“Lula, su presencia aquí prueba que usted tiene la grandeza de los estadistas”, dijo Dilma Rousseff en la ceremonia de investidura del expresidente como jefe de la Casa Civil, cargo equivalente a una jefatura de ministros. “Hoy tengo el magnífico chance de traer para este gobierno al mayor líder político de este país”. Pronunciadas después de que el juez Sergio Moro, que investiga el caso Petrobras, divulgó 35 comprometedoras grabaciones telefónicas de Lula por considerarlas “de interés público”, estas palabras de la presidenta sonaban huecas. E infructuosas: minutos después del nombramiento, el juez Itagiba Catta Preta Neto lo dejaba sin efecto con una medida cautelar. Impedido de asumir como ministro, Lula queda desaforado y expuesto a las investigaciones del juez Moro.
Las grabaciones son un escándalo. Muestran a un Lula que pretende seguir manejando el poder tras bastidores. Coordina con el sindicalista Vagner Freitas el apoyo de la Central Única de Trabajadores. Instruye a los diputados del PT sobre cómo presionar a los jueces. Acuerda con la presidenta el nombramiento de superministro que lo libraría de la acción de la justicia y, al mismo tiempo, le permitiría coordinar con diputados y senadores para impedir el juicio político que puede sacar del cargo a Dilma Rousseff.
Las grabaciones, realizadas con autorización judicial en el contexto de las investigaciones del caso Petrobras, muestran la impotencia de Lula por no controlar a Sergio Moro, a quien se refiere como “la República de Curitiba”, en alusión a la ciudad donde este juez federal tiene sus oficinas. “Yo sinceramente estoy asustado con la república de Curitiba, porque a partir de un juez de primera instancia todo puede acontecer en este país” dice a Dilma Rousseff. Y con respecto al mismo juez instruye al diputado petista Wadih Damous: “Ellos tienen que tener miedo. Un hijo de puta de esos que hablan mierda tiene que dormir sabiendo que al día siguiente tendrá un grupo de diputados inflándoles los huevos”. Y en otra conversación cuenta de la advertencia que hizo a un grupo de senadores: “Hoy les dije: no quiero quemar el país. Soy la única persona que podría incendiar este país. (…) Soy un hombre de paz, tengo familia. No quiero”.
Aún Lula puede apelar a la medida cautelar que dejó sin efecto su nombramiento como ministro. Sin embargo esta decisión del juez Preta Neto ya agravó la situación política de la presidenta, tan frágil que el domingo pasado sacó a la calle a más de tres millones de brasileños que pedían su dimisión. Preta Neto consideró que el nombramiento de Lula como ministro busca entorpecer un proceso en marcha: Este sería el motivo único o principal de la actuación de la mandataria –dice la resolución judicial–: alterar la competencia constitucionalmente atribuida a los órganos del Poder Judicial”. Esto supone una “intervención directa” de la presidenta en asuntos del poder judicial “con traslado de la competencia”, pues Lula, como ministro, tendría fuero de corte y el juez Moro sería desposeído del caso.
Dilma Rousseff, con el agua al cuello, buscaba en el nombramiento de Lula una tabla de salvación. En su lugar, encontró un lastre. Aparte de ponerse y ponerlo a él en evidencia, al nombrarlo ministro incurre en otra falta que es causal de juicio político con posibilidades de destitución: la “intervención de directa”. De hecho reactivó en el Congreso el debate que puede conducir a su impeachment.
Así Lula, calificado en su momento por la BBC como “el político más popular del planeta” y máximo líder del socialismo del siglo XXI en América Latina, parece tener definitivamente el sol en las espaldas.
Sonará incoherente pero este caso resulta ser un excelente ejemplo de democracia.
En Brazil existe plena democracia pues tan es así, que se han logrado obtener las pruebas contundentes sobra la corrupción de Lula y sus secuaces, así como se ha podido realizar las investigaciones correspondientes, el asunto está siendo juzgado como se debe y aún nadie ha sido asesinado para callarle la boca, sin importar en absoluto el poder popular o político que tengan los implicados.
Esto es democracia.
Alguien cree que la porquería que Correa le gusta llamar ¨democracia¨ en Ecuador, es tal?????… Alguien cree que en esta porquería que Correa le llama ¨democracia¨ se podría acudir a la justicia como por ejemplo para resolver el caso Drhuv, el asesinato de Gabela o el asesinato de Fausto Valdivieso???
Cuáles son las pruebas contundentes?
Los acontecimientos que suceden en América Latina, la llegada del Socialismo del Siglo XXI que en su propio nombre encierra su propia contradicción, recibe el respaldo de las masas en su desesperada búsqueda de cambio.
Es triste aun ver la memoria frágil de nuestros pueblos, estos gobiernos “progresistas” son paridos por el hartazgo del pueblo ante los gobiernos deshonestos que les precedieron. Ni lo de antes ni lo de ahora es bueno. Esto debe estar muy claro.
¿Que hacer?
El camino es educación política, el ser humano debe decidir si participa o no en el partidismo político, sin embargo no es opcional el no hacer política ya que sea porque su propia naturaleza lo exige, y esta no puede ser torpe como elefante en vidriería, debe ser ágil, por tanto tiene que educarse políticamente a las masas.
Se hace necesario leer lo escrito por reaccionarios y revolucionarios, y no dejarse engañar fácilmente. Revisar los antecedentes de los candidatos antes de votar, de pronto si se hubiera investigado más el pasado de algunos gobernantes, que vienen de familias disfuncionales, con resentimientos sociales profundos, seríamos más selectivos a la hora de elegir.
Nicolás Maduro, Dilma Rousseff, Lula Da Silva, Cristina Fernandez, Michellel Bachelett, Rafael Correa, ejemplo de malos gobiernos, en cuyas gestiones a más de autoritarismo hay serios cuestionamientos sobre el manejo de los recursos públicos. Se autodefienieron de izquierda, socialistas, ninguno comunista. Y tan solo se empieza a saber que tan corruptos son cuando sus gobiernos terminan.
Adolfo Hitler, George Bush, Augusto Pinochet, Jorge Rafael Videla, Anastasio Somoza, asesinos, sanguinarios y corruptos. Mariano Rajoy deshonesto, y todos se definieron siempre como gobiernos de derecha y anticomunistas.
Pepe Mujica ex guerrillero, ejemplo de buen gobernante hasta la presente (es preferible hacer esta aclaración). Conclusión: Es el pueblo el que debe ser vigilante de los gobernantes y ser custodio de la democracia, de existir desvíos en el poder, acudir a su terminación. Lamentablemente esto jamás se logrará si persiste el analfabetismo político.
Estimado Mario Romero, Antes de exponer a Mujica Como ejemplo de buen gobernante, estimo debe informarce de la relacion de este “socialista” y los binculos de este con la transnacional MONSATO.
https://www.veoverde.com/2014/01/el-anunciado-negocio-de-marihuana-de-monsanto-en-uruguay/
Algo similar ocurriría aquí, si existiera una justicia independiente. Se pondría un alto a los actos de corrupción y los atropellos del poder.
Descarados, sinvergüenzas. Ladrones sin honor. La historia los juzgará.
A ESTE LADRÓN SINVERGÜENZA DE LULA DA SILVA TODAVÍA LE QUEDA 9 DEDOS INTACTOS Y UNA GRAN FORTUNA BIEN HARÍA EL PUEBLO DE BRASIL EN PROPONERSE O DEVUELVE EL DINERO MAL-HABIDO O CORTARLE LOS DEDOS QUE LE QUEDAN, SERIA UNA GRAN LECCION PARA LOS GOBIERNOS LATINOAMERICANOS INVADIDOS POR LOS GOBIERNOS POPULISTAS DISFRAZADOS DE ROBOLUCIONARIOS.
Vuelve la historia se Collor de Mello. El color del dinero. Se acuerdan? Ay Brasil, otro gigante lleno de corrupción.
La intervención de personas como el juez Moro, dan una esperanza y una bocanada de aire fresco para América Latina. La novelería socialista setentera toca a su fin. Queda una herencia de corrupción y abuso de bienes y recursos en forma descarada, que debe ser rápidamente combatida y sentenciada en forma ejemplar.