El presidente del Consejo de Educación Superior, René Ramírez, no necesita pensar para ejercer su cargo. Le basta con hacer lo que Rafael Correa dispone en las sabatinas. Como en la última el presidente dijo que ya no quería seguir entregando dinero a la Universidad Andina, el lunes Ramírez salió a dar su gran anuncio: el Estado no seguirá entregando dinero a la Universidad Andina. Horas antes, el rector encargado de ese centro de educación superior, Jaime Breilh, conversó con 4pelagatos precisamente sobre los intentos de intervención gubernamental y la inconstitucional e ilegal pretensión de privar a la universidad de sus fondos. Aquí, su testimonio.
»La Constitución, en su artículo 355, dice que el Estado no podrá privar de sus rentas a ninguna institución del sistema universitario. El Estado no puede ni retener esos fondos ni decidir sobre ellos. Tiene que entregarlos.
»La UASB ha dado siempre un uso eficiente a esos recursos. Los ha invertido, por ejemplo, en un enorme programa de beneficio social, de becas. Ahora se trata de decir que esta es una universidad de élite, que sirve a una minoría que realmente no necesita del subsidio educativo. Hemos demostrado lo contrario hasta la saciedad, tanto con la estadística de nuestros estudiantes de años anteriores como con las cifras de la actual demanda. Un estudiante que egresa en este país y quiere, en ciertas áreas, seguir un posgrado, tiene dos muy buenas alternativas: la Flacso y la Andina. El hecho de que el gobierno haya afectado a las dos ha creado un malestar entre los estudiantes. ¿Qué estudiantes? ¿Los que pueden estudiar en el exterior? No, los que tienen recursos modestos. Digamos: mandos medios, mandos operativos del sector público.
»La Universidad Andina ha formado los mandos del sector público en el aparato jurisdiccional, en el aparato educativo, está formándolos en salud… Son los profesionales que se ubican en el nivel operativo que hace funcionar el aparato público del país. El 60 por ciento de nuestros estudiantes son personas de modestos recursos. No somos una universidad de élite ni una universidad para extranjeros, como se ha dicho. El 95 por ciento de nuestra demanda es de estudiantes del país. Más de la mitad tiene ingresos menores de 2.000 dólares; el 38 por ciento tiene ingresos menores a mil dólares. Y la Universidad, sin ser la más cara del país, tiene un ambicioso programa de concesión de beneficios, de becas. En eso hemos utilizado el dinero del país. Y hay también, claro, fondos de autogestión que completan nuestro presupuesto. Hemos dado un uso exclusivamente educativo a los recursos públicos, un uso perfectamente legal y legítimo. Y si ha habido una pequeña reserva, que es fruto de una buena administración, es eso lo que nos ha permitido continuar trabajando.
»Yo no sé qué intereses y qué orígenes tengan esos apetitos intervencionistas del gobierno. En algunos casos supongo que podrá ser un escenario de empleo. A lo mejor también el excedente de la Universidad pueda ser interesante para alguien… Pero hay otra cosa: el hecho de que la universidad no tiene un modelo tecnoburocrático. Esta no es, de modo alguno, una universidad institucionalmente opositora. Hemos trabajado con el Ministerio de Salud desde el comienzo de su gestión; hemos trabajado con el Ministerio de Agricultura, que nos invita a sus talleres; hemos estado trabajando con la Superintendencia de Control del Poder del Mercado, hemos estado asesorando, formamos gente… Yo, en lo personal, participé en la Constituyente, asesorando para la nueva Constitución en materia de salud; fui miembro del comité presidencial que luchó contra las fumigaciones de glifosato en la frontera, una pelea que ganamos científicamente. Es decir, la Universidad ha estado haciendo un servicio al sector público. Pero no nos hemos allanado a un modelo de educación superior tecnocrático. No estamos pensando en una funcionalización de la universidad al poder. Somos una entidad con pensamiento independiente, plural, aquí hay muchas ideologías. Eso molesta. Molesta cuando hay una visión unilateral de lo que es la universidad y se quiere enrumbar todo hacia una cierta visión de la universidad tecnocrática.
»Lo que nos ha protegido de estos intentos de intervención es la cohesión interna. Hemos tenido también mucho respaldo internacional y nacional. La ciudadanía nos ha hecho sentir que no comió cuento, que está con la Andina, una universidad que no se allana a que le quiten su autonomía. Y en mi caso, un rector encargado que no le he dicho sí al poder para que no le quiten recursos.
»El tema de fondo que debemos entender es que no se trata solamente de quién sea el rector. Puede ser la mejor persona del mundo. Si no hay una gobernanza autónoma, la universidad habrá perdido su autonomía. Se trata de defender la autonomía, de defender el derecho de la Universidad a pensar como piensan sus cuadros científicos, académicos, sin tutelaje, sin rendirle culto al poder para existir. Se trata de defender viejo principio de la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y el pensamiento independiente. No nos allanamos. Una universidad tiene que defender su condición. Imagínense si una universidad pierde su independencia de pensamiento, estaríamos vendiendo el alma de la universidad. Por eso, en este proceso hemos sido celosos en esa defensa, hemos sido cuidadosos en ser flexibles para dialogar pero firmes para no dar el brazo a torcer. Y eso no es tozudez.
»Podíamos haber tenido una nueva autoridad electa a fines de julio si no hubiera mediado esta obstaculización de Luis Fernando Duque, presidente del presidente del Parlamento Andino. ¿Por qué ese intervencionismo de Duque? A lo mejor él tenga algunos intereses políticos o tenga algunos enlaces con intereses políticos para tomarse la universidad. Él viene de una formación política. Él aterriza como presidente del Consejo Superior sin tener un estatuto académico de alto nivel. Es esencialmente un político. La universidad se ha defendido de eso y, lamentablemente, esto ha dilatado el proceso, pero no porque nosotros hemos querido.
»Hoy estamos en una nueva fase del conflicto en la cual (no quiero sonar como un optimista irresponsable e ingenuo) creo que hay una lucecita al final del túnel. Tenemos una propuesta de mediación internacional de François Houtart, una persona reconocida internacionalmente y, además, reconocida por la otra parte, por el gobierno. Esa propuesta se consolida cuando se integra a esa comisión mediadora Boaventura de Souza Santos y Nila Heredia, ex ministra de salud de Bolivia y una prestigiosa luchadora social de muchos años. Este espacio de mediación rescata el diálogo para volver a la mesa de trabajo y sacarnos de encima estos afanes de intervención. Creo que son una promisoria posibilidad. En ese punto estamos. Yo creo que si hay buena fe e inteligencia política se podría avanzar por este camino. Las dos sedes (la de Bolivia y la de Ecuador) hemos respondido ya a la propuesta de Houtart favorablemente. Y entiendo que René Ramírez ha dicho igual. Está de acuerdo con la mediación y con que volvamos a trabajar los temas que haya que debatir en la mesa de trabajo.
»El gobierno, obviamente, desde el comienzo quiso poner rector, un rector que le sea funcional. Se están dando cuenta de que la abrumadora mayoría de nuestro colectivo tiene una postura clara sobre la autonomía de la Universidad y cualquier cosa que suene a imposición del poder, aquí, no es bien vista. Aquí no se va a aceptar una imposición del gobierno.
»Lo he dicho varias veces: ésta sería una guerra estúpida si termina destruyendo una de las mejores universidades del país. Al propio René Ramírez se lo he dicho: si ustedes quieren intervenir la universidad pasarían a la historia y tú tendrías una marca muy negativa en tu hoja de vida. Cuando habla conmigo dice sí, estoy de acuerdo. Pero luego vienen las presiones de otro tipo. Él debiera entender que si esto se prolonga es una cosa mala para el país que no sólo es una afectación a la Andina. Esto viene como bumerán al resto de universidades del país. Y por eso hay malestar en los estudiantes de las universidades. A él no le hace ningún beneficio pasar a la historia como quien posibilitó, facilitó, no actuó frente a un intento de intervenir la Andina. A él le haría mucho mal. Ojalá la sensatez prime y espero pronto volver a la mesa de diálogo y salir de esto.»
Con toda certeza afirmo que la UASB si es una universidad de élite, por su calidad de enseñanza, por la preparación acdémica y la efectiva rectoría, por la liberatd que se da al pensamiento de sus estudiantes, por todo ello y mucho mas la prestigiosa UASB, es una universidad de élite pero al servicio de todos los estratos sociales y las diversidades del pensamiento, caso contrario de referirse a los costos de estudio, imaginense ustedes si nosotros los docentes hubiésemos tenido la oportunidad de estudiar en tan prestigiosa Institución, gracias a las becas y programas que se ofertan somos mas quienes formamos parte de esta noble Institución. Adelante UASB, que nada te decline, ni elpoder ni la opresión.
Rene Ramirez, las mieles del poder… que verguenza. Nicaragua, Venezuela y Bolivia estarian fascinados de tenerlo, por que no se va para alla?
Duque, mediocre politico sin educacion formal, para la proxima elegir a una persona de estatura intelectual y libre., igualmente preste sus servicios a Nicaragua, Venezuela y Bolivia q estaran encantados de tenerlo!
No entiendo como un rector pueda ganar 14.000 dolares. Que gane como rector y profesor. Ese es un punto que hay que tratar. Eso no puede ser posible. O bien es rector o bien es profesor. No se puede permitir estas cosas.
En Yachay los del “comité” ganaban 12000 y ni siquiera residían en el país.
Quisiera conocer cuánto aportan a la UASB los otros países. Considerando que es una Universidad internacional, creo que no solo el Ecuador debe aportar.
Igual inquietud tengo sobre la FLACSO.
Solidaridad absoluta con la Universidad Andina! Este no es un problema de una universidad, es una lucha por defender lo que el país ha logrado para ubicarse como un referente regional en educación superior. Lamentablemente, el pensamiento crítico estorba. Solamente la movilización permanente de las universidades que vienen siendo acorraladas pueden parar estos atropellos. Las universidades impagas deberían declararse en movilización y tomarse las calles sistemáticamente. Los medios podrían a ser un mucho mejor servicio al país brindando mayor cobertura. Bien por no dejar pasar encima la autonomía universitaria, y, de paso, por revelar el verdadero rostro de la tecnocracia: mentirosos e inútiles.
con Rafael Correa y este gobierno tengan por seguro que el escenario más probable es lo más estúpido que puede imaginar