//

Correa anda suelto como pandillero en Twitter y Facebook

lectura de 8 minutos

Cuando era Presidente, las cosas que Rafael Correa hacía o dejaba de hacer estaban relacionadas con la ética del servicio público. Insultar a uno de sus mandantes en las sabatinas o usar el avión presidencial para ir a recibir un honoris causa en el extranjero eran gestos claramente reñidos con la ética pública que un Presidente, se supone, debe observar.

Una vez fuera de la Presidencia, lo que Rafael Correa haga o deje de hacer está relacionado, más bien, con la ética ciudadana. Por eso, cuando Correa decide colocar, el lunes 19 de junio, cuatro tuits  suyos en los que pedía a su guerreros digitales a investigar y luego exponer públicamente los datos personales de aquellos que, según él, están insultado en redes sociales está actuando como un delincuente común y cualquiera. Pedir a sus guerreros digitales que consigan y publiquen la información personal de personas que, según él insultan en redes, es un claro acto de incitación a la violencia y a la violación del derecho a la privacidad. Se trata de un acto de delincuencia común sancionado en el artículo 178 del código penal. Twitter también prohíbe la publicación de información privada como dirección y teléfonos personales.

Pero estos mensajes son señales que lanza desesperadamente porque siente que el poder se le escapa y quiere seguir siendo un agente político. Rafael Correa cree que su permanencia en la política y en el imaginario colectivo depende de si hace que la gente hable de él.  Los tuits del lunes no son, desde esta lógica, únicamente actos de violencia común, sino angustiosos llamados de atención para que la sociedad no deje de hablar de él.

Si callo muero, es la consigna porque debe ser insoportable dejar el poder para quien durante 10 años lo entendió como una herramienta para cumplir sus máximas y mínimas aspiraciones personales y como un atajo para cobrarle las cuentas a su pasado. “¿De acuerdo?”, les preguntaba con tono de desafío a sus guerreros digitales al final del mensaje, que primero colocó en Twitter y luego en Facebook.

La reacción a los mensajes fue inmediata y masiva. “Aquí siempre defendiendo el proceso compañero @Mashirafael fieles sin claudicar“, le respondieron desde una cuenta mientras que desde la mismísima cuenta de los Guerreros Digitales le dijeron “de acuerdo @mashirafael empecemos ya, siempre listos a su llamado. No permitir más atropellos e insultos de gente que se escuda en una cuenta”. Y si algún usuario, como Esteban Jaramillo le protestó y le dijo que era “lo más de lo bajo” y le puso que su nombre era ese y que vive en Quito, uno de los soldados digitales de Correa le contestó “no hace falta que digas quien eres, nosotros vamos a averiguar quién completamente, para ver si sigues siendo tan machazo al insultar”. Hasta la alcaldesa de Durán, Alexandra Arce, entró en el juego legitimando el pandillerismo de Correa.

Correa, viudo del poder y de todo el boato que lo rodea, necesita que hablen de él porque esa es su única forma de sostenerse sobre el potro. Si hablan de él y si su palabra provoca polarización y enfrentamiento, como ocurrió, entonces siente que le queda alguna forma de poder. Ya no tiene la corte de aúlicos que lo seguían aquí y allá ni el enjambre de funcionarios de su aparato de comunicación que publicaban todo cuanto él creía que había que divulgar sobre su gestión. Correa ya no tiene a quién gritar como lo hacía cuando no se cumplía con el cronograma de construcción de un canal de riego o un muelle cualquiera. Tampoco tiene a su palafrenero Fernando Alvarado para ver a qué periodista denigrar en su patético show del sábado. Debe ser un suplicio, para alguien que construyó todo un manual sobre cómo ejercer el poder absoluto, tener que pasar las mañanas en su casa donde en lugar del “señor Presidente” que sonaba por aquí y por allá en Carondelet, escucha en cambio el ruido de la licuadora, señal de que se hace almuerzo, o el rugido de la aspiradora que le recordará su estado de reclusión domiciliaria. Correa necesita hacer ruido porque necesita escucharse a sí mismo a través de los otros.

El ex Presidente, además, no tiene la capacidad intelectual ni emocional de entender el efecto que causa en la sociedad aquello que hace. Si sus llamados a los guerreros digitales desataron una ola de crítica y condena en redes, Correa no tuvo empacho en seguir provocando con las mismas mañas. Poco después de sus mensajes a los guerreros digitales, ya pasadas las 16:00, volvió a lanzar mensajes que también podrían poner en riesgo la integridad física de otras personas. Esta vez fue en contra de Carmen Andrade entrevistadora de Radio Centro. “Carmen Andrade, periodista de Radio Centro, me insulta todos los días con un odio atroz”, decía como dando la orden a sus guerreros digitales para que vayan por ella. “Venceremos la corrupción en todas sus formas”, añadía al final del mensaje en contra de Andrade como si su llamado no fuera, precisamente, de odio atroz.

Si en su intento por mantenerse vivo en la política actúa como un pandillero es porque así ejerció el poder: sin contrapesos institucionales y con el silencio cómplice, a veces acompañado de la celebración, de un importante sector de la sociedad. Esa porción de la sociedad fue la que celebró o simplemente calló cuando dijo gordita horrorosa a una periodista o cuando publicó los datos personales de algún crítico suyo. Ahora, como ex presidente, anda por ahí exponiendo la integridad física de cientos de usuarios de redes sociales.

Los mensajes de Correa plantean también otro problema mucho más profano: la existencia de redes de trolls, financiados por el Estado, que actúan por fuera del control del gobierno de Lenín Moreno. Durante el gobierno de Correa se contrató a empresas de comunicación dedicadas a intervenir y distorsionar la conversación en redes a través de trolls que descalificaban cualquier crítica al gobierno y acosaban a usuarios críticos. Estas empresas, aparentemente, aún tienen contratos con el Gobierno y siguen asumiendo como su patrón a Correa. ¿Lenín Moreno está dispuesto a que el Estado siga financiando la desesperada lucha que Correa mantiene en redes sociales para no dejar de existir políticamente?  4Pelagatos supo por información de una persona cercana al círculo de Lenín Moreno que los trolls trabajan realmente para Rafael Correa y que no están bajo el control del Presidente Moreno. Ese es un problema que tiene que ver con el gasto ético de los fondos públicos pero que también tiene que ver con incapacidad de Lenín Moreno para suspender el aparato de propaganda de Rafael Correa.

Rafael Correa cree que sus razones políticas están por encima de cualquier forma de decencia ciudadana. En la soledad de su casa, ha convertido a sus cuentas de Twitter y Facebook en sus herramientas para que nadie lo olvide ni deje de hablar de él.  El tiene el perfil sicológico del pandillero bully que sabe que si deja de acosar pierda el control de la pandilla.

28 Comments

  1. Oírle a alguien es darle importancia. ignorarle (porque se lo merece) es decirle la persona negativa que fue para nuestras vidas; pero, sus actos ilegales deben ser castigados conforme normas legales y el debido proceso ojalá existan fiscales y jueces imparciales y valientes en este país ( cobardes y cuida puestos abundan).

  2. Correa no solo anda suelto, sino que ya comenzo la ofensiva par volver a la presidencia. Dentro del con , las Rivadenairas, sus fanaticos correistas que perdieron empleos, prevendas o que fueron juzgados por robo y los neo correistas que adulan al Lic. En el exterior su “chasqui”, Patino, que sirvio en los contactos con R.Reyes , segundo de las FARCS,,en Angostura, para financiar la campana presidencial del 2007, comenzo a mobilizar a los 158 967 mil emigrantes de Espana, , éste, luego de ocupar varios ministerios aterrizo en RR.EE, donde desbarato la institution, lleno de fanaticos incapaces y viajo cien veces, mas que la Espinosa y la Baki de Oro juntas, con los petrodolares del pueblo. Los emigrantes no olvidamos que la politica de Correa fue l de exportar ecuatorianos para aumentar las remesas que mantuvo su politica y votos para sus elecciones. Incluso, su hermanita Perrina, buscaba emigrantes para llenar los aviones de Chavez para volverles a Espana, cuando una compania espanola quebro. Para esta politica lleno la peninsula de consulados, con cientos de sus fanaticos, con lati sueldos, para controlarnos en las eleciones. Hoy, la situacion ha cambiado, hay menos emigrantes y muchos se volvieron shoengen y otros, que pese a la xenofobia hispana, no quieren, volver a la miseria en que vivieron ni al desorden politico del pais o a la corrupcion que dejo el “mono enloquecido,” por el poder y el dinero del petroleo.

  3. Por qué no dejamos de ocuparnos de “el” eso si será su final, se ve que no puede vivir sin el boato de su “década ganada”. Siempre habrá temas mucho mas interesantes para comentar y hacer algo por revivir a nuestro país.

  4. En verdad da vergüenza de seguir comentando de una persona que daño nuestro Ecuador dividió familias y las de el mismo este no tiene nombre pero fue Presidente para insultar derrochar dejar robar y/o delinquir anda como loco supe que en esta semana se encontraba en Bolivia de visita al Morales preguntemos si se fue en avión comercial o continua ocupando equipos de Estado. de serlo tocaría preguntar quien autorizo.

Comments are closed.