¿El vacío político alrededor del Presidente es tan evidente que no se puede tapar? Desde que llegó a Carondelet y hasta hoy hay una serie de preguntas que se repiten en la opinión: ¿quiénes lo asesoran? ¿Quiénes son sus estrategas? ¿Qué tiene que ver Gustavo Larrea, que juega a aparecer y desaparecer?
Ha habido nombres de funcionarios cercanos: Augusto Barrera, María Fernanda Espinosa, Miguel Carvajal, Eduardo Mangas, Rosángela Adoum, Andrés Michelena, Andrés Mideros… Pero este gobierno no ha podido desmentir que con Rafael Correa se volvieron sinónimos política y grado cero. En diez años no hubo relevo de cuadros ni debate de ideas. La contradicción de tesis, fue cambiada por ataques, descalificaciones y otros usos de baja estofa. En realidad, la calidad política del político no importaba: los ascensos en el partido o en la administración no se debían al nivel de liderazgo individual sino al grado de lealtad, servilismo y cercanía con el caudillo.
Lenín Moreno, que hizo parte de ese gobierno, paga esa factura: a pesar de la lista de funcionarios que lo rodean, no ha podido generar la certeza de tener un verdadero equipo político y de guiarse por una estrategia que incluya incidir en la agenda pública y tener iniciativa política. En el gobierno, para responder estas críticas, suman los eventos que nadie imaginaba que Lenín Moreno podía producir en un año. El resultado luce como algo que hizo porque no sabía que era imposible. Pero es una verdad a medias porque, como se sabe, el gobierno se subió en olas producidas en Brasil o Estados Unidos. Además, la baja popularidad de Moreno muestra que su gobierno ha estado desfasado con una opinión presta a premiar la descorreización y un manejo más pragmático de la economía. La prueba es, en el primer caso, la acogida fervorosa que ha recibido la labor de Julio César Trujillo y los otros miembros del Consejo de participación Ciudadana Transitorio. Dicho de otra forma: el morenismo no ha capitalizado políticamente el momento político aupado por el propio Moreno. No ha habido visión, gestión y narrativa politicas de una catarsis social que solo necesitaba gestión política en las propias filas del gobierno, porque la oposición ha sido, en general, más sensible al clamor de la opinión nacional.
La soledad política que irradia el Presidente se explica por factores visibles que, de alguna manera, fueron tomados en cuenta con la llegada de Juan Sebastián Roldán a Carondelet: no hay gestión política en la Asamblea. No hay voceros. No hay cohesión gubernamental. No hay resultados que hagan pensar que el gobierno se mueve en función de objetivos medibles. Y los cambios anunciados estos días, por positivos que se antojen, no logran desvanecer la impresión de que el gobierno de Moreno no tiene todos los cuadros de peso que necesita. Además de que los cuadros que tiene están desperdiciándose en guerras intestinas, urgencias de todo tipo y sin los liderazgos administrativos y políticos que el momento político necesita. La presencia de Eduardo Jurado, en la Secretaría General de la Presidencia, puede paliar, por su perfil profesional, la poca organicidad administrativa. No así el problema de gestión política que Paúl Granda asumió pensando más, por lo que se sabe, en resolver el problema que tiene el gobierno con su propio bloque en la Asamblea Nacional.
El desfase con la opinión, que el Presidente registró al dar un apoyo frontal y decidido al Consejo de Participación Ciudadana, muestra que el gobierno tiene enormes problemas de identidad. Se esfuerza en mostrar que no es correísta. Pero ¿qué es? Hay fuertes corrientes que pujan por mantener un sello de izquierda pero sin llegar a definir sus contornos. Y reacios a aceptar que la mejor muestra de progresismo, en este momento, es liderar la reconciliación del país con la democracia y el pragmatismo económico. Eso no riñe con la formulación de políticas sociales dinámicas para los más pobres, para que salgan de la pobreza y no para volverlos clientes del gobierno con dinero público.
El bloqueo del gobierno, que tanto afecta sus cifras de credibilidad y popularidad, es político. Y se explica por estas indefiniciones ideológicas y conceptuales que tienen que ver con el deseo de seguir siendo socialistas, de izquierda o progresistas. Y no saber exactamente lo que eso significa en este momento y en este gobierno.
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Foto: Presidencia de la República
Entiendo como un simple ciudadano, si una empresa está casi quebrada por la mala administración, los accionistas se reúnen para seleccionar correctamente a UN GERENTE que la salve bajo un proceso técnico de resultados. Se supone que el nuevo Gerente debe presentar en 1 o 2 meses que va hacer en forma concreta de lo que resta del año, mediano y largo plazos.
Plan económico, plan de administración moderna, plan de mercado, plan de presupuesto. Con quiénes? : Mandos medios bien seleccionados con preparación, experiencia y VALORES MORALES COMPROBADOS (APOLÍTICOS !!!!) y que más para que le aprueben?, INICIA BARRIENDO LA SUCIEDAD Y LIMPIANDO EL ESTIÉRCOL, para luego ejecutar los planes aprobados.
Preguntas del millón, si alguien me puede decir si el Sr, Moreno ha presentado al país algo al respecto?, si tiene idea o tiene la preparación para gerenciar o administrar un país en quiebra económica y moral ?
Es muy criticado ya que no todos pueden ver los problemas que han dejado los anteriores gobiernos, es verdad que él formó parte del gobierno de Rafael Correa en parte puede ser que el tubo muchas fallas con el ex presidente como ahora no sabemos q mismo va a pasar con este gobierno de ahora.