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El tuit de Cynthia Viteri que empelota la Unidad

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Cynthia Viteri hace hablar de ella. Es parte del libreto por ser pre-candidata por la Unidad a la Presidencia de la República. Primer evento: su deportación de Venezuela por parte de la dictadura de Nicolás Maduro. Segundo evento: el tuit que puso, como respuesta directa a César Montúfar, también miembro de la Unidad. En un audio, el presidente de Concertación Nacional, tomó distancia de Ramiro González, miembro de la Unidad, quien no es apto, a sus ojos, para liderar la lista nacional de asambleístas. Viteri escribió que “al Ciudadano no le preocupa quién conforma la Unidad sino la compra de la comida del día. Con esa realidad, el problema no son los nombres”.

 

En el primer evento, Viteri marcó puntos en la opinión pública. Contribuyó a mostrar el verdadero rostro de la dictadura en Venezuela y creó el desfase con el discurso oficial del correísmo, condenable bajo todo ángulo: en vez de defender sus derechos, el oficialismo terminó avalando la tesis venezolana: Viteri es una desestabilizadora más de la maravillosa democracia venezolana.

Segundo evento: Cynthia Viteri retrató de cuerpo entero el concepto de acuerdo político que hay en la Unidad: suma de siglas y suma de votos. ¿Por qué va a importar el pasado (reciente o no) de los protagonistas del acuerdo? ¿Por qué el tema ético tendría que incidir en esto? Al mismo dilema se encuentra confrontado CREO. Y por supuesto los pragmáticos de la política, aquellos que suman cargos y resultados tangibles, dirán que estas preocupaciones son propias de ilusos o románticos de la vida pública.

No obstante, Viteri ha sido criticada ampliamente en las redes por ese tuit que, en el fondo, delata la forma como ella concibe la vida pública. Ese tuit es de un populismo ramplón. Supone que las preocupaciones básicas (comer en el caso que ella evoca) neutralizan –hasta desparecer– las preguntas de fondo de la política. Y esas preguntas pasan irremediablemente por quiénes son esos políticos que proponen solucionar los problemas básicos, qué relaciones establecen con el ejercicio poder y con los ciudadanos.

Viteri en ese tuit dice lo que dice el presidente Correa: no se quejen… hemos hecho carreteras. No cuestionen la ausencia de fiscalización: hemos construido escuelas del milenio. La retahíla es larga, pero la lógica es la misma: no pregunten cómo lo hacemos, lo que cuenta es lo que hacemos. No reclamen derechos, basta con que puedan comer.

Cynthia Viteri dijo mucho en un tuit. Dijo que estos ciudadanos a los cuales ella pide el voto para ser su presidenta, cierren los ojos sobre quiénes son sus aliados y sobre lo que han hecho. Es decir, no saquen ninguna conclusión de los diez años de correísmo que han vivido. Es algo parecido a ignorar que el correísmo es aliado y defensor del régimen que cobardemente la agredió en Venezuela.

Esto equivale a decir lo que la Unidad está proponiendo: ¿sumar siglas y sumar votos para llegar –de pronto– a las mismas lógicas que dicen combatir? El mismo dilema tiene CREO con SUMA: ¿vender en los hechos el modelo Rodas como alternativa al Correísmo?
Viteri no concibe que los ciudadanos evalúen conductas y actitudes de los políticos so pretexto de que hay que comer. No concibe que los ciudadanos exijan a los políticos que expliquen –en el caso de Nebot, el suyo, Carrasco y Montúfar– por qué se alían entre ellos y con Ramiro González. ¿Acaso ya hicieron el balance de lo que hizo González en este gobierno y él ya les explicó lo que significa haber participado durante tantos años en un gobierno represor, que le huye a la fiscalización? ¿Ya les explicó por qué se baja de esa camioneta y sin ningún decoro político se suba en la suya de signo (supuestamente) contrario? ¿Le basta a Cynthia Viteri que González haya dejado el gobierno para volver a pedir la confianza de los ciudadanos?

Paúl Carrasco y César Montúfar también deben esas respuestas a la opinión. En el caso de Montúfar luce inverosímil que haya pasado en semanas del grupo de centro izquierda –con el cual firmó un texto de renovación ideológica– a firmar otro acuerdo con la Unidad en la que sabía que ya estaba Ramiro González.

El tuit de Cynthia Viteri muestra que, tras diez años de correísmo, poco ha cambiado la política para algunos políticos. En la oposición les importa supuestamente un montón los principios que guían su acción. Pero pensando en ser poder, todo eso se desvanece, con tal de que los ciudadanos puedan comer… Al parecer, el correísmo hizo escuela más allá de sus fronteras.

Foto: Asamblea Nacional

30 Comments

  1. Es natural que nos escandalicemos por el tuit de Viteri, lo cual es normal, las personas que comentan en 4 pelagatos tienen experiencia y saben que algunas opiniones pueden ser navaja de doble filo, pero para el pueblo, lo que cuenta y contará es un gobierno que le satisfaga sus problemas esenciales: trabajo, alimento, educación; todo en cantidad y calidad relativa, pero se trata de sobrevivir. Pruebas al canto: en este gobierno hay ex Social Cristianos, ex Sociedad Patriótica, ex ID, ex socialistas, ex pachacutic, gente de Alfaro Vive y una masa informe y desconocida que medra sin beneficio de inventario y a nadie le importa. Si la oposición sigue discutiendo nimiedades, asi empaquetaditos seguirán desgobernando este país.

  2. Aunque no es la situación que desearía, me parece que la opinión de Viteri es la realidad de la democracia en Ecuador, y probablemente de la mayor parte de democracias. El hecho es que una gráfica de la popularidad de Correa tendría coincidencia casi perfecta con los precios del petróleo desplazados 3 meses, mientras que eventos como su separación de lineamientos realizados en campaña o de sus medidas más autoritarias probablemente no causarían más que pequeños sacudones en su popularidad.

    Al menos desde la realidad que personalmente observo, diría que no es más de un 30% de la población del país que basa sus posturas políticas en ideologías. El resto está mucho más pegado a la economía.

  3. A esta señora no le interesa que el esposo sea un infiel,pero que de comer;no le importa que un empleado sea publico o privado le robe a su jefe,pero que desempeñe bien su trabajo;no le importa que un estudiante saque buenas calificaciones,aunque haga trampas en las pruebas;no le importa que un periodista haga buenos comentarios;aunque sea solo en una direccion;no le importa que sea hagan obras;aunque sea con contratos fraudulentos,no le importa que tengamos clínicas y hospitales que hayan prestado sus servicios al IESS,aunque sea sobrefacturando .Tampoco debe importarle que comamos galletas al mismo precio,aunque el productor reduzca su tamaño.Cierto es que al ecuatoriano lo que mas le interesa es que exista toda oportunidad para desarrolarse a través de un trabajo con la paga justa,y por el pago de sus impuestos tenga en los servicios la satisfacción plena de sus necesidades.Pero la libertad,la dignidad los valores son bienes que nos ubican en el camino de lo perfectible,no puede ser reducido a tener la panza llena.

  4. Si el problema, no son los nombres, sino la comida diaria de los ciudadanos.
    Que la tiranía continúe, que venda por trozos el país, con tal de que proporcione comida a los ciudadanos.
    El ser humano también vive de principios, de libertades, de ejercicio de derechos; en ello nos diferenciamos de nuestros congéneres, los animales menos racionales.

  5. Pedro libre
    Sr. Hernández, los ciudadanos que justipreciamos las orientadoras opiniones concordaremos que su comentario es felizmente acertado. Deplorable la declaración de la Sra. Viteri, pero el pez por su boca muere, más rápido cae el mentiroso que el ladrón, esa ramplona declaración de Viteri, nos muestra de cuerpo entero los que hay tras bastidores, esto es más de lo mismo, hasta ahora yo no encuentro en ninguno de los candidatos presidenciales opositores una oferta que cale que conmueva, minimamente creible, al parecer no les interesa comprometerse a recomponer lo terriblemente dañado.

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