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La altivez y la soberanía correístas facturan caro al país

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Alemania podría suspender la cooperación con Ecuador: es una posibilidad tras el último impasse protagonizado por Ricardo Patiño. Él propició la suspensión de la visita al país de un grupo de parlamentarios. Ya a finales de 2014, el mismo Patiño había anunciado la terminación unilateral de esa cooperación. Lo hizo luego de que la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento alemán criticó al Presidente ecuatoriano por haber impedido su ingreso a Ecuador. Entonces, ellos querían reunirse con los Yasunidos y visitar el Yasuní. Esos parlamentarios, de todos los partidos, adujeron que debían visitar los proyectos financiados con dinero de los contribuyentes alemanes porque deben rendirles cuentas. Además de querer oír a la sociedad en su conjunto, no solamente la versión oficial.

Correa respondió que el gobierno alemán es bienvenido como amigo, “pero que las puertas están cerradas si vienen como supervisores”. Correa y su canciller remataron esa faena ofreciendo dos cosas: un proyecto de capacitación para que los parlamentarios alemanes se actualicen en temas de soberanía. Y devolver los recursos de la cooperación alemana que, en sus cálculos, era apenas de 8.5 millones de dólares. Los alemanes no podían creerlo: los proyectos en curso sumaban 106 millones de dólares. Por lo demás, el gobierno no devolvió un centavo.

Este año Patiño repitió la dosis. En una carta, del pasado 24 de febrero, dirigida a la embajada alemana en Quito, definió la agenda que debía cumplir una delegación de parlamentarios alemanes “en estricto respeto a la soberanía nacional”. Mencionó que algunas de las actividades que ellos proponían “no se podrán llevar a cabo” y redujo la visita a tres días. También se opuso a un viaje al Yasuní. Agregó una cereza agria en ese pastel indigerible para los alemanes: el último día los parlamentarios alemanes debían ir directamente del Antisana al aeropuerto… Los parlamentarios cancelaron la visita. Les irritó que tras meses de diálogos alrededor de la agenda de esa visita, Patiño la cambiara 4 días antes del viaje.

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Obviamente, en Cancillería deben creer que no pasó nada. Pero esta vez los ánimos están caldeados en Berlín. Al punto que citaron para esta semana a dos delegados de sus representaciones en Ecuador. Aquellos que siguen las relaciones de este gobierno con Alemania hablan de cuatro desplantes hechos por Correa y Patiño. En las tres anteriores, Berlín ha privilegiado la negociación diplomática a la réplica pura y dura.

El desencuentro tiene un nombre: Yasuní. El 20 de agosto de 2013 el gobierno alemán lamentó “el comienzo de la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní y considera –dijo Ronald Munch, encargado de negocios en la embajada de Quito– que la responsabilidad sobre lo que pase en la reserva de biosfera Yasuní es responsabilidad ecuatoriana”. Ese funcionario recordó que los dos países habían llegado a un acuerdo para un apoyo financiero de Alemania en el Yasuní. Eso presuponía el compromiso del gobierno ecuatoriano para proteger la selva, la biodiversidad y los pueblos indígenas. La decisión de Correa, tomada días antes, para explotar el Yasuní, imponía aclarar las nuevas condiciones en que se iba a desarrollar el programa acordado.

Correa habló de “insolencia” por parte de Alemania y, a nombre de la soberanía, dijo que no tenían que explicar nada a nadie. “He ordenado que devuelvan hasta el último centavo y damos unilateralmente por terminado el convenio con Alemania” (…). “¿Qué solvencia moral tiene Alemania para decirnos a nosotros como conservar nuestro medio ambiente?”

El gobierno correísta cree que es dable firmar acuerdos, recibir dinero y prohibir a los donantes, en este caso Alemania, visitar los proyectos o las zonas donde se llevan a cabo. No entiende que en Alemania hay separación de poderes y que los parlamentarios deben informar a los contribuyentes de qué manera se gasta su dinero. Esto ha tenido consecuencias en la cooperación bilateral: El número de programas decooperación ha disminuido y no se ha logrado concluir la negociación bilateral de 2014.

En junio de 2015, se pensó que la reunión de Ángela Merkel con Rafael Correa abriría un nuevo capítulo. El encuentro se hizo en Bruselas aprovechando la segunda cumbre de la Unión Europea con la Celac. Correa tuvo una reunión privada con la canciller alemana. El sábado de esa semana, en la sabatina 428 transmitida desde Milán, dijo que Alemania había aceptado como un error haber enviado la comisión de parlamentarios y que Merkel había pedido continuar con la cooperación. A esos precedentes, agregó otro: Ecuador puso condiciones, sobre todo el respeto mutuo y concluyó dando una buena noticia: continúa la cooperación alemana “sobre todo en cuestiones medioambientales”.

En la oficina de Merkel hubo sorpresa. Y malestar. Se consideró que Correa puso palabras en la boca de Merkel que ella no pronunció. Además, el impasse que él dio por terminado estaba lejos de haber sido superado. Berlín pensó en responder pero el gobierno de Ángela Merkel se ocupó en el tema de los emigrantes sirios. Tres meses después, el tema se retomó en Berlín. Lorena Tapia, ministra del Ambiente y Gabriela Rosero, secretaria de cooperación internacional, a la cabeza de una delegación se reunieron, del 9 al 11 de septiembre, con sus pares alemanes. Paul Garaycochea, jefe de la cooperación con América del Sur del ministerio de la Cooperación, y Andreas Gies, director general de cooperación para el desarrollo en el mundo, del mismo ministerio, dirigieron al delegación alemana.

En la ayuda memoria, de 4 páginas, quedaron consignados los términos de la cooperación, las reformas al programa Reserva de Biósfera Yasuní –en lo que concierne la cooperación financiera no reembolsable– y el procedimiento para que la cooperación técnica garantice la sostenibilidad de los proyectos en curso. Se cambió el enfoque de la cooperación en el Yasuní porque Ecuador amplió la zona Yasuní dentro de la Amazonia Norte. Se dio por entendido que si Ecuador cancela la cooperación en medio ambiente, también cancelaría los proyectos en otros sectores: descentralización y matriz productiva, por ejemplo. En ese acuerdo se dice que “ambas partes coincidieron en que las actividades parlamentarias como el intercambio de delegaciones y visitas de grupos de diputados constituyen importantes instrumentos para la cooperación al desarrollo”.

Basado en esto, un grupo parlamentario alemán quiso venir e incluir el Yasuní en su visita. El gobierno lo prohibió incrementando así la sospecha de que en ese parque está haciendo cosas que no quiere que se vean y que se sepan. Esto tiene caminando la cooperación financiera y técnica con Alemania a medio gas desde hace cuatro años. Ni siquiera se ha ejecutado la asignación que Berlín destinó en 2014 en esas dos áreas por 49,53 millones de dólares.

El futuro de esta colaboración será evaluada en Berlín este fin de semana. Si Alemania llegase a responder a los desplantes altivos y soberanos de Correa y Patiño poniendo un término a la cooperación, habría consecuencias en cascada. Un ejemplo: el programa de Alemania y Noruega contra la deforestación en la Amazonia (REDD+Early Movers) previsto por 60 millones de dólares, sería automáticamente suspendido.

La soberanía es no saber lo que están haciendo en el Yasuní, que ahora es una zona militarizada. Los alemanes no confían en este gobierno.

Foto: Presidencia de la República

13 Comments

  1. Desde hace rato, a su inconmensurable megalomanía, el “ilimitado” ha sumado la mitomanía. Realmente este tipo está tan desequilibrado que ya se constituye en una amenaza pública, porque sus decisiones burdas, prepotentes comprometen y afectan la vida de millones de personas. Por eso es necesario que la sociedad ecuatoriana esté alerta a los intentos desembozados de la mafia correista de quedarse en el poder después del 2017.

  2. Los egos absurdos aplicados a la política y en este caso a la transparencia que debería existir con la política ambiental ambiental relacionada con el Yasuní producen estos desastres.

  3. En aquella reunion con Merkel, el mensaje real q dio ella al ungido fue de que no confiaban en este Gobierno por no haber politicas claras y garantias legales en el manejo de los acuerdos. Esto lo retransmitieron por canal externo. En resumen lo mandaron a Correa hacer las tareas nuevamente.

  4. Altivez y soberanía son palabras que no caben cuando se habla de Correa y su gobierno, aquí priman sus complejos, revanchismo, tozudez, misoginia y otras “virtudes” que “adornan” al más nefasto gobernante que ha tenido nuestro pobre país. Lo mas temible es que, siendo como somos, luego de este aparezca otro peor y mas corrupto. Difícil pero no imposible…

  5. Desafortunadamente la pobreza de espiritu x no querer decir la pobreza de bolsillo de muchos ecuatorianos hace que nos merezcamos gobiernos como el de Correa, pero como dice la cancion…lo merezco pero no lo quiero..que lastima pero adios…el Yasuni esta siendo violado y nadie hace nada x evitarlo….falta poco para que se vaya pero faltara demasiado para arreglar los entuertos que deja atras.

  6. La oposición (o sea la causa de todos los males) se preocupa por pequeñeces. ¿Qué importa Alemania? Qué importa Estados Unidos? ¿Qué importa cualquier país al que el mundo persigue como socio estratégico?

    Correa nos ha dado alianzas muchísimo más importantes: Irán, Venezuela, Bolivia, Cuba, Turquía, entre otros.

    Sin contar la invaluable deuda con China, con la que mis futuros hijos y sus hijos tendrán que trabajar diez veces más duro para poder pagar algo que nunca pidieron y nunca usaron.

    En el juego de llenar el álbum sólo con los cromos que nadie quiere solo nos falta Corea del Norte para ser campeones. Quizás Kim Jong Un le de PAIS armas nucleares de bolsillo para usar contra los alumnos que no se alineen.

  7. La transparencia de este gobierno es sólo de boca; en la práctica todo es misterio, reservado, inaccesible para el ciudadano común, como la deuda con china, los verdaderos costos de las obras, la rentabilidad de las empresas incautadas, los gastos en propaganda, etc.
    Si cumplir convenios internacionales significa perder soberanía, entonces no los firmen ni anden mendigando contribuciones.

    • Pero estamos supuestamente bien que es lo que supuestamente importa. Hay sobrada evidencia de que si Su Majestad se presenta a las proximas elecciones, en la teoria perderia porque ya no lo queremos, pero en la practica ganara. Este gobierno ha sido como un enjambre de avispas que entraron haciendo mucho ruido y no fueron mas que solo eso, avispas. Cuantas decepciones mas Ecuador? Cuantas veces mas le creeremos a un charlatan que vendra a prometernos todo?

  8. Nadie honesto confía en este gobierno, no solo los alemanes. Somos el paria de la diplomacia internacional por haber tenido a semejantes representantes improvisados sin ningún criterio ni formación. Es que somos “altivos y soberanos” dicen . Lo que creo es que son unos soberanos p……….. .

  9. Muy buen resumen! El Gobierno ecuatoriano no entiende que cooperación así como canje de deuda requieren condiciones sine qua nom como visitas. O acaso el Gobierno cuando entrega una licencia ambiental no hace el control a los beneficiarios de esta, para saber cómo están siguiendo los compromisos adquiridos? El Rey no tiene quien le susurré consejos de vida

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