Al trillado argumento del show y las tarimas, la bancada de Alianza País sumó uno nuevo para que los temas que ameritan ser fiscalizados o debatidos en la Asamblea pasen de agache. Esta vez el pretexto fue, aunque sea difícil creerlo viniendo de Alianza País, la protección a la inversión privada.
En la lógica de Alianza País, cualquier motivo es bueno para bloquear en la Asamblea cualquier debate o intento de fiscalización que pueda afectar la imagen del anterior gobierno. La estrategia incluye sobre todo los temas más escandalosos y que más conversación generan en la sociedad. Esta vez fue Yachay que, desde el martes cuando el presidente Lenín Moreno recibió un informe in situ sobre la situación del proyecto, se ha convertido en el centro de críticas y de la indignación ciudadana.
Esta vez el encargado de bloquear el debate fue el diputado Augusto Espinosa, uno de los más rabiosos defensores del gobierno anterior y uno de los más activos operadores del ex presidente Rafael Correa. Espinosa primero echó mano, como era de esperarse, del manido argumento tantas veces usado por el correísmo de que cualquier fiscalización en la Asamblea es un show. “Tenemos que escoger entre fiscalización seria o shows y tarimas”, dijo Espinosa en la intervención para pedir que se niegue el pedido de cambio de orden del día que había presentado el asambleísta Pedro Curichumbi de CREO, para que se debata el tema de Yachay.
Aquí es cuando Espinosa convirtió la inversión privada en pretexto para no debatir el tema. “Detrás de Yachay hay posibilidad de inversión privada. Vamos a ahuyentar la inversión privada por hacer una mala fiscalización”. Espinosa pareció darse cuenta de que lo que estaba diciendo sonaba muy extraño en él y por eso se refirió inmediatamente a la inversión privada en tono algo peyorativo. “De esa inversión privada que tanto hablan en todas las bancadas”, dijo poco convencido. “Cuando se hace mala fiscalización lo único que logramos en espantar la inversión privada”, lanzó el nuevo guardián de la inversión privada.
A Augusto Espinosa no le gusta dar puntada sin dedal. Por eso, se refirió a la inspección que el presidente Moreno hizo con Augusto Barrera, de la Senescyt, a las intalaciones de Yachay el día anterior como “evento político”. Para él, Moreno hizo un acto de promoción política que no debe ser abordado en la Asamblea. “Ya es hora de dejar los escándalos, de dejar los medios”, exclamó casi a grito, indignado de que en en la prensa se haya determinado, según él, la culpabilidad de los funcionarios del anterior gobierno que fueron responsables de Yachay.
Finalmente Espinosa logró su cometido. Con 68 votos se negó el pedido de cambio de orden del día y el tema de Yachay quedó sepultado en la Asamblea. Al menos el jueves 14 de septiembre. El viernes 15 de septiembre, la Comisión de Educación, presidida por el propio Espinosa, hará una inspección del sitio. Seguramente habrá fotos y mensajes realzando el proyecto de Yachay, pero el tema no será debatido ni amplificado en la Asamblea gracias a él.
Augusto Espinosa repitió durante su intervención que no se puede hacer un debate político sobre el tema de Yachay sino que hay que hacer una fiscalización basada en documentos. Curiosa afirmación la suya precisamente porque la Asamblea es un foro político donde se hacen debates políticos. Espinosa, en su desesperado intento por meter bajo la alfombra el proyecto más emblemático de la revolución ciudadana, olvida que los debates en la Asamblea se hacen bajo la lógica política. La pura documentación e investigación es un campo al que se dedica la Fiscalía.
Espinosa eludió, además, ciertas evidencias que son de bulto y que no pueden ser ignorados por un poder fiscalizador como la Asamblea. Por ejemplo, el engaño hecho en los últimos meses del anterior gobierno de que una empresa iba a invertir 3 mil millones de dólares en una fábrica de carros eléctricos con el auspicio de dos compañías de tecnología estadounidense como HP y Tesla Motors. Se trata de una mentira burda de la que participó incluso el ex presidente Rafael Correa cuando anunció públicamente la inversión. ¿Una farsa tan burda y grosera como esa no amerita ser debatida en la Asamblea? El hecho cierto es que el tema, aunque sea por el momento, quedó fuera de la agenda legislativa a pesar de las evidencias de bulto que hay sobre aquel engaño.
Alianza País no quiere que se discutan públicamente los temas que afectan la imagen del correísmo y prefiere hacer el gesto de la avestruz: esconder la cabeza bajo la tierra. Para eso la vehemencia y apasionamiento de Espinosa es muy útil. Él fue ministro de Educación durante el gobierno de Correa y no hay que descartar que algunas velas tenga en ese entierro.
por individuos asi toda esa asamblea de rateros debe ser disuelta.
EL LEGISLADOR ESPINOZA NO CONOCE LA DECENCIA PARA SALIR AL FRENTE DE LA UNIVERSIDAD DEL CONOCIMIENTO A QUERER OCULTAR LA CORRUPCIÓN EL DESPILFARRO LA METIDA LA MANO A LOS RECURSOS ECONÓMICOS DONDE EL ES PARTE DIRECTA POR HABER SIDO MINISTRO DE EDUCACIÓN.