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La Corte Constitucional intenta lavarse la cara… nadie le cree

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Un lector ingenuo podría entender las recientes decisiones asumidas por la Corte Constitucional en casos emblemáticos -v.g. la restitución al cargo de rector de la UASB de César Montaño, la eliminación al techo de utilidad de los trabajadores o la obligación del estado de cubrir el 40% del fondo de jubilaciones- como un reflejo de jueces que resuelven los casos apartados de presiones políticas, en Derecho, y únicamente a partir de los méritos procesales. Efectivamente, un lector ingenuo (cuidado lo sea usted, Señor Presidente) creería además que en ese tribunal se defiende la Constitución, las garantías ciudadanas y se controla los excesos del poder político. Afortunadamente, en el país cada vez somos menos ingenuos y hemos aprendido a leer la política entre líneas. Hemos aprendido, como dicen los expertos, a analizar los hechos de la vida política nacional en contexto. Por eso es que para los políticos (o en este caso para los jueces) es cada vez más difícil persuadir de forma sencilla a la ciudadanía.

Ese contexto bajo el que se debe entender el reciente accionar de la Corte Constitucional implica, por tanto, recordar que los jueces que ahora se abanderan de las causas por demás justas y legítimas como la de César Montaño, la de los trabajadores o la de los afiliados al IESS, son los mismos que hasta hace pocos meses atrás fueron incapaces de declarar inconstitucional uno solo de los abusivos decretos de excepción dictados por el pater familias. Sí, son los mismos jueces que hasta mayo de 2017 hicieron caso omiso a decenas de acciones presentadas en defensa de los derechos ciudadanos. Son los mismos jueces que con complicidad manifiesta fueron espectadores de todos los excesos de poder generados por el maridaje ejecutivo-legislativo. Son los mismos jueces que, allá por 2012, fueron parte de la corte cervecera. Aquélla constelación de voluntades (algunas ya no están en el cargo) que negociaba decisiones constitucionales en función del pasar económico de los litigantes.

Por estas razones y otras más, las recientes decisiones de la Corte Constitucional no deben ser entendidas como un resurgimiento de la autonomía judicial; por el contrario, tienen que ser observadas por la ciudadanía como la más clara expresión de que las sentencias en ese tribunal se dictan en función del compás político del momento. Para comprender de mejor forma lo dicho, le propongo al lector que por un instante piense “como si” el gobierno del Presidente Moreno nunca hubiese tensionado con la década de la mesa servida. Bajo dicho supuesto, la pregunta que surge es: ¿cree usted que la Corte Constitucional se hubiese atrevido a dictar una sentencia a favor de la autonomía universitaria, encarnada en César Montaño, u otra en contra del techo impuesto a las utilidades de los trabajadores o una más a favor de que el Estado financie el 40% del fondo de jubilaciones del IESS? La respuesta sería un contundente NO. En efecto, si ese fuese el escenario actual, los jueces constitucionales que ahora aparecen ante los ojos ingenuos como defensores de la Constitución habrían resuelto a pie juntillas en función de lo que prescribía la homilía oficialista.

Por ello, si bien el país debe alegrarse porque se ha hecho justicia con la universidad, con los trabajadores y con los afiliados al IESS, no se debe perder de vista que la Corte Constitucional sigue en manos de jueces designados bajo la consigna de defender el “proyecto”. Afortunadamente, la ciudadanía lee cada vez con ojos más críticos la realidad política y sabe que estas decisiones judiciales no apuntalan la democracia ni el Estado de Derecho en el país. Por el contrario, contar con jueces que dictan sus fallos en función de la correlación de fuerzas políticas del momento lo que hace es incentivar la incertidumbre y desconfianza respecto a la justicia. Este tipo de jueces, aquellos que declaran fidelidad y lealtad al gobernante de turno y que tan pronto llega un nuevo mandatario no demoran en resolver los litigios en su favor, son aquellos a los que la politóloga norteamericana Gretchen Helmke ha llamado desertores estratégicos. En jerga popular, serían los jueces que se arriman al árbol que mejor sombra da.

Sin embargo, y para bien del país, en unos meses se renovará un tercio de la Corte Constitucional. Ese será el momento para que los ojos ciudadanos ejerzan su derecho a examinar a quienes postulen a dichos cargos. Ser juez constitucional no es poca cosa. No basta con ser amigo, comensal o compadre del gobernante de turno. Ser juez constitucional implica poseer una serie de destrezas académicas y profesionales que dan cuenta de un actor con capacidad de regular la contienda política, por una parte, y de garantizar y efectivizar los derechos y garantías ciudadanas, por otra parte. Esperemos que la ciudadanía esté atenta para que la nueva terna sea parte de una renovación en cuanto a méritos e independencia de los jueces respecto al poder político.

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La ciudadanía está complacida con las decisiones asumidas por la Corte Constitucional, aunque no por ello deben creer ustedes, señores jueces, que hay ingenuidad para olvidar que en ese tribunal se legitimaron muchos de los excesos y corrupción de la década de la mesa servida. Si ustedes son estratégicos para jugar al ritmo de la coyuntura política, la ciudadanía lo es más y no descansará hasta que ustedes respondan ante las instancias nacionales e internacionales por toda la responsabilidad que han venido acarreando durante los últimos años. Para un vivo siempre hay otro más vivo, dice el adagio popular.

Santiago Basabe es académico 

13 Comments

  1. Felicitaciones, un análisis real, verídico de lo que paso en el correismo, La Corte Constitucional aparece como santa paloma rectificando las tonterías y maldades que cometieron. No, no se debe olvidar ese secundar a Correa en el atropello de la ley, de la constitución y más, respaldo en su accionar para el Consejo de Partición Ciudadana en funciones y mi rechazo a esta Corte, fuera, fuera los que no quieren al país y lo atropellaron.

  2. La corte cervecera, está degradada moralmente. solo vean quienes la conforman.
    Esos esbirros inmorales, paniaguados del correato, deberían renunciar y dar paso a una ”limpia” total de ese organismo refugio de todas las taras legales del correaro.

  3. Asi es , los jueces constitucionales le dicen un NO al mismo presidente ante una merma de derechos para los ciudadanos . Haber ello mutis a una consulta inconstitucional debe ser penada

  4. Doble cara de estos inquisidores, les aseguro que, Dios no quiera, correa regresaría al trono, estas marionetas no dudarían en revertir lo decidido porque no tienen independencia

  5. Para esta Corte Constitucional formada por súbditos, amigos y ahijados de Correa, ya es tarde que traten de enmendar el servilismo de muchos años a su Padrino, ellos trataron de sabotear la Consulta al máximo mandante que es el pueblo, eso nadie lo olvidará; por eso ojalá el Consejo de Participación Ciudadana Transitorio, de una patada los ponga en la calle.

  6. Excelente análisis del Dr. Basabe, en todo caso, ojala en todas las instituciones actúen apegados al Derecho, con independencia y sin intromisión.

  7. Espero que con la ayuda de la prensa honesta y ciudadanos conscientes de la realidad nacional, se presenten perfiles de los candidatos a la Corte Constitucional. Estos candidatos deben tener una ámplia trayectoria jurídica y una acrisolada calidad Moral. No podemos pedir o exigir menos. El momento histórico, lo demanda.

  8. Excelente Dr. Basabe, nadie se come el cuento de que la Corte Constitucional haya actuado siempre en derecho, mas bién digamos que no actuó en los 10 años del correato. Ahora resulta que de acuerdo a su conveniencia actua a favor de los intereses del mandante, como queriendo pedir a gritos quedarse en el poder. El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio debería evaluar la gestión de estos funcionarios y mandarlos a su casa por inoperantes. Que pasaría con la demanda de inconstitucionalidad que presento si no mal recuerdo el colegio de abogados a la creación de un nuevo grupo de seguridad paralela a las fuerzas Armadas y Policía Nacional, violando la Constitución de la República, de seguro seguirá durmiendo el sueño de los justos en esa Corte correísta.

  9. Esos son los rezagos del correísmo. Cuando el mitómano les ordenaba inmediatamente cortaban cualquier reclamo de denuncia de violación de derechos constitucionales por parte del mitómano. Y ahora si “diligentes” restituyendo los derechos de aquellos que fueron vulnerados por su antiguo patrón y su séquito de malandros. Tarea de sinvergüenzas. Estos debe ser echados por caretucos. Seguro creerán que están haciendo méritos para quedarse. Y cuando el correísmo gobernaba. MUTIS.

  10. Inútiles personajes tetricos creados por la robolucion, sapos con viveza criolla les llegará la hora del juicio, cuando el pueblo se levante y pida que rindan sus cuentas ( y no solo las monetarias)..definitivamente gente sin ética! Excelente artículo para la reflexión. …..

  11. Felicitaciones señor Basabe, así como a todos “Los 4pelagatos” por sus informaciones y análisis muy orientadores, hacen que tengamos los ecuatorianos noticias verídicas y de primera mano,y siempre es agradable leerlos. Mi comentario: Para 200 que se creen vivos, estamos millones de ecuatorianos, que si estamos vivos y atentos a la jugada.

  12. Excelente su artículo, don Santiago. Felicitaciones. Todos los elementos que conforman ese cuartito donde se cuajaban las decisiones más inconstitucionales en época del dictador, deben ser arrojados a la paila del olvido. Fue vergonzante la actitud de toda esta gente que muchas veces, con su silencio quizás comprado a precios elevados, no dijo una sola palabra cuando su obligación era pronunciarse constitucionalmente y las leyes mamotretas del dictador entraban en vigor, perjudicando así a todos los ecuatorianos. Los ejemplos ya fueron citados en el artículo, pero sólo para enfatizar la idea, el límite a las utilidades era por definición INCONSTITUCIONAL, porque los derechos no son regresivos y en este caso la Corte aplaudió tamaño robo a los trabajadores.
    Gente arrastrada es un peligro para la nación y su democracia…y este personal de la Corte lo que más hizo durante diez años fue arrastrarse como gusano.

  13. Felicitaciones, mejor análisis imposible.No pueden cambiar el daño que hicieron, tratando de ser lo que es una Corte Constitucional ahora que su amo el exiliado voluntario no tiene ningún poder.

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