No se puede, al menos en nuestro país, hacer graciosos ascensos violando la Constitución y las leyes que rigen la carrera militar. Por lo tanto, sólo el fiel cumplimiento de leyes y reglamentos militares garantizan a todo militar digno que alcanzará todos los grados de su carrera sólo por la vía del profesionalismo severo. Nada de adulos, compadrazgos ni amiguismos; únicamente méritos, respeto, disciplina, trabajo, justicia y como objetivo central, cimentar una sólida jerarquía y la formación de una institución de sólidos valores cívicos, morales y espirituales, al servicio, sobre todo, de los caros intereses populares.
En nuestro país, los ejércitos libertarios estaban jerarquizados y los ascensos eran otorgados por méritos de guerra. Ya creadas las nuevas repúblicas, las luchas continuaron, pero para captar el poder político, los gobernantes, en su mayoría, fueron militares, con el grado de General.
A inicios de siglo XX se inicia la verdadera profesionalización militar en el gobierno del Presidente Alfaro. En varias constituciones fue preciso que conste que sólo el Ejecutivo tenía la potestad de otorgar grados militares ya que aparecían Coroneles y Generales “proclamados” por las “montoneras alfaristas”. “A estos ‘coroneles-hacendados’ se los calificaba popularmente como ‘coroneles gritados’, tanto para destacar el hecho de que el rango les había sido conferido por sus propias tropas, al grito de ¡Viva mi coronel!, como para diferenciarlos de los ‘coroneles graduados’; es decir, de aquellos que habían recibido su grado de las autoridades correspondientes”. (Núñez 1995).
Nuestras Fuerzas Armadas, al correr de los tiempos, han alcanzado un alto grado de profesionalismo, regidas por leyes específicas como señala la Constitución vigente, en su artículo 160: “los miembros de Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional estarán sujetos a las leyes específicas que regulen sus derechos y obligaciones, y su sistema de ascensos y promociones con base en méritos…”.
“Hoy, la carrera de las armas, en casi todos los países de la región, ya no se hacen en los campos de batalla, sino en las academias militares y en el ejercicio de funciones tecnoburocráticas. Los ascensos no son resultado de acciones heroicas o de favores clientelísticos otorgados por un omnímodo jefe, sino que provienen de estudios, méritos y disciplina que resumen en el concepto de antigüedad. Ahora es una limpia hoja de servicios, la única que le garantiza a un oficial la posibilidad de avanzar en el estricto escalón militar. Como consecuencia de este profundo cambio que ha experimentado la vida militar latinoamericana, se han constituido fuerzas armadas profesionales e institucionalizadas que son hoy las que prevalecen en la mayor parte de los países de América Latina”. (Hurtado Osvaldo. Cordes 1988).
No es aconsejable entonces seguir el ejemplo de Venezuela donde el poder político intervino en ascensos, al margen de leyes y reglamentos militares. Miren cómo pasó: el 4 de febrero de 1992 (4F), en Venezuela, el Tcrnl. Hugo Chávez Frías lideró una cruenta intentona golpista para derrocar el gobierno de Carlos Andrés Pérez, el golpe fracasó y Chávez fue detenido y condenado a dos años de prisión. El 27 noviembre (27N), de ese mismo año, un grupo de militares protagonizó otro intento de golpe, que también fracasó; entre sus demandas se hallaba la puesta en libertad de Chávez. En mayo de 1993, el Parlamento destituyó a Carlos Andrés Pérez y su sucesor, Rafael Caldera, decretó la amnistía de Hugo Chávez. Chávez y muchos de los militares que lo acompañaron en la intentona golpista del 4F y del 27N fueron dados de baja de las filas militares.
Una vez liberado, Chávez inició una meteórica carrera política, ganó las elecciones y asumió la presidencia en 1999. Sus antiguos compañeros de las fallidas aventuras golpistas asumieron cargos importantes en la administración del Estado.
Hace un poco más de 2 años, en una ceremonia castrense, el heredero de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, decretó el insólito ascenso de oficiales golpistas que participaron el 4F y el 27N, a los que llamó “combatientes patriotas”. Sin mediar ningún requisito legal, anunció que el Teniente Diosdado Cabello, en aquel entonces Presidente de la Asamblea Nacional, pasaba a ser Capitán; el Tcrnl. Francisco Arias Cárdenas, gobernador de Zulia, Coronel; y el Capitán de Navío Ramón Rodríguez Chacín, gobernador de Guárico, Contralmirante. El ahora “Contralmirante”, Ramón Rodriguez Chacín, fue señalado en el 2009 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros por colaborar con los insurgentes colombianos de las FARC en el tráfico de drogas.
En nuestra Marina, el caso del CPNV Lenín Sánchez Miño, se ha hecho público, se conoce que no reúne los requisitos para ser declarado idóneo para su ascenso a Contraalmirante. Pero, de concretarse su ascenso, no sólo que sería atentatoria a las leyes y reglamentos militares, sino que sentaría precedentes funestos para las Fuerzas Armadas.
Alberto Molina Flores es coronel (r).
Creo que ya es hora de parar de atacar a quien se ha convertido en un chivo expiatorio de la serie de abusos y ataques que ha tenido FFAA en la vigencia de este gobierno sociolisto, al igual que lo ha hecho con todas las instituciones que le puedan ofrecer algún tipo de resistencia a sus miserables fines de destruir el país. Se ha vuelto tema expiatorio el atribuir todos los últimos ataques a FFAA a la acertada decisión de ascenso de un excelente profesional y caballero señor oficial Capitán de Navío al grado de Contralmirante, como adecuado uso de su derecho a la tercera instancia de reclamo legal a un vergonzoso proceso de calificación de la promoción 39 para el ascenso al grado mencionado. Proceso en el cual, además del ahora CALM L Sánchez, se afectó a otros destacados oficiales de alta calidad moral y profesional que decidieron no continuar el reclamo hasta esa instancia, por lo acontecido en las dos instancias anteriores en que en forma ilegal e irracional, se desconocieron sus fundamentos de derecho ante un proceso amañado y cargado de irregularidades que en algún momento debería ser revisado por algún organismo de control serio e imparcial para evitar que se cometan este tipo de irregularidades en perjuicio de la institución Armada y sus miembros. Además en forma intencional se oculta a la opinión pública el hecho cierto de que el Comandante General de Marina que acaba de ser cesado en sus funciones y el actual recién nombrado lograron sus ascensos a Vicealmirante y Contralmirante, respectivamente, acudiendo a la misma instancia que recurrió el señor Calm Lenin Sánchez, pero en su momento nadie levantó comentarios positivos o negativos por ello, al inevitable paso del tiempo se develaran los errores o aciertos de estas acciones. Mientras tanto lo cierto es que como resultado de un sistema restrictivo de difusión de hechos reales en que las redes sociales y algún otro medio de expresión oculto que trata de discutir los nuevos temas “tabúes” de una sociedad sometida al control irracional de la farsa doctrina del socialismo del siglo XXI, la verdad es que mucha de la información que se intercambia referente a la injerencia del gobernante en las FFAA , no es la real o está incompleta, o simplemente se la utiliza a conveniencia de las circunstancias, sin lograr definir claramente las insanas intenciones de acabar con la credibilidad y gran aceptacion de la reserva moral que históricamente a tenido el Ecuador. Si se analiza objetivamente, es lamentable como se han ido nombrando durante el periodo de vigencia de los sociolistos, mandos que respondan a la voluntad del tesorito y que al momento de tomar verdaderas decisiones o acciones de protección del estado, han mantenido pasividad y un silencio cómplice, pues las FFAA de estirpe vencedoras y de alto patriotismo han sido maltratadas y opacadas, no ahora, sino en la última década perdida. Los mandos no han respondido al sentimiento de malestar y rabia de sus hombres al ver cómo todo el pueblo ecuatoriano ha sido abusado y sus recursos “recuperados” en bienestar de unos pocos sociolistos, destruyendo instituciones, empresas y estructuras sólidas en búsqueda del caos bajo la miserable receta del Foro de Sao Paulo. Y como siempre había sucedido, el pueblo ecuatoriano buscaba una reacción de apoyo de la más noble institución y de alta credibilidad y prestigio, como siempre fueron, sus FFAA, sin encontrar respuesta, la misma que no podía corresponder en ningún momento a un quebrantamiento del orden constituido, pero sí a una exigencia de respeto y consideración al mandante, EL PUEBLO ECUATORIANO. Y este silencio e inacción de los mandos, han dejado escalar el abuso e irrespeto a la sociedad, hasta que afectaron su propia institucionalidad. Y aún así NADA. Entonces no se puede ni se deben atribuir características de valentía, firmesa y solvencia, a quienes por un ligero desliz en su gestión, inmediatamente son relevados de su posición, pasando como meros ocupantes de un cargo que inspira mucha esperanza para el ciudadano común que procura su respaldo constitucional, pero que no se llega a ejercitar por el temor a ser removidos. Y lamentablemente, así seguiremos con un incremento diario del riesgo de abuso de la sociedad ecuatoriana al haberse opacado a su más prestigiosa institución LAS GLORIOSAS FUERZAS ARMADAS DEL ECUADOR. Y cuidado porque todas acciones que llevan a cabo, provocadoras o no, podrían permitirles obtener una delantera totalmente Verdeflex que les facilite el CAOS añorado.
ES EL SEGUNDO ARTÍCULO EN DONDE SE MENCIONA AL CPNV LENÍN SÁNCHEZ Y SU JUSTO RECLAMO QUE HOY HA TENIDO ECO EN EL ACTUAL MINISTRO DE DEFENSA.
QUE SE DIGA QUE NO REÚNE LAS CUALIDADES PARA ASCENDER A OFICIAL GENERAL, ES MUESTRA DE LA INTRANSIGENCIA DE ESTA PÁGINA QUE NO CONTRASTA LA INFORMACIÓN. EL COMANDANTE SÁNCHEZ ES UN EJEMPLO DE OFICIAL, TANTO POR SUS CUALIDADES MILITARES, COMO HUMANAS Y CÍVICAS.
EL HECHO DE QUE COYUNTURALMENTE UN MINISTRO, QUE NO ES DEL GUSTO DE LOS EDITORIALISTAS DE ESTA WEB SITE, ESTÉ DANDO PASO A QUE SE REPARE UNA INJUSTICIA, NO DEBE CONVERTIRLO EN “CABEZA DE TURCO” PARA QUE SE CALUMNIE A UN VERDADERO CABALLERO DE MAR.
CONÓZCALO PRIMERO CORONEL MOLINA, CONVERSE CON ÉL, REVISE SU CASO, Y LUEGO TENGA LA HOMBRÍA DE BIEN DE RETRACTARSE DE SUS ASEVERACIONES BASADAS EN SUPUESTOS.