humano y el resto de insumos se quedarían ociosos en parte si no hay economistas keynesianos manejando la economía. Por supuesto esta tesis no resiste a la evidencia histórica. El desempleo es algo bastante nuevo en la historia y aparece nada casualmente al mismo tiempo que las leyes laborales contemporáneas. El mejor comunicador económico del siglo XX, Henry Hazlitt, contaba cómo en su tiempo siempre había nuevos empleos formándose pero esto dejó de ocurrir cuando aparecieron leyes de salario mínimo y otras restricciones a los tratos libres entre adultos.
El problema es que confundimos trabajo y empleo. Robinson Crusoe, recién llegado a la isla, tiene infinito trabajo por hacer. Pero no tiene un empleo. Un empleo es una posición de ingreso estable que no depende de las ventas sino de realizar X tareas para un empleador. En mercados primitivos no hay salarios. Y el salario es una creación causal e histórica del capitalista/inversionista/accionista que utiliza ahorro -fondos que se abstiene de consumir o seguir ahorrando- para crear un empleo asalariado. Entonces, los empleos asalariados son posiciones que obedecen -como cualquier otro bien economizable- a principios de oferta y demanda.
Forzar el precio mínimo que debe pagarse por contratar a alguien, al alza, no eleva los salarios sino que impide a la gente de menor edad, calificaciones, experiencia o talento el dejarse emplear. Es una prohibición de dejarse contratar por menos de X cantidad de dinero. Visto así, ¿no suena tan humano o socialjusticiero, cierto? Pero en Ecuador pensamos que el contrato laboral es un contrato de adopción familiar. Si eres contratado nadie debe -bajo ninguna razón o circunstancia- despedirte. No importa si no eres eficaz o si hay alguien mejor que tú para esa posición. Es simplemente “mala gente”. Y en un país en que la creación de empleos -ver Índice Doing Business que compara cada país- está brutalmente entorpecida, tiene bastante sentido. Si pierdes tu empleo no hay otros creándose veloz y dinámicamente como en economías abiertas del mundo. Si se crearan empleos a un ritmo sano, uno no temería tanto perder su empleo porque hay otros a los cuales cambiarse. Con códigos laborales de inspiración marxista -en que el empleador es el malvado capitalista explotador- es imposible armonizar los intereses de empresarios y asalariados.
¿Qué solución existe? Hay dos: la clásica y la danesa. La clásica admite que tanto empleador como empleado son adultos y que así como pueden votar, casarse, hacer misas satánicas o emigrar, pueden contratar y dejarse contratar en las condiciones que consideren mutuamente beneficiosas. Sobre la solución danesa hablaremos en un artículo futuro. El problema es que hasta la “derecha” en el Ecuador ha aceptado postulados marxistas inconscientemente y cree que el empresario “va a abusar” si esto ocurre. En realidad cuando el empleo es fácil de crear, quienes traten bien, equipen y capaciten a los empleados serán favorecidos con más empleados. Así despegaron Suecia, Argentina, Holanda y EE.UU. en la segunda mitad del siglo XIX.
Pero ojo, eso ocurre sólo si el empleo es fácil de crear. Si es difícil de crear, miles de personas quedarán en las negociaciones a merced de quienes ofrecen un puñado -relativamente hablando- de empleos. Flexibilidad laboral sin flexibilidad emprendedora es poner relativamente la cancha a favor de un mundo empresarial acostumbrado a no recibir competencia mundial -aranceles y salvaguardas- ni tampoco local -trabas e inseguridad para pasar de PyMEs a grandes, salvo para los bien conectados. La solución clásica entonces es reducir trabas para crear empleo y a la vez o casi enseguida reducir trabas para contratar y despedir. Y aquí una advertencia clave: una parte vital de las segundas están incluidas en las primeras. Es decir que reducir el costo de despedir reduce el costo total -contabilizable- de contratar. En otras palabras, permitir tratos más libres entre adultos con fines productivos, permite la creación de más empleo. De que sea mejor empleo se ocupará un impuesto de porcentaje fijo -o flat tax– como el que tienen 7 países bálticos y que les ha permitido lograr tasas de crecimiento anual de 6-8% durante décadas.
En conclusión, para tener pleno empleo no es necesario el activismo estatal sino la remoción de asfixias a la creación de empresas, la creación de empleos y la reinversión de ganancias en equipos y técnicas para que no sólo existan más sino cada vez mejores empleos.
“Flexibilidad laboral” termina convirtiéndose en libertad para despedir y no para contratar. Que si no tuviéramos leyes contra el despido intempestivo tendríamos menos desempleo? Quizás lo contrario: empresarios que despiden gente sin consecuencias cada vez que el margen de ganancias baja del 30 al 29% pero rara vez contratan o suben sueldos si aumentan ganancias. Que las leyes laborables impiden que te reemplacen por alguien que hace mejor que tú el trabajo? Lo que terminaría ocurriendo es que te reemplazan por alguien más joven (con la glorificación irracional de la juventud en estos tiempos cuando nadie ha probado que más joven signifique necesariamente más eficiente) con menos ataduras, en fin menos costoso pero no mejor que tú. Con las empresas que tenemos ahora en Ecuador con flexibilidad laboral aumentaría el desempleo o si se mantiene simplemente se traslada de una edad (la supuestamente “menos productiva”) a otra
Juan Fernando Carpio, siempre has sido un hombre ecuánime y con importantes convicciones de libertad y mercado. Felicitaciones y enhorabuena.
No debe haber sido fácil, cuando el entorno social e intelectual piensan siempre lo contrario.
Ahora, con la caida de los compañeritos del Socialismo XXI, aparecen adeptos al mercado y al capitalismo, pero antes andaban los mismos con camisetas de Alianza País…. en fin, eres un patriota.
Muy buen artículo. Nos queda debiendo la teoría danesa…
En la siguiente columna de 4 Pelagatos la abordo, gracias por leerme.
El pleno empleo no existe en la economía de mercado. No es solo un problema de demanda agregada ni de fricción. El desempleo sistémico existe
¿Por qué en la economía de mercado de Hong Kong había pleno empleo pero no lo hay en Francia que está distorsionada por controles estatales? Si me dices tres ejemplos de economías de mercado (Hong Kong, B, C) podríamos ver si tienen pleno empleo o no. Otro ejemplo: EEUU tiene la mitad de desempleo porcentual que Europa durante la segunda mitad del siglo XX. Mientras más de mercado la economía, menos desempleo involuntario existe pues hay menos barreras artificiales de entrada al mercado laboral.
Clarito esta JLCarpio ni a donde incompetentes como RCorrea deberían estar limpiando WC en Apple o similares. Buen artículo simple y entendido.
Excelente artículo. Más claro no puede estar.
Pleno empleo? Pamplinas!
Primero permitir el pleno emprendimiento,
Excelente síntesis JFCarpio.
Empresa privada en Ecuador? Seamos honestos. Si Steve Jobs hubiera vivido en Ecuador estaría vendiendo salchipapas y si Rafael Correa estaría en Cupertino estaría limpiando los baños de Apple.
Seamos honestos: hay que tener estas conversaciones para que cambiemos el entorno a uno de libertad económica y haya Steve Jobs. Por cierto, creo que exageras: Luis Noboa Naranjo se hizo a sí mismo desde cero. Empezó cargando cajas de banano. No despreciemos al emprendedor local, que sí lo hay y de calidad. El desastre lo causa el entorno, las malas reglas del juego.
Luis Noboa?…Cuál es la formula para comenzar grandes fortunas de cero?, La mitologías para la época de Homero, la cultura revisionista de Euripides, o las miles de teorías economistas de los modernos estudiosos de la relación del hombre con el trabajo. La presencia de la organización obrera y campesina siempre es, ha sido y será molesta para la industria y el capital. La especulación, la revisión salarial es inversamente proporcional a las horas hombre de trabajo, Si son las malas reglas de juego, no hay equilibrio, el capital quiere más capital y mas sangre, la fuerza laboral deberá ser inagotable fuente de ingresos, a costa de mayor riqueza menos salarios. Eso es robo. Hasta que punto para el empleador vale el contrato individual?, quien dictamina la jornada laboral?, quien valora la hora hombre de trabajo?, y lo que es peor la cuantificación y calificación de la hora efectiva de trabajo. El empleador le interesa la hora de descanso?, las vacaciones?, la liquidación de el pago de la vacaciones, acaso el empleador privado le interesa la mejora de los salarios?, le interesa al empleador sentarse a discutir sobre el salario mínimo vital y el sectorial?. Hay que blanquear la política de empleo vs. salario, con reglas claras de juego, como el primer mundo nos califica “País en desarrollo, ellos nos dictan la reglas de juego”…”El Capital por el Capital”. Aquí no existe justicia de trabajo. El hombre siendo el protagonista de los cambios de la naturaleza, él en interminable evolución de la naturaleza y el origen de las necesidades y la satisfacción de las mismas, es el que ha ido transformando a la sociedad, en primer término la satisfacción de su necesidad mas natural, comer, abrigo, y simplificar los métodos de obtención de enseres, este largo proceso a sido dinámico, a la vez el propio dogal y cadalso, ahora se ha convertido el ejecutor de bienes de consumo, a la vez el mismo consumidor.. EL trabajo, el salario, el consumo. Esto deshumanizó al hombre.
Las reglas de juego buenas permiten reinversión de gente local que forma más herramientas, máquinas, energía, métodos, entrenamiento, etc, que sumado todo es lo que se llama “capital”. Si liberamos ese proceso los salarios reales aumentan. Si la inflación es baja la gente es menos consumista y más ahorrista-inversionista. Eso es todo.
Alerta comunista.