Se aprestan a nombrar a un sumiso como Fiscal, que reemplace a otro que de dependiente ha terminado de cómplice. Todo esto con la máscara que cubre el verdadero rostro de sumisos que montan una mascarada, en la que un supuesto origen no político de la comisión que lo selecciona, maquilla de imparcial e independiente la designación.
Cuando se les escucha hablar, debatir, exponer, razonar difícilmente se concluye que los huiñachiscas de Correa lo son 100/100. Mediocres son. Pero, la “comisión ciudadana” de encubiertos correístas concluye calificándolos como si la sola filiación política, o su evidente dependencia, engrandecieran sus medianas hojas de vida.
Es tal el nivel de descaro que no hay recato en calificar a los pre-ungidos con calificaciones no merecidas. En ellas un significativo porcentaje corresponde a valoraciones subjetivas, sesgadas e interesadas derivado de entrevistas individuales. Sería un reto para estos comisionados que esas entrevistas se hicieran en audiencias públicas en las que, sin duda, se dejaría ver la manipulación para encaramar en tan importantes funciones a personajes que no han hecho su trabajo en diez años, han mal usado las funciones de control para la impunidad y el encubrimiento o han comido de la mano de Correa y le han servido, eficientemente, en comisiones espurias para dar razones al engaño del golpe de Estado.
Electores crédulos, políticos neonatos que fueron embobados por el discurso refundacional, aprobaron que una comisión de huiñachiscas, a la que apodaron de “participación ciudadana”, se apropie de la capacidad de elegir a huiñachiscas como autoridades de organismos de control, fiscalización e investigación. Estos serviciales que inclinan la cerviz ante Correa presidente, servirán a Correa expresidente pues, qué vivarachos, se han asegurado que los dependientes del correísmo se enquisten para impedir que el siguiente gobierno exponga y sanee el pozo séptico que dejarán en mayo de este año.
¿Quiénes eligen Fiscal y reeligieron Contralor? ¿Hay entre ellos personas con la entereza para procesar, en nombre de la ética, impugnaciones o investigar, de oficio, qué los postulantes tendrán la integridad, la independencia, la solvencia moral para encauzar a sus compañeros de partido y no usar esas funciones para perseguir a los enemigos del zar al que sirven?
En verdaderas repúblicas la corte constitucional es la máxima representación de la vigencia del Estado de Derecho. En la caricatura de república de la era correísta, esa es una corte cervecera integrada, entre otros, por una huiñachisca que ha saltado de asistente a cortesana. Aquella que, según el primo fugado, es la que manejaba las cuentas sobre las que no se rinden cuentas.
Y doquiera se vea, sucede el mismo fenómeno. Funcionarios controlados por los controlados para que no sean controlados. Ora sumisos a Patiño; ora a otro jerarca de las facciones internas. Pero todos alineados con la agenda partidista, con el encubrimiento, con la impunidad, con la persecución, con el hostigamiento.
Y para colmo, quieren quedarse allí. Cambia el gobierno, cambia la asamblea, la mayoría pide cambio. Pero en las entidades de control, consejos y tribunales, nada cambia. Aunque los rostros de los autómatas sean diferentes, la mano de Correa seguirá, como Guepetto manipulando a todos estos pinochos de carne y hueso.
Una primera gran tarea, que pasará por un acuerdo de cómo lograrlo, es que quienes esperan acabar con el oprobio que se inauguró hace una década (la robada), desalojen a estos huiñachiscas de Correa y se elija Fiscal, Contralor, Procurador, Superintendentes, miembros del Consejo Electoral, de la Judicatura –entre otros– a personas íntegras, decentes, capaces, autónomas y verdaderamente independientes para que coadyuven, con su honradez, en el saneamiento moral que debe ser base para reconstruir la República.
Diego Ordóñez es abogado y político
Seguramente es necesario, desembarazarse de estas autoridades de “control” elegidas justamente para todo lo contrario es decir cubrir la retirada de los piratas que aun nos gobiernan.
Pero como garantizamos que si el Sr. Lasso gana las elecciones y cambia las autoridades de control estas no se volverán cómplices de los nuevos actos de corrupción que seguramente existirán en ese nuevo gobierno.
Seamos cuidadosos entonces en el poder que le entreguemos al nuevo gobernate en el caso de que podamos deshacernos de los atracadores del País
El próximo 2 de abril tenemos que con nuestro voto sensurar y sepultar al
correismo que escondido tras la silla de Moreno y Glas quieren acabar con
el Ecuador y convertirla en país gemelo de Venezuela.-
El Ecuador clama por limpiar de cómplices y encubridores la esfera política, lamentablemente no está claro el cómo. Ojalá se haga lo que exige la ética y la decencia para evitar que el pueblo se haga justicia por su propia mano.
Seguro Lasso los remueve pues es obvio que estos están para cubrir la retirada de sus compinches. No dura ninguno de estos mamarrachos
No hay más excelsa alocución como la que hace Diego Ordóñez sobre oprobio en que se ha convertido el nombramiento de estas dos instancias fundamentales para el desenvolvimiento de un estado de derecho. No hay derecho a que vivamos sin derechos