//

El No que unió a Colombia

lectura de 5 minutos

El triunfo del NO permite resituar algunos debates que la realidad colombiana suscita en Ecuador. Muchos lugares comunes y algunas superposiciones alegres que surgen de identificar la resistencia de la sociedad a la guerrilla con el paramilitarismo. El gobierno de Alianza País ha contribuido a amalgamar más las cosas por haber cubierto con ropaje de samaritanos a unos guerrilleros que, con los años, se volvieron sinónimo de terrorismo, extorsión, narcotráfico y secuestro.

No se entendió que gran parte de los electores colombianos adhirieron a Álvaro Uribe por cansancio y decepción tras haber tendido la mano para una negociación política y haber sido timados por las FARC. Algunos presidentes hicieron esa dolorosa experiencia. No se entendió que ese mismo electorado apoyó a Uribe, a pesar de todos los reparos que ese señor genera, porque en sus dos gobiernos las guerrillas perdieron las aureolas de Robin Hood que se habían esforzado en publicitar.

Juan Manuel Santos inició la negociación sin garantía alguna de que las FARC esta vez sí jugarían limpio. Lo hizo en forma partidista, encerrando a Uribe en el papel del perverso guerrerista, prescindiendo de crear un frente político interno que sustentara su iniciativa. Desconoció las alertas que llegaron de muchos sectores. Desoyó a las víctimas. Forzó las instituciones para que calzaran en un acuerdo pleno de privilegios para los guerrilleros.

Su gobierno aupó el SÍ en forma abierta. Lo promocionó dentro y fuera de Colombia. Juan Manuel Santos emprendió una campaña mundial de la cual no se quedó por fuera ni el presidente Obama. Ya se veía incluso Premio Nobel de la Paz. Lo cierto es que el Estado colombiano, representado por el gobierno de Santos, cedió ante pretensiones absurdas a nombre de toda Colombia. Por eso el voto del domingo es tan elocuente: los electores no aprobaron privilegios para aquellos que han atentado contra la población durante décadas; privilegios contenidos en casi 300 páginas de un acuerdo que se plasmó en una pregunta.

El triunfo del No no es el retorno a la guerra: es un mensaje que, paradójicamente, se convierte en una oportunidad para que la sociedad política colombiana, en su conjunto, replantee el acuerdo y lo complete. Es destacable que Santos y Uribe, y con ellos las otras fuerzas políticas, así lo entiendan: Santos aceptó la derrota a las 19:00 y abrió, inmediatamente, la posibilidad de que la oposición se una al planteamiento de paz que tendrá que reformular el gobierno. En su corta declaración, el presidente colombiano admitió en los hechos lo que negó durante años: que las reticencias ante el acuerdo de paz no son meras movidas políticas de la oposición: son objeciones compartidas por una gran parte de la opinión. Oyó el mensaje que fue contundente cuando se piensa que el gobierno bajó el umbral electoral de 50 a 13%. Y aún así perdió.

Francisco Santos, ex vicepresidente de Uribe, hizo lo suyo como vocero del Centro Democrático. Ni arrogancia ni triunfalismo y un mensaje directo a las FARC sobre la necesidad de que el acuerdo continúe. El ex presidente también morigeró su actitud y dijo a las FARC que nadie quiere violencia y que gozarán de protección. Uribe quiere formular un acuerdo nacional para encarar de nuevo lo que podría ser el último round de la negociación.

En los hechos Santos y Uribe miran en la misma dirección, admiten que el proceso de paz se mantiene y afirman que lo deben concluir –en alguna forma– juntos: esto es un efecto positivo para Colombia y es consecuencia directa del triunfo del NO.
Partidarios del SÍ y del NO son conscientes de que todos quieren la paz pero que tienen que replantear en algunos puntos el acuerdo. Los unos avanzan hacia los otros; los unos se hacen cargo de las razones de los otros: ese es otro efecto positivo del triunfo del NO.

Los grandes perdedores del plebiscito son las FARC. También esa organización ha dicho que se mantiene el cese al fuego. Pero Timochenko, su dirigente máximo, parece deseoso de ignorar el resultado de las urnas al afirmar que no tiene efecto jurídico porque el acuerdo ya estaba firmado. Es una mentira piadosa. Jurídicamente todo vuelve a cero porque la Corte Constitucional determinó que si el NO ganaba los acuerdos contraídos no pueden ser implementados por el Estado.

Las FARC ya no tienen ante sí un gobierno: tienen un país donde los partidarios del NO y del SI se unen alrededor de dos realidades políticas insalvables: quieren la paz pero con un acuerdo justo para las partes. No será fácil, pero la solución que salga esta vez sí será social y políticamente sostenible.

24 Comments

  1. que pena leer su comentario señor hernadez soy un hombre de izquierda que no estoy de acuerdo con correa pero decir que el gran perdedor del plebiscito son las Farc lo único que revela es una actitud propia de la lògica de los que defienden a Correa, buscar enemigos para salvar a los verdaderos culpables de la crisis colombiana en donde apenas el 40 por ciento de los votantes expresan su adhesión, y sabe por què , porque el pueblo colombiano es el que ha perdido y no las Farc, ellas han dado muestras de querer buscar una salida negociada tantas veces buscada desde 1987 cuando masacraron a 4500 dirigentes de la Uniòn Patriótica de Colombia con el cuento de la Paz. Esa es la Paz (la de los sepulcros) es lo que quiere Ud. Què pena. Para què leer màs estas pendejadas.

  2. Es el primer análisis moderado respecto a lo que sucede, he oído horrores y barbaridades respecto al sorprendente resultado, pero lo que nadie dice es que el proceso no inició bien y eso les pasó factura. Aquí queda claro el punto de la falta de participación oportuna de TODOS los implicados en llevar este proceso de negociación. Excelente artículo.

  3. en qué país vive el periodista?? claro, no en colombia.
    este artículo no refleja lo que se siente en colombia en este momento ni las graves repercusiones de la incertidumbre, la desinformación y la polarización que implicó ese no en el plebiscito.

  4. Ese acuerdo era inaceptable. Convertía a las FARC en el ente co-planificador de todos los aspectos de la vida de Colombia. Me pregunto ¿a cuenta de qué? Contiene disposiciones muy graves como aquella de que la tierra se repartiría equitativa e igualitariamente, siendo los beneficiarios los que no tienen tierras y los que no tienen “suficiente”. ¿A donde se quería llegar? ¿a institucionalizar un Estado comunista? Bien por el pueblo colombiano que, aunque anhelando la paz que todos anhelamos, supo poner coto a esta pretensiòn y obligar a que el Gobierno revise el acuerdo para hacerlo razonable.

  5. La gran madona quererse atribuir muchos privilegios a espaldas del pueblo, aunque es apretado el No, tomar curules casi por decreto de Santos y FARC, negativo. Otorgar subsidios a terroristas victimarios? con fondos del pueblo, de familias y víctimas? Señores pónganse a trabajar la tierra usurpado, cojan el arado, fundan el fusil y hagan asadones, además devuelvan a sus dueños y agricultores sus terrenos…pónganse a trabajar juntos. La billetiza del narcotráfico? Ahí son mandrakes, prestigitadores, no dicen nada, hay inventarios? Se entregarán a los afectados?a militantes subsidiados? O se repartirán entre los líderes amañando maniobras oscuras? Se incorporará a la producción, a la agricultura, a la salud? yo creo que más que creerle a Uribe, el pueblo no cambia la paz por la injusticia, favorecer a unos cuantos “arrepentidos” para consuelito, no es correcto aunque parezca justo.

  6. Esperemos que luego de los complejos diálogos que se tendrán que dar la sociedad en su conjunto se comprometa a la construcción y fortalecimiento de una paz duradera. Realmente el ausentismo fue decepcionante.

  7. Lo que ninguno de los comentarios menciona, ni siqueira el artículo principal, es el factor Cuba-Venezuela. Cualqueira sabe ahora claramente cuál es el objetivo de las FARC por medio de la paz con ventaja. Ese objetivo es una sociedad cubano-venezolana. ¿a quién le gustaría eso sino solo a sus beneficiarios? El acuerdo de Santos no les daba solo la mano sino el codo, para que se les facilite luego tomarse todo. El Ecuador también es un ejemplo de etapa intermedia hacia el mencionaod objetivo. Con tantos ejemplos alrededor era imposible no tomar la precaució de votar NO, a pesar y en contra de la inmensa campaña nacional e internacional por el sí.

  8. Con la delicadeza que caso amerita, concuerdo a veces es necesario vivir en carne propia una atrocidad para comprender por que un pueblo dice no a un acuerdo condicionado, muchas de las veces juzgamos ligeramente pero en la realidad de vida hay una clara diferencia entre lo que esta bien llámese orden buena costumbre, respeto al espacio ajeno, etc. Y lo que esta mal, igualmente abuso, crimen, irrespeto chantaje, etc. Y de eso el pueblo colombiano que vive en carne propia lo distingue claramente.

  9. El señor Hernández siempre mira a un lado y nunca puede encontrar el equilibrio. Siempre deja ver su tendencia derechista. Con ello no digo que se vaya a la izquierda pues sería caer al otro lado de lo mismo. Indudablemente que las farc son criticables pero el uribismo también, y no se trata de ver quién ha sido peor. Creer que las farc son los perdedores y que Uribe quiere la paz es no comprender nada. Todos son perdedores, especialmente los que no entendieron que es la oportunidad de utilizar otros mecanismos como las urnas por si fuera necesario arrinconarles más. Las farc no son mansas palomas ni el uribismo, pero como siempre al señor Hernández le jala su conservadurismo y se va para ese lado, por lo que no hay periodismo critico y autocítico sino periodismo de la “antipatía”.

    • Gracias por su comentario. En vez de andar por el mundo repartiendo etiquetas, lo mejor es, quizá, estudiar un poco de la historia de Colombia y leer el acuerdo que Santos firmó y la retahíla de privilegios que quiso otorgar a aquellos que, con otros grupos, han producido violencia y terror. Quizá, entonces, se entendería por qué fueron más numerosos aquellos que votaron por el NO que los que lo aprobaron. Gracias por participar.

      • No se a que se refiere “andar por el mundo repartiendo etiquetas”, lo único que sé es que la mitad de los colombianos que sufrieron directamente esta guerra absurda farc-derecha fueron derrotados por los que vieron el conflicto por la televisión. Que los que perdieron familiares, amigos, piernas, brazos, tierras votaron por el SI, y los que vieron a lo lejos votaron por el NO. Que la izquierda-farc cometieron muchos errores y fracasaron en su supuesta defensa del pueblo perdiendo a miles de jóvenes soñadores que querían otra Colombia, que la derecha enviaba al ejército colombiano para enfrentar a las farc muriendo miles de jóvenes del pueblo, mientras ellos se seguían haciendo ricos tomándose las tierras de los desplazados y levantando nuevos negocios legales e ilegales. Que la violencia de la izquierda es absurda y la violencia de la derecha también, y que los únicos que ganan son los mercaderes de la guerra, los negociantes de la guerra, es decir, en última instancia la derecha colombiana y mundial. Que a la derecha no le interesa la paz, le interesa que les encarcelen o maten a las farc, para que abandonen la selva colombiana rica en minerales y petróleo donde hay billonadas de dinero que irían a parar a las corporaciones y a la mano de obra barata colombiana unos cuantos pesos. La izquierda ha fracasado a nivel mundial y la derecha se aprovecha de ello para concentrar y aumentar mas riqueza, en que ahora 62 personas tiene la misma riqueza que la mitad del mundo (OXFAM), que los ricos se han hecho más ricos en Colombia, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina, etc. Es o no es así?

        • Una brevísima aclaración, la votación no expresa la voluntad de la mitad de la población colombiana. En realidad representa a la mitad de las personas que votaron, ya que en Colombia el voto es facultativo y no obligatorio, como sucede en Ecuador. Si recordamos que hubo un 62% de abstención, concluimos que el 20% de los ciudadanos en capacidad de votar decidieron en las urnas el curso del plebiscito. En otras palabras, 6 y medio millones de personas decidieron el destino de 46 millones.

          • Respecto al 62% de abstención, “el que calla otorga”. Es decir, los millones que no votaron DEJARON que 6.5 millones hablen por ellos.

          • Señor EArcos, la falacia puede ser otra: el 62% de quienes no votaron cometieron la imprudencia de permitir que los que votaron por el SI hablaran por ellos, y no les alcanzó! Su opinión es tan vaga como la que pone de ejemplo más abajo, usando la voz de Reece en el Universo, que sólo menciona generalidades que escuchó decir a alguien, sin preocuparse de investigar a profundidad el tema. Lamentable.

  10. Es de locos pretender convertir un acuerdo con rendición, para ello se dice que debe existir un ganador claro en la guerra, lo cual no ha sucedido (algo debe pasar para que en 52 años no los hayan eliminado). Concuerdo con la opinión de whitacker, simplemente los eliminaron, los asesinaron, con la complacencia de la policía y la justicia colombiana. Entonces decir que debe existir un acuerdo justo es absurdo, primero deberían dejar el resentimiento y el odio, que es la base de todo acuerdo, quien ganó en este plebiscito, Uribe (Dr. Barito lo llaman en la zona) con vistas a ganar el poder nuevamente y seguir en el negocio de la guerra, triste epilogo para un esfuerzo grande de cuatro años…

  11. José, buenas noches.
    Siempre se agradece una opinión con criterio.
    Como lectora me gustaría conocer su punto de vista sobre el comentario de Whitacker. Por favor.

  12. El asunto es un poco más complejo. Y el NO es un poco más retorcido. Recordemos que el partido que pretendía representar a las Farc, la Unión Patriótica, fue diezmado por paramilitares aupados por Uribe y sus amigos. No los vencieron en las urnas, simplemente los mataron. Así de fácil. O sea, las Farc han tenido lo suyo, por supuesto, no dejan de ser terroristas, pero no surgieron de manera espontánea. No fue porque un día Marulanda dijo: oigan muchachos, pongámonos una guerrilla como negocio. Fue porque las élites decidieron agarrar el campo a como diera lugar, matando y echando fuera a los propietarios para poner sus vaquitas y sus cultivos y sus casitas de hacienda invirtiendo más balas que dinero. Hoy hay todavía criminales como Pretelt (corte suprema de justicia) que no quieren devolver una hacienda, producto del despojo a unos campesinos. O sea, sí, las Farc son una peste, pero no menos que el exprocurador, Alejandro Ordóñez, que desde su poder defendió a sus siniestros amigos (Uribe, Pretelt, etc.) y atacó a todos sus enemigos, despojándolos de derechos civiles. Si toda esta marrullería sucede hoy en día, imagine lo complicado que debió ser un campesino perseguido por pájaros (los famosos paramilitares colombianos de los años 50 y 60) sin poder dar un grito de auxilio a través de twitter. De allì el surgimiento de la guerrilla. Este NO en Colombia es peligroso, a pesar de ser el NO de apenas el 20% del electorado colombiano, porque le volvió a dar voz a personajes siniestros como Uribe, como Ordóñez, famoso el angelito por quemar en su juventud libros oscuros (al mejor estilo nazi)… como 100 Años de Soledad!

  13. Usted está perdiendo la objetividad y lo de ayer es todo menos elocuente. No se entiende que tiene que ver la buena o mala intervención de Ecuador. Me parece bien que haga oposición al Gobierno Ecuatoriano, pero que de ahí justifique el apretado NO me parece absurdo, sabiendo o pensando que usted es un comunicador progresista, nacido además en Colombia. Definitivamente 4 pelagatos está cayendo en la misma lógica que el Gobierno!

    • Colombia le dio el No a una paz condicionada con demasiados favores politicos y beneficios para las FARC. Si hubieran puesto condiciones mas simples, el pueblo habria dicho Si. Pero si pones cientos de paginas de beneficios, incluyendo 10 asientos garantizados en el congreso para las FARC, la gente no aguanta. Hay un limite al cual se lo puede explotar a un pueblo, y es ahi cuando le es incomoda la democracia para estas susodichas “revoluciones”

    • No fue un NO a la PAZ, fue un NO a las farc, que tanto dolor han causado en el país del norte y que intentaron imponerse desde que escogieron como lugar de las conversaciones al reino de sus cómplices. El NO es la OPORTUNIDAD de comenzar un VERDADERO PROCESO DE PAZ, con los actores que corresponden. ¡¡Fuerza hermana Colombia!!

      • Claro, así Álvaro Uribe puede incluir en el acuerdo su acariciado “Alivio judicial a los militares”, con lo cual evita que se le recuerde que él no sólo creó el paramilitarismo con su querido hermano Santiago, además que tampoco le recuerden los falsos positivos que produjo junto con su ministro de defensa, Juan Manuel Santos. Si no se observan los grises, si sólo se ve la vida entre buenos y malos, nadie podrá comprender el enorme peligro que ese NO representa, sobre todo en manos de bárbaros como Uribe, Ordóñez , Pastrana o Cabal.

    • Mónica, como dice José, parece que no lees, o si lo haces lo haces a la ligera, sin rasonar lo que estas leyendo, resultado, opinión que no dice nada, o que no esta en nada, das impresión que tienes intenciones de desacreditar al columnistas, pero te comunico que no lo consigues, más bien pareces integrante de un “troll center”, por si acaso no trato de defenderlo no creo que lo necesite, mi opinión mas bien es una reflexión de lo que escribe José y de lo que escribes tú.

Comments are closed.