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Con Baca y Serrano en el poder, la herida del 30S seguirá abierta

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El escándalo desatado tras la escucha de la conversación entre José Serrano y Carlos Pólit ha demostrado algo: si el Ecuador no salda la secuela de dolor que dejó como herencia el 30 de septiembre del 2010, la sociedad ecuatoriana no tendrá tranquilidad en el futuro. 

Las reacciones y el inmenso impacto que el audio de marras tuvo entre las personas afectadas por el 30S, demuestra que si no se llega a esclarecer lo que ocurrió en esa ocasión y cómo se lo procesó desde el poder, no habrá cura para los traumas sociales que se instalaron desde ese día en un amplio sector de la sociedad ecuatoriana. Y si no se sana esa herida, los fantasmas del pasado siempre estarán acechando.

El 30S no solo provocó la muerte de cinco personas y toda la tragedia que esos fallecimientos conllevan,  ni tampoco es solo el susto institucional que se vivió aquel día.  El 30S  también significó que 111 personas hayan sido sentenciadas y 1 200 procesadas judicialmente, de las cuales 5 aún cumplen sentencias por 12 años en la cárcel 4 de Quito.

El episodio trajo otras secuelas no menos perversas: Cléver Jiménez, Fernando Villavicencio y Carlos Figueroa fueron sentenciados a prisión por haber pedido que se investiguen los hechos, con el agravante de que Jiménez perdió ilegalmente su inmunidad parlamentaria mientras que Emilio Palacio vive asilado en los EEUU luego de todo el proceso que Rafael Correa le siguió junto al diario El Universo por haber publicado una columna de opinión. En ella Palacio advertía a Correa que en el futuro, un presidente, quizás enemigo suyo “podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente”.

Como consecuencia del 30S, además, cinco jóvenes que irrumpieron en Ecuador TV para protestar por el monopolio mediático que el Gobierno decretó ese día fueron condenados a 18 meses de prisión, uno de ellos  únicamente por haber aplaudido el ingreso de esos jóvenes,  lo que significó para muchos de ellos el fin de sus carreras universitarias y sus vidas familiares. “…Destruyeron mi familia, nos persiguieron económicamente a todos, sin poder trabajar o estudiar. Mi hija de apenas 7 años tuvo que soportar años de bullying en el colegio”, escribió en Twitter Ale Cevallos, una de las condenadas por esa acción, a las pocas horas de desatado el escándalo por el audio.

Hubo asimismo personas que perdieron su libertad, durante seis meses, simplemente porque el entonces presidente Rafael Correa afirmó que habían tratado de matarlo, cosa que ni siquiera sus jueces de bolsillo pudieron probar. Tal es el caso del coronel César Carrión, a quien le culparon incluso de haber intentado dar cianuro al Presidente y de Fidel Araujo, de quien Correa dijo que tenía una cámara de fotos cargada de balas para matarlo, en un cuento digno de una pésima película de James Bond.

¿Quién va a reponer todas esas vidas traumatizadas? ¿Quién va a devolver la vida familiar estropeada a aquellos que perdieron la libertad en virtud de informes truchos y la enorme inquina de un Presidente que lo controlaba todo? ¿Quién va a explicar a los deudos de los polícias muertos por qué desaparecieron las balas de sus cuerpos?  El 30S es un inmenso cuestionario en que no dejará de taladrar la memoria del país hasta que institucionalmente no se respondan las preguntas y se esclarezca la verdad de ese inmenso montaje.

El 30S luego fue usado como eje de una narrativa sobre la que se asentó el estado de propaganda que el Gobierno instauró en el país. Vinicio Alvarado, publicista mayor del correato, llegó a registrar al 30S como marca para que nadie pueda usarla sin su permiso y el equipo de comunicación y publicidad se inventó la historia de Megan, la niña que nació aquel día “que triunfó la democracia” y a la que presentaron a los tres años del nefasto acontecimiento.

Este episodio sirvió para hacer muchas fiestas. Como aquella que se hizo a tan solo un año con show de cantantes y bailarinas en una tarima colocada en la avenida de Los Shiris, para explotar la imagen de gobierno bueno y caritativo cada vez que Correa visitaba a los familiares de los fallecidos aquel día.

Ese trauma colectivo que es el 30S no puede sanarse mientras Carlos Baca Mancheno sea fiscal y José Serrano presidente de la Asamblea. La razón es simple: ambos participaron activamente en la construcción del trauma nacional llamado 30S y ambos estuvieron vinculados estrechamente entre sí durante todo ese proceso.

El caso de Baca Mancheno es patético porque actualmente es juez y parte. Él tiene mucha ropa tendida en el tema porque por un lado participó activamente en la construcción de la versión correísta y oficial sobre lo que pasó ese día y, por otro, ahora como fiscal debería llevar adelante las investigaciones. Baca presidió la comisión que Correa integró con miembros de su equipo y que entregó a la Fiscalía el informe que sirvió no solo para apalancar la tesis oficial del intento de golpe de Estado sino para que se inicien los procesos judiciales en contra de los participantes de esa sublevación policial y otros que ni siquiera participaron en ella.

Serrano también tiene también mucha ropa tendida en el 30S.  Como Ministro del Interior durante varios años, fue él quien se encargó de presentar las demandas judiciales en contra de personas que participaron en la sublevación, incluso declaradas inocentes, como es el caso del coronel César Carrión. Ahora es obvio que, como Presidente de la Asamblea, pondrá todo el peso político de su cargo para evitar que se esclarezca la verdad.

El caso de Baca se hace especial si se toma en cuenta que, además, fue asesor del entonces ministro del Interior y actual presidente de la Asamblea, José Serrano. Tan relacionado está el actual fiscal con el 30S que cuando el coronel César Carrión pidió que se le acelerara un trámite relacionado con su baja de la Policía, un funcionario del Ministerio del Interior, que en ese entonces estaba bajo la rectoría de Serrano, le respondió que tenía que esperar que resuelva su caso… Carlos Baca Mancheno, a la sazón asesor del Ministro. 

Por más empeño que estos dos personajes juren tener para esclarecer lo que ocurrió realmente el 30S, nadie les creerá. Y sin credibilidad, no hay cura posible.

25 Comments

  1. Para mi es una falta de ética hacer ese tipo de mentira como el caso del 30S nos deja mucho que pensar ya que ese día hubo muchas personas heridas algo que se debería investigar mas a fondo porque así tendremos mas tranquilidad en la sociedad para que estos políticos no se hagan de las suyas y a futuro tener mas cuidado con este tipo de cosas.

  2. Toda la infamia cometida contra policias y militares inocentes tienen que pagar pero c0n un nuevo fiscal, jueces imparciales y cuando el perverso Jalk salga a la cárcel. Pero hasta cuando no se manifiestan los líderes de trabajadoes, indígenas, organizaciones? Creo que es hora de salir a las calles, ir hasta el congreso donde están los que todabí defienden al ca-po mayor, donde defienden la corrupcionón, y protegenal Serrano que quiee se presidente del
    Ecuador. Dónde ieremos a parar con toda esa mafia de delincuentes?

  3. QUE PASO CON LOS PACIENTES QUE ESTABAN INGRESADOS SOBRE TODO CON LOS MAS DELICADOS Y LOS NEONATOS. COMO ESTAN DE SALUD

  4. DON MARTIN, PARA MI LA PREGUNTA MAS IMPORTANTE ES LO RELACIONADO A LO HUMANO, QUE PASO DESPUES DE ESTE SUCESO CON LOS PACIENTES QUE ESTABAN HOSPITALIZADOS PUES HABIAN MUJERES QUE ESTABAN POR PARIR, O RECIEN PARIDAS, PACIENTES QUE IBAN A SER INTERVENIDOS QUIRURGICAMENTE O YA ESTABAN OPERADOS, NEONATOS. COMO ESTA SU SALUD EN LA ACTUALIDAD?

  5. Como llegamos a esto,, que un loco como Correa produjo tanto dolor en el Ecuador, con el invento del 30S

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