Los correístas no cesan de alabar su diseño institucionalidad y hablar de sus bondades. Algunas están a la vista: la tarea de Carlos Polit en la Contraloría o de Galo Chiriboga en la Fiscalía; los dos puestos por el esperpento llamado Consejo de Participación Ciudadana. Basta recordar, igualmente, el grado de corrupción –que se está descubriendo– de muchos funcionarios correístas, para entender el lema de Gustavo Jalkh en la judicatura: “hacemos de la justicia una práctica diaria”.
Cambiar esa institucionalidad es tan complicado que para hacer dos modificaciones, esencialmente dos, Lenín Moreno tiene que convocar a una consulta popular. Dicho de otra manera, los correístas tienen toda la razón de ufanarse de su institucionalidad: les permite atornillarse al poder, usarlo para hacerse ricos (y muchos lo han hecho) y gobernar en total impunidad. Si Odebrecht no hubiera hablado, Correa, Glas, Polit, Rivadeneira, Aguiñaga y el resto seguirían dando cátedra de moral pública.
El diseño institucional correísta no solo es funcional a sus intereses: es inmutable. A tal punto que Moreno y los suyos, que ayudaron a montarlo, ni siquiera recurriendo al pueblo pueden alterarlo. Y tienen que inventarse un chaquiñán para crear, en un tema fundamental, una nueva institucionalidad. En la consulta, Moreno prevé un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social de transición. Es el paso forzoso entre el actual consejo, creado con militantes y simpatizantes de Alianza País, que escogía a sus miembros en concursos amañados, y el que será elegido por sufragio universal, libre y secreto cada cuatro años a partir de 2019. Ese consejo en transición se conformará con siete miembros que nombrará la Asamblea Nacional de entre ternas enviadas por el Presidente de la República.
Es claro: Moreno pondrá el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social hasta 2109. Eso nada tiene de institucional pero el pueblo lo tendrá que autorizar si, en ese punto, quiere salir de la institucionalidad que el correísmo implantó para que durara 300 años. El precio de pasar de una institucionalidad cooptada a la promesa de una elección democrática es cerrar los ojos y autorizar a Moreno un atajo constitucional. Claro, ahora es factible decir que Moreno no es Correa. Como en 2007 se dijo que Correa no era la partidocracia. O como en 2011 se dijo que Correa metía la mano en la Justicia para mejorarla… Este es el karma del país: tener instituciones que el poder hegemónico de turno usa y acomoda a sus necesidades e intereses. Por eso las instituciones paridas en el correísmo, solo son reivindicadas por Correa y sus partidarios. Y los atajos utilizados para superar los bloqueos, lejos de crear institucionalidad lo único que hacen es revelar las debilidades estructurales que tiene el país para lograrla.
Este vuelve a ser el caso. Moreno para evitar un problema con la Corte Constitucional, por conveniencia o por convicción –o por las tres juntas–, prefirió mantener ese bodrio llamado Consejo de Participación y Control Social, concebido al apuro y sin consistencia institucional en Montecristi. Crea un consejo de transición mientras el pueblo elige a sus miembros en elecciones universales, libres y secretas.
Mantener el bodrio es un triunfo del “espiritu de Montecristi”. Y recurrir al pueblo es la salida para no dejar el bodrio en manos de los partidos políticos que ni son partidos ni poseen el sentido institucional que esto requiere. Moreno y el país son prisioneros de sus circunstancias. Esos son los karmas que arrastra Ecuador y que lo llevan siempre, como Sísifo, a volver a empezar. Alberto Acosta y los suyos no lograron entender que ese Consejo de Participacion Ciudadana y Control Social jamás sería algo diferente a un bodrio; Moreno para salir de ahí convida al país a apuntarse a un albur.
Se dirá que es mejor que el bodrio sea elegido por el pueblo en vez de que sea designado por el caudillo y los suyos. Es verdad: pero sigue siendo un albur. Habrá que ver el contenido de la ley orgánica que regulará la organización y el funcionamiento de las elecciones en las cuales el país elegirá a los siete miembros encargados de la elección de los organismos de control. Puede haber centenares y hasta miles de personas atraídos por esos cargos y cuyo perfil coincida con los requerimientos exigidos. ¿Harán campaña con plata del Estado? ¿Tendrán que hacerlo con dinero propio? ¿Cómo harán para hacerse conocer en una campaña corta por el electorado nacional? ¿Cómo se evitará que partidos y gamonales regionales, interesados en el control de ese consejo, no incidan en la campaña y en la elección de los 7 consejeros? ¿Cómo se evitará que los grandes grupos económicos y hasta capitales sucios se mantengan al margen de esta elección?
Moreno –como Alberto Acosta antes– salta otra vez a un terreno desconocido. Y lo hace para paliar los karmas del subdesarrollo democrático del país. En claro, hay esperanzas de salir (en solo dos temas del montón pendiente) del correísmo, pero la forma de hacerlo revela que la desgracia institucional del país está más vigente que nunca.
La crisis política es inminente, las filas de AP se ven asechadas por el descontento y entre quienes militan se tiran la bola de quien resulta más culpable que otro ¿Y ahora cuanta inocencia se le acreditara al VICEPRESIDENTE? Pues al tratarse de una persona tan “honesta” resulta casi imposible creer toda acusación que se le termina.
Hay un nuevo programa económico del Gobierno para reactivar nuestra economía. Felizmente fue concebido, como debe serlo en el sector público, a través de la discusión y el debate para evitar la tiranía de las asunciones dogmáticas. El tema es en realidad cómo movilizar las diferentes formas de capital para reconstruir el Estado. Para empezar, hay que reconocer que vivimos un entorno democrático y capitalista, de los cuales no se beneficia la gran mayoría de los ecuatorianos, ya que si bien no es necesariamente una democracia represiva, definitivamente seguimos en un tipo de economía de industrias extractivas y pagamos por asistencia técnica tan costosa que se ha vuelto una forma de corrupción, y no ha sido capaz de pensar en nuestro desarrollo en forma creativa y orgánica
Para mi parecer se unen para seguir con lo mismo por eso estamos como estamos el grupo que asesoraba a correa es el mismo que asesora a moreno por lo tanto no les importa lo que el pueblo ecuatoriano está buscando en realidad como seria la libertad los ecuatorianos son presa fácil de manipular sobre todo los que no entienden nada y piensan que todo se está haciendo en beneficio de los pobres por no haber tenido la oportunidad de prepararse. Por lo tanto cada paso que da moreno es claro ya que la consulta supuesta “resolverá “la realidad pero nada más que es un hecho ficticio un espejo en realidad.
En primer lugar mis felicitaciones por hacer varios análisis de la situación, en la cual esta inmerso tanto el País, como sus ciudadanos. Soy un ecuatoriano, de los muchos que no votamos por el Sr. Lcdo. Lénin Moreno, no por él como candidato, sino por el entorno político de color verde, pero que lamentablemente siguen siendo parte de Gobierno actual., y al cual el Presidente debe analizar si es conveniente su presencia en varias instituciones , pues su colaboración, será determinante en el próximo proceso electoral.
Todo es una cadena, todos se tapan sus errores, todos ganan, todos roban, todos miran sus beneficios y nadie la de los demás, todos lo hacen por un interés personal porque quieren ganar más porque quieren ser importantes sí impórtales el medio.
No sé si haya alguien que en verdad trabaje por los demás, por el bien común todo es una imagen de primera vista tapado con buenas intenciones, pero siempre con interés individual y colectivo de una mala coordinación. Pero elegido por un mismo pueblo que jamás sabrá que hay detrás de una máscara.
El pueblo es quien les escogemos pero somos los mismos los que nos vemos envueltos en los resultados de un tipo de gobierno “autónomo”.
Todo es una desgracia disfrazado de una buena gestión y buenas intenciones.
Muy gentil de su parte José Hernández, ME GUSTA LA FOTO , quisiera que por favor me envíe la original, me gustaría ponerla en un marco y colgarla en la iglesia de la Compañía, junto a todas esas fotos tenebrosos, y su respectivo título, ALIBABA Y LOS CUARENTA LADRONES.
Es un articulo muy interesante ya que nos permite analizar cada una de las situaciones actuales del país el diseño actual institucional que se a venido llevando todos estos años por medio del anterior gobierno no solo a sido funcional en base a sus intereses si no que a debilitado en gran parte de la economía al punto de realizar reformas, formando así un sistema estandarizado en normas correistas.
Es claro que el nuevo gobierno un modelo de democracia basándose en el consejo de participación ciudadana seria verdaderamente liderar un proceso transparente para asi mantener un equilibrio tanto con los que se encuentran en contra y a favor de las decisiones y acciones que realicen los lideres del país.
En síntesis en la consulta debemos votar NO
Don José,
Por supuesto, si desea que nada cambie del diseño institucional correísta. Gracias por participar y escribir en 4Pelagatos.