Si a la conversión religiosa hay que mirarla con recelo, a la conversión política hay que ponerla en cuarentena. Generalmente claudica de su ideología: el cobarde, el oportunista, y el arribista.
En los últimos meses he visto cómo, en la política ecuatoriana, los exaliados del correísmo, antes hojas y ramas de un mismo árbol, ahora abjuran de él y se presentan como los más grandes críticos de sus antiguas prácticas.
En la Asamblea Nacional, exlegisladores de Alianza País ahora son “independientes” y se dan cuenta de que sus excompañeros leen sus discursos, votan como muñecos autómatas, incluyen textos al final del debate, etc.. Y se sorprenden. “¡Mira cómo lee y no es capaz de articular palabra!”, dicen. “Algo hemos de hacer” sostienen desde una ausencia de pudor. Y quien escribe estas líneas, armado de tolerancia y de paciencia, les responde: “Pero si eso han venido haciendo tres años, incluso cuando tú formabas parte de esa bancada, ¿por qué te sorprende ahora?”.
Lo que pensé que se quedaría en los pasillos de la Asamblea Nacional, ahora se está extrapolando a la política nacional y a las opciones presidenciales. Algunos candidatos de izquierda se presentan como una opción distinta a aquella que antes era su única religión, su única fe.
En la derecha hay candidatos hasta silvestres. Como las moras, han crecido solos. El ciudadano debería ir por el camino recolectándolos y poniéndolos en una cesta. La cuestión es que en política la cesta es un partido político. Es increíble que haya gente con la audacia de postularse a la Presidencia de la República sin un partido político que los respalde.
¡Qué drama el ecuatoriano! En su futuro se ve una pugna entre conversos y silvestres candidatos, de los que no se sabe qué mismo piensan.
¿Por qué es preocupante la falta de ideología y de pensamiento económico que los identifique?
Porque quien quiera que sea el presidente va a tener que hacer un ajuste económico; y la naturaleza del ajuste dependerá mucho de cuál sea su pensamiento político y económico.
¡No se puede sembrar esperma y cosechar presidentes como la mandrágora, que es producto de la siembra del semen del ahorcado! No podemos seguir buscando presidenciables entre conversos y silvestres. La elección de febrero de 2017 es crucial, no podemos perderla.
Me parece que la opción más valedera es el descarte. Usted ciudadano deseche a los candidatos silvestres o a los conversos y busque una opción real de gobierno que le plantee una ideología clara y un plan económico para sacarnos de la crisis.
En este punto, solamente usted tiene la posibilidad de manifestar su descontento con los chimbadores. Castíguelos en las encuestas, sométalos a su orfandad en campaña, déjelos librados a su suerte. Que su máximo premio sea su foto en una papeleta.
La democracia es responsabilidad compartida entre todos los ciudadanos. Nosotros damos el voto. El político sin gente es como un muerto sin cortejo. Si no rechazamos estas candidaturas de cartón, el reto de ganar las elecciones el 2017 se evaporará.
Ramiro Aguilar es asambleísta independiente.
Muy objetivo y oportuno su análisis, confío que podamos hacer valer nuestro voto aunque dudo del CNE que hace votar a los muertos, a los ausentes y los centenarios!
“Nosotros damos el voto”: como cuando votó a favor de la reelección de las 3 mudas autoridades de la Asamblea? Sea coherente y no sea opositor de cafetín señor Aguilar: es fácil dar la contra cuando es solo de dientes para fuera…
Si , empezó las mil y un candidaturas, de las cuales hay que descartar como pétalos de flor “vale o no vale”, que pérdida de valores vivimos hoy en día, cuando la gran mayoría de ciudadanos tengan la fortaleza de mantener sus convicciones a pesar de la tentación , seremos grandes, caso contrario seguiremos con presidentes mediocres y corruptos!!
Es una verdad inmerecida pero alfin y acabo verdad adsoluta. Gran responsabilidad la nuestra para salir del desconcierto del ahogo y descontento del 95% de los ecuatorianos..
Necesitamos mas amor propio a nuestro ya desfallecido país y rescatar lo que queda para pensar creer y soñar que nuestros hijos tengan futuro mejor .
El escenario económico/político para el próximo presidente es de susto: ¿Se atreverá a vender Yachay, abolir la ley de comunicación, la laboral? El desempleo que se vendría si se cierran ministerios, secretarías (como la del Buen Vivir) será enorme y la economía (por muy abierta al capital) no podrá subsanarlo.
Muy de acuerdo con su análisis y recomendación Dr. Aguilar.
Similar a los ministros del correismo que son polifuncionales, reciclables, saben de todo y nada, necesitan de muchos asesores y guardaespaldas, no son confiables aquellos políticos que se han paseado por varios partidos políticos, sin importarles sus principios y su ideología, sólo velan por sus intereses y medran de todo lo que la política les ofrece.