El ataque del gobierno a la Andina no es una cuestión casual o meramente de dinero. Cierto es, en estos tiempos de vacas flacas el correísmo ha querido subsanar los efectos de su despilfarro de las formas más originales e indolentes posibles, y el hecho de que quiera retirar el aporte que por ley debe otorgar a esta institución y a la Flacso seguramente tiene que ver con esto. Especialmente si se toma en cuenta que, además, tiene que mantener la mentira de que esos elefantes blancos llamados Yachay e IAEN realmente funcionan y son rentables.
Pero no se trata solo de dinero. El ataque a la Andina está más relacionado, creo yo, con el afán del gobierno de apagar cualquier chispa de pensamiento crítico, técnico, libre e informado en el país. Para el correísmo, la divergencia no es tolerable ni permisible. Solo hay cabida para quienes repiten, sin mayor análisis y cuestionamiento, lo que venga de quienes están en Carondelet o tienen sus favores.
Esto no es nada nuevo; de hecho, ha sido el modus operandi del correísmo desde sus albores. Primero, los ataques fueron a los periodistas críticos a través de la persecución judicial: ya sea con la amenaza de cárcel, sanciones civiles exorbitantes o asegurándose de que sean despedidos de los medios donde trabajan, progresivamente nos fuimos quedando casi sin referentes sólidos de periodismo crítico que no tema enfrentarse con el gobierno. Pero la ciudadanía permaneció mayormente callada. Porque, desafortunadamente, nadie parece dolerse cuando la injusticia la sufren otros.
Luego fueron los diarios, canales y emisoras radiales, a través de la inconstitucional Ley de Comunicación y su mecanismo inquisitivo de imponernos hasta lo que, según la Supercom, debe ser moral o gracioso. De multa en multa, de proceso en proceso, han ido mermando la capacidad de muchos medios de seguir informando como antes. No solo porque están económicamente afectados sino porque el tiempo que destinan para defenderse de los procesos del gobierno casi no les da oportunidad para hacer coberturas o escribir artículos de opinión. En pocas palabras, no les dejan trabajar en paz. Posiblemente el caso más indignante sea el de Diario La Hora, sobre el cual han caído más de veinte procesos administrativos solo por ejercer su derecho legítimo de difundir información de relevancia pública. Pero claro, en estos casos la ciudadanía tampoco protesta mucho, porque la mayoría no se duele sino cuando le tocan el propio bolsillo.
Y cómo olvidarnos de las organizaciones de la sociedad civil, paralizadas ante las disposiciones del Decreto 16 (ahora, Decreto 739). Bajo esta norma, catalogada de contraria a los estándares básicos sobre libertad de asociación y expresión a nivel internacional, se cerró Fundación Pachamama, se amenazó con la misma medida a Fundamedios, y ahora se ha iniciado un proceso similar contra la Unión Nacional de Educadores. ¿Qué fue lo que hicieron estas organizaciones para merecer medidas tan severas? Participar y opinar sobre asuntos de interés público y criticar las acciones del gobierno en el ámbito de sus respectivas competencias, figúrense. Así, algo que debería ser protegido en cualquier Estado medianamente democrático, en Ecuador es causal de sanción administrativa y hasta disolución. Los ciudadanos, salvo unos pocos, ante estos ataques no han dado mayores muestras de indignación o rechazo.
Ya sin periodistas, medios y ONGs que le hagan mella al Estado, les toca el turno a las universidades, empezando con la UASB. No les voy a quitar su tiempo analizando los argumentos estatales acerca del mecanismo de elección del rector, o de la asignación de recursos a esa institución, porque creo que no son más que leguleyadas que sirven para ocultar las intenciones reales de esas medidas: eliminar voces críticas y tomarse, posiblemente, ese espacio como otro bastión ideológico de APs. Y cuando digo espacio, no me refiero solo a la UASB sino a la academia ecuatoriana en general.
A efectos de entender lo importante de este asunto, debemos recordar que la libertad de expresión se ejerce también en las aulas y se manifiesta incluso en la posibilidad que cada universidad tiene de elegir las materias que oferta, los docentes que contrata, sus mecanismos de participar en asuntos de interés público y la manera como difunde ideas y opiniones a través de la generación de espacios de debate e investigación. Las universidades, al igual que los periodistas, los medios y las ONGs, tienen la capacidad de generar ideas e influir en la formación de la opinión pública. De ahí la necesidad de protegerlas de injerencias, ataques y cualquier otra medida que entorpezca el ejercicio de estas libertades.
Todos quienes están en el ámbito universitario han presenciado, en mayor o menor medida, un creciente clima de asfixia desde un gobierno cuyo objetivo parece ser burocratizarlo en un mar de requisitos, normativas, procedimientos y papeleos que, por momentos, ha parecido insuperable. Porque claro, nada es mejor que una burocracia para ahogar la creatividad, la iniciativa y el pensamiento propio. Y si eso no fuera suficiente, ahora varias universidades privadas afrontan acusaciones del gobierno de tener capitales en paraísos fiscales. Un ataque burdo, ciertamente, pero con un fin claro de debilitar, deslegitimar y entorpecer su labor educativa. No puedo evitar preguntarme si esas acusaciones no serán usadas eventualmente como pretexto para desaparecer estas instituciones o cooptarlas.
Llámenme pesimista, pero creo que el caso de la Andina es simplemente el primero en una serie de acciones con las que el gobierno pretenderá hacer con la academia lo que ya hizo con periodistas, medios y ONGs: silenciarla. La pregunta ahora es: ¿qué vamos a hacer como ciudadanos ante estos nuevos ataques que tienen la potencialidad de mermar nuestro derecho a elegir el tipo de educación que queremos tener o dar a nuestros hijos? El primer paso es no olvidarnos de la UASB, y entender el problema a partir de las consecuencias que podría tener no solo para quienes trabajan o estudian ahí, sino para la academia ecuatoriana en general. No es solo necesario decir #AndinaResiste sino, sobre todo, #AcademiaResiste.
Felicitaciones. Excelente artículo. Lo expuesto es la más pura verdad. Un gobierno que quiere ser el dueño del pensamiento de los estudiantes, que quiere apoderarse y manejar a su antojo las universidades, que son el alma máter del pensamiento libre. Un apoderamiento que está iniciándose desde la educación primaria. Si no, revisen los textos escolares, sobre todo los de ciencias sociales, donde se trata de imbuirle al estudiante todo lo realizado por el gobierno correísta. Temas en los que se desconoce la historia ecuatoriana y se trata de pregonar como única historia y existencia de las instituciones patrias las creadas en esta década.
Muy real la descripción que hace en el artículo, se ataca a las universidades donde se piensa y se debate, Correa dice ser académico, en la academia se respeta el pensamiento ajeno, no se lo impone.
Que mas se podría decir sino felicitar a la Srta. Columnista por tan preciso articulo.
Buen artículo, solamente quisiera hacerla una observación: casi todas las universidades del estado (mal llamadas públicas porque todas lo son porque cualquiera que cumpla los requisitos puede estudiar tanto en las del estado como las privadas, por tanto, todas son públicas) han sido ya tomadas o controladas por el gobierno con ayuda de la Ley de Educación que debe ser reformada o sustituída por otra. Por tanto la Universidad Andina y la Flacso son los últimos bastiones a ser tomados por Alianza País.
El artículo de la Srta María Dolores Miño es más que una fotografía cierta, verdadera e inobjetable. Narra la realidad por la que ha transitado este gobierno devorador de ideas y de pensamientos. Una directriz que fuera ejecutada con el más detestable de los principios; bueno, discúlpenme, de qué principios podemos mencionar…. La base de toda ignorancia es la falta de ética y educación y no podría referirme a no haber recibido educación de la más alta, sino de su accionar, ya que inentendible que con tantos conocimientos de primera linea quieran imponer tan lamentables derroteros y, en todos los niveles tratando del imponer sus torpes pensamientos para ser aplcados en la, academia, como lo cita María Dolores, claramente tratan al menos de encausarles a sus determinados intereses despreciables de querer controlar todo cuanto presienten pueda afectar a su dinámica insaciable.
Coincido que más allá de solo mencionar, toda la sociedad ecuatoriana debe hacer sentir su rechazo a tal forma de gobernar: La base primigénea exige que se respeten y se guarden los plenos derechos de la intangibilidad de la libertad en todas sus facetas. Nacemos libres de ataduras que puedan maniatarnos y tal beneficio humano no puede ni debe ser avasallado .
Un gobierno, cualquiera que fuere, siempre que sea democrático, basa su fortalece en estos argumentos estabilizadores. Lo contrario no hace otra cosa que generar y contrariar las mentes de sus gobernados que, más temprano que tarde, asi lo demuestra la historia, sucumbirá ante el descontento y la irritación colectiva.
También vale mencionar no solo a la academia; también anotar lo que sucede con las FF.AA. y Policía. Los desplantes permanentes; la ausencia del más mínimo pincel de tino y respeto; la intolerancia manifiesta del Sr. Ministro de Defensa, claro que seguro solo cumple disposiciones de la Presidencia. Es un cúmulo de profunda preocupación que mantiene en vilo y rabia posiblemente a sus miembros. Hablamos de Comadantes de Estado Mayor que por exeso de obediencia y tolerancia posiblemente prefieren evitar irreconciliables consecuencias y, de manera personal, guardo mi admiración a sus comportamientos y posiciones sin dejar que pueda alterarse sus propias bases alimentadas por décadas de trabajo y entrega por el País.
Cuántos temas cabrían mencionar en el campo Económico qu se supone es sufuerte. En la falta de valentía para afrontar y tomar decisiones que aunque fueren contrarias a sus voluntades y originan desgaste político no se las toma, por supuesto con las consecuencias desastrozas para la economía. La absurda entrega inmisericorde al gobierno chino ya que, en bandeja, hemos depositado nuestro principal recurso natural y, para corolario, con costos financieros inadmisibles, todo esto sin ningún conocimiento y peor sin aval de los organismos colectivos que no son oblegadamente parte del gobierno ; pero, que siempre con sus valiosos conocimientos, podrían haber aportado quizá buenas otras alternativas. Solo por referencia: los ecuatorians deberemos pagar más de $ 200 MM ( Doscientos Millones de Dólares), adicionales , por costos financieros. Esto solamente porque el Señor Presidente odia los mercados que históricamente han sido tradicionales a nuestros ; todo con el argumento de que no se someterá a condicionamientos de ninguna naturaleza? ¿ Preguntémonos si acaso no estamos sometidos a peor condicionamiento al hipotecar , además, nuestro petróleo.