María Fernanda Pacheco, la esposa del alcalde Mauricio Rodas, se mueve por las calles de Quito como Claire Underwood por las calles de Washington. Claire Underwood es la manipuladora primera dama de Estados Unidos en la serie televisiva de culto House of Cards. Viaja a bordo de un vehículo todoterreno de 120 mil dólares con los cristales polarizados y la sigue, con su personal de seguridad, otro vehículo todoterreno de 80 mil dólares con los cristales polarizados. Así mismo María Fernanda Pacheco. Igualita. La única diferencia es que los todoterreno de la señora Underwood sí tienen placas. Los de la señora Pacheco, en cambio, se benefician de una creencia que está muy arraigada en el Ecuador y que diez años de correísmo han convertido en una ley no escrita: la idea de que las autoridades (y, por lo visto, sus familiares) están facultadas para quebrar la ley. En este caso, el Reglamento a la Ley de Transporte terrestre, Tránsito y Seguridad Vial que impone como obligatorio el uso de dos placas para todos los carros que circulan en el país. Dos placas. Los de la comitiva de María Fernanda Pacheco no tienen ninguna.

¿Cuántos carros sin placas ruedan por las ciudades ecuatorianas? ¡Ni siquiera sabemos cuántos autos oficiales hay en el país al servicio de los funcionarios del Estado! El programa Visión 360 trató de averiguarlo y encontró que nadie en la administración pública tenía siquiera una idea aproximada. Decenas de miles. Pues bien: un alto porcentaje de esos autos oficiales, así como los autos particulares de numerosos funcionarios, tienen vidrios polarizados y circulan sin placas. La mayoría de esos autos son de lujo. Carros carísimos. Así que la primera dama de la ciudad, en esto, no hace sino seguir la corriente. Quizás ni se ha detenido a pensarlo. Por lo demás, tiene el mal ejemplo en casa: Mauricio Rodas también se desplaza en vehículos todoterreno sin placas y con los vidrios polarizados. Se lo ha fotografiado incluso sobre una vereda.
Resulta muy ilustrativo hacer una búsqueda en Twitter con las palabras “sin placas” (así, entre comillas). En la pantalla se despliegan centenares de mensajes (la mayoría con foto) procedentes de toda la tuitosfera de habla hispana. Sobre el origen de esos mensajes se puede decir, grosso modo, lo siguiente: 1. Ninguno es de España; 2. Algo más de la mitad proviene de México; 3. Un cinco por ciento se origina en varios países latinoamericanos, especialmente Venezuela; y 4. El resto (digamos, un 40 por ciento o poco menos) procede de Ecuador. Cualquiera puede comprobarlo. Entre los tuits mexicanos y los ecuatorianos, que dominan aplastantemente la muestra, hay una diferencia que salta a la vista: los mexicanos exhiben, casi siempre, autos destartalados y ruinosos o, por lo menos, baratos. Por ejemplo este:
Sin luces, sin placas, SIN ABSOLUTAMENTE NADA QUE PERDER, por un #Hermosillo seguro para todos #TodosConPlacas pic.twitter.com/wNBzaxfJGN
— Jorge Tapia Iñigo (@JORGETAPIAINIGO) September 30, 2016
Los tuits ecuatorianos, en cambio, muestran magníficos todoterreno recién salidos de la fábrica, máquinas híbridas del año casi siempre con los vidrios polarizados. Como este:
Auto sin placas 05. 03/10/16. @AMTQuito #TeQueremosASalvo #Quito pic.twitter.com/4YmvzNmMzc
— Quito Cívico (@QuitoCivico) October 3, 2016
Se puede recorrer todas las fotografías de la búsqueda “sin placas” en el Twitter y adivinar la procedencia de los tuits sin necesidad de leer los textos y con un bajísimo margen de error: si el auto es descachalandrado, viene de México; si es de lujo, viene de Ecuador. ¿Qué significa esta diferencia? Pues algo muy simple. Significa que en México la informalidad, en lo que tiene que ver con este asunto, corresponde al pueblo llano, mientras que en Ecuador la informalidad es del Estado. O de quienes viven del Estado, que bajo el correísmo son los que pueden comprar semejantes cacharros.
¿Qué hace un guardia de tránsito si se cruza en una calle de Quito con un todoterreno de 120 mil dólares, sin placas y con los vidrios polarizados? Nada. ¿Qué va a hacer? Se supone que debería detenerlo –eso dice la ley– y conducirlo a un patio de la Policía donde permanezca el auto hasta que su propietario se presente con las dos placas para instalárselas. Pero no, eso no ocurre nunca. Cualquier guardia de tránsito con dos dedos de frente sabe que si detiene a un carro de esas características puede meterse en problemas. O por lo menos encontrarse con alguien que le haga pasar un mal momento. Alguien que le diga, por ejemplo: “¿No sabe quién soy yooo? ¡Soy Claire Underwood! Usted, deme su nombre”. El correísmo ha enseñado a los ecuatoranos que una persona capaz de costearse un auto de 120 mil dólares no puede ser detenida. Y, por supuesto, no necesita placas. Así que lo mejor es dejarlo seguir su camino. Y si se pasa un semáforo en rojo, lo mejor es dejarlo seguir su camino. Y si invade vía o va con exceso de velocidad, lo mejor es dejarlo seguir su camino. Y si se trepa a la vereda, irrespeta el paso cebra, choca, atropella, invade el carril exclusivo del trole y siembra el caos… Lo mejor es dejarlo seguir su camino. Un auto sin placas indica que la persona que va adentro dispone de un fuero. Y un fuero confiere impunidad.
Por la mañana se los ve en la ruta Guayasamín, subiendo de Cumbayá hacia Quito y cruzando a toda madre el control sin pagar peaje. Alguno tendrá lector para cobro electrónico, sin duda, pero en realidad, ¿para qué lo necesitan? Se supone que un mecanismo automático fotografía a quienes pasan el control sin pagar para luego clavarles la multa respectiva. Pero si el carro no tiene placas, ¿a quién multan? Así que los altos funcionarios no pagan peaje.
Y hasta pueden hacer cosas peores. No hace mucho, un sencillo mesero del restaurante Pavarotti (uno de esos sitios caros para la mayoría, donde almuerzan los funcionarios correístas) fue agredido por el ocupante de un vehículo sin placas (un Nissan, claro), porque tuvo el atrevimiento de pedirle que no estacionara donde no debía. ¿Cómo identificar al agresor? No hay manera.
CORRECCIÓN Mesero del Pavarotti herido por chofer de auto Nissan beige sin placas por pedirle q no estacione. pic.twitter.com/ddq9PUv2Jg
— Carlos Jijón (@carlosjijon) September 14, 2016
Así que de las mil razones por las cuales el uso de placas en los carros es y debe ser obligatorio hay una elemental: seguridad pública. Pero los funcionarios del Estado que deben garantizar esa seguridad y exigir el cumplimiento de esa obligación son los primeros que la incumplen. No sólo la incumplen: han impuesto ese incumplimiento como una conducta normal. Y no lo es en absoluto. Al contrario: es una conducta peligrosa. Al menos de un alcalde se espera, por la naturaleza de su cargo, que tenga un mínimo de sensibilidad frente a estos problemas relacionados con la vida cotidiana de la ciudad. El hecho de que el propio Mauricio Rodas y su esposa tomen como normal esta conducta habla de su incapacidad para reflexionar sobre lo público empezando por sus aspectos más básicos. A una persona que desdeña el interés público cuando se mueve por la calle, ¿le vamos a creer que sí lo considera cuando firma un megacontrato con una empresa china?
Si la calle es el espacio público por excelencia, los autos sin placas son un símbolo de este período. Representan algunas de las peores características del correísmo, ese correísmo que el alcalde Rodas, presunto opositor, ha integrado con total naturalidad a su manera de hacer política. Los autos sin placas representan la desinstitucionalización y la informalidad aupadas por el Estado; la arbitrariedad y los privilegios del círculo que rodea al poder; la concepción del servicio público como una manera de procurarse un fuero… Los autos sin placas son un atropello a los derechos colectivos. Son un símbolo de impunidad. Son un abuso de poder. El hecho de que su masiva presencia en las calles sea tomada como algo normal por la mayoría revela el grado de retroceso que ha experimentado la cultura democrática de los ecuatorianos.
Foto de apertura: vehículo en el que Mauricio Rodas, según reportó un tuitero, llegó a la inauguración del parque Navarro en La Floresta.
El todo terreno Nissan Patrol que usa la esposa del Alcalde Rodas y que aparece en la foto pertenece a la EPMAPS, Empresa de Agua Potable y Saneamiento de Quito y estaba al servicio del Gerente de la Empresa para movilización de trabajo. En mi gestion al frente de EPMAPS el vehículo se guardaba todos los dias hábiles por las noches y fines de semana en los patios de la Empresa y siempre rodó con placas como debe de ser. Fue adquirido en la administración anterior a la nuestra.
Total acuerdo con su artículo Sr. Aguilar. Debemos terminar con la cultura del abuso y los privilegios.
El error de decir que ha sido en los últimos 10 años, queriendo ahondar su odio al “correismo”, si investigaran bien se darian cuento que esto pasa desde antes, sino miren a Nebot quien va con esta practica por casi 20 años. Eso nomás.
El ciudadano da el voto en las urnas y escoge a un alcalde y a sus concejales ese es un voto de confianza es por eso que la ley debe ser para todos no solo por ser Alcaldes, Prefectos, Asambleístas, etc… no se rija una ley en contra de ellos, el abuso de poder de autoridades es algo muy común en el país, hasta podría decirse que la gente está acostumbrada a estas acciones a que la gente con poder y dinero estén por encima de las leyes y peor aún que las autoridades correspondientes no hagan nada cuando comenten algún error o infracción que pueden ser: automóviles sin placas, se estacionan donde ellos desean e incluso pasan por encima de los ciudadanos. Y si un ciudadano cualquiera reclama o se queja son sancionados con todo el peso de la ley; debemos ser justos los unos con los otros esa es la justicia que todos queremos y debemos tener.
Ocurre que estamos frente a funcionarios y personas con una visión demasiado holliwoodense y pueblerina del ejercicio público.
Ellos se sienten un “Barack Obama” o un “Julio César” y para estar a tono con su personaje hay que aparentar importancia hasta en lo mínimo.
Por ende, incumplir la ley es para ellos una forma más de presumir su “autoridad”.
Los abusos de poder tienen que ser evidenciados. Es muy frecuente encontrarnos con caravanas de vehículos todo terreno, con vidrios polarizados, que se desplazan a toda velocidad por calles o carreteras del país, y muchos de ellos sin placas. ¿Acaso por ser autoridades municipales o gubernamentales no tienen la obligación de cumplir con las normas de tránsito?. Está muy bien que se denuncien esos abusos. Concuerdo con el señor Roberto Aguilar: ¿Y qué pasa si atropellan a alguien, chocan o conducen con exceso de velocidad; cómo los identifican?. ¿Cómo exigir al ciudadano común que cumpla la ley, si desde las más altas esferas del poder cunde el mal ejemplo?.
Gracias por este artículo, mismo que pone en evidencia -de manera contundente- la fijación que ha venido exhibiendo su autor en contra del Alcalde de Quito.
Me pregunto cómo podría alguien equilibrado, abordar este tema presentando sólo esos dos ejemplos, y olvidándose por completo de los cientos de casos de esos, que ocurren todos los días, con funcionarios del Gobierno Central? La respuesta es obvia.
Gracias también porque ya sé que todos los futuros artículos de este autor, que sean relacionados con el Alcalde de Quito, carecerán de objetividad. Y para colmo, de esa forma le hace el juego a favor del Gobierno.
Si alguna vez hubo un dueño del país, JAMÁS lo hizo con todos los tres poderes del Estado que hoy ostenta AP logrado a base de fraude electoral (Asamblea 108) y con una consulta con muy similares características y engaños (Justicia). Así concebido este probatorio artículo no llegará más allá. ¿Puede aclarar esto, Señor Alcalde de la ciudad de Quito?
Según el anuario estadístico del transporte 2014 publicado por el INEN, en ese año se matricularon en el Ecuador 1.752.712 vehículos, distribuidos así: 94,5% particulares; 3,7% de alquiler; 1,4% del estado; 0,3% municipales; y, 0,04% de gobiernos seccionales. Si sumamos los del estado, municipales y de gobiernos seccionales, en números redondos: 30 mil vehículos.
Este anuario estadístico se publica regularmente desde hace más de 50 años.
Felicitaciones por su artículo Sr. Aguilar.
Excelente el dato Bladimir.
EN CUALQUIER PAÍS DEL MUNDO LOS VEHÍCULOS OFICIALES PORTAN PLACAS IDENTIFICATORIAS CON UNA LEYENDA INDICANDO LA “EXEPCION” DE PAGO DE TASAS NO ENTIENDO PORQUÉ NO SE SIGUE ESTA NORMA INTERNACIONAL EN ECUADOR