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Redes: la lección de humildad para quienes quieren controlar todo

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Todos vimos el 16 de abril como un espasmo desolador. Asistimos al dolor  en nuestros teléfonos y computadoras siguiendo cientos de posts que parecían no terminar. Vimos mentiras, verdades, pena y, finalmente, algo de luz. Las redes se abrieron como una marea imparable. En una tragedia se devela el tejido institucional del Estado: es cuando aparece la infraestructura, la seguridad y el tramado de la política. En esta catástrofe renació en Ecuador la sociedad civil.

Los ejemplos se extendieron. Hubo una organización civil que explicaba lo que estaba ocurriendo y que hizo posible abrir el wifi en las zonas de desastre hasta que, finalmente, los proveedores lo hicieron en algunos puntos. Otro esfuerzo que marcó una pauta de colaboración efectiva, y obligó a abrir la información oficial, fue el de mapping Ecuador. En estos casos, los materiales de base, para los mapeos de desastres, incluyen imágenes de satélite tomadas por las agencias estatales y empresas privadas y listas del gobierno que detallan la ubicación de escuelas, hospitales y otras instalaciones de infraestructura. Con esto, el equipo local carga la información en un servidor al cual pueden acceder los voluntarios en el mundo.

En casos excepcionales, la interoperabilidad y el mercado de la información no están necesariamente apoyadas por tecnologías de dominio público. Sin embargo, la respuesta del espacio colaborativo fue respaldada por una gran comunidad en todos los ámbitos. Esta ciudadanía conectada ofreció la oportunidad de crear una solución flexible y colaborativa. Las plataformas abiertas ayudaron a aliviar los problemas de clasificación de la información en un esfuerzo para responder al desastre. Presenciamos cómo la gestión de desastres generó una revolución en la recolección de datos.

El efecto de las redes y su expresión; la ayuda humanitaria; el mapeo de desastres y la conectividad masiva nació de la sociedad civil. De los ciudadanos que tomaron la iniciativa de ayudar –independientemente del nivel de conocimiento– y de ser útiles en loque pudieran. Esa es la dimensión de la red social. Cientos de personas colaboraron, de manera simultánea, para ordenar la estructura más eficiente de la sociedad organizada.

El efecto de las redes resultó ser poderoso. Fue capaz de encontrar las falencias en la institucionalidad y en las jerarquías formales. ¿Entendió la institucionalidad centralizada que necesita de conocimientos, experticias de afuera y que no puede controlarlo todo? El hecho cierto es que la acción colectiva es más fuerte y estructurada en entornos colaborativos.

Dotarse de capas informativas es la punta más efectiva de la gestión de desastres. Internet se convirtió en el pulso de la gente. La inmensa cantidad de datos relacionados con la gestión del desastre –datos autorizados o no– construyeron una colección de opciones del mayor poder de la web social. Los datos abiertos se convirtieron en una forma potencial para poner en común los datos observados de los voluntarios con los de los sistemas existentes.

Esta máquina efectiva del espacio colaborativo de Internet dio una lección de humildad a quienes controlan la información. O a quienes pretenden controlarlo todo. Las redes nos mostraron implacablemente el dolor, la alegría, lo que sentimos como mentira y lo que deseamos como verdad. Ante la desolación sólo queda una certeza: tratar de controlar los sentimientos en red es como tratar de irse contra el mar. Y en este océano son los ciudadanos quienes hacen la marea.

2 Comments

  1. Excelente artículo profe, que gusto verla en los 4 Pelagatos.

  2. Verdad lo dicho, fue la sociedad civil quien hizo posible toda una comunicacion globalizada y oportuna para llegar a obtener y brindar apoyo a los damnificados por el terremoto.

    Esa leccion deberia aprender con mas humildad a ejecutarla el actual gobierno, que solo se vanagloria de sus actos por medio de cadenas televisivas, radiales e interrupciones continuas de programacion a cualquier hora, de lo cual su mal llamada “revolucion ciudadana” que de revolucion yo no veo absolutamente NADA, quiere tener todo el credito de lo que la sociedad civil o sea el verdadero Pueblo Ecuatoriano mas el apoyo de otros paises amigos solidarios han hecho sin tanto alboroto, propaganda y bulla, todo con una tremenda solidadaridad a corazon abierto.

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