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“Romper cabezas y patear traseros”: cosas de patrones

lectura de 8 minutos

Ángel N, estudiante del colegio Mejía, está viviendo un infierno. En la edad crítica en que la identidad personal se desarrolla, él está siendo corregido por el peor de los represores: sus propios compañeros. Le cayeron en cargamontón porque no les gusta su estilo: la corbata que usa como bufanda y cuelga informal sobre los hombros; el cuello de la camisa abierto sobre la chaqueta en plan fiebre del sábado por la noche; el trabajoso corte de cabello… Para él, seguramente, es una forma de expresar su personalidad, de diferenciarse del resto. Y eso es precisamente lo imperdonable para la comunidad del Mejía: diferenciarse del resto. Porque se opone a las tradiciones. Porque irrespeta los símbolos. Porque hace burla de la autoridad. Porque resquebraja la masculinidad de la institución. Porque atenta, en fin, contra el ABC de los valores patriarcales, conservadores y castrenses que diez años de correísmo no sólo no lograron vulnerar sino que –revolución educativa de por medio– fortalecieron. En el colegio Mejía y en el país. Al joven Ángel N el aparato de la disciplina social se le vino encima como si Rafael Correa en persona lo hubiera mandado (así acostumbra) en una sabatina.

¡Hay que ver las cosas que le dicen en el Facebook! Su foto –el selfie que se hizo, orgulloso y excéntrico– fue exhibida para escarnio del colegio en la página de Facebook Patrón Mejía, una comunidad donde recalan estudiantes de todos los niveles de la secundaria y exalumnos que siguen guardando el uniforme glorioso de la institución, lavado y bien planchado, dicen, en un lugar preferente de su armario. Sólo en esa página, 160 comentarios infamantes llovieron sobre la extravagancia de Ángel N en 24 horas.

Lo llaman “lacra”, “mamarracho”, “maricón”, “puerco asqueroso de mierda”, “caca de estudiante”, “ñengoso hijueputa”, “batracio”, “poco hombre”, “desparpajo”, “rarito”, “puto”…

Sugieren mil formas de “enderezarlo”, “corregirlo”, “ponerlo en vereda”, “disciplinarlo”, “hacerle entender”, “enseñarle a respetar”, “convertirlo en hombre”, “controlarlo”, “enseñarle a las buenas o a las malas”…

Quieren “patearle en el culo”, “romperle los huesos” (el administrador del sitio, de hecho, le amenaza directamente con provocarle “alguna fractura”), “sacarle la mierda”, “darle puñete”, “darle palo”, “darle un wachaso”, “raparle la cabeza”, “ortigarle” o, simplemente, expulsarlo del colegio… A patadas.

Ángel N se ha convertido en un ejemplo para escarmentar al resto. Uno propone: “A romper cabezas y patear traseros si encuentran a raritos como éste”. Otro respalda: “Pata y puñete a los que no llevan el uniforme como varones”.

Lamentan la “pérdida de valores”, la relajación de la disciplina, los nuevos modelos de conducta. Y se preguntan: “¿dónde quedó el Patrón de antes?”. El origen de estas aberraciones que Ángel N encarna ante la comunidad está muy claro: “La sociedad de ahora –dice uno– da muchas libertades con la consecuencia lógica de pérdida de identidad y de valores”. “Lo que más nos ha llevado a este tipo de incoherencias –arguye otro– es que al colegio lo hicieron mixto”. No hay que olvidar que hace once años, durante el gobierno de Alfredo Palacio, cuando se discutía el proyecto de permitir el ingreso de mujeres a la institución, la mayor resistencia (¿la única?) provino de los propios estudiantes.

¿Y cuál es la solución ante los extravíos de la contemporaneidad, ante la disolución de las costumbres y la pérdida de valores? La comunidad del Mejía responde a coro: mano dura. “Faltan inspectores que les saquen la puta a estos mariconcitos”, diganostica un estudiante. Falta la severidad del “taita Cahueñas”, un inspector que sí sabía cómo enderezar a los excéntricos e imponerles disciplina. Porque “un buen Mejía, en mis tiempos –recuerda un exalumno con sospechosa nostalgia–, vivió con el teque y el guachazo. Así nos hicieron hombres de bien”. Y a estito de aquí, al tal Ángel, le bastaría “un patazo de taita Cahueñas” para ponerlo “presentable”. “¿No hay alguien que le meta su patada?”, pregunta otro exalumno. Y por momentos se prefigura una campaña: “#vuelveCahueñas”.

Ángel N es una víctima del fascismo. ¿Qué otra cosa, si no fascismo, es este afán disciplinario, esta obsesión por uniformar las expresiones y las apariencias recurriendo a la intimidación y a la violencia? ¿Qué, si no fascismo, es este terror pánico ante las muestras de individualidad, como si la individualidad fuera una amenaza? ¿Esta negación de lo distinto, de todo aquello que, visto a la luz de los prejuicios, proyecta una sexualidad incierta, un comportamiento sospechoso, una personalidad difícil de reducir a los cánones oficiales? ¿Qué, si no fascismo, es este recurso al autoritarismo y a la violencia aplicada desde el poder con fines correctivos? Esto es fascismo con todas sus letras. Y ni siquiera necesita de un uniformado con un perro para imponerse sobre los individuos: la propia comunidad ejerce la violencia policial. Es decir, no es un fascismo cualquiera: es uno que ya hizo carne con la sociedad.

Nadie lo ha dicho pero es algo que ocurre en las narices de la sociedad: la educación pública nacional está formando generaciones de jóvenes ecuatorianos con los aborrecibles valores de la intolerancia y el autoritarismo, del machismo más básico y el tradicionalismo más curuchupa. El colegio Mejía, una de las instituciones emblemáticas del liberalismo alfarista, un ícono de la educación pública nacional, es sólo un ejemplo de ello. Por supuesto que los estudiantes del sistema dirán que son de izquierdas, que son rebeldes, que se formaron al calor de las luchas populares… Lo cierto es que, a la hora del té, basta con les pongan un hippie por delante, un excéntrico, un homosexual, alguien con un estilo de vida diferente o que simplemente no alcancen a entender y no se les ocurre mejor cosa que molerlo a palos. Son rebeldes, quizá, pero su intolerancia es desmedida y no puede ser saludable para ninguna sociedad que persiga fines democráticos.

Luego los ecuatorianos eligen como presidente al candidato que ofrece llevarnos al paraíso con la correa en la mano (literalmente) y el país se pregunta de dónde salió tanto autoritarismo, tanta intolerancia, tanto resentimiento y tanta violencia contenida. Revolución educativa con la correa en la mano. Ahí están los resultados.

El Mejía es Patrón y ser patrón no es cualquier cosa. No es éste un sobrenombre institucional que se pueda tomar a la ligera: decir Patrón Mejía es una declaración de principios y valores; es decir tradición, machismo, espíritu de cuerpo. Aunque los quiteños lo vean como parte del folclor de la ciudad. La unanimidad de las reacciones que provocó la simple foto de Ángel N en la comunidad de alumnos y exalumnos del Mejía expresa lo peor de la cultura política de los ecuatorianos. ¿Qué clase de postcorreísmo le espera al país con este tipo de valores?

63 Comments

  1. Cuando estuve en el Mejía yo quise lucir el cabello largo. Me parecía que tenerlo así no era sinónimo de vago o antisocial. Entonces llevé mi causa hasta las mismas oficinas de Taita Cahueñas. Recuerdo, me paré enfrente de su escritorio donde él estaba sentado, le ví gigante con todo el mito y leyenda que lo rodeaba cual aurora. Entonces me dijo “¿¡Así que quieres llevar el cabello largo!? Respiré ondo y empecé a exponer mis argumentos. Me interpeló… yo respondí. Al final hizo un oficio autorizándome llevar cabello largo. Lo acepté con prudencia y nunca hice alarde con mis compañeros que… se imaginaban lo que había pasado. Para mi ese colegio fue un descubrimiento en libertad de saberes y experiencias. Solo vestíamos el uniforme los lunes, no todos los días como los demas colegios; el resto de la semana era genial vestir ropa normal, común y corriente retocada a nuestro gusto. Creo que cuando amamos algo lo defendemos con violencia si es preciso y ¡Se ve mejor llevar bien el uniforme! El resto de la semana se puede vestir como tu personalidad te motive. Saludos y
    Per aspera ad astra
    (Dato para los pelagatos.- el mote de Patrón no es sinónimo de terrateniente, es sinónimo de modelo, secuencia, pauta, guía, ejemplo. Recuerden que en el Mejía se hacían las reformas a la educación ecuatoriana tras la victoria de la revolución liberal).

  2. Al momento que tu ingresas a una institución, la que sea, te sometes a los lineamientos de la misma, por lo cual es importante señalar que, si bien no se ha cometido una falta grave ante ningúna autoridad, hay que ser conciente de las consecuencias de tal o cual acción. Una joven Vendió su virginidad por un boleto a Justin Bieber hace algunos años, y pagó sus consecuencias; un joven homosexual se grabó llorando y gritando para defender a Britney Spears, y no fue lo más aceptado del mundo. Ahora un joven viste su uniforme como desea en un ambiente un tanto concervador y tradicionalista, lo cual obviamente le da pautas para saber lo que caerá sobre sus espaldas. No defiendo las agresiones de quienes publican amenazas y despotrijan contra el compañero de aula pero, Angel debió pensar mucho antes de subir dicha fotografía, en especial si conocía el ambiente al que está expuesto. Esto es más un problema de decisiones y desinformación debido a que el muchacho debe saber que las consecuencias de internet pueden ser cataclísmicas para un adolescente que apenas y empieza a conocer el mundo en su más cruda expresión.

  3. Lamento mucho haber tenido que leer este articulo viciado de pereza, de vagancia por no investigar ni darse el tiempo de entender más cómo es la convivencia en una institución o en si en cualquier establecimiento de educación pública.
    Primero es muy aventurado englobar al sistema educativo en una sola institución y luego dice muchas cosas basadas en sentarse 5 minutos a leer en facebook, si en verdad se preocupara por la educación de este país hubiera hecho una exhaustiva investigación no solo mediante una publicación en la red, sino que se hubiera tomado la molestia de indagar más tal vez mediante entrevistas, conocer cómo son las relaciones juveniles y demás métodos que debe ser de su conocimiento como periodista que se supone es.
    En fin para no hacer mas largo mi comentario y evitarle que deba leer 5 minutos más (tal vez se canse) quiero manifestarle que en el INSTITUTO NACIONAL MEJÍA lo que más reina es la diversidad ya sea de etnias, culturas urbanas, inclinaciones políticas,etc. Claro eso lo tuviera bastante claro si en verdad tendría la molestia de informarse mejor; también es menester manifestar que en este articulo se busca desprestigiar las acciones del gobierno (lo cual no es necesario porque ellos se encargan de hacerlo por su propia cuenta mediante un ministro inepto y un presidente ciego y sordo) y para ello toma así a la ligera el nombre de una institución muy ilustre y emblemática.
    por último dejo en claro que soy un reciente egresado de esta gran institución y que escribo este comentario en replica a su articulo debido a que está escrito a la ligera con poco interés y mucho odio.

    • Gracias por su comentario, por seguirnos, por leernos, por participar. Dos precisiones: un artículo de prensa no pretende, porque es imposible, redondear un tema. Eso hacen los enciclopedistas. Dos: ese artículo señala un hecho y alerta sobre la actitud que ese hecho suscita. Es todo. No pretende, ni de lejos, mostrar cómo son las relaciones juveniles. Por último, hacer una crítica no es “desprestigiar las acciones del gobierno” o escribir con odio. Es hacer una crítica. De odio habla el Presidente y es lamentable que él confunda lo que es el nervio del pensamiento (la confrontación civilizada de ideas) con expresiones de esa índole. Por lo visto eso ha calado. Cordial saludo.

  4. Correísmo, fascismo, machismo, sociedad patriarcal, autoritarismo, intolerancia, curuchupas…son parte de la fanesca de conceptos que utiliza para defender a un estudiante que no usa de forma adecuada el uniforme. Sí, hay un error de la página al ridiculizar a un estudiante y exponerlo a la crítica social; pero mezclar, descontextualizar y emitir un artículo sin ningún tipo de conexión temática, también es parte de la sociedad intolerante y autoritaria de la que habla.
    Hay unos puntos que quiero aclarar:
    1) ¿”Se diferencia del resto”? Es un tema delicado, hasta qué punto se diferencia de quién. En la foto no está representando su identidad. Es una mala imitación de una tendencia social, de un producto televisivo, de las nuevas estrellas de cine y los principales generadores de moda a quienes la juventud pretende imitar.
    2) ¿”Escarmentar”? Desde cuándo exigir respeto al uniforme es considerado una falta de rebeldía, desde cuándo faltar el respeto a la autoridad (la institución) representa valentía y orgullo. El irrespeto a la autoridad se justifica cuando esta atenta con los derechos y se convierte en OPRESOR.
    3) Error señor Aguilar. Me defrauda que su artículo carezca de investigación. Cuando se propuso el sistema de coeducación (me consta como estudiante del Patrón Mejía de ese entonces) se reclamó una adecuada infraestructura para el proceso. Se exigió mejorar los baños y pupitres; se pedía incluir a maestras mujeres y capacitar a docente que por años atendieron a un sistema educativo diferente, con el único objetivo de conseguir una verdadera inclusión. Sin embargo, como los periodistas de la época, veo que Usted se quedó con la versión de los medios. Aquellos que nunca atendieron y entendieron los verdaderos objetivos de una marcha y que solo enviaban a su camarógrafo para realizar tomas que luego aparecían dentro de un contexto errado; en noticias narradas por una señorita que en su vida pisó los alrededores de la institución y difundidas en medios que nunca cubrieron los acuerdos, las propuestas, los debates, soluciones que también fueron parte de la manifestación juvenil. Esos medios escondían sus cámaras cuando ya no había sangre, piedras, ni policías.
    3) ¿Víctima del fascimo? Es un uniforme institucional. Se utiliza los lunes, y sí, la comunidad exige respeto. El estudiante tiene la libertad de usarlo o no. De no hacerlo, sus derechos no serán vulnerados, tendrá otras opciones.
    Dicho sea de paso, en el Mejía se respeta el ingreso a estudiantes de todas las clases sociales, de todas las etnias, de absolutamente todos los rincones de la patria y extranjeros; de hogares funcionales o disfuncionales. También es muy respetuoso con la identidad sexual y filiación política. Le aseguro, aunque es una apreciación, que el 90% de los colegios en el Ecuador no tiene esa misa tolerancia y diversidad.
    4) La verdad, no sé como une el correísmo con un problema particular.
    Le reitero, hay un inconveniente al utilizar la foto del joven para ridiculizarlo en público, pero no se tome el nombre del Mejía para justificar sus conflictos políticos.

  5. Felicitaciones a 4 Pelagatos por sus artículos siempre importantes. En esta ocasión creo que se equivocó el articulista al culpar al Correato de la reacción de los alumnos del Mejía. Si bien no estoy de acuerdo con la violencia expresada en contra del joven por su peculiar manera de vestir un uniforme, apoyo el hecho de que hay cosas que deben respetarse, sin ello las tradiciones, las buenas, se pierden.

  6. Me olvidaba : soy un asiduo lector de 4 pelagatos sus artículos son muy interesantes claros y objetivos. OJO no con eso quiero decir que este siempre de acuerdo con todo FELICITACIONES POR SER DE LOS POCOS MEDIOS EN LOS QUE TODAVIA SE VE PLURALIDAD EN LOS ARTÍCULOS SIN IMPORTAR TENDENCIAS.

  7. antes de criticar nada me gustaría dejar en claro que a veces escribimos o decimos cosas por escribir o por decir cosas.
    debe entenderse bien claro cual es el espíritu del uso del uniforme su concepto real y su definición,
    solo imagínense a los soldados o a los policías usar su ropa de trabajo como a ellos les viniera en gana, al fin y al cabo debe respetarse su individualidad. solo recuerden que el uniforme es la representación de algo, y en honor a la individualidad no puedo hacer lo que me da la gana.
    tal vez este fuera de onda con lo que voy a mencionar, pero hace poco tiempo me enteré que a un chofer de taxi le quitaron su cupo en la compañía de taxis porque no permitió que un par de personas se besaran en su carro durante una carrera, puedo sonar retrógrado, pero donde esta el derecho de los que rodean a la gente. todo mundo tiene derecho a ser respetado en donde vive y se desenvuelve. Si un par de chicos o chicas libre de su identidad sexual o su tendencia religiosa, raza o color o estatus económico quieren demostrarse el sentimiento que ellos profesan, deben ser discretos en sus actuaciones hay sitios adecuado para ello y no tiene porque gritarlo a los vientos ni hacer saber a todos sus sentimientos, a eok yo le llamo contaminación visual ya que es la moda llamar a todo contaminación. si defender ese tipo de valores me hace retrogrado, pues soy retrógrado.
    GRACIAS

  8. Lo que mas llama la atención en el articulo de Cuatro Pelagatos y escrito por Roberto Aguilar es que por su odio al gobierno actual mezcla un problema social con un político, se salta de coles a nabos, considero que el problema no es solamente en el Colegio Mejía es en todas partes, en todos los colegios, escuelas, barrios cuando alguien se viste, actua, procede de distinta manera a la usual, lo cual se denomina ¨resistencia al cambio¨, por lo cual pediría a Roberto sea mas centrado y objetivo

  9. Es la primera vez que no concuerdo con su artículo, y es porque soy profesora, los estudiantes han transformado tanto el uniforme que mejor sería que ya no lo usaran, yo trabajé hace años en un distinguido colegio de Guayaquil, el Claretiano Espíritu Santo y allí, hasta que salí no se usó uniforme, pero nadie desmerecía sus prendas, no las utilizaban como forma de protesta, ni para llamar la atención, nadie se arremangaba los pantalones hasta las rodillas, ni eran tan apretados que dieran la impresión de que se trataba de mallas. Los diseños en el corte de cabello no demuestran personalidad ni autoafirmación ya que el peluquero se limita a repetir rapados, flechas y otros dibujos en todos los clientes, las camisas abiertas y los rostros amenazantes de jóvenes casi niños que lo único que pretenden es formar parte de ese grupo cuyos padres ya no pueden influir en su presentación, peor los profesores. Cualquier adulto y creo que usted también quisiera ver a su hijo bien vestido, si es con corbata pues hay que usarla como es debido y si no luchen por cambiar a un estilo más cómodo. Lo del Mejía lo considero un anacronismo fomentado por el deseo de ser singulares. No estoy de acuerdo que se los agreda, pero un grupo de transgresores juveniles pueden tener conductas que van más allá de la ropa y pueden poner en peligro las instituciones educativas y si usted lo duda, inicie una investigación

  10. es la juventud de ahora aunque si se tratara de mi colegio y un muchachito aparece con el uniforme alfa con dibujitos en el pelo aretes o cejas depiladas pues obvio que me ofendería mucho que un mamarracho haga gala de su irrespeto al uniforme

  11. Me parece que en esta ocasion el Sr. Roberto Aguilar se equivoco al pronunciarse ante este hecho realmente preocupante como una especie de “pasadizo de una puerta” al asociarlo con la exacerbante y asfixiante fuente de accion que tiene el actual regimen con sus prepotencias y abusos de poder, pienso que no se debe confundir aqui el fascismo que suele ejercer el oficialismo en gran cantidad de oportunidades contra un anarquismo a nivel interno que se esta gestando en un colegio de Educacion Secundaria.

    Hay dos cosas que yo veo aqui respecto al asunto de la misma publicacion dada por parte de quienes representan al “Patron Mejia”, colegio de años de total tradicion en la Ciudad de Quito y es que de alguna manera la primera cosa se ha visto durante años atras no solo en este colegio sino en otros establecimientos de educacion local como es el llevar inadecuadamente el uniforme de la institucion, [email protected] [email protected] actuales con su inmadurez y su rebeldia irresponsable piensan que “viviendo en su moda” pueden malograr la imagen y por ende todo un historial de vida de tal establecimiento educativo llevando de manera mamarracha y vulgar el uniforme del colegio.

    El segundo punto ya radica en el orgullo de defender el honor de tales establecimientos, como en este caso el del Colegio Nacional Mejia, donde la amenaza dada es un simbolo de “ya dejate de h…..adas y respeta al colegio vistiendote bien”, de no ser acatada esta amenaza entonces viene lo que no es amparable ni justificable, esa agresion fisica producto de la amenaza creando un sistema anarquista interno en el establecimiento que ya es para preocuparse de sobremanera porque podria en un momento determinado llegar a ser incontrolable.

    Lo unico que queda es volver a tomar en consideracion la educacion a conciencia que los padres debemos dar a nuestros hijos desde temprana edad para que desde la misma casa se respete todo simbolo patrio y ademas los estandartes, colores y uniformes de toda institucion educativa a la que uno asiste para crecimiento intelectual, moral y humano, son cosas positivas que a la larga nos sirven para seguir transmitiendolas a las futuras generaciones y asi en adelante.

  12. No estigmaticemos al colegio, como en todo lado hay gente para los cuales la violencia es la única solución. Igual existirán estudiantes que rechacen estas formas de solución. Como ex alumno he vivido en carne propia diferentes tipos de violencia psicológica, física, institucional, comenzando desde los mismos profesores, compañeros y el sistema educativo en general. Lo más difícil es salir inmune de la violencia del sistema ( incluidos los profesores, autoridades, policías y marginación social y económica) ya que mucho no se podía hacer con eso. De la violencia de los compañeros tocaba no más defenderse como se podía, a veces se sentía uno campeón y otras veces tocaba regresar con los ojos morados a la casa, diríamos que cosa normal en esos tiempos ( décadas de los 80s y 90s). Entonces tratar de vincular directamente a lo que pasa con un grupo de estudiantes del Mejía y el correísmo, no es acertado del todo pero de alguna manera digamos que la forma de ejercer el poder del actual gobierno, da alas a este tipo de propuestas tan grotescas para contrarrestar las diferencias. El Mejía y demás colegios fiscales especialmente, actúan como termómetros o indicadores de lo que pasa en nuestras sociedad y las familias que las conforman, seguramente los chicos que opinan que se le debería caer a palos y demás al pobre Ángel, sufren de mucha frustración y violencia en sus propias vidas y familias, lo cual lo tratan de desfogar a través de estos actos. En mi tiempo me acuerdo que habían muchísimas manifestaciones y paros, en estos momentos era cuando la violencia, la más grotesca posible salía a flote. Si protestábamos podíamos llegar casi sin problemas hasta Carondelet y gritar lo que quisiéramos ( ahora imposible) , pero si no aparecían los policías la protesta perdía la emoción. Muchos compañeros lo consideraban como un juego del tira y afloja de piedras, bombas lacrimógenas, balas, insultos, lo más parecido me imagino a una guerra donde los que más teníamos que perder eramos nosotros. Algunos murieron o quedaron lesionados de por vida por “jugar con los chapas” como se decía.
    Para terminar, todo sectarismo es una lacra venga de donde venga, estos compas tan fundamentalistas con lo del uniforme ya se parecen a los más radicales religiosos que condenan a sus mujeres a taparse lo que más puedan y de ser posible que ni salgan de la casa y todo en nombre de dios, acá el dios es al “Patrón Mejía”, que pena. Por suerte solo parecen amenazas, ya que si realmente querían hacer algo no lo hubieran publicado en facebook, pero con la violencia con la que se expresan ya sería más que suficiente para que el ministerio de educación tome cartas en el asunto. Recordemos que el machismo está muy lejos de ser superado en nuestro lindo Ecuador, si realmente queremos hace algo con eso empecemos con nosotros mismo y familias, después todo irá irradiando.

  13. Y si el estudiante es de un colegio militar o liceo policial, le dejarían llevar el uniforme como él quiere?, y algo más: habría este artículo defendiendo los “derechos humanos”?, los uniformes de cualquier institución se respetan y representan a todo un conglomerado que muchas veces si están orgullosos de ser parte de la misma, ya me imagino a un aspirante a sacerdote con estas fachas.

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