En estos últimos días ha habido polémica en una pequeña parte de la ciudad por la construcción del proyecto de transporte masivo por cable en la zona del Condado. Una polémica que no ha salido de las redes ni ha merecido un verdadero debate en el Concejo Metropolitano y en la ciudad. Más allá de las posiciones sobre la conveniencia o no del proyecto, hay un tema que ha pasado inadvertido: cientos de personas serán expropiadas y nadie, absolutamente nadie, se pregunta si aún en estas épocas las expropiaciones son necesarias. ¿No había otras opciones menos traumáticas? ¿No debe la municipalidad agotar todas las opciones para disminuir el impacto social del proyecto y evitar que 200 quiteños sean despojados de sus viviendas? ¿Por qué este tema no ha merecido la opinión de la mayoría de los quiteños?
Algo similar ocurrió con el caso de la Solución Vial Guayasamín. A pesar de las dudas levantadas por varios actores sobre la contratación millonaria a una empresa china cuestionada internacionalmente, a la mayoría de los ciudadanos pareció importarle poco cómo se usan los recursos de todos y si ese proyecto era el más conveniente, viable y sostenible.
La documentación que demostraba lo contrario era abundante; la información proporcionada por la Alcaldía, incompleta y contradictoria. A pesar de eso y de los espacios que se abrieron para estudiar el problema, el debate público giró en torno a una cuestión dominante: oponerse a una obra era oponerse al progreso de la ciudad. Fue un debate de espaldas a la información que estaba disponible para todos. Académicos, profesionales, empresarios, gente en quienes la falta de información resulta inexcusable, defendieron la Solución Vial Guayasamín con el único argumento de que no había que oponerse a las grandes obras. Como si las obras per se fueran siempre y necesariamente buenas, sin importar cómo se financian, cómo enfocan el problema que pretenden resolver, con qué estándares éticos se manejan. En suma: sin importar el necesario debate político que las rodea.
Quizás diez años de correísmo produjeron esta crisis de ciudadanía. Este desinterés por informarse para tomar posiciones. Este fetiche de la obra pública. Esta triste concepción del ciudadano como un sujeto pasivo a la espera de que se le concedan los dones del Estado, vengan como vengan, y limitarse a dar las gracias con una sonrisa y una reverencia. Que esta conducta se haya afincado en Quito, la ciudad política por excelencia de la República, es extremadamente preocupante.
Podría seguir enumerando temas de la ciudad que necesitan ser discutidos por los ciudadanos y sobre los cuales los quiteños estamos obligados a opinar. Lo que pasa en la ciudad no puede pasar inadvertido por más que estemos cansados de la política nacional. Discutir los temas de Quito, devolver la política a nuestra ciudad es absolutamente necesario para que las decisiones se tomen en Quito y para Quito.
La desaparición de partidos quiteños como la Izquierda Democrática y la Democracia Popular generó un vacío de liderazgo político en la ciudad que los años de la revolución ciudadana sólo ha profundizado. Augusto Barrera decidió dejar la política de la ciudad a Rafael Correa, una de las razones por las que perdió la reelección a la Alcaldía de Quito en 2014. Ese resultado electoral, a mis ojos, parecía un preludio de que los quiteños estábamos dispuestos a devolverle a nuestra ciudad un carácter más rebelde y libertario, como dicta la tradición que siempre reivindicamos los quiteños. Uno de los mandatos principales que Mauricio Rodas ha incumplido continuamente.
Sin embargo, no ha vuelto la política a la ciudad, la buena, la necesaria. La que exige a sus líderes gobernar la ciudad y no estar pensando en cruzar la Plaza Grande. La que se interesa por lo que sucede en el Concejo Metropolitano y las decisiones que ahí se toman. La que no se contenta con las “mega obras” de la Alcaldía, algo que me suena demasiado similar a las “carreteras” del correísmo. La que exige la toma de decisiones difíciles, políticamente complejas pero necesarias para el futuro sostenible de nuestra ciudad. La que no se convence con discursos superficiales que no dicen nada y exige profundidad en la gestión y en las posturas de sus líderes.
Después de diez años de un letargo político en nuestra ciudad, de una omnipresencia de Rafael Correa que movió el eje de rotación del país y de Quito alrededor de él, pensé que los resultados de las elecciones de 2014 significaban volver el eje de rotación a nuestra ciudad. Sin embargo, estamos lejos de ese anhelo. El debate público, cuando existe, le sigue dando la espalda a la política. Los quiteños han perdido el interés, no se informan y caen fácilmente en la lógica maniquea de los discursos oficialistas, a favor o en contra, sin verdadero debate. Diez años de correísmo han vuelto a los ciudadanos una masa sin criterio y los nuevos políticos de Quito, la quieren igual de aletargada.
Quiteños, ustedes podrán estar a favor o en contra del Alcalde, de sus obras, de su gestión. Y podrán no coincidir con las críticas que he levantado, ese no es el punto. Lo que yo les pido con este artículo es que se despierten y se interesen por lo que pasa en la ciudad. Que se informen, opinen con fundamento y sean verdaderos ciudadanos democráticos, agentes de cambio. Solo así recuperaremos la política, la buena, en la ciudad.
Daniela Chacón es concejal de Quito
“Los quiteños una masa sin criterio ” …NO CREO. Sostenemos algunos ciudadanos que el melloco debería estar en la cárcel por sus intermediación entre los afortunados asesores municipales sin declaraciones de impuestos y los intereses de la ciudad. Pero es más grande y hace mas bulla el silencio de los medios de desinformación..¿ NO CREE USTED QUE SU RECLAMO A LA CONCIENCIA DEBERÍA DIRIGIRSE A ESOS MEDIOS ? . Si estallamos, los grupos de simpatizantes correistas, se diría que lo hacemos desde la sin razón y con fines políticos de odio.NO ESTAMOS ALETARGADOS NI SUMISOS..ni siquiera,respondemos a sus insultos señorita, ya que somos orgullosos de ser borregos y sabemos que eso tiene precio muy alto entre los opositores, tan alto como tener “miedo por la vida “…. Estamos siendo prudentes con las decisiones de la mayoría de quiteños que pusieron el alcalde y esperamos que termine su período lleno de vergüenza..(ojalá la tenga).
Estimada Daniela,
Que gusto poder intercambiar opiniones y que alguien de su posición se permita leer los comentarios que tenemos los quiteños. Sobre lo expuesto en el artículo mi criterio y en pos de ayuda es que el consejo metropolitano está muy politizado, y ya ni siquiera en base a bandos políticos sino posiciones a favor o en contra del Alcalde, tema que refleja en realidad lo que es el poder ejecutivo del país, mi propuesta, porque no me gusta opinar sin dar visos de solución, es que se establezcan las bases mínimas de respeto a la ciudad, que se destruyan de raíz los intereses de bancadas políticas de acuerdo algo simple; la de número de propuestas de los concejales, porque muchos de ellos les sale en cada sílaba la intención de parar el desarrollo de la ciudad, a otros se les ve hablar y hablar de que mal que está la administración, pero cuantas propuestas han dado? Ahora suben videos a sus perfiles de Facebook para que vean que bien que pelean, particularmente me disgustan los desentonadores, prefiero los promotores con criterio sano de crítica. Si critico propongo sino para que critico, Y las propuestas que sean en pos de acelerar las obras de la mejor manera metiendo el hombro, no tratando de detenerlas.
Muy atentamente
Richard
Lindo Quito de mi vida… Que quien llega a conocerte no puede vivir sin verte… letras de canciones que en el fondo nos muestran el cariño de quienes constituimos “la quiteñidad” no solo por haber nacido en esa tierra, sino también, por haberla conocido, habitado y construido, lamentablemente cierta la afirmación de que la política ha huído de la capital, la ausencia total de liderazgo en las dos últimas administraciones municipales, para, no solo la administración eficiente de una ciudad que enfrenta grandes desafíos para el futuro, sino ante todo para jugar el papel deliberante que le debería corresponder como centro político del país (está afirmación no es regionalista, sino que en ella caben las principales instituciones del estado, Gobierno Central, Asamblea Nacional, Poder Judicial, etc), pero nos hemos convertido en el centro de la incompetencia, de la apatía y del oportunismo político, cuando Barrera claudicó la voz de Quito, para servir de coro del Presidente de la República le arrancó su capacidad de movilización, que la historia recordará ya sea como, La gloriosa del 45, “forajidos”, etc; ahora en cambio; Rodas cual digno representante gubernamental, le está arrancando la voz, lo cual de manera grave pone en riesgo la capacidad de pensar objetivamente si el pasado no fue mejor que lo que vivimos en la actualidad en la capital.
A Rodas le deben quedar los días que el período le dan para intentar encontrar rumbo a una administración que muestra que la improvisación y el famoso “outsider” no son buenos para la planificación organizada de una ciudad, a Quito mirar atrás, recordarse a si misma que es la Luz de América, que entre sus hijos pueda encontrar valientes representantes que hagan escuchar su voz, como es de “quiteños” hacer, con frontalidad, de manera firme y respetuosa, eso si con un toque de sal, aunque está arda en las heridas que le han dejado abiertas estas dos últimas administraciones municipales, lamentablemente le incluyen señora concejal.
Estimada Daniela:
Coincido contigo y te invito a organizarnos para conversar sobre los problemas de la ciudad y ver la mejor forma de «renacer» por Quito. CONVOCANOS.
Hernán Toro
Estimado Hernan, su reacción a mi columna es justo lo que esperaba conseguir con estas palabras que repito en todos los espacios en que participo. Será un gusto conversar con usted. Por favor indíqueme su disponibilidad a mi correo [email protected]. Saludos.
Que buena retórica de esta mujer. Deber ser una buena política porque pone la duda y no da soluciones como los buenos políticos.
Ella se pregunta “Expropiación ¿No había otras opciones menos traumáticas? ¿No debe la municipalidad agotar todas las opciones ….? ¿Por qué este tema no ha merecido la opinión de la mayoría de los quiteños?”.
Me parece igual a los acaudalados de la Plaza Argentina, que por primera vez regresaron a ver al barrio Bolaños para hacer más “bulto” contra la solución vial Guayasamín. Cuando les dijeron que van a cambiar el puente por un paso subterraneo, dejaron que los del barrio Bolaños a su buena suerte. ¿Que sugiere Daniela Chacón sobre la solución vial Guayasamín, sobre la cual esta en contra? NADA !!!! Como buena política solo se queja y asume: “Espero que alguien inteligente de la solución, porque a mi no me da”.
Claro, ella no ha pensando las alternativas. Solo expone las dudas, dice “No a Quito Cables”, “No a Guayasamín” y con eso ya queda de bien en los debates en el Concejo Metropolitano. Listo, sin soluciones, sin sugerencias, ella una verdadera política Quiteña buscando votos y carrera. Ojalá nunca llegue a ser conocida y desaparezca sin relevancia de política Ecuatoriana. Espero no equivocarme.
Estimada Jan, su comentario apela a los vicios que afectan el debate de ideas y compromiso sobre la cosa pública al que me refiero en mi columna. Este desasosiego por la política que muestra su ironía, la conclusión errada de que toda crítica carece de fundamentos (y acaso soluciones) o el subrepticio llamado a rechazar las posturas contra el status quo mediante argumentos viscerales o la contraposición de “ellos contra nosotros“ es sin duda un vivo ejemplo de lo que he denunciado. Le invito a leer mis otras columnas en este espacio donde se analizan las obras y se plantean soluciones, le invito a participar de las mesas de trabajo que realizamos para plantear soluciones a los problemas de Quito, pues así como somos críticos también proponemos. Saludos.
De acuerdo en parte con Andrés Vallejo y Daniela Chacón. Sin embargo el problema central de Quito, no es la alcaldía de Rodas, o él como individuo, sino que él, al igual que Barrera y sin duda de varios de sus antecesores, son elementos que evidencian como punta de un iceberg, los síntomas de un gravísimo problema que tiene la ciudad, que se hace patente o refleja en cierto grado en la supuesta falta de quehacer político de la ciudadanía. Ese problema central es un generalizado retroceso de las escuelas de pensamiento que en su época fueron las facultades de jurisprudencia de las Universidades Católica y Central. Esta última adolece de un estancamiento grave y estridente al carecer de figuras de relieve, como que la última fue el ex Presidente Borja, cuya generación, es decir, la de los años 30 y con esfuerzo la de los 40 del siglo pasado, fue la última, con varias promociones escolares posteriores, la que legó pensadores, escritores, filósofos y líderes políticos a la ciudad y al País. Ningún abogado graduado luego del libre ingreso de 1971, figura a nivel nacional como líder de algo. Los últimos alcaldes de Quito son en retrospectiva: Rodas, abogado de la PUCE, Barrera, médico sin ejercer de la Universidad Central; Paco Moncayo, General del Ejército, señor Roque Sevilla, economista de la PUCE, Mahuad, abogado de la PUCE, señor Rodrigo Paz, Bachiller del Colegio Americano; señor Gustavo Herdoíza Bachiller del colegio Normal Juan Montalvo; señor Luis Andrade Nieto, que me parece fue el útimo abogado de la Universidad Central en un cargo de relievancia pública, graduado en 1960, 11 años antes del libre ingreso; Dr. Álvaro Pérez, abogado de la PUCE, Crnel. Alberto Donoso, militar; Sixto Durán Ballén, arquitecto, graduado en el extranjero. En relación a las figuras nacionales, la cosa es todavía peor: Correa, economista de la Católica de Guayaquil; Palacio, médico de la Universidad de Guayaquil; Gutiérrez, militar; Noboa, abogado de la Católica de Guayaquil, Mahuad, ya vimos abogado de la PUCE; Fabián Alarcón abogado de la PUCE, Bucaram, abogado de la Universidad de Guayaquil, Sixto, arquitecto de Columbia; Borja, abogado graduado en los años 60 en la Universidad Central; Febres Cordero, ingeniero en el exterior; Hurtado, abogado de la PUCE; Roldós, abogado de la Universidad de Guayaquil. Como vemos un solo abogado de la Universidad Central, antigua escuela de pensamiento, como mandatario. En el ámbito de la actual política el caso es más preocupante: Los candidatos a la Presidencia son: Lenin Moreno, nacido en Nuevo Rocafuerte, licenciado en administración; Guillermo Lasso, guayaquileño, bachiller en un colegio de Guayaquil; Cynthia Viteri, (guayaquileña) abogada de la Universidad de Guayaquil; Paco Moncayo, (quiteño) como conocemos General del ejército; Abdalá Bucaram Pulley, guayaquileño abogado de la Universidad Cooperativa de Colombia de Quito (¡!); Washington Pesántez, riobambeño, abogado del PUCE; Iván Espinel, manabita, entiendo que médico graduado en la costa; y, Patricio Zuquilanda, lojano o guayaquileño, licenciado en CCPP de la Central. En resumen una retirada de Quito de los espacios públicos de modo general. El debate debe centrarse en la calidad de nuestra universidades, colegios y escuelas.
Daniela, me parece extraña tu posición. El día que se debatía el tema de los Quito cables no fuiste a la sesión. Renunciaste a ser la vicealcaldesa, hasta ahora no entiendo por qué. La pelea es peleando. Me parece muy cómoda tu posición.
Estimada Daniela, mi postura sobre poner a disposición mi cargo como Vicealcaldesa la hice pública oportunamente y en ella doy las razones éticas que la motivaron. Hubiera sido poco consecuente con mi postura crítica el quedarme en un cargo que implicaba formar parte de un equipo cuyas decisiones que he cuestionado interna y externamente por su dudosa fundamentación y su falta de sintonía con las expectativas de la ciudadanía y mis votantes. Dices que la pelea es peleando, y estoy de acuerdo pero la pelea se da desde todos los espacios que ocupamos y eso es lo que sigo haciendo ahora como Concejal independiente, de hecho bastante lejos de una posición cómoda. A quienes criticamos a los gobiernos locales en seguida nos encasillan de contreras. A esa reflexión es a la que llamo a través de este artículo, otros que he escrito y las acciones que se ejercen todos los días desde mi despacho. Te invito a que sigas mi gestión. Saludos.
La señorita Chacón no es una voz autorizada para llamar a despertar la buena política de Quito, ni para criticar las obras. El proyecto Quito Cables fue un proyecto suyo y eso no lo recuerda, fue su “bebé”. Primero se debe tener ética y principios y luego hablar al conglomerado.
Estimada Patricia, le solicito amablemente que sustente sus afirmaciones pues lo que usted comenta en este foro no es cierto. El transporte por cable ha sido una forma de movilidad que he apoyado, de hecho voté a favor de su incorporación al sistema de transporte público de Quito en el seno del Concejo Metropolitano, así como lo hicimos todos los Concejales. Ello dista mucho de un proyecto mal concebido y cuyo trazado tiene un alto impacto social que podría ser evitado si la Alcaldía habría hecho las cosas bien desde un inicio. Todos tenemos derecho a criticar, más aún cuando lo hacemos desde la ética y principios de cuidar las inversiones públicas que se hacen con dinero de los quiteños y de invertir en obras que realmente van a solucionar los problemas de todos. Saludos.
Daniela: entre las obras que utilizas para ilustrar tu argumento no mencionas al metro. Todos los problemas que son la razón de tu artículo -información incompleta y contradictoria, improvisación, adecuación de la evidencia para justificar la obra, inconveniencia financiera (inviabilidad, en verdad, desestimación de serios cuestionamientos de ciudadanos y expertos sin ningún debate, réplica de argumentos con propaganda, contratación de una empresa corrupta, utilización de los complejos del público y fetichización de las megaobras)- se evidencia en el proyecto del metro, pero a una escala mucho mayor que en cualquier otro proyecto. Como en ningún otro, aquí se evidenció una ausencia de política (o quizá demasiada, de la mala) no solo entre la ciudadanía sino dentro del concejo, del que tú formas parte. De todas las cosas equivocadas que está haciendo esta alcaldía, el metro es la que nos va a costar más caro.
Estimada Dany, bastante acertados los comentarios, sin embargo faltaría incluir que nuestros propios representantes que se encuentran en la administración pública, a cada momento nos dan la espalda y defender nuestros derechos, más bien defienden los intereses de terceros o suyos, Elección tras elección nos dejan sin aliento y a la vez sin ganas de ser proactivos ante los problemas de nuestra sociedad o públicos, esta apatía es el resultado de las múltiples defraudaciones que se recibe por la no acción de estos pseudos representantes.
Sales a las calles, levantas tu voz, soportas gases, te enfermas, todo está lindo, piensas que se pudo obtener algún cambio, llegan los pedidos ante los organismos que deben hacerse eco de las propuestas y ahí se estanca buscan en la mayoría de casos como sacar tajada, y para el pueblo, les vale. Viendo esos resultados, la gente empezamos a ser conformistas, y nos cierran los caminos para tratar de frenar esto, nos suben las tarifas de servicios públicos, nos cargan de más impuestos, nos bombardean con ordenanzas municipales, y en fin, más agobio para la gente, ahí están algunas de las causas del porque la apatía de la gente
Estimado Alberto, es cierto lo que dices y lamentablemente me encuentro con esta decepción y apatía en varios segmentos de la ciudad (edad y territorio). De ahí mi motivación para iniciar una discusión sobre este tema a fin de reconstruir nuestra ciudadanía y encausar al Estado hacia sus fines primordiales como el respeto por nuestras libertades y derechos. Quiero invitarte a seguir esta conversación y estaré gustosa de recibir tus comentarios y cuestionamientos. Saludos.
Últimamente los artículos carecen de lo que tenían: investigación y datos que servían para uno hacerse una idea clara de las cosas, hoy solo son comentarios, como este artículo. Creo que deben tener cuidado para que no pierdan la esencia.
Estimado Marco, hay artículos que son de investigación y datos y hay otros que invitan a reflexiones políticas sin que los datos sean necesarios en dicho contexto. Ambos tipos de artículos son igual de importantes. Saludos.