Si para el partido entre Ecuador y Colombia el correísmo organizó un inmenso operativo de disuasión y amedrentamiento que terminó en hechos violentos, lo más posible es que para el domingo 2 de abril, día de las elecciones, tenga listo otro.
Lo que ocurrió en el Olímpico Atahualpa fue como para que no quede duda de que para el Gobierno lo que está en juego en las elecciones del domingo justifica incluso la organización de una ola de violencia.
Los hechos fueron bastante claros y demostraron que lo que ocurrió en el Atahualpa fue un operativo perfecta y siniestramente organizado. Jamás en la historia de ese estadio ni del fútbol ecuatoriano se había visto una cantidad similar de vuvuzelas, una suerte de cornetas capaces de hacer un enorme ruido y que se popularizaron en el mundial de Sudáfrica. No estuvieron, estas vuvuzelas, para animar a los equipos que jugaban en la cancha, sino evidentemente para crear una ensordecedora cortina de ruido cuyo clarísimo fin era neutralizar cualquier manifestación política contraria a Rafael Correa y favorable al candidato opositor Guillermo Lasso.
Era obvio que en este partido en los graderíos iba a haber gritos y consignas anti correístas, dada la cercanía de las elecciones y el nivel de enervamiento social que existe. Ya en los partidos anteriores de la selección los asistentes habían coreado el !Fuera Correa fuera¡, y era lógico pensar que eso se iba a repetir con mayor fuerza con ocasión del partido con Colombia. Por eso, resultó evidente que la gran cantidad de personas que estaban en los graderíos con la consigna de hacer sonar las vuvuzelas cada vez que alguien gritaba !Fuera Correa fuera!, eran parte de un operativo perfectamente planificado.
Periodistas deportivos que cubren regularmente estos partidos en Quito le dijeron a 4Pelagatos que jamás habían visto algo similar a lo que ocurrió en el partido Ecuador-Colombia. “El ruido era insoportable. Al principio pensé que las vuvuzelas habían sido traídas por los hinchas colombianos pero al poco tiempo me di cuenta de que sonaban en momentos que no tenían ninguna relación con el juego”, dijo un periodista de una emisora quiteña. En las redes sociales los testimonios apuntaban a lo mismo. Para muchos resultó claro que había miles de personas que habían llegado al Estado con entradas y vuvuzelas regaladas por el Gobierno.
Hubo personas que calcularon hasta en en 6 mil el número de personas que se hallaban en esa condición; es decir asistiendo con entradas y vuvuzelas regaladas por el Gobierno. Juan Andrés Mantilla, usuario de Facebook, por ejemplo puso en su muro que fue evidente que el Gobierno “compró entradas al partido de la Selección, para todas las localidades, y las distribuyó de manera gratuita con la única consigna (de) que cuando se escucharan los gritos de ¡Fuera Correa, Fuera o Lasso Presidente, ellos hicieran sonar con todas sus fuerzas las vuvuzelas o cornetas que, lógicamente, también les fueron entregadas de manera gratuita”. Juan Cristóbal Lira, por su lado, puso en Twitter mensajes sobre el tema pero uno de ellos era contundente. “Al principio pensé que las cornetas eran de colombianos, que habían traido, luego hacia el final se hizo evidente: estrategia AP”. Para el periodista deportivo Andrés Gushmer el tema también fue claro. “Muy hábil el que haya decidido comprar las 6.000 y entregarles además vuvuzelas para sonarlas en los momentos adecuados del partido”, dijo. “Lo de afuera del estadio no es habilidad. Es delincuencia organizada”, le respondió otra usuaria de Twitter a Gushmer.
De verdad miedoso, habían fácil 5 mil bubuzelas (o como sea que se escriba), multipliquen eso por $25. Son tus impuestos trabajando para ti.
— robot ultramoderno (@jotacelira) March 29, 2017
Si el Gobierno logró organizar un operativo tan sofisticado, costoso y eficiente, es perfectamente posible que si el domingo 2 de abril se produce un resultado apretado en las elecciones y hay movilizaciones de la oposición, se generen hechos violentos como los registrados en el estadio. O peores. No cabe duda de que los colectivos que actuaron durante y luego del partido estaban perfectamente adoctrinados y listos para emprender actos violentos y dejar en claro que lo mismo podrían hacer el domingo. En redes se publicaron varias versiones de personas que decían haber sido amenazadas por personas cada vez gritaban en contra de Correa.
Nada de esto, en realidad, debería sorprender. La imperiosa necesidad del correísmo de aferrarse al poder se ha evidenciado de forma aguda durante estos últimos tramos de la campaña electoral. El uso abusivo e ilegal de los medios de comunicación públicos e incautados sin ninguna consideración a la normativa electoral vigente hace pensar que para el correísmo no existe límite a la hora de hacer proselitismo. Lo que está en juego el domingo nos obliga a hacer actos extremos: ese parece ser el mensaje. Suscitar miedo en la oposición para que el domingo no salga a las calles es, sin duda, el otro mensaje de todo esto.
Lo ocurrido en el Atahualpa demuestra que existen en el país grupos sociales preparados para actuar violentamente y que es el Gobierno el que los dirige. El candidato opositor, Guillermo Lasso, a duras penas pudo salir indemne del estadio de las agresiones que él y su familia sufrieron por parte de gavillas organizadas. Un periodista deportivo dijo incluso a 4Pelagatos que resultó extraño que la Policía no haya dispersado a esos grupos que se habían concentrado a la altura de la llamada “bola”, a la entrada del estadio, pues normalmente lo hacen para evitar enfrentamientos de hinchadas violentas. ¿Por qué no lo hicieron esta vez? se preguntaba.
Lo que pasamos hoy junto a @LassoGuillermo y su familia es una clara muestra de lo que son capaces…Esto se va a terminar con tu voto. pic.twitter.com/8FpgQWfB3Z
— Juan Pablo Meneses Gómez (@MenesesJuan) March 29, 2017
La Federación Ecuatoriana de Fútbol tiene la obligación de responder las dudas que se han desatada alrededor del tema de la venta de los boletos. ¿Hubo alguien o algún organismo que compró entradas en un número que sale de lo normal? Luego de los incidentes, el candidato Lasso acusó a Carlos Vllacís, presidente de la Federación Ecuatoriana, de ser cómplice “del vandalismo de las turbas de Alianza País contra mi esposa, mis hijos y contra mi”. Además, la dirigencia deportiva deberá explicar las razones por las que no se permitió la asistencia y el trabajo de la Unidad de Riesgos del Municipio de Quito que normalmente trabaja en este tipo de espectáculos. No estaría por demás que la FIFA también haga las indagaciones del caso.
Los actos de violencia fueron, además, acompañados a la perfección en las redes sociales por el troll center gobiernista que creó una etiqueta en la que se decía que Lasso había traído mala suerte a la selección ecuatoriana. Además, el llamado troll center se encargó de divulgar en redes sociales la versión de que el candidato opositor había sido repudiado por los asistentes. “Solo con su presencia la selección es derrotada, imagina lo que pasaría al Ecuador si llega a la presidencia”, decía Amauri Chamorro, el dueño de las empresas contratadas por el gobierno para que cientos de trolls llenen las redes con mensajes a su favor.
Lo ocurrido en el estadio desatará irremediablemente un proceso de tensión social con consecuencias impredecibles. Existe información que habla de que el domingo el gobierno traerá gente desde varios sitios del país para tomarse los sitios donde se espera que la oposición se concentre ese día. La presidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, no hace mucho hizo un llamado público en Santo Domingo para que ese día las fuerzas gobiernistas se tomen las calles aledañas al Consejo Nacional Electoral.
Lo que pasó en el Estadio hace pensar que todo esto es parte de un operativo en marcha de amedrentamiento y disuasión social. La experiencia venezolana es una triste advertencia de que la creación de milicias urbanas puede ser un excelente mecanismo para amedrentar a la población y garantizar la permanencia en el poder de las fuerzas gobiernistas.
Aparentemente, lo que está en juego en las elecciones hace que para el correísmo abandonar el poder sea algo imposible y que ganar sea un imperativo que hay que alcanzar por las buenas o por las malas. En el Estadio fue por las malas.
Y ese indecoroso silencio de Rodrigo Borja? mmm? Claro, esta ocupado en terminar su perogrullesca enciclopedia política.
Rafael Correa es el autor intelectual, una manada de correístas matones son los autores materiales y Carlos Villacís es cómplice y encubridor. Y además con plata de mis impuestos.
Por supuesto que ni el ministro de gobierno, ni el fiscal saben nada del asunto ni tienen porqué investigar y ni encontrar a los culpabes, y mucho menos sancionarlos. Mamiticos.
Ni comentar las estúpidas reacciones de Viviana Bonilla y de Jorge Glas hablando de victimización.
Tarea de asesinos cobardes. Todos y todas.
La cosa es clara, se compran miles de entradas por un ente de gobierno y se incluyen cornetas para acallar el grito emblematico de Quito, fuera Correa fuera. Se trata de grupos pandilleros organizados por el capo de esta mafia que nos gobierna, que cumplen consignas previamente planificadas. Gente que con las justas tienen para comer y vestirse, estaban en palco cuyo costo $180, no puede pagarlo cualquiera. Con una justicia y policia imparciales se puede llegar al fondo y desenmascarar a los delucuentes. Todos sabemos que Rufian Correa Delgado, no tiene ni Dios ni ley y es capaz de todo por permanecer en el poder a traves de este pobre titere de Moreno, cuya consigna es tapar todos los atracos denunciados por sus propios compinches, que ahora son hombres malos. Estamos a un tris de ser como Venezuela, pero todavia hay gente ingenua que no abre los ojos. Dios salve al Ecuador
El domingo 2 de Abril será el día de nuestra segunda independencia y todos festejaremos el fin de esta fatídica robolución
MILICIA URBANA. Eso es clave, los ignorantes que quieren seguir con la dictadura, que continuen aguantando las atrocidades. La selección de futbol está mirando el precipicio de la derrota igual que el Correismo ridiculo que en poco será la vergonzosa realidad que afronta nuestra nación supuestamente “DEMOCRÁTICA”.