La sombra de la muerte puede ser aún más despiadada cuando necesita de una confirmación oficial para ser asumida como cierta. Sobre todo cuando quienes esperan esa confirmación, para entregarse de lleno a la resignación y al dolor, tienen información que indica que aquello que más temen y que se niegan aceptar ya ha ocurrido.
Lo que pasó la noche del jueves 11 de abril en las descomunalmente inmensas salas del ECU 911 fue algo así como una obra de teatro del absurdo, cuyo guión giraba alrededor de ese conflicto: cómo aceptar tres muertes que dejan ver su siniestra figura sin la confirmación de una autoridad. O cómo esperar la confirmación oficial de tres muertes para poder darla por cierta, a pesar de que todos los actores en el escenario tenían, en silencio y como si fuera un secreto, pistas que señalaban que la tragedia ya se había producido.
Fue por eso que, cuando los ministros y funcionarios empezaron a evadir la noticia, estalló la reacción de dolor e indignación de los periodistas y compañeros de trabajo de los tres secuestrados: Javier, Paúl y Efraín. Los gritos y reclamos salieron con la fuerza brutal y desgarradora que tienen los dolores que han estado ahogados y reprimidos durante mucho tiempo.
Dolor en familiares y amigos del equipo periodístico de El Comercio en el Ecu 911 durante la rueda de prensa del ministro del Interior ► https://t.co/dOae24CLOV pic.twitter.com/P0acSJaR8n
— El Universo (@eluniversocom) April 13, 2018
La escena se produjo pasadas las 19:30, hora en que se había convocado a los periodistas a una rueda de prensa. Esto sucedió luego de que supo que unas fotografías que, supuestamente probaban que los tres secuestrados ecuatorianos habían sido asesinados, llegaron a la redacción de RCN Noticias de Colombia. Cuando los ministros, sus asesores y el perito en criminalística entraron a la sala donde estaba la prensa, casi todos los periodistas que estaban en el lugar habían recibido ya las terribles imágenes que se viralizaron en minutos en chats de Whatsapp y en cuentas de redes sociales, sobre todo en Colombia. Aquellos que no tenían las imágenes, que no habían querido recibirlas o que se negaban a mirarlas, tenían pleno conocimiento de su existencia y de la contundencia de su funesto mensaje. Había por eso, en el lugar, el tétrico ambiente de un funeral que no puede comenzar porque la autoridad no ha declarado como oficial la muerte del ocupante del sarcófago.
Los ministros Marco Navas, Patricio Zambrano y quienes habían ido para acompañarlos, entre ellos el fiscal Carlos Baca Mancheno, no podían lucir más asustados. La indignación de quienes cubrían la rueda de prensa era tan desbordante y las exclamaciones de dolor tan profundas que aquello se convirtió en un insólito foro de escarnio público para los desencajados funcionarios. Luego de que evadieron durante la rueda de prensa aquella noticia que casi todos conocían, los ministros salieron lívidos, como si estuvieran fugando de una emboscada letal. Tuvieron que salir custodiados por un inmenso séquito de guardaespaldas que inútilmente trató de aislarlos del rechazo y la indignación. El dolor cubría, en ese momento, absolutamente todo.

“¿Por qué no tienen la valentía de decirnos la verdad? Ellos lo saben todo”, decía un fotógrafo desolado por el destino de sus compañeros e indignado ante las evasivas de los funcionarios. “Bastaba con mostrar las fotos a los familiares o a cualquiera de nosotros para saber que sí son ellos. No tenían por qué someternos a esta tortura”, agregaba un empleado de El Comercio, enfurecido luego de haber escuchado al perito en criminalística referirse en términos hiper técnicos a las coincidencias entre quienes aparecían en las fotografías y los secuestrados. “El estudio biométrico del rostro nos da una alta probabilidad que sea coincidente con otro de ellos. En cuanto a la escena del hecho se están realizando los análisis correspondientes a fin de determinar la veracidad del hecho”.
La sensación absoluta de que los funcionarios habían actuado cobardemente se instaló en el lugar mientras éstos se encerraban en una oficina contigua.
Lo que ocurrió esa noche en el ECU 911 no fue otra cosa que el colofón de un relato que nació con la ineptitud de los ministros encargados de tratar el secuestro. Una ineptitud que acabó con cualquier posibilidad de crear la confianza que debe legitimar la relación entre autoridad y ciudadanos. La retahíla de contradicciones, de informaciones que resultaron ser falsas, la evidente falta de coordinación, de sentido común y de sensibilidad de las autoridades se acumularon tan fuertemente durante los 18 días de secuestro que, cuando inició la rueda de prensa, no había espacio para la confianza y, peor, para cualquier forma de empatía.
Finalmente hubo que esperar hasta el día siguiente para que llegara la confirmación oficial de que los tres secuestrados habían muerto. Fue al mediodía de hoy viernes 12 de abril que el presidente Lenín Moreno dijo, asimismo en el desolador ECU 911, que ya no había esperanza que abrigar y que la muerte de los tres era un hecho confirmado. Para la declaración de Moreno, el gobierno hizo todo para que no se repitiera lo que pasó la noche anterior. La escena de los ministros abucheados e insultados debe haber sido aterradora para los que planificaban la declaración de Moreno. Esta vez los periodistas citados fueron los jefes de redacción o los propietarios de los medios y alguien se encargó de que no estén los amigos o compañeros de trabajo que habían descolocado a los ministros.
En ese escenario de mucha mayor calma, silencio y de obvia resignación, Moreno leyó un comunicado en el que decía lamentar que una vez que se han cumplidos las 12 horas que él había dado para que los secuestradores entreguen una prueba de existencia de los secuestrados se confirmaba su asesinato. Además, sostuvo, se sabe que los secuestradores nunca tuvieron la intención de entregarlos sanos y salvos.
La noticia que dio Moreno aterrizó como cae un aguacero en tierra mojada. Efraín, Javier y Paúl ya habían sido llorados durante las horas posteriores a la absurda obra que se había escenificado en el frío del Itchimbía, ahí donde aparece imponente el adefesio arquitectónico del ECU 911.
Con esto esta mucho mas que demostrado que la corrupción y la falta de sentido común e ineptitud esta cada ves peor, duele saber que un gobierno no movió ni un solo dedo y simplemente los ha dejado morir, como pretenden defender la patria y sus intereses mientras no se ha demostrado ni un solo cambio es más que evidente que para que se obtenga un cambio hay que empezar desde arriba de los altos puestos dando el ejemplo, sin embargo hasta cuando tendremos que soportar eso cuantas muertes mas habrá que presenciar para que el gobierno haga algo.
Realmente no se que pensar de este presidente que tenemos, ya es hora que cambie en primer lugar a esta canciller , en primer lugar a este menestro de defensa y en primer lugar
a este menestro del interior todos estos menestros. Pésimos Turros hipócritas este trió debe ser defenestrados pero ya ya ya
Quizas se les olvido, u optaron por olvidar que las redes sociales estan al alcance de la mayoria de las personas? No se fijaron que cuando daban uno de los reportajes en un canal de television nacional se ve a la canciller dando una palmada en el hombro a una persona, (hemos de suponer uno de los familiares que viajaron a Lima en pos de hablar con el presidente de Colombia), el rostro de ella demostraba consternacion. Todos estabamos pendientes e ibamos de la tele al computador para buscar noticias. Por que estos voceros del gobierno optaron por volver un enigma, a lo que era ya sabido una fatidica noticia, una tragedia nacional?
Sin ser experta en esas lides, el sentido comun me dice algo: que les impedia cuando llamaron a la conferencia, decir en palabras sencillas y claras, sabemos al momento que por desgracia esta es la realidad, nuestros compatriotas estas muertos. El Presidente esta regresando para informar a la nacion, y dara mayores detalles. Llenemonos de valor y fe, estamos todos dolidos y nos solidarizamos con las familias de estos ecuatorianos. Al momento es todo lo que sabemos, pero reiteramos, el Presidente hablara a la nacion sobre esta terrible situacion.
O algo asi, como es posible siquiera imaginar que la ciudadania no iba a preferir la verdad por triste que fuere, en vez de ese juego de palabras, que lo que ha hecho es que la gente cuestione el profesionalismo de estos voceros del gobierno?
La verdad por triste y dura que sea, siempre es preferible a las medias tintas…………
Y antes de cerrar, hasta cuando espera el Presidente para cambiar su gabinete y mandar a sus casas a todos los correistas que siguen enquistados en el gobierno? el proximo mes cumple doce meses en el cargo, desde un inicio toda la ciudadania, le ofrecio apoyo y respaldo, arrimar el hombro pero LA GRAN MAYORIA hemos pedido que se rodee de gente profesional en los diferentes campos, independientemente de filiacion politica. Reitero, QUE ESPERA, el pais sufre, no use la excusa de que debemos estar unidos, en realidad asi estamos, para no tomar al toro por los cuernos y reitero deshacerse de los adlateres y compadres de correa y socios!!!!!!!!!! Podria empezar con la canciller, la presidenta de la asamblea, la vice-presidente, algunos ministros, etc.,
Parafraseando a la obra de Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, la verdad es que los ministros del Interior y de Defensa, hablaban de su desventura sin ningún pudor para disimular la otra desventura, la verdadera, que les abrasaba, porque muy bien sabían que los periodistas habían sido asesinados. Todos los funcionarios del Gobierno tienen una manera de hablar que más bien les sirve para ocultar que para decir la verdad.
Qué espera Presidente Moreno, para dejar de alcahuetear a ese trio de incompetentes: Navas, Zambrano y Espinoza?
Le importan más a UD las cuotas de poder que los camaradas tienen en tan delicadas funciones?
Qué espera para reorganizar el COMACO ? De qué tiene miedo, no sea pusilámine, busque a los mejores personas, para manejar los ministerios y las FFAA.
Me parece indispensable que los medios de comunicación replanteen el quehacer periodístico tanto de directores de noticias como de reporteros de campo, no convertir a la noticia como una mercancía que para su tratamiento deben correr riesgos de vida los reporteros, acaso no hemos visto casi a diario que cuando hay un operativo policial o militar los reporteros y camarógrafos van atrás de los uniformados e incluso ingresan a la vivienda de un narco grande o pequeño sin medir las consecuencias de ser impactados por la balacera que se pueda producir. Una cosa es ser un soldado armado que pueda hacer frente a un combate en zona caliente en guerra convencional o no convencional que un equipo periodístico armado solo de cámaras. El tratamiento periodístico que se le ha dado a estos dolorosos hechos deja mucho que desear, alimenta el morbo y busca culpables en el actual gobierno o en los anteriores gobernantes o en las FARC que ya no existen como grupo armado hay que ser más serios señores de los medios.
En este hecho, es imprescindible la irregularidad frente al impacto nacional que generó por la muerte de tres periodistas de nuestra nación a causa de desacuerdos de narco terroristas con el gobierno. Es una pena que funcionarios políticos jueguen con la integridad de los familiares. Claramente, la prensa Colombiana dio a conocer esta tragedia mediante los medios de comunicación y la obra de teatro del día Jueves conmocionó al país por la muerte de tres inocentes reclutados. Meterse con este tipo de organizaciones delictivas en la frontera generará consecuencia a largo plazo, y nos pasarán factura a la seguridad de nuestro país. Ni el vecino país, con tantos años de lucha pueden dar un alto al narcotraficantes y consecuencias de estos criminales. Es una pena saber que nuestra frontera es un punto estratégico para la conducción de la droga hacia nuestro vecino país y en los últimos 10 años no se ha dado de conocer sobre este tema. Una vez mas, la corrupción y la des integridad juega papeles muy caros para nuestro bienestar nacional.
Este es un claro ejemplo de la ineptitud de este gobierno que ya no genera confianza en el pueblo ecuatoriana que debe darse cuenta de esto de la manera más cruel, tras la muerte de los periodistas y sin obviar la de los militares ha sido un golpe duro para el Ecuador que lo único que busca es que se haga justicia por lo ocurrido. Me parece que la manera en la que actuaron los ministros no fue adecuada ante tan delicada situación, ya que al saber la verdad la evitaban haciendo que se creara más duda entre familiares y colegas quienes por medio de las redes sociales se tuvieron que enterrar de una manera tan despiadada de lo ocurrido con los periodistas, y para colmo tuvieron que esperar más tiempo para que ya no fueran los ministros quienes dieran la notica, sino el mismo presidente Lenin Moreno quien comunicara esta desgarradora noticia.
Esto ya era de esperarse dicha reacción de los Ministros,quisieron tapar el sol con un dedo, engañando al pueblo como lo venían haciendo desde hace 10 años atràs, recordemos que éstos señores ya trabajaron en el gobierno de Correa. El señor Merizalde Jefe del Comando Conjunto fue nombrado por Rafael Correa y hasta la fecha continua dirigiendo a las Fuerzas Armadas en el actual gobierno, éste señor también se hizo de la vista gorda con lo que estubo y está pasando en la frontera con Colombia, su hermano trabajo en Petroecuador, ahora fue premiado por Moreno con una Embajada, ahi hay conflictos de intereses, por tal motivo aquí no pasa nada.