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Parece que el candidato es el gatopardismo

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En diez tortuosos años de correísmo maquillado de revolución, su esencia estatista ha configurado una estructura para que la burocracia –rellena de pendejismo y arrogancia, de funcionarios que quieren poner en redil la matriz de pensamiento bajo sus devaneos estalinistas– controle la voluntad de los individuos, ponga bajo autorizaciones sus decisiones de consumo, de producción, de educación.

En diez años han fabricado, con el apoyo de la estupidez constructiva de enajenados legisladores, un corral para emborregarnos. La élite empresarial, con excepciones, se enfiló detrás del redil para recibir instrucciones, mientras repletaban sus bolsillos aún con la cerviz doblada. Muchos dirigentes sociales plegaron a ser rebaño. Sucumbieron a los controles, las setecis, las autorizaciones para hacer de la sociedad civil, autómatas al servicio del proyecto.

El Estado ha crecido no solamente para que haga de empresario. Se engrosó para alimentar tanta hambre atrasada. No solamente se hizo obeso para que la izquierda de buseta mude al 4×4 o se codee en el jet-set de la diplomacia inútil. El Estado creció para que el correísmo haga lo que todo mesías carente pretende: convertir a los individuos en batallones de creyentes.

Es importantísimo renegociar la deuda. Es fundamental reducir el gasto público. Es trascendental abrir mercados. Pero todo esto dicho, aún sea al mismo tiempo y en un mismo discurso, suena como “si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”. Gatopardismo puro. La historia de la sucesión de gobiernos ha sido la misma. Corregir lo que al final de cuentas siguen siendo los detalles. El anterior gobierno endeuda, el siguiente refinancia y así durante la última parte de nuestra historia desde que concluyó la dictadura militar hasta la dictadura civil.

Es tiempo de hacer una ferviente proclama por la libertad. De proponer y proponernos romper con el atavismo estatista y revolucionar su estructura para que de ninguna manera convierta a los ciudadanos en sus sirvientes. No se trata de corregir lo que en el correísmo se ha profundizado. Se trata de destruir toda esa noción de la política que encaramada al poder sostiene el mismo concepto del Estado como centro de todo análisis, de toda decisión.

No hay que eliminar la ley de comunicación solamente porque es una herencia del correísmo. Debe ser quemada porque refleja la visión que toda conducta, todo derecho debe estar bajo alguna forma de regulación estatal. No hay que despedazar esa constitución mal parida (y mal escrita) en Montecristi porque es herencia del correísmo, solamente. Hay que reemplazarla con una simple declaración de libertad en la que lo fundamental sea el ciudadano y no la institucionalización del poder del Estado sobre las personas.

Se trata de un momento en el que demos un paso para desestatizar nuestras conciencias. De reconocernos dueños de nuestra voluntad. De reivindicar la soberanía del individuo. No solamente de discutir los matices del modelo. Hay que romperlo.

Sorpresivamente todos los mensajes electorales de la oposición se han estandarizado. Moncayo habla de ir al FMI y seguramente Alberto Acosta le mira de reojo, pero calla. Cinthya Viteri propone subir salarios y repartir tablets, con seguridad esperando que los correístas la miren con expectativa. I Moreno, ncluso Moreno que, como estaba previsto, vino con cara de recién llegado a criticar cínicamente lo que avaló y defendió en los años de vicepresidente y luego de becado. Todos cuidadosos también dicen que hay que mantener ¨las cosas buenas¨. Cómo a Porfirio Díaz, el dictador electo, le reconocieron los puentes y carreteras, tal cual a Hitler y al Generalísimo Trujillo.

Correa ha vuelto a dar un sablazo a la economía de la clase media. Las aseguradoras privadas incrementarán las primas con el oportuno argumento de la “fuerza mayor” provocada por la obtusa ley que acaban de aprobar. Y todos en coro repiten que hay que hacer reformas a la seguridad social y que hay que seguir botando dinero a ese barril sin fondo. Debaten los detalles. Lo de fondo es que los ciudadanos recuperemos la capacidad de decidir de nuestras vidas, de nuestro dinero, de nuestro futuro. Lo común es recurrir al debate de las minucias técnicas y no de aquel que exprese conceptos de libertad.

La libertad no es de izquierda o de derecha. Es una condición innata del ser humano. Reivindicarla, promoverla, defenderla no puede ser políticamente incorrecto. Lo que clasifica dentro de la incorreción ética es defender, con el silencio o la omisión, un modelo que trunca el natural espíritu emprendedor de las personas y lo reemplaza por sujetos que estiran la mano y piden al Estado.

2 Comments

  1. Elevar el compromiso de los candidatos a la presidencia de la republica como algo que pertenezca al ahora o nunca,ofrecer a sus electores lo único que los dignifica,trabajo;algo nada sencillo pero necesario en los discursos,para que sea lo mas común en sus propuestas y con toda seguridad mentalizarnos de manera distinta eliminando el hecho de querer las cosas con poco esfuerzo,cambio de posición mental.El listón está mas alto en cuanto se refiere a las dadivas hechas por este gobierno, dígase por ejemplo, eliminación de los 25 dólares que pedían en las escuelas en el inicio de clases,mucho tiempo con tarifas de transporte publico congeladas,reduccion significativa de niños trabajadores para redondear los ingresos familiares y cada vez mas lejos de la oportunidad de estudiar.Es más con todo lo que sucede en este tiempo,es grato también,que el surgimiento de un periodismo distinto se destaca con merito propio y sin temor al correismo,ahora tengo la oportunidad de comparar con lo que teníamos antes,es decir,pocas denuncias documentadas y comentaristas buenos en esconder su mediocridad con actitudes soberbias y frases rebuscadas.El punto es,ahora debemos seguir por la línea de exigir y no de pedir,es decir,que por merecimiento obtengamos lo que por ley nos pertenece,igualdad de oportunidades,nada más.

  2. Brillante tu artículo, solamente debiste añadir una explicación de gatopardismo por si acaso algún imbécil AP lea ésta pieza maestra sepa a qué te refieres.

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