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Hurtado prueba que Correa no fue un caso aparte

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Leer a Osvaldo Hurtado es un ejercicio desafiante. En su último libro, “Ecuador entre dos siglos”, el ex presidente ilustra, en un estudio riguroso e histórico, el círculo vicioso en que se consume incansablemente el país. El lapso analizado cubre 40 años y en él incluye el gobierno de Rafael Correa.

Ecuador entre dos siglos, Osvaldo Hurtado, Penguin Random House, 510 pgs.

Hurtado muestra cómo ha mejorado el nivel de vida, en general, y cómo aquello se traduce, por ejemplo, en una esperanza de vida mayor –17 años más, en promedio–, la existencia de suficientes escuelas y un analfabetismo marginal. La sociedad cuenta con un elevado porcentaje de jóvenes, usa profusamente las redes sociales, es urbana, tiene mejores ingresos per cápita, goza de mayor educación y mejores oportunidades de consumo y ascenso social. Sin embargo, el autor compara lo que han hecho otros países en el mismo tiempo. En 1971, el índice per cápita de Colombia era 10% más que Ecuador: hoy es 40% más. El de Chile era 80% más; hoy es 170% más. El de Corea del Sur era 20% menos; hoy es 370% superior al de Ecuador.

El ex presidente tiene una explicación. Y ahí radica el aporte esencial de su libro: los gobiernos que se han sucedido han aplicado esencialmente fórmulas similares y, por supuesto, han llegado a resultados parecidos. Y lo han hecho a pesar de defender diferencias de credo político o de retórica ideológica. Hurtado lo prueba analizando, con una prolijidad documental que asombra, cuatro crisis económicas (de los años 82-83, 87-88, 98-99 y la que comenzó en 2015). ¿Qué estudia? La forma como la encaró cada gobierno (Jaime Roldós o él mismo, León Febres Cordero, Rodrigo Borja, Sixto Durán Ballén, Jamil Mahuad… Rafael Correa), las razones por las cuales esa crisis no fue prevista y cómo incidió en inestabilidad económica y falta de desarrollo.

Hay constantes en esas crisis. Las causas: gasto público desproporcionado, caídas de los precios del petróleo, encarecimiento del crédito internacional y catástrofes naturales. Los efectos: inflación y devaluaciones (cuando no había dolarización), bajo crecimiento económico, aumento del desempleo y de la pobreza. Las soluciones: recortes del gasto público, eliminación de subsidios, encarecimiento de servicios, más impuestos, prohibiciones de importar, mayores aranceles. Correa disimuló la crisis recurriendo a tal nivel de endeudamiento que lo convirtió en el presidente que más deuda contrató. Pero la deuda pública en todas sus formas (multilateral, bilateral, bancaria y de inversionistas), ha sido una fuente de financiamiento usada por todos los gobiernos.

Hurtado señala y analiza profusamente otras constantes en el país: la economía no crece a las tasas requeridas, no se modernizan las instituciones, no mejora la gestión pública. No hay consenso sobre los resultados positivos que alcanzan los países que liberalizan la economía ni sobre las ventajas del libre comercio. En política, la Constitución sigue siendo una norma inestable, incluso para el gobierno de Correa que estuvo 10 años en el poder. Él mismo la reformó.
La población desconfía de los partidos políticos y recurrió a outsiders. Esa falta de partidos es un problema capital para la democracia ecuatoriana. Hay matices, pero Ecuador no sale de la matriz caudillista. El populismo obstaculiza la construcción de ciudadanía –escribe el ex presidente–. Se canjea participación ciudadana por clientelismo, se intercambian votos por favores. Y ese populismo nada soluciona: propicia crisis económica, agudiza la corrupción, degrada la democracia (Alianza País, dice, pretendió reemplazarla por una forma disimulada de dictadura) y empeora los problemas sociales. La política –concluye Hurtado– sigue siendo lo que fue en los años setenta. Por eso este libro es esencial para entender el contexto actual. Visto en perspectiva, el correísmo, a pesar de la retórica revolucionaria, repitió los mismos errores y agravó sus consecuencias.

En ese sentido, este diagnóstico es nuevo. Y la demostración minuciosa, que se extiende a lo largo de 491 páginas, resulta incómoda porque es difícil sustraerse a la conclusión del autor: así es el país y así actúa. Esta explicación ya la había propuesto en su anterior y polémico libro: “Las costumbres de los ecuatorianos”. Él le da consonancias de orden cultural: esos modos de ser, pensar y actuar de los ecuatorianos; esos comportamientos que, según él, resultan contrarios a la democracia y al desarrollo.

Hurtado vuelve, entonces, a ese modelo cultural que él cree ecuatoriano, a esa cultura centenaria y paternalista que genera condiciones para que surjan y triunfen los caudillos: impuntualidad, indolencia, incumplimiento a los compromisos y a la palabra empeñada, inobservancia de la verdad, inclinación a engañar, “a no realizar valoraciones éticas cuando están de por medio bienes públicos”. La desconfianza secular que hay en la sociedad “sobre el recto proceder de los individuos”; desconfianza que marca las relaciones económicas, sociales y políticas.

Esa hipótesis remata este profundo diagnóstico basado en datos y hechos sobre lo que ha pasado en los últimos 40 años en el país. Hurtado sabe que su hipótesis es polémica y está lejos de saldar la pregunta de fondo: ¿cómo salir de ese círculo vicioso amarrado umbilicalmente a la matriz caudillista? El ex presidente debe ese libro al Ecuador.

Foto: diario Expreso

32 Comments

  1. desde que tengo memoria, adulta.. Sin más no recuerdo Luis Osvaldo Hurtado, fue vicepresidente de Jaime Roldós Aguilera. Murió Jaime y pasó Luis Osvaldo hacer el presidente de la Nación.. Lo primero que propuso fue hacer un préstamo al FMI. El famoso paquetazo del novato.. Para poder pagar una deuda externa que no daba margen para gobernar. Tengo 47años.. Desde los apagones, la subida de la canasta familiar, y los impuestos a la clase media y pobre ha sido y será el tendón de Aquiles de la Economía Ecuatoriana.. Hemos negociado nuestra deuda pública miles de veces.. Haciendo el papel de servidumbre..del fondo monetario internacional. Asociada a nuestra cultura de la mal llamada VIVEZA criolla..del no me importa que robes siempre y cuando me des mi parte. Esa cultura de la viveza criolla que es el legado inamovible de la herencia de una generación a la otra.. Acompañada de un regionalismo duro y puro de choques de cultura. Todos absolutamente todos están metidos en ese círculo de mentes pobres y de bolsillos Gordos. Ya negociaron con la patria y nos cercenaron más de 400.000km2.. Y todavía hasta el día de hoy creemos que ganamos..ese conflicto Cuando en la realidad perdimos. Nos hicieron creer en una falsa Paz donde entregamos a manos llena.. La tierra de nuestros próceres.por la mediocridad de nuestros políticos que no saben hacer nada mas que jodernos la vida.y Joder a nuestra Nación. Hasta que no despertemos de ese falso patriotismo cuando en realidad nuestro enemigo más cercano somos nosotros mismo. Jamás saldremos del subdesarrollo y la pobreza.

  2. Los presidentes que han gobernado el país en los ultimos 40 años han realizadoslas mismas acciones como: corrupción, adquirir deudas y acciones que han ido degradando la economía del país a traves de los años.
    Debido a eso se han ido aumentando los impuestos y tambien a aranceles para intentar pagar la deuda externa que ahora ha superado el limite, ha perjudicado la baja de precio del petroleo, ya que ese el uno de los principales ingresos del Ecuador, y sin ese dinero no se puede seguir pagando la deuda que se mantiene con otros países.
    se debería dejar de seguir adquiriendo mas deudas y pagar la que se mantiene actualmente y mejeorar la economía del país y continuar con la mejora de la Educación y la salud.

  3. Me gustaria que alguien aclare lo siguiente
    El Dr Hurtado sucretizo la deuda pero esta si se movia de acuerdo al valor en sucres del dolar o sea se incrementaba siempre por la perdida de valor del sucre en relacion al dolar.
    Leon Febres Cordero cambio esto sucretizando definitivamente la deuda y por supuesto el estado perdio una cantidad inmensa de dinero
    Por favor si alguien puede confirmar que esto es cierto

  4. Estimados, luego de observar los comentarios, miro que en el hilo de discusión se reproduce uno de los problemas culturales ecuatorianos: el “sabelotodismo”.

    Una cosa es descubrir, otra es informar dicho descubrimiento a las personas que, obviamente, dirán que ya lo sabían; pero que, inciden muy poco en lo social con su conocimiento al criticar a todo aquel que se atreve a decir algo presuntamente conocido por todos. El mérito de este “invento de aguas tibias” es que se cuenta, se difunde, se socializa… así no me agrade el Dr. Hurtado como ex presidente, aplaudo siempre que se aporte al debate de una forma seria y asumiendo la responsabilidad de lo que se escribe.

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