Jorge Glas Viejó fue condenado por la justicia ordinaria en septiembre del 2014 a 20 años de prisión por uno de los hechos más aborrecibles que mente humana pueda concebir: violar a una niña a la que, además, dejó embarazada. Pero publicar en el Ecuador un libro sobre ese caso no es posible: una jueza de Guayaquil considera que la divulgación de esa obra podría afectar la honra de los descendientes del violador sentenciado. En otras palabras, el derecho de la familia Glas parece haber alcanzado un estatus casi divino, a tal punto que en su nombre se censura libros.
En efecto, la jueza Sixta Amarilis Barcos le ha dado gusto a Heriberto Glas Espinel quien solicita, en un pedido de medida cautelar, que impida la circulación del libro “El caso Glas, lo que sufrió Alicia en el país de las maravillas”, del abogado Pedro Granja Angulo, porque podría afectar al nombre de su familia. Bajo los argumentos de la jueza Amarilis Barcos y de Glas Espinel no habría cómo publicar un libro sobre el Juicio de Nuremberg porque los descendientes de los criminales nazis podrían ver afectado el brillo y lustre de sus apellidos. Los hijos de Pablo Escobar podrían reclamar lo mismo.
El pedido de Glas Espinel es insólito bajo cualquier punto de vista y la decisión de Sixta Amarilis evidencia el agónico estado en el que se hallan los derechos y las libertades en el Ecuador. Según el obtuso entendimiento de la jueza y de Glas Espinel, el caso en el que se sentenció a su padre no puede ser conocido públicamente porque lo que ocurrió son hechos, según las leyes y la Constitución, “prohibidos y reservados al dominio público”.
¿Cómo puede ser reservado un caso que fue sentenciado por la justicia ordinaria? ¿Cómo pretende Glas Espinel que un tema abominable, que fue tratado por la prensa y que además fue de interés público, quede enterrado para salvar el apellido de su familia? Lo dice textualmente Glas Espinel en el texto que envió a la jueza Sixta Amarilis para pedirle la medida cautelar. “Está utilizando mis apellidos, el de mis hijos, el de mi señora madre, el de mis hermanos y el de toda mi familia, para comercializar y explotar públicamente un caso judicial sentenciado por la justicia ordinaria y cuyos hechos por expreso mandato de la Constitución de la República y las leyes de la materia son prohibidos y reservados al dominio público”.
Si Francis “Sonny” Capone y su madre Teresa hubieran tenido la asistencia de Heriberto Glas Espinel, de sus abogados y de la jueza Sixta Amarilis, hubieran logrado que jamás se publique un libro o película sobre su famoso papá Al Capone, porque eso habría afectado sus apellidos. Sixta Amarilis lo dice claro en su escrito al que los Capone, por suerte, no tuvieron acceso: “conceder las medias (sic) cautelares solicitadas por el accionante Heriberto Antonio Glas Espinel en contra de Pedro Javier Granja Angulo con el fin de proteger los derechos constitucionales de la familia del accionante”.
La afirmación de Heriberto Glas Espinel de que el tema de su padre es “reservado al dominio público” rebasa cualquier forma de decencia y es un insulto a la inteligencia social. El caso de Glas Viejó fue públicamente conocido porque fue la justicia ordinaria la que se pronunció al sentenciar a su padre y ha sido, además, de interés público por estar relacionado con un tema de poder político.
Lo insólito y descarado de los argumentos de Glas Espinel no quedan ahí. El hermano del Vicepresidente dice que Pedro Granja, el autor del libro y abogado de la niña violada, “se jacta y vanagloria públicamente sobre el lanzamiento de la obra mencionada” por haber dicho lo siguiente: “me complace decirles que acaba de salir de imprenta este libro”. Para Glas Espinel, esto, “además de indigno es reprochable e inconstitucional”. Que una jueza haya dado trámite a un pedido que incluya estos argumentos de caricatura es impresentable.
Sixta Amarilis olvida que la libertad de expresión está por encima del derecho al prestigio del apellido Glas o de cualquier otro y que el caso de Glas Viejó no puede ni debe quedar silenciado porque la sociedad no puede olvidar un episodio tan intolerable como aquel.
Pero hace algo incluso peor: con su decisión se vuelve cómplice de un cobarde intento por invisibilizar, a través del silencio que pretende Glas Espinel, el atroz atropello que se cometió con una niña. Su decisión está, por eso, cargada de la peor miseria. En su lógica, el lustre del apellido Glas es más importante que el drama que esa chica vivió. ¿Acaso dice algo sobre ella en su recurso? Ni una palabra.
Censurar libros es uno de los hechos más vergonzosos en la historia de cualquier sociedad. Y Sixta Amarilis le ha dejado ya esa herencia a los ecuatorianos que recordarán su nombre.
Fácil, sáquenlo en PDF por las redes.
No hay palabras para describir la putrefacta actuacion de esta familia y esta jueza contra una nina violada y embarazada por este pederasta, asimismo la actuacion de toda la Asamblea con excepcion de Cynthia Viteri q nuevamente denuncio la impunidad de aquel crimen. Prohibido olvidar a la rectora de aquel colegio q permitia q el pederasta se llevara a la nina a un motel frente al colegio, imperdonable y la justicia ojala le llegue. Habran leido el Codigo de la Ninez? Y estas mujeres q hacen leyes, nos representan??
Estimada Diana: las mujeres que hacen leyes , y que son mayoría transitoria, NO NOS REPRESENTAN. Como puede explicarse que ante temas que competen a los indefensos; niños , ancianos, jubilados, actúen como si nada pasa, cerrando el cerebro, que supongo tienen, para dar paso a la orden irrestricta de votar como se les ordena.
Yo supongo que tienen padres, hijos o hijas, jubilados o ancianos en sus familias. Serán capaces de verles a la cara? Sentirán algo de vergüenza por sus omisiones, por callar y dejar hacer cuando tiene la oportunidad de trascender defendiendo lo justo? Por un plato de lentejas? Creo que no, creo que rebasaron el nivel de cinismo, propio de esta robolución masiva, y perdieron toda dignidad. Cuando veo a una de estas mujeres en TV defendiendo sus pueriles argumentos, siento asco y lástima por su pobreza intelectual.
Paciencia. Pronto caerán, y cuando llegue el día, si no huyeron como ratones, los propios ciudadanos honrados tendrán la probidad moral de juzgarlos y señalarlos cuando vayan por la calle, no podrán quitarse el rostro de la vergüenza.
Insisto Abogado Pedro Granja, deje una copia del libro por ahi para que un buen samaritano lo suba a la web. Los hijos y demas perientes del viejo Glas tienen que aceptar la herencia que les deja este ya condenado violador de niños, y si no les gusta entonces que se cambien de nombre!
INCREIBLE!!! Probablemente no hubiese leído el libro, ya que es pública la culpabilidad de ese individuo, pero ahora, trataré de conseguirlo. Que querrán ocultar?Y como yo, seguramente miles o millones tratarán de hacer lo mismo. Por e-book, impreso, con seguridad se lo conseguirá. La “ilustre” familia Glas hizo un pedido poco inteligente.
En cuanto a la Sixta Amarilis, ( no cabe llamarla jueza o señora) será recordada por su terrible falta de criterio al acoger este ridículo pedido, digno de constar en Ripley, dejando de lado los derechos de la niña. No soy abogado, pero el caso es público, tiene sentencia. El crimen no puede ocultarse de ninguna manera. Si trataban de proteger al vicepresidente actual, había otras maneras, incluso poniendo distancia ya que no es culpa de esa “autoridad”, pero hicieron lo menos inteligente y ahora hay polémica pública. Me pregunto quienes idearían la “estrategia”?. El que sabemos? Con esas estrategias, no quiero ni imaginarme la conducción de un estado en el remoto caso de que llegue a conducirlo.
Vaya cinismo de los Glas. El padre un viejo degenerado moral, violador reincidente de niñas, el Hijo a la cabeza de una banda de delincuentes que hacen negociados en los sectores estrategicos. Larealidad es que no tienen ningun supuesto nombre que proteger. Ahora Tienen dinero y poder, pero no un buen nombre.
El Consejo de la Judicatura qué ha dicho o hecho al respecto?. Para los amigos la ley se interpreta según convenga.
Prohibido olvidar el nombre de esta juez Sixta Amarilis Barcos, a quien más le importó el plato de lentejas (su puesto) que aplicar la ley y hacer justicia.
VIVA CIORAN: ‘Cuando leo la palabra sociedad, me dan ganas de matarlos’
Porquería inmunda de justicia en manos de estos jueces veletas, zoquetes ignaros que solo obedecen a los jefes. Prostituyeron la justicia los proxenetas del poder.
En pleno s XXI prohibir la circulación de un libro, es algo nunca visto, en este paisito que en manos de estos cuenteros sigue siendo el hazmerreír mundial.
Sixta Amarilis, renuncia por sanidad moral. ¿Cómo pudiste haber firmado ese bodrio que te han redactado?. Te han hecho un daño moral terrible. No olvides que tiraron al chuky juez al tacho del desprecio después de que lo utilizaron. El vejestorio desflorador infame de una niña no puede ser protegido por la LOCA. ¿Y quien le repara el daño causado a esa niña? Posiblemente los hermanos glaseados, están protegiendo a su hermano más pequeño.¿ El hermano estará asistido económica y moralmente por sus ilustres familiares y sobre todo por su ÑAÑO vicepresidente? cómo éste es un desgobierno de ÑaÑos todo puede pasar.
Es inconcebible que exista hoy en día una repetición de Farenheit 451.
Entre tanto Correa no ha tenido empacho en acusar a la familia Mantilla de la muerte de Alfaro ocurrida hace CIEN AÑOS, acosándolos hasta que tuvieron que abandonar su empresa familiar.
Un motivo más para arrasar con el correísmo.