¿Quién traiciona a quién? Rafael Correa desde que se instaló en el ático no ha cesado de tratar a Lenín Moreno de traidor. Y ahora lo hacen también sus cuadros en Ecuador. Pero Moreno sabe que hay chaquetas reversibles y con ahínco le está dando la vuelta a esa, la única estrategia que tiene, al parecer, Correa. Su intervención de 75 minutos, el 26 de octubre, ante militantes de Alianza País en el Hotel Quito es, quizá, la pieza pública donde más pistas ha suministrado sobre su propia estrategia para enterrar a Correa.
Moreno no es amigo de discursos construidos, lineales ni académicos. Su forma de pensar luce cercana a la técnica de los pintores clásicos que suman pacientemente pincelada tras pincelada hasta que emerge la imagen. Moreno avanza de esa forma: ataca un tema, hace una reflexión, la sazona con una anécdota, una alusión, una frase célebre o un chiste. Parece distraerse, se desparrama con facilidad pero se recoge: vuelve a dar puntadas sobre los temas que le interesan.
Correa creyó que Moreno, al criticarlo, se deshacía de toda la década. Se equivocó. Moreno pautó otra estrategia: reivindicar los orígenes del proceso, su momento cumbre (la Constitución de Montecristi) y prolongarlos hasta 2013, cuando dejó el gobierno. Esto no tiene asidero histórico, pero no le importa: así libera de culpa a todos aquellos que lo siguen. Y endosa a Correa y a todos los que lo siguen la responsabilidad de tres de sus críticas más letales: el autoritarismo, la ineficiencia económica y la corrupción.
En una transición política forzada, la regla que aplican los políticos es sencilla: para existir, licúan al otro. Moreno está en esa tarea. La hace sin afectar demasiado la fama de hombre pleno de bonhomía y serenidad. En realidad, el político que hay en él construyó un personaje que luce sereno, casi impasible. Pero tras esa apariencia, yace el verdadero Moreno: calculador, mordaz y punzante; incluso corrosivo.
A Correa lo describe como un joven idealista que mutó en ser siniestro. El adjetivo es suyo. Lo pinta como un ser obsesionado por el poder, prisionero del poder que es una cárcel, reducido a llamar a los embajadores para que le consigan conferencias y premios honoris causa. Un Presidente que agredió a sus ex aliados. Que se peleó con todos los grupos de la sociedad… Los cita y la lista es enorme.
Conclusión: eso no es un gobierno del pueblo que da a cada uno lo que le pertenece. El mensaje no puede ser más claro: el traidor no es él; Correa se salió de madre. No aplicó lo que recomendó Bolívar quien –a pesar de traicionar su prédica– sostenía que era peligroso que una persona se eternice en el poder porque así se origina la autocracia, la dictadura y la corrupción. No entendió que el poder, al igual que el dinero, hay que dejarlo circular para que lleguen otras personas, con nuevas ideas. Por todo esto, Moreno explica por qué no está de acuerdo con la reelección indefinida.
Moreno se esfuerza en desacralizar a ese ser siniestro que en forma inverosímil se dedicó un museo en Carondelet. El mensaje a los militantes es contundente: ese personaje siniestro, ese presidente que polarizó al Ecuador, esa corrupción desaforada, no estaban en el proceso y no son del proceso. Por supuesto, Moreno se trata bien. No dice que los exabruptos que denuncia se cometieron mientras él estuvo en el gobierno. No dice que hubo corrupción desde el inicio, seis años antes de que él deje el gobierno.
Su estrategia consiste en ejecutar un corte radical desde 2013 y lo hace con trazos espesos. Cuando dice “no alcanzaría un gobierno para juzgar todos los actos de corrupción” del último gobierno de Correa; cuando dice “voy a Yachay, corrupción; voy a la Refinería de Esmeraldas, corrupción”; “voy a la Refinería del Pacífico, corrupción”… bosqueja una realidad tan increíble que nadie en el país (salvo él) puede comunicar al electorado y sobre todo a la militancia de Alianza País: que en el 60% o 70% de las instituciones que dejó Correa brota pus… ¿Traidor él?
Moreno no trabaja una ruptura: está efectuando una cirugía para extirpar aquello que riñe con el nuevo relato que está vendiendo al electorado y a la militancia: que hay que volver al espíritu de la Constitución de Montecristi. Efectuar cambios pero en democracia. Sin seres siniestros y sin esa feria de corrupción. Que en el país caben todos y que hay que dar gusto incluso a los empresarios (en algunas cosas) aunque se quejan siempre… Ese es su relato, su promesa.
En consecuencia, la crisis de Alianza País no es el resultado de una guerra personal entre él y Correa. Se entiende que es entre un proceso democrático, del cual él, como presidente, se declara garante y el autoritarismo. “El autoritarismo –dijo– generó la creencia de que se podía hacer con el país lo que les daba la gana”. Y como él está haciendo lo que el pueblo desea –esto también lo dijo–, “por eso tenemos la aceptación que tenemos”.
¿Quién es, entonces, el traidor? La única critica que Moreno acepta del correísmo es que no ha hecho nada hasta ahora de lo que prometió. Acepta la critica y le duele. Y le duele –dijo– “porque es verdad”. La gente se ríe mientras él agrega que hizo ofertas en campaña pensando que la mesa estaba servida…
Foto: Agencia Andes
El Sr. ex presidente Rafael Correa es una traidor que estos ultimos años solo tarjo deuda y miseria para los ecuatorianos y terminar con los sueños de muchos jovenes.
Muy de acuerdo, Moreno no genera tanta confianza, mantener a los mismos funcionarios que ayudaron a Correa a quebrar al país, continuar con la misma receta de aumentar impuestos, no haber reducido la carga burocrática que dejo el anterior gobierno como SEMPLADES que claramente da cuentas de que todo lo que planificaron en el Gobierno Correista, está o mál hecho, con sobreprecios y cantidad de corrupción, y esa burocracia se sigue manteniendo y Moreno ahora nos obliga mediante más cargas tributarias a seguirla manteniendo y a tapar con ello toda la corrupción, cuando lo correcto hubiera sido que disponga la investigación y el embargo de bienes, empezando por Correa, que las adquirieron durante estos 10 años y si justifican o no que las adquirieron honestamente tanto dentro como fuera del país, fruto de su trabajo y sueldo percibidos durante ese gobierno correista.
Buenas noches
Creo yo que se traicionaron ambos, aunque lo que hace LenÍn Moreno es desacreditar a Rafael correa. Esto puede ser negativo para ambos porque si ambos se delatan toda la información y actividades que se llevaron a cabo en el gobierno pueden ser conocidas por todo el mundo.
También creo que el presidente actual no tiene tanta fortaleza como Rafael Correa, sin embargo es un presidente mas sumiso, que escucha a los demás e intenta hacerse amigo de todos y todas las instituciones que el ex presidente excluyo y hay que recalcar que Lenin Moreno esta teniendo charlas con los banqueros del Ecuador.Esto con Rafael Correa era muy difícil de ver.
Muy de acuerdo, Moreno no genera tanta confianza, mantener a los mismos funcionarios que ayudaron a Correa a quebrar al país, continuar con la misma receta de aumentar impuestos, no haber reducido la carga burocrática que dejo el anterior gobierno como SEMPLADES que claramente da cuentas de que todo lo que planificaron en el Gobierno Correista, está o mál hecho, con sobreprecios y cantidad de corrupción, y esa burocracia se sigue manteniendo y Moreno ahora nos obliga mediante más cargas tributarias a seguirla manteniendo y a tapar con ello toda la corrupción, cuando lo correcto hubiera sido que disponga la investigación y el embargo de bienes, empezando por Correa, que las adquirieron durante estos 10 años y si justifican o no que las adquirieron honestamente tanto dentro como fuera del país, fruto de su trabajo y sueldo percibidos durante ese gobierno correista.
Asi es, el que dejo al pueblo ecuatoriano en quiebra, con grandes deudas, hipotecado a China por cuantos años nuestro petroleo, el Ecuador confio y correa dejo que la corrupcion se tome todo el país.
En este artículo se expone un tema que en estos últimos tiempos ha llamado mucho la atención de varios medios, y es el hecho de saber ¿Quién traiciono a quién?, y esto se ha convertido en un tema de debate del cual se puede ver como resultado una separación de dos bandos en el movimiento Alianza País un grupo a favor del actual presidente Lenin Moreno y otro apoyado al expresidente Rafael Correa, lo cual ha creado desconcierto en muchas de las personas pertenecientes al pueblo que estuvieron alguna vez a favor de este movimiento y en las últimas elecciones votaron por la 35, por otra parte, no se puede estar seguro cual es la nueva tendencia hacia la cual se está inclinado el primer bando mencionado, debido a que inicialmente se mostró una tendencia hacia la izquierda, sin embargo, actualmente parce estar buscando decisiones que favorezcan más a la derecha. “El pode hay q dejarlo circular para que lleguen a otras personas con nuevas ideas”, estoy de acuerdo con esa aseveración, pero las nuevas personas que lleguen al poder deben ser transparentes desde un principio y decir las cosas claras, es decir, deben defender sus ideales desde un comienzo hasta un final porque de lo contario se podría asumir que solo aparentaron pertenecen a un grupo para poder llegar al poder y una vez ahí, cambian de dirección y dejan a un lado lo que inicialmente defendían y de los cuales también fueron participes, esto último haciendo referencia al periodo durante el cual Lenin Moreno fue vicepresidente, se supone que en ese tiempo también había corrupción entonces el también seria parte de esa corrupción.