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Cynthia Viteri va por más… populismo

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Tras diez años de derroche y de engorde con las finanzas públicas de la base mayor del correísmo, se pensó que los políticos de la oposición iban a hacer dieta de populismo. Error: Cynthia Viteri quiere más. Va por más. Ahora propone subir salarios y crear un subsidio a un millón de hogares que consumen 110 kilovatios de energía eléctrica al mes en la Sierra y 130 kilovatios en la Costa y Galápagos. Un subsidio que, si encuentra viada, llegará para quedarse y sumará –dice ella– de $200 millones a $250 millones. Otro subsidio que habrá que agregar al desbarajuste que deja el gran economista.

A Viteri no le bastan los 10 años de derroche. De irracionalidad económica. De presupuestos desfasados. De destrucción de toda forma de ahorro. De empeño del oro de la reserva. De subsidios y bonos. De entrega de campos petroleros. De deuda que supera el límite constitucional. De emisión de bonos a la tasa más cara del mundo. De cuentas secretas y manejos chuecos para disimular operaciones para cogerse plata de fondos de salud, del Banco Central…

Ella quiere subir los salarios de los que trabajan (aquellos que no tienen un “trabajo adecuado” son más) y otro subsidio. ¿Cuáles son las cuentas de las facturas que heredará la candidata socialcristiana si fuera elegida presidenta? Ella no lo debe saber. Pero Mauricio Pozo sí. Él es (era) su principal activo porque de economía sí sabe y ya lo demostró: fue lo mejor que tuvo el gobierno de Lucio Gutiérrez. Por eso cuando lo anunció como su compañero de fórmula, muchos pensaron que Pozo iba a enriquecer la campaña presidencial con ese tono de sensatez que lo caracteriza. Muchos creyeron que él sería una voz sobria y racional que ayudaría a que el electorado tome conciencia de que tras la bonanza desperdiciada, en un alto porcentaje por el correísmo, es imperioso poner la economía en orden para generar el mayor requisito que requieren todos los actores del aparato financiero y productivo: confianza.

La urgencia política de Cynthia Viteri diluyó a Pozo. A ella le sobran los detalles técnicos. Y actúa –lo ha venido haciendo en todos los foros– como si todo se pudiera resolver con una declaración política. Atrapada en las mentiras de los sondeos, que hasta Jaime Nebot promociona y que dicen que va segunda después de Lenín Moreno, ella vuelve a la receta más irresponsable de la política nacional: el populismo. Acaricia el hombro de los electores prometiéndoles subsidios que luego hará pagar a toda la nación. Es lo que ha hecho Rafael Correa en estos diez años y que Mauricio Pozo ha denunciado en forma consistente y técnica.

Viteri podrá decir que el consumo de energía es una medida que favorece a los más pobres. Es la excusa eterna de los populistas. Tras diez años de correísmo, se antoja que los candidatos a la presidencia deben decir a los electores cuál es la factura que piensan recibir, cómo la piensan procesar, cómo lo harán sin afectar más el aparato productivo y cómo piensan repartir los costos que conlleva la recuperación del país. Obviamente se requiere evitar la ruptura del tejido social y proteger a los más pobres: pero dentro de un plan que acabe con esta ola de infantilización en la cual instaló el correísmo al país. La sociedad en su conjunto debe saber los esfuerzos a los cuales está invitada, los canjes que se hagan y si hay medidas compensatorias (que debe haberlas para los más pobres) deben ser temporales y negociadas responsablemente con los beneficiados.
Lo que hace Viteri es aupar la mentalidad del asistido que tiende la mano y espera todo del Estado. Esto concierne también al empresariado: algunos grupos monopólicos se vieron favorecidos durante el correísmo. Volver al mercado (controlado por el Estado) requerirá replantear algunas reglas. Por eso, la inversión y la producción no volverá solamente bajando algunos impuestos. Luce inaudito, en este contexto, proponer mejores salarios cuando solo 4 personas de cada 10 están trabajando en el sector formal de la economía. Salir del Estado concentrador implica generar oportunidades para todos, empezando por aquellos ciudadanos que no tienen ni trabajo ni seguridad social.

Cynthia Viteri está lejos de ser la única candidata que aúpa el populismo en esta campaña. Pero su caso es singular por tener a su lado el economista más ortodoxo –y atacado como tal– en estos diez años por Rafael Correa. Ella engrosa el pelotón de políticos que creen que por fuera de las dádivas es imposible relacionarse con los electores. Ella sigue proponiendo subsidios a pesar de que el correísmo deja facturas que pagarán hasta las próximas generaciones.

Foto: Vistazo

25 Comments

  1. Cynthia Vireri dice que esa es su función: recorrer el país para presentar su propuesta de cambio de modelo económico y no es mujer de esperar sentada para una decisión definitiva. No participa en los mecanismos de diálogo de la Unidad, esa labor la tiene el líder del PSC, Jaime Nebot. Cynthia Viteri no cree que esté a la sombra del Alcalde Guayaquil, como en su momento se dijo de Nebot a la sombra de León Febres Cordero.

  2. En lo referente a este artículo estoy de acuerdo con el escritor, muchos de los políticos que están lanzándose para presidente solo busca el populismo haciendo promesas y promesas que talvez no las cumplan porque el país actualmente está demasiado endeudado, con varios impuestos y con muchos escándalos de corrupción, sería importante que antes de pronunciar sus ofrecimiento primero lo analicen de tal forma que el país en sí salga beneficiado y no solo por compromiso, además no solo se necesita que suban el sueldo a los empleados sino que exista fuentes de trabajo porque ahora hay más personas que se encuentran desempleadas, deberían enfocarse en la producción, los mercados, negocios, crear nuevas fuentes de empleo porque eso es lo prioritario y renegociar la deuda para no pagar demasiado interés, porque a este paso estaremos más y más endeudados y habrá menos fuentes de empleo

  3. Prohibido decir la verdad de nuestra historia contemporánea politiquera.
    Parodiando: Historia cuántas mentiras de cometen en tu nombre.
    Mientras el pueblo siga en la ignorancia y la miseria, los politiqueros harán de las suyas.

  4. Cyintia Viteri es una política de peso y Mauricio Pozo es un economista de gran prestigio que merecen respeto, Ella sería la “outsider”, ciertamente, si los mayores de 40 años y estudiados se olvidaran que ella es social-cristiana.

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