El gobierno de Lenín Moreno está en un callejón sin salida para enfrentar la campaña por la Consulta Popular. Si quiere ganarla, tiene que ser convincente. Y para serlo tiene que tener voceros y promotores creíbles. Su problema es que la mayoría de los que suben a la tarima o se muestran en la televisión, son impresentables.
La opinión conserva en la retina el video en el cual Raúl Patiño, con cara de ángel recién esculpido en microondas, confiesa que ellos sabían que había obras con sobreprecio en el gobierno de Correa. Sabían que robaban. Y si no denunciaron, dice, es porque les prohibieron hacerlo. Lo que dijo –si se entiende bien– es que fue cómplice de esos robos y que su grado de obediencia ciega es similar a su nivel de cobardía. En el morenismo seguramente deben pensar que un testimonio como ese suscita aplausos y confianza en la opinión. A juzgar por la reacción en las redes sociales (que es un indicativo), ocurre todo lo contrario: ese video suma al desencanto larvado que ha ido sembrando el gobierno de Lenín Moreno en estos ocho meses.
Hoy el turno fue para Gustavo Baroja en Ecuavisa. En una entrevista dijo exactamente lo contrario de lo que socapó, defendió y practicó durante lo que él llama “este proceso”. Ahora sí es muy importante que los miembros del Consejo de Participación Ciudadana sean elegidos por sufragio universal. Ahora sí es muy importante que ese Consejo esté conformado por mujeres y hombres probos, transparentes. A eso, Baroja llama “profundización de la democracia”. Eso significa que en el pasado, cuando esos miembros fueron puestos a dedo por su partido y no fueron ni probos ni transparentes, pues también aquello era democrático. Hoy le parece esencial que ese Consejo que elige las autoridades de control no responda a las consignas de un partido. Ya no habla hoy de reelección indefinida, cuando la defendió en el pasado. Pero no hay mea culpa ni pedido de perdón al país. Y cuando cita un error cometido en el pasado, precisamente cae sobre Carlos Polit; el contralor que auditó su gestión. El ciego que nada vio.
El problema de Baroja, como el de Patiño y muchos otros cuadros que llevan una década medrando del correísmo y ahora son morenistas, es ese: que dicen cualquier cosa. Que sus supuestos principios son solo coartadas retóricas que son totalmente desechables. Que no son creíbles. Que son capaces de decir cualquier cosa, en cualquier momento, por la razón que sea. Basta con consultar en Google los videos de Baroja para ver su suficiencia, el desprecio que mostraba por las críticas de los adversarios y críticos que él, con ese aire arrogante y de superioridad aprendida del jefe, desdeñaba. Basta con repasar videos de años anteriores para ver cómo Baroja, que algo de historia debe conocer, repetía la caricatura que Correa hizo de sus antecesores y del pasado del Ecuador.
Patiño, Baroja y los políticos de Alianza País que hacen campaña por el Sí no solo no son confiables: han convertido la Consulta en un dilema político para los ciudadanos que genuinamente creen en la necesidad de pasar la página, no de Correa sino del correísmo: votar por el Sí, pero no por la confianza que despierta el gobierno de Lenín Moreno sino por el recelo monumental que acarrea la década de Rafael Correa.
El gobierno de Moreno procede como si le sobraran votos por el Sí en la consulta; un escenario improbable según los sondeos que muestran que sus cifras están a la baja. Políticamente el Presidente necesita ganar la consulta con un alto porcentaje. Poco está haciendo en esa dirección. Su gobierno acumula salidas en falso, mensajes desacertados y decisiones que producen desaliento en el electorado: no da señales esperanzadoras en el tema económico, en la reactivación de la producción y del empleo, en la lucha contra la corrupción, en la disminución de trámites, en política exterior… La conclusión de ese panorama es evidente: no hay figuras u organizaciones de la sociedad civil –con peso moral, credibilidad y capacidad de convocatoria– involucrados en la campaña por el Sí. Ni siquiera los Yasunidos están movilizados: no obtuvieron los esclarecimientos que requirieron ni fueron calificados por el CNE para hacer campaña. Al gobierno solo le convienen las personas o agrupaciones que no ponen peros a su gestión. Democracia Sí, por ejemplo. O Paco Moncayo.
Entretanto, la campaña por el No de Rafael Correa recibe amplio cubrimiento mediático y se beneficia de un malentendido que no parece evidente pero está latente entre gente poco informada: confunde decir No a Correa con votar No en la Consulta Popular.
En definitiva, la estrategia sigue siendo inextricable, si el Presidente y el gobierno quieren ganar el 4F con una mayoría arrolladora.
Foto: La Hora
y aparecio el CONTITUCIONALISTA Fernando Cordero dando lecciones de DEMOCRACIA:
con todos y con ninguno………
sacate tu mismo, cepillo…
El sinvergüenza de Correa, le creo y cedió a su pana Gustavo Baroja, HIDROEQUINOCCIO, seudo institución que con su giro de negocios, contrata desde hace años proyectos y obras, que con seguridad tienen coimas, sobreprecios o son obras que no deben servir mucho. Como la prefectura no tenía muchos recursos era la única manera de que su “amigo” Baroja y sus allegados puedan tener recursos económicos para apoyar a la R.C. ahora es amigo del Presidente Moreno, quien con seguridad ratificará a esta Empresa del Consejo Provincial. Señores de 4 Pelagatos ustedes deben analizar a esta seudo institución y la Comisión Anticorrupción la debe investigar, pues con seguridad, la Contraloría de POLIT, debe de haberla auditado y no encontró nada anormal. El Presidente Moreno debe eliminar a esta Empresa Publica como a ECUADOR ESTRATEGICO que lo único que hacen es obras con sobreprecios.
Ha llegado el momento en que no podemos confiar en ninguno de los aliados del Presidente.
Si, vamos a botar SI pero en ningún momento este si, no respalda la gestión de gobierno que es MALA al cubo.
Tiene mucha razón Don José Hernández, al manifestar que “el problema de Baroja, como el de Patiño y muchos otros cuadros que llevan una década medrando del correísmo y ahora son morenistas, es ese: que dicen cualquier cosa. Que sus supuestos principios son solo coartadas retóricas que son totalmente desechables. Que no son creíbles. Que son capaces de decir cualquier cosa, en cualquier momento, por la razón que sea…”.
Esto de los principios que dicen los correístas seguir como doctrina, me hace acuerdo de la frase del genial Groucho Marx, actor, humorista y escritor estadounidense: “Estos son mis principios, si no les gusta tengo otros”, al referirse a la relatividad que algunas personas tienen sobre los valores y principios con los cuales rigen su vida.
Se ha visto, y con indignación, lo “afrentosos” que son estos politiqueros correístas ahora devenidos en morenistas, que no son más que intelectuales de baja estofa, que se jactan de “tener principios”.
Todos estos politiqueros son realmente impresentables. Ellos asumen que los ecuatorianos somos unos papanatas y que nos tragamos sus ruedas de molino. Pues no es así. Estamos hartos de esta gente, y tarde o temprano el pueblo ecuatoriano les pasará factura.
¿Y no será que Lenín no se preocupa por publicitar el SI, porque controla al CNE ? Ya entendieron.