Guillermo Lasso está al día en teorías de mercadeo político. Ahora dice –como dice Lenín Moreno, como dice Cynthia Viteri, como dice Jaime Nebot, como dice Mauricio Rodas– que él se ocupa de la gente. De doña Marujita o de don Juanchito. De aquellos que le hablan de sus necesidades. Y que los políticos, bueno… que los políticos se ocupen de los políticos. De otras cosas. De las cosas que solo interesan a los analistas políticos. A los vagos, hubiera dicho León Febres Cordero.
Lasso también entró en esa onda que consiste en lagrimear sobre los padres sin trabajo, las madres solteras, los pequeños industriales en ruinas, los jóvenes ecuatorianos que no pueden estudiar lo que quieren, las mujeres que se levantan al alba y que van a su trabajo con el viento en contra… En esa onda aparecen Marujas o Juanchitos que en los mercados, La Bahía de Guayaquil, un puesto artesanal en Otavalo, una tienda en Los Ríos le piden que no hablen de política, que no hablen con los políticos. Que hable de cómo tendrían que vender más ponchos o más abarrotes. Y él, como los otros candidatos, debe creer que eso es lo que debe decir en campaña para generar un nexo emocional con los electores. Y al hacerlo, milita por convertir la esfera pública en un concurso sensiblero en el cual, ellos, los políticos, se dedican a estremecer el alma nacional con las anécdotas de lo que les dice la gente en sus recorridos por el país.
Los candidatos, en esa nueva moda erigida en religión por los estrategas políticos, pretenden no ser políticos. Mutan en bienhechores que pugnan por hacer el bien y compiten para ver quién se conduele con mayor intensidad de la suerte de los más pobres. Este discurso, tan compartido en este momento, está diciendo que la vida cotidiana de los ciudadanos –más cruda, más dura para los más pobres– no hace parte del universo de la política. Y que los pobres –por tener que llenar la olla cada día– no merecen siquiera frotarse, así sea tangencialmente, con los discursos y debates que tienen que ver con los otros temas de lo público. Con que puedan vender más ponchos basta.
La nueva moda de la política –otro invento de los estrategas políticos para ganar votos– está convirtiendo la política en concurso de lagrimeo. En torneo de anécdotas en el cual los políticos, que hablan desde un estatus etéreo, bregan por mostrar sus dotes humanitarias. Y lo hacen firmemente convencidos de que los otros, ciudadanos y periodistas, no saben lo mal que lo pasa la gente; en particular los más pobres.
– A usted le interesa la política, no los problemas de la gente, dijo Cynthia Viteri a Alfredo Pinoargote cuando le preguntó cómo haría para lograr gobernabilidad en un supuesto gobierno suyo. Lasso evadió largo tiempo hablar de la unidad con fuerzas políticas este miércoles en Radio Democracia. Y en vez de respuestas concretas buscó las lianas más largas por donde treparse a otro espacio donde la unidad que hizo con Rodas y Paúl Carrasco dio paso a la unidad con la familia ecuatoriana, los padres sin trabajo, las madres solteras, los pequeños industriales en ruinas… ¿Acaso hablar de con quién se junta, eventualmente de la contextura ética de con quién se junta y para qué, no es tan importante como hablar de los problemas básicos?
En consecuencia, el país real en un momento tan álgido como este y tan especial como una campaña electoral, solo debe ocuparse de cómo comer y vender más ponchos. El resto lo resolverán los políticos cuando, ganadas o perdidas las elecciones, los otros problemas los avasallen. Escenario soñado para Lenín Moreno que ya está ofreciendo más subsidios (pensiones para todos los abuelos) sin tener que hablar de la inviabilidad del modelo que él representa y que deja deuda, despilfarro, inflación de funcionarios, petróleo empeñado, un aparato industrial semiparalizado, millones (sí millones) de desempleados, vacías las cajas del erario nacional… Escenario soñado restringido a las cosas básicas que lo facultan a no tener que hablar del modelo autoritario que está armado, funciona, es imposible de desmontar legalmente y ha convertido las libertades en productos de lujo.
Es obvio –¿quién diría lo contrario?– que hay que hablar de los problemas básicos de los ciudadanos. Eso es hacer política, no filantropía. Pero el arte de la política consiste en tener una nación (o buena parte de ella) mirando más allá de sus nichos privados. Por no hacerlo, Correa se erigió en el alma más caritativa que ha tenido el país (con fondos públicos). El éxito del correísmo fue precisamente poner en práctica lo que ahora pretenden hacer los candidatos presidenciales: hablar de lo básico (tuvo los fondos para operar y crear redes clientelares) mientras los ciudadanos le firmaban una chequera en blanco para que él resolviera los demás problemas. Lo hizo. Incluso le dieron permiso para meter las manos en la Justicia. Lo hizo con creces. Así el país desertó de lo público y se dedicó a consumir y muchas elites empresariales a hacer negocios. Gracias a ese canje, el académico Correa terminó siendo un populista autoritario y rabioso.
La nueva onda de mercadeo político reduce al ciudadano a ese modelo asistencialista que centra el debate en saber cuán mal están los pobres. ¡Es obvio que están muy mal!. La urgencia no es saberlo sino resolverlo. Por eso el postcorreísmo, si hay postcorreísmo, está condenado a mirar en todas las direcciones para volver a la democracia y concertar fórmulas para producir, atraer inversión y luchar contra la pobreza en el contexto que deja el correísmo al país: catástrofe ética, económica, institucional y política.
No es le momento, entonces, de reducir la política a temas de supervivencia sino de dotarla de su sentido más genuino y más ético: “la disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para todos”. Es hora de sacar la política de los concursos de lagrimeo.
En la politica y mas cuando se acercan las elecciones todos los candidatos prometen varias cosas, ahora esas promesas que ellos ofrecen se espera que cumplan, y no solamente salgan al mercado por esa ocasion de candidatura y despues se olviden de nosotros.
s lo pésimo de los políticos, ni siquiera por que ahora mismo el país está sumido en la desgracia son capaces de cambiar el argumento, ver con objetividad la realidad del país y plantear verdaderas soluciones o almenos propuestos reales, realizables, medibles y cuantificables de lo que se puede hacer una vez terminado este periodo de gobierno funesto, nefasto y desastroso par los ecuatorianos. Conciencia par los candidatos, basta de abrazar ancianos, besar niños y burlarse de la gente por intereses personales, pongan sobre la mesa propuestas que sean una puerta de salida a esta crisis y encaminar al país por un sedero de esperanza, analizar nuestro voto y exigir resultados positivos si miedo a nuestros gobernantes es nuestra tarea, que se acabe el terror y la persecución de este gobierno y haya libertades con respeto desde y hacia la sociedad civil
esde mi punto de vista todo candidato debe abarcar varios temas entre ellos el económico y social. Sabemos que por el lado económico quien tome el poder(claro si no es de la misma tendencia del Gbno. actual) tendrá que tomar medidas que van a afectar a todos los ecuatorianos. Obviamnete si gana alguien que piensa continuar con el actual sistema o a fin, va a continuar con medias populistas y falseando la situación real, siempre hablandonos maravillas como si vivieramos en el paraiso. El tema social es muy importante especialmente en lo que concierne a delincuencia y consumo de drogas, los alumnos no respetan a los profesores, muchos callan por represalias. Me da tanta pena ver como las drogas se expenden en escuelas y colegios….Es un problema muy grave que afecta a las familias en general….antes se escuchaba si, pero no como en los niveles actuales, desde hace casi 10 años este problema llego con mas fuerza y por lo visto para quedarse… Alguien tiene que pararlo por que si no se para con esto, llegaremos a un total caos. Todo es un conjunto lo económico, social e incluso politico.
Los candidatos deben cambiar sus formas de presentanción política, basta de demostrarnos, pena, miseria, comiensen a demostrarnos nuestra dignidad de ecuatorianos, de concepto y de criterio, que fuimos formados con buenas bases culturales, no de la mendicidad ni la caridad de ningún político de turno que gane las elecciones.
En realidad, el analisis es real, cada campaña, los políticos se acercan al Pueblo, los abrasan, los besan, se conduelen, etc, pero cuando ya entran, simplemente se olvidan de Marujita, de Juanchito, ect.
El candidato Guillermo Lasso ha mantenido contacto con diferentes comerciantes populares recibiendo sus quejas y planteamientos desde hace unos 5 años, no desde ahora. Sería bueno que el articulista actualice sus notas y exponga completas las propuestas de Gobierno de Lasso y no solamente la parte folklorica.
Si gusta puede acercarse a este candidato y solicitarle personalmente su programa de gobierno y ponerlo en conocimiento de los lectores.
De acuerdo con usted.
Como usted dice a alguien que postea un comentario, he leìdo detenidamente lo que escribe y me queda una duda, para usted todo lo que hacen o dicen los polìticos està mal, O.K., entonces proponga algo nuevo, de nuevas ideas, no sòlo se debe satanizar los ovimientos polìticos, tambien se deben aportar ideas para que haya un cambio.
En campaña todos los candidatos entran al folklor político, hablan de sus supuestas anécdotas con los juanitos, las michitas, los sobrinos, la abuelita, la vecina, los abrazos, los saludos, las caminatas, etc, para dizque “ponerse al nivel del pueblo” y conocer sus necesidades y aspiraciones, pero su plan de gobierno está elaborado por y para las élites. Las migajas para los demás.
A pesar de la espada de Damocles que me pueda caer, -ya he vivido esta amarga experiencia con el mantra de “su comentario está pendiente de moderación “- me permito decir lo siguiente:
La condecoración a Jorge Lanata es una merecida bofetada- no quiero saber dónde ni quién se la impuso- al periodismo y a los políticos ecuatorianos sin COJONES. Dejo fuera de esta calificación a los 4PELAGATOS, que han sido forzados a practicar un periodismo dentro de las catacumbas de las redes,pero honrando los valores del oficio más peligroso del mundo, y que se negaron a ser parte de un grupo de eunucos que convalidan, celebran u omiten por activa o por pasiva los desplantes autoritarios del populismo correísta.
Ninguno de los pusilánimes y acomodaticios integrantes de la oposición quieren o piensan en desmontar la estructura del modelo correísta. Por eso no quieren hablar de “política”. Porque eso los obligaría a enfrentarse a Correa, que es lo que más temen. Una muestra de lo que les pudiera pasar es la zurra y admonición al señor Carrión, al que lo llamó al orden durante un oportuno y muy comercial receso. Por eso no quieren hacer olas, y tratan de entrar de puntillas a Carondelet. Temen el furibundo ataque del dueño del equipo de expertos en tuits, o perder el poco espacio que tienen abatidos por los troles y la crítica de los internautas.
En el Ecuador los políticos – algunos prefieren someterse al castigo de Dios y completar una enciclopedia política antes que comentar sobre el correísmo- y los periodistas han seguido al pie de la letra el sabio consejo del hombre que engendró sin proponérselo el despelote del bipartidismo: “Usted haga como yo y no se meta en política.” Francisco Franco B.
Ojalá y me permitan publicar mi comentario, pienso que el Correismo a parte del desastre económico deja un grave problema para los políticos que tienen que parecerse a El para tener aceptación en este pueblo que lamentablemente no entiende la irrealidad de esta situación
Desde mi punto de vista todo candidato debe abarcar varios temas entre ellos el económico y social. Sabemos que por el lado económico quien tome el poder(claro si no es de la misma tendencia del Gbno. actual) tendrá que tomar medidas que van a afectar a todos los ecuatorianos. Obviamnete si gana alguien que piensa continuar con el actual sistema o a fin, va a continuar con medias populistas y falseando la situación real, siempre hablandonos maravillas como si vivieramos en el paraiso. El tema social es muy importante especialmente en lo que concierne a delincuencia y consumo de drogas, los alumnos no respetan a los profesores, muchos callan por represalias. Me da tanta pena ver como las drogas se expenden en escuelas y colegios….Es un problema muy grave que afecta a las familias en general….antes se escuchaba si, pero no como en los niveles actuales, desde hace casi 10 años este problema llego con mas fuerza y por lo visto para quedarse… Alguien tiene que pararlo por que si no se para con esto, llegaremos a un total caos. Todo es un conjunto lo económico, social e incluso politico.
Muy buen artículo José, esta gente tiene que ser más pragmatica, pleantear claro como solucionaran los problemas graves que nos deja esta “decada perdida” y dejarse de melodramas como tu los describes.
José Hernández, explíqueme por favor porqué esa dicotomía entre Politica y preocupacion por la gente que usted desarrolla en su columna. Gracias.
Gracias por participar. La dicotomía no la hace este pelagato. De hecho, se dice que es parte de. LA dicotomía la están haciendo los políticos. Ese es, si ud. tiene la gentileza de leer con detenimiento, la visión que se critica.
Cualquiera que llegue al poder tendrá que cargar un vagon de problemas, sean estos sociales, economicos, politicos y eticos, lamentablemente el pueblo tendrá que ayudar a sostener, mediante el pago de los tributos que son incuantificables y redimirse a reducir los gastos de alimentacion, vestuario, medicina, servicios basicos entre ellos internet, luz, agua potable, telefonia y otros, ya que actualmente se paga valores descomunales para cubrir las fosas economicas que deja este gobierno, es decir el muerto lo cargamos todos y nadie se salva, por ello el pueblo tiene que mirar bien a quien eleguir, caso contrario tendrá que cabar su propia tumba.
Es lo pésimo de los políticos, ni siquiera por que ahora mismo el país está sumido en la desgracia son capaces de cambiar el argumento, ver con objetividad la realidad del país y plantear verdaderas soluciones o almenos propuestos reales, realizables, medibles y cuantificables de lo que se puede hacer una vez terminado este periodo de gobierno funesto, nefasto y desastroso par los ecuatorianos. Conciencia par los candidatos, basta de abrazar ancianos, besar niños y burlarse de la gente por intereses personales, pongan sobre la mesa propuestas que sean una puerta de salida a esta crisis y encaminar al país por un sedero de esperanza, analizar nuestro voto y exigir resultados positivos si miedo a nuestros gobernantes es nuestra tarea, que se acabe el terror y la persecución de este gobierno y haya libertades con respeto desde y hacia la sociedad civil
Me cerraste la boca