El vaciamiento de liderazgo político dejó espacio para que se llene con individuos sin ningún antecedente de militancia o de articulación a ideología alguna. Correa mismo y toda su corte. Cuando la izquierda ansiosa de poder encontró a este acomplejado profesor de universidad costosa, no reparó en sus antecedentes para conocer si su solvencia ideológica y moral eran mejores que su histrionismo. En el poder, Correa, Moreno, Glas, los Alvarado, Mera, Aguiñaga y más incoloros de las ideas se descubren revolucionarios y se disfrazan. Se aprenden rápidamente Venceremos y tatuados de socialismo se han dedicado al “Buen Vivir” que es la traducción hipócrita y chavista de “La Dolce Vita”.
Lenín Moreno es uno de esos personajes. Secuela del correísmo. Convertido en personaje de la política en un páramo de ideas. Que goza y usufructúa de las canonjías y privilegios que se reparten en el poder, entre otras, el desprecio a las críticas y preguntas incómodas que elude con la distancia o responde con propaganda.
Aun cuando no es de la total confianza de Correa y por eso lo desplazó de la reelección, con seguridad -las cifras mandan- será el candidato del correísmo. Pero, el descalabro económico, los abusos, las denuncias de corrupción y el intenso afán de ocultamiento; la virulencia patológica de los sábados, dibujan un escenario que no pinta halagüeño para el triunfo. No obstante que el correísmo tiene una base de voto duro, este es insuficiente para ganar en segunda vuelta y, peor, en primera vuelta que es la pretensión ilusoria que esparcen los publicistas de la campaña.
En una columna de análisis sobre los presidenciables, José Hernández recogía las premisas electorales en la que que los “estrategas” de Moreno asientan la estrategia. En esencia, Moreno debe ampliar la base electoral más allá del insuficiente voto duro, con un discurso de crítica a la gestión de Correa en aquellos temas que produjeron el distanciamiento de una porción de su electorado. Proponer -pronostico- reformas a la Ley de Comunicación, objetar al intento de aumentar impuestos a las herencias y a la plusvalía. Distanciarse del discurso descalificador y groseramente abusivo. Es decir, mostrarse electoralmente tal cual fue su talante en el ejercicio de la vicepresidencia. Que fue de un desdoblamiento ético entre apoyar el autoritarismo y, al mismo tiempo, puertas para afuera, criticarlo sin generar el conflicto o en el enfrentamiento que debía provocar si en realidad estaba en desacuerdo con el autor de los abusos. Es decir, aprovechar la conmiseración y la contemporización que produce su condición física.
Moreno no se vestiría de mesero de restaurante típico para evitar que esos símbolos lo asocien con quien es ahora un peso muerto, electoralmente hablando. Intentará recoger en el discurso lo que en las encuestas aparece como rasgos negativos. También desmarcarse de la responsabilidad sobre los resultados calamitosos de la gestión económica que arroja un ejército de más desempleados que en 2007, o sobre el endeudamiento draconiano al que no ha llevado el ansia de recursos y la mala imagen como sujetos de crédito. O sobre el sonoro despilfarro de recursos que sin duda está asociado a corrupción. Moreno, pondrá cara de yo no fui. Difícil que los electores se traguen esa rueda de molino. Peor si lo acompañarán en la campaña el vicepresidente de Correa, los ministros de Correa, los asambleístas de Correa y el mismo Correa haciendo campaña por la consulta cuyo texto ya fue aprobado por la corte cervecera.
Más aún, Correa que es el non plus ultra de la economía, de la política, que es la verdad única, ¿va a permitir que, a pretexto de discurso electoral, su exvicepresidente, su becado, el hombre por quien están violando palmariamente la Ley para mantenerlo en Ginebra, lo critique y muestre los errores del gobierno? Cuesta trabajo creerlo.
En la campaña, el buenoide de Moreno deberá responder a las preguntas sin respuesta. Que no se responden con un cínico recorrido por un departamento en Ginebra. Porque importa un bledo en dónde vive. Lo que importa es que nos diga a cuenta de qué o por qué derecho recibe un pago con dinero público que luce arbitrario. O sobre el olvidado gasto en viáticos de su paso por la vicepresidencia de tres millones novecientos mil dólares a razón de ciento cinco mil dólares por viaje. Esto, a menos que pretenda usar el mismo lenguaje correísta de descalificación y difamación en vez del conciliador en el que será inevitable otorgue respuestas racionales.
En el esplendor del derroche, cuando el dinero fluía y la arrogancia aumentaba, los correístas no avizoraban un escenario electoral tan desfavorable. Pensaban que la elección de 2017 sería otra de trámite. Muchos se bajaron del balde de la camioneta y fueron acogidos como pródigos en filas de cierta oposición. Para los que se han quedado, la pugna por espacios por impunidad desnudará sus flaquezas. Para Moreno las cifras son buenas pero no prometedoras y aún la campaña no ha iniciado.
Diego Ordóñez es político
No hay que olvidar que tanto Lenin como Cyinthia , cada uno tiene su Patrón , y en la eventualidad q cualquiera de los dos gane tendrán que seguir órdenes de ellos. La independencia de un gobernante que no deba responder al tráfico de influencias es muy, pero muy importante.
Candidatos y funcionarios con las características de “sin ningún antecedente de militancia o de articulación a ideología alguna”,tenemos muchísimos en el Ecuador de “todos y de todas”.Se me antoja por ejemplo el Dr.Mauiricio Rodas actual alcalde de Quito,personaje receptor del voto bronca de sus habitantes,la ciudad y el país pierden por su indolencia social.El Jeff Pérez propuesto por el expresidente naranja,su objetivo conseguir votos para que nadie piense en sus propuestas de gobierno. Además de otras marcas políticas que también están por proponer personajes de la farándula y con el mismo objetivo,el de captar el poder,todos en uso de su legitimo derecho a ser electos por el hecho de que por estar contra el correismo es lo que vende.La corruptocracia se ha convertido en cosa común en nuestro país,basta ver la historia reciente en la cual de cuerpo entero y sin importar la marca política,el pueblo es sometido a un chorro de actos que nos llenan de vergüenza.Casas de salud prestando servicios con sobrefacturación,venta de pases en la policía nacional,sucretizacion,fondos reservados,flores y miel, prestamos con gancho,es decir,comisiones.Puffff
Para Moreno la campaña se le pone cuesta arriba, porque a más de los ofrecimientos demagógicos, tendrá que rendir cuentas de su estadía en Ginebra y su responsabilidad en el gobierno que termina.
Muy interesante su comentario don Diego, es verdad Moreno no usa las camisas bordadas como Patiño o Rivadeneira, en el fondo es otra clase de persona, la antítesis del comandante en jefe, tranquilo, meditador, bastante centrado, dicharachero. Lo intrigante es saber si su personalidad se someterá a la del caudillo y si compaginará con Glas. Personalmente creo que no sucedería ni lo uno ni lo otro. Mi percepción, al margen de estos comentarios, es que Lenin Moreno no está preparado para gobernar, su nivel académico aunque no es esencial, pero si importante es desconocido, su experiencia es muy limitada, no tiene ningún antecedente y ese es su principal déficit, podemos estar cayendo nuevamente en la situación actual, un presidente con mínima experiencia en el quehacer político, económico y administrativo. Aunque no es decisivo no hay que soslayar su problema físico, a pesar de que un examen psicológico si lo superaría
Bob, cuando usted hace su lista de las características de Lenín Moreno se le olvidó decir corrupto y mentiroso.
En algunos aspectos Ud tiene razón, más centrado , talvez, dicharachero, puede ser, pero en mi opinión Moreno es más radical que el mismo Correa, por su militancia activa en la extrema izquierda. Y pienso que sí es sumiso pues siendo vicepresidente pudo ser un freno o un moderador a la lengua larga y procaz de Correa, en sus insultos y descalificaciones, y no se atrevió a confrontar, por conveniencia o por miedo , no sé.
Y no necesitamos un presidente de esas características. Pudo haber ganado fácilmente el favor popular si hubiese hablado en su momento. Ahora, está quemado .