Finalmente, sí: después de haberlo desmentido tantas veces; después de tantas rabietas de sabatina, tanto berrinche y tanta pataleta; después de tanta campaña de la Secom con sus rectificaciones cargadas de retórica y medias verdades y sus cadenas de televisión en que se comparaba a los medios con buitres que se agarran de cualquier carroña; después de tanta indignación de la ministra de Salud y tanto desprecio del presidente de la República… En fin, después de tanto patear al perro, resulta que sí: el gobierno le debe plata a Solca. Mucha plata. ¿Los $130 millones que dijo el directorio de la institución en su comunicado de prensa del 2 de marzo? Posiblemente: hay cifras que aún no han sido consolidadas por parte del Estado, pero no sería una sorpresa si la deuda, finalmente, asciende a la cantidad que Solca había calculado desde el principio. Después de todo, ¿Por qué Solca habría de mentir?
Desde que la deuda del Estado a Solca se convirtió en un tema de debate público el gobierno ha eludido la cuestión de su monto total y se ha servido de fragmentos y datos parciales para encubrirlo; ha negado sistemáticamente toda información a los medios al mismo tiempo que los ha acusado de publicar información no contrastada; y ha mantenido un tono de beligerancia, tanto contra el periodismo ocupado del tema como contra la misma Solca, que terminó por funcionarle: finalmente, con un titular mentiroso recogido por los medios correístas y publicado por obligación en otros periódicos, so pena de sanción administrativa, el gobierno da la disputa por zanjada. Ese titular mentiroso, palabras más, palabras menos, dice: el gobierno pagó su deuda a Solca y lo hizo a tiempo. Pues bien: eso es mentira. Por lo menos en un 90%.

La deuda del Estado a Solca procede de varias fuentes. En primer lugar está la parte del impuesto del 0,5% a las operaciones crediticias que le corresponde por ley a esa entidad; a eso hay que sumar el valor de la atención que ofrece Solca a los pacientes derivados del sistema de salud pública y que provienen de los hospitales del ministerio de Salud, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y de los institutos de seguridad social de la Policía y de las Fuerzas Armadas. De toda esa plata, que el gobierno se ha negado a sumar, Solca ha recibido apenas la primera parte, la más chica: la primera entrega trimestral de la parte que le corresponde del 0,5% ciento del impuesto a las operaciones crediticias: $15 millones.
El 9 de marzo, en un nuevo comunicado público, Solca acusó recibo de ese pago, agradeció al gobierno y expresó su esperanza de que “en la reunión con el señor presidente de la República (pues Correa había dicho: “me reuniré cuando sea necesario”) se llegará a una solución integral”. Pero cuando Correa apareció en la siguiente sabatina, la del 12 de marzo, ya no quería reunirse ni nada. Estuvo resentidísimo. Aseguró que el pago de 15 millones (y habló de él como si fuera el pago total de la deuda) se había hecho antes del 2 de marzo, es decir, antes de que Solca publicara su primer comunicado. A partir de ese simple hecho montó toda una alharaca sobre el “periodicazo” y “la deslealtad” de Solca. Y ni siquiera leyó el comunicado completo, sólo la parte que a él le interesaba; cuando llegó a la que no, dijo: “bla, bla, bla”
Finalmente, el 15 de marzo, los directores de Solca se reunieron con la ministra de Salud, Margarita Guevara, y solucionaron al menos provisionalmente el tema. El comunicado que el ministerio emitió al cabo de esa reunión, a pesar de los disimulos retóricos de los que está plagado, resulta bastante claro. De ese comunicado se desprende:
- La parte del impuesto a las operaciones crediticias (no dice un monto, pero se sabe que son $15 millones) ya está pagada.
- La parte de la prestación de servicios a los pacientes derivados de los hospitales del ministerio de Salud ya está acordada: suma $50 millones, de los cuales 20 están en proceso de pago (el comunicado no dice cuánto dura ese proceso) y 30 en auditoría (se pagarán algún día).
- La parte de la prestación de servicios a los pacientes derivados de los hospitales del IESS, ISSFA, ISSPOL ni siquiera está acordada pero se procederá a hacerlo. Este es el punto último del comunicado, escrito con tal disimulo que parece que se está hablando de otra cosa. Ni siquiera se menciona a los hospitales. Pero si la derivación de pacientes del ministerio de Salud timbra $50 millones, uno ya puede ir imaginando las dimensiones de la derivación de pacientes de la seguridad social.
¿15 millones + 50 millones + X = 130 millones? Imposible saberlo. El gobierno no lo va a decir y Solca está tan amedrentada luego los berrinches sabatinos que sus directivos parecen estar dispuestos a firmar el eufemismo que les pongan por delante con tal de no hacer olas. Es una mala costumbre de Solca: practicar una política informativa oportunista. Cuando el poder les falla, buscan a los medios; cuando el mismo poder los amedrenta, se cierran de tal manera que la información que ayer querían difundir hoy se esfuerzan por ocultar.
Entre el silencio de Solca y la manipulación del correísmo el público está siendo desinformado sin rubor. Para dar una idea de cómo el correísmo y sus medios pintaron la reunión del 15 de marzo basta con citar este titular de diario El Telégrafo: “Solca reconoce que el Estado transfirió sus fondos a tiempo”.
Días atrás, cuando el tema estalló en la opinión pública con la publicación del primer comunicado de Solca, la reacción inmediata de la ministra Guevara consistió en ofrecer una rueda de prensa sin opción de preguntas y reconocer que “se está gestionando” el pago de la deuda. Eso fue el 3 marzo. Ese mismo día, Rafael Correa, que andaba por la Amazonía inaugurando gasolineras y otras obras, se quejó de que le distrajeran de temas tan importantes para preguntarle por cuestiones sin interés, como la suerte de los enfermos de cáncer, y terminó aceptando que “nos hemos atrasado”. Y ese mismo día, también, el ministro de Finanzas, Fausto Herrera, puso una cifra a ese atraso: $22,9 millones, dijo. Hay que ver cómo, a la vuelta de la esquina y con rabieta presidencial de por medio, el caso Solca se terminó convirtiendo en una suerte de cuestión de honor para el gobierno, una disputa que tenía que ganar de cualquiera manera, aunque fuera obligando a los periódicos a publicar mentiras. El caso es un ejemplo de cómo maneja el correísmo los temas que le son incómodos: con una mezcla de manipulación de la información y de intimidación en partes iguales. Mintiendo y pateando al perro.
Foto de arriba: agencia Andes
Cómo me gustaría que un gran porcentaje de ecuatorianos leyeran estos artículos para poder mejorar nuestra cultura política y espíritu crítico… no necesariamente para oponerse al gobierno de turno sino para cuestionar e indagar antes de “tragar entero” las verdades oficiales de turno. Ojalá la educación y cultura de nuestro país nos permita llegar a desarrollar ese nivel de madurez. Gracias a Uds. (4pelagatos) por ayudar con su gran contribución.
La revolución samaritana escatima pagar el servicio de salud y es el bolsillo de las familias que financia solidariamente el terrible azote del cáncer que nadie tiene comprado a no padecer, rezonga con su prensa amarillista partidista pagada con los fondos del pueblo tanta hipocresía publicada y nada de ética. Estos miserables han abierto incontables e inconfesables “huecos” oscuros que ya se les han salido de las manos y no saben cómo contrastar la información y críticas profesionales, en conocimiento y dominio popular.
La revolución samaritana escatima pagar el servicio de salud y es el bolsillo de las familias que financia solidariamente el terrible azote del cáncer que nadie tiene comprado a no padecer, rezonga con su prensa amarillista partidista pagada con los fondos del pueblo tanta hipocresía publicada y nada de ética. Estos miserables han abierto incontables e inconfesables “huecos” oscuros que ya se les han salido de las manos y no saben cómo contrastar la información y críticas profesionales, en cocimiento y dominio popular.
Reportaje muy bien escrito y documentado, y como dice Lorena Ponce, como armamos filas con Solca, si ellos mismos se encargan de desmentir sus verdades, al menos la que dijeron al principio de todo este embrollo, embrollo causado por el propio gobierno que tiene como lema confundir y rebolotear todo para que nadie sepa que creer. Pero vivimos en este juego tanto tiempo que creo que nos estamos acostumbrando, por eso pasamos de un tema a otro sin profundizar en ninguno.
Excelente artículo muy bien logrado. Espero sigan siendo incisivos y transparentes en estas columnas.
No es admisible que Solca se deje amedrentar. La desinformación y la confusión de los hechos hacia la ciudadanía es total. ¿Cómo Solca pretende que uno adopte su causa como suya, por el respeto y gratitud que se tiene con sus servicios, si sale a desmentir cifras y acciones de acuerdo a cómo se mueve el gobierno? No me parece correcto. Yo no creo que Solca se haya equivocado en las cifras, pero lo que se publicó luego de la reunión con la Ministra de Salud es poco claro y tibio.
Por qué no aceptar que el Sr. Aguilar miente sistemáticamente. Son 50 millones y no 130 millones , todos lo aceptan incluida la misma Solca. Debemos exigir un periodismo responsable que diga la verdad !!!
Martin, estoy completamente de acuerdo cuando dices: “A moverse que esas páginas de 4pelagatos.com no se van a leer solitas”; si me permites, creo que el problema pasa por la falta de honestidad intelectual…
Joseph Goebbels el responsable de la propaganda facista, ministro de Educación y propaganda de Hitler… Alvarado y otros ministros y asesores de RCD siguen sus lecciones sobre conducción de masas.
Existe una estrategia de propaganda basada en estos principios.
1. Individualizar al adversario en un único enemigo: LA PRENSA CORRUPTA.
2. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo: LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA.
3. Cargar sobre el adversario los errores o defectos propios: MENTIROSOS, CORRUPTOS.
4. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. TODA MANIFESTACIÒN PÚBLICA ES UN PELIGRO DE GOLPE.
5. Toda propaganda debe ser adaptada al nivel del menos inteligente de los individuos. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. PROHIBIDO OLVIDAR. SOMOS MÁS, SOMOS MUCHOS MÁS.
6. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, desde diferentes perspectivas: EL GOLPE DE ESTADO DEL 30S.
7. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. AY PAME.
8. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. GOLPES DE ESTADO EN MARCHA. (DESCUBIERTOS POR SERRANO).
9. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos. Disimular las noticias que favorecen el adversario, contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. ELIMINAR COMENTARIOS DE LECTORES EN DIARIOS DIGITALES. UTILIZAR A TC TELEVISIÓN, GAMAVISION, EL TELÉGRAFO.
10. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. LA CULPA ES DE LA CIA, LOS YANQUIS, LA AMENAZA CONSERVADORA INTERNACIONAL, EL BAJO PRECIO DEL PETRÓLEO.
11. Convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad. SABATINAS, CON AUDIENCIA QUE APLAUDE, SONRÍE Y APRUEBA LAS PALABRAS DEL LIDER.
12. Responder a los ataques con ataques. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. YA PAGAMOS A SOLCA. SON UNOS DESAGRADECIDOS. SON UNA FUNDACIÒN PRIVADA. DEBERÍAMOS ENCARGARNOS NOSOTROS DE LOS HOSPITALES ONCOLÓGICOS.
Alguien sabe quién aplicó aquí esta estrategia y en quién se inspiró para ponerla en práctica.