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Las retorcidas mentes de los supercomitos

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Segunda entrega de la nota titulada “¿Por qué el correísmo se ensaña con Barman y Droguin?”.

Aurelio Dávila y Luis Baldeón, conductores de los programas de opinión deportiva Hablando Jugadas y Mira quién habla, de Radio Redonda, han sido once veces procesados por la Supercom. Las razones son desopilantes y retratan al curuchupismo correísta de cuerpo entero. A continuación, una lista de los casos. Las fechas corresponden a la presentación de las denuncias o de los reportes internos del organismo.

  1. 11 de febrero de 2015. – Por no identificar, en la emisión del 27 de enero, el tipo de contenido del programa, es decir: ese día se olvidaron de especificar que Mira quién habla es un programa deportivo de opinión. Multa: 1.770 dólares.
  2. 23 de febrero de 2015. – Por teorizar sobre la diferencia entre amante y moza. Según la Supercom, se trata de un “contenido que menoscaba la dignidad de la mujer”. Multa: 3.540 dólares.
  3. 4 de mayo de 2015. – Por repetir el insulto que un jugador le dijo a otro después de cometerle falta: “Te cagué hijueputa”. Multa: 3.540 dólares.
  4. 30 de julio de 2015. – Por decir que los hijos del también comentarista deportivo Roberto Omar Machado son malos periodistas y tienen trabajo gracias a que la radio es de su papá. Amonestación escrita.
  5. 13 de agosto de 2015. – Por hablar a favor de la infidelidad. Vale la pena reproducir sus palabras para que se entienda el contexto humorístico del asunto: “No estamos en contra de la infidelidad, en la cara lo decimos, en la cara y en los oídos de quienes quieran escuchar: estamos a favor de la infidelidad, pero eso sí, tienes que ser un profesional (…). Eso sí, pedimos alto rendimiento, inteligencia emocional, un desdoblamiento milimétrico sin que note tu cónyuge. Eso es complicado, tener doble cara (…). Nosotros estamos a favor de la doble cara, de la doble vida. ¿Por qué? Porque es un placer; te da una sensación de poder indescriptible, te da una sensación adrenalínica. ¿Si me hago entender? Señoras y señores, nosotros estamos a favor del profesionalismo del amante”. Para sancionar esta declaración el superintendente Carlos Ochoa, cuya fidelidad seguramente es ejemplar, cita el artículo 67 de la Constitución (“El Estado protegerá la familia como núcleo fundamental de la sociedad”) y concluye que se trata de un “contenido inadecuado”. Multa: 3.540 dólares.
  6. 29 de octubre de 2015. – Por llamar mamarrachos, payasos y bufones a periodistas de otra radio deportiva que los amenazaron con pegarles: “En qué país vivimos carajo, ¿esto es de patadas, de cuchillo, de revólver? Vamos a ver si responden como hombres ante la justicia”. Aunque se trata, obviamente, de una declaración de rechazo a la violencia de los otros, la Supercom la sancionó por “no observar reglas mínimas para la convivencia en el marco del respeto y la tolerancia hacia los demás”. En esta misma resolución se sanciona también una declaración de Luis Baldeón pronunciada en otra fecha: “que nos sancione por algo el Ochoa y toda su people. No hay cómo hablar en contra del gobierno, Aurelio. Gracias, me voy. Qué paisito éste ¿no?”. Según el propio Ochoa esas palabras incurren en “desconocimiento de la autoridad”. Multa: 3.540 dólares.
  7. 16 de noviembre de 2015. – Por exactamente las mismas causas que la demanda anterior. Aunque parezca increíble, Dávila y Baldeón vuelven a ser procesados por llamar mamarrachos, payasos y bufones a periodistas de otra radio deportiva que los amenazaron con pegarles. Y por decir: “En qué país vivimos carajo, ¿esto es de patadas, de cuchillo, de revolver?”. Y también (otra vez) por desconocer a la autoridad y llamar al incumplimiento de la ley a raíz de conocerse la sanción anterior: “La Supercom procedió nuevamente a notificarnos por 3 mil dólares, yo no voy a pagar un centavo”, había dicho Baldeón. Multa (otra vez): 3.540 dólares.
  8. 26 de enero de 2016. – Por organizar una encuesta telefónica con sus oyentes. Las preguntas eran: ¿con quién le gustaría acostarse? ¿Con quién se pegaría un grifo? ¿Con quién un trago? Según la Supercom, esta encuesta irrespeta los derechos de los grupos de atención prioritaria. Multa: 3.660 dólares.
  9. 28 de enero de 2016. – Por maltratar a un oyente que los maltrató primero. Había llamado a la radio a decirles: “Lo que usted tiene es diarrea mental y el otro señor que está al lado suyo es un pobre aprendiz de matemático, que nunca ha ido a una universidad”. Baldeón respondió: “Váyase al diablo, a mí no me interesa que usted sea físico cuántico, me resbala. Además, padezco de derrame cacal. Qué te pasa a vos que estás hecho el vivo, conmigo no te metas, que soy boca de verdulera”. Otra vez: irrespeto a los derechos de los grupos de atención prioritaria. Multa: 3.660 dólares.
  10. 1 de marzo de 2016. – Por confesar pecados de juventud: “Una época me dio por robarles dinero a los taxistas (…) A mi papá le robé un día, cinco sucres del pantalón”. A pesar de que los periodistas pronunciaron literalmente la frase “eso no se debe hacer”, la Secom decidió sancionarlos por justificar la práctica de un acto ilícito. Multa: 3.660 dólares.
  11. 15 de abril de 2016. – Por hacer la apología del chisme: “La razón de ser de este programa es el chisme, el rumor, el meterse en la vida privada de la gente”. Y también: “No somos un programa cualquiera que habla de moderación, de cariño, de respeto, nooo. Nosotros hemos venido a traer la espada”. Y también: “Yo no quiero fama, quiero plata, por Dios, entiéndanme. Yo soy una prostituta del periodismo”. Además, por hacerse llamar “Barman y Droguin”, en alusión al alcohol y las drogas. Todo lo cual, según la Supercom, “podría influir e incluso modificar (para mal, se entiende) el comportamiento de la audiencia”. Multa: 3.660 dólares.

En casi todos estos casos Dávila y Baldeón han sido acusados de violar el horario de protección al menor. Un pretexto improcedente, pues la misma ley del aparato de censura correísta, en este caso el reglamento de audiencias del Cordicom, establece que las franjas horarias no se aplican para los contenidos de opinión. Y tanto Hablando Jugadas como Mira quién habla están catalogados como tales.

Es evidente que lo de la Supercom con Luis Baldeón y Aurelio Dávila es una obsesión persecutoria. El sistema de control y censura de la libre expresión montado por el correísmo, con su marco legal y su aparato institucional, permite que cosas así ocurran con total impunidad, eso no es nuevo para nadie. La pregunta es por qué. Por qué dos exitosos periodistas deportivos que no se meten en política salvo por excepción, que gozan del favor de un público masivo, ciertamente escandalosos e incorrectos, posiblemente de mal gusto y hasta amorales, se convierten de pronto en las víctimas sistemáticas de la persecución del Estado. Parece claro que la Supercom quiere escarmentar con ellos. Usarlos como ejemplo para imponer su propio concepto de moral y buenas costumbres. Su curuchupismo y su mojigatería social como modelos de comportamiento. Son sus propias mentes enfermas y retorcidas, las de Carlos Ochoa y sus intendentes, las que hacen pasar por censurable el estilo de Dávila y Baldeón, cabezas de turco de un proceso que intenta ponernos en vereda y disciplinarnos a todos.

Personajes como estos periodistas, con sus dobles alusiones, sus inclinaciones perversas, sus tendencias (reales o figuradas) hacia el alcoholismo y la drogadicción, su incontinencia verbal y esa falta de elegancia de la que hacen alarde, difícilmente van a ser defendidos por alguien en una sociedad mojigata. Y (con la excepción de Fundamedios, que ha documentado su persecución entre tantas otras) no lo han sido. ¿Hasta qué punto la Supercom se levanta sobre la propia vocación silenciadora de los ecuatorianos, vocación que se ceba en gente como Dávila y Baldeón? La censura, escribió el escritor sudafricano John Coetzee, proviene de la capacidad de la gente para ofenderse por lo que lee o escucha. Y como esa capacidad es infinita (siempre habrá en la sociedad alguien que se sienta ofendido por algo), una vez que el espíritu de la censura se instala en el poder y se promueve desde el Estado, su posibilidad de persecución no tiene límites.

Uno de los ciudadanos rusos que ofreció su testimonio a Svetlana Alexiévich para su libro El fin del homo soviéticus dice, con bastante perspicacia, que la democracia no se puede instaurar por decreto, no se puede importar, no se puede improvisar. Porque la democracia precisa de hombres y mujeres libres. Y que en Rusia escasean. ¿Acaso abundan en el Ecuador? ¿Existe en el país una verdadera tolerancia hacia la opinión ajena o más bien tienden los ecuatorianos a creer que la libertad de expresión termina donde empieza el derecho de las personas a sentirse ofendidas? ¿Admitimos la libertad de los otros a hablar siempre y cuando no digan cosas que nos disgustan? ¿Es eso? La existencia de personajes como Luis Baldeón y Aurelio Dávila es saludable para la esfera pública porque el respeto de su libertad garantiza el respeto de la libertad de todos. El hecho de que hayan sido, durante un año y medio, acosados por el Estado y privados de sus derechos sin que esto se convierta en un escándalo público, pone en duda la capacidad de los ecuatorianos de vivir en democracia.

25 Comments

  1. Aplaudir la mentira,el desorden la trampa,es digno de una sociedad como la nuestra,soltarnos a reir cuando un niño preescolar dice palabrotas ,es premiarlo y bueno no hay censura.Ser infiel (desleal)es una forma de mentir,pero hacerlo sin que lo note nuestra pareja,nuestro jefe,nuestro electorado,nuesta audiencia,es cosa de inteligentes ,cosa de vivos.

    • Totalmente de acuerdo!! Son temas que no deberían ser aupados ni aplaudidos, pero… Ha escuchado usted, amigo, acerca de la sátira? El verdadero problema es que los detractores de Baldeón desconocen que él basa su estilo en la sátira, las expresiones irónicas y sarcásticas.

      • Al sr.Baldeón lo he escuchado desde cuando trabajaba con Machado.El descaro, la irreverencia,el romper con la gasmoneria son actitudes que en cierta forma despiertan simpatías,incluidas las vicerales sin lugar a dudas.El hecho es que de reconocernos tal cual somos abriríamos espacios para hacer de la tolerancia nuestra forma de vida,quiza sea por eso que nuestros gobernantes dominan espacios donde se explota nuestra capacidad de aguante y viven haciendo de las suyas.El latrocinio,las coimas,la traición,el chisme,son manifestaciones de nuestra viveza criolla y lo máximo que hacemos para protestar es usar estas válvulas de escape y nada mas.

  2. La libertad de expresión o el derecho a expresarse existe precisamente para garantizar y tolerar las opiniones que disgustan o que no van con el sentir “moral” del “establishment”.

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