Hace 12 meses toda la discusión sobre el gobierno de Lenín Moreno giraba alrededor de la continuidad del período presidido por Rafael Correa. Para los “propios” ese era el argumento principal para justificar su necesidad y conveniencia: “a defender lo ganado”. Para los críticos ese era precisamente el problema, la urgencia de terminar con años de violencia, corrupción y autoritarismo. Un año después, se pueden decir muchas cosas del gobierno excepto que haya sido una continuación del anterior.
Ese cambio de ciclo político ha sido el legado más importante de estos meses: hoy nuestra Constitución ya no permite la reelección indefinida, se ha levantado la reserva sobre los cálculos actuariales del IESS, las cifras actualizadas sobre deuda pública están en la página electrónica del Ministerio de Finanzas. Esto que parece lo obvio en un Estado democrático, hace parte de la lista de conquistas del primer año de gobierno.
Hace doce meses parecía estar garantizada la impunidad y la protección al menos por un período más: Jorge Glas, encargado de los sectores estratégicos durante diez años, juraba nuevamente como vicepresidente. Carlos Pólit había obtenido la nota más alta en el “concurso” para seguir siendo Contralor hasta el año 2022. Hoy ambos han sido sentenciados en las investigaciones relacionadas a los sobornos de Odebrecht. El primero está preso, el segundo es prófugo de la justicia. Quienes fueron cabeza en el sector petrolero o hidroeléctrico están bajo sospecha, cuando no en medio de un juicio o ya cumpliendo sentencia como Bravo, Calvopiña y Pareja Yannuzzelli.
El Consejo de Participación Ciudadana, la Corte Constitucional, el Consejo de la Judicatura, el Consejo Nacional Electoral, la Superintendencia de Comunicación, eran el mayor impedimento a cualquier avance democrático. Con las funciones del Estado a órdenes del Ejecutivo, no se veía por dónde empezar a desanudar este enredo institucional. Hoy el CPCCS ha sido reemplazado por un grupo de personas con alta legitimidad que señalan un camino posible para recuperar la independencia en los órganos de control. Hace un año, Patricio Rivera manejaba la política económica; hoy, desde hace pocos días, lo hace Richard Martínez.
La lista de todo lo que se ha transformado este año no es menor, pero los problemas son tantos y tan profundos que con cada asunto que se resuelve, los nuevos escándalos se multiplican. En el campo de la política y la construcción institucional el gran desafío hoy es pasar del cambio de personas a las reformas institucionales. Es probable que en pocas semanas –por acción de la Asamblea o el CPCCS– los vocales del Consejo de la Judicatura ya no estén más ahí; es posible –¡y deseable! – que suceda lo mismo con el Consejo Electoral y la Corte Constitucional. Sin embargo, es casi nulo el debate sobre las reformas de fondo que garanticen independencia en la justicia; ni se inaugura el debate sobre el sistema electoral, las fórmulas de asignación de escaños, los distritos y hacia dónde va el sistema de partidos. Cada día hay un nuevo procesado por corrupción, pero la Asamblea no ha sido capaz si quiera de derogar la norma sobre el informe previo de Contraloría para casos de peculado. Se anuncia la reforma de la Ley de Comunicación y la desaparición de la Supercom (¡!) pero el informe de frecuencias cumplirá pronto 10 años de haber sido publicado y aún no vemos sus consecuencias.
Este año ha sido extraordinario para la democracia y la recuperación de los requisitos mínimos de una república, pero será insuficiente y la apuesta democrática quedará inconclusa si regresamos todos a repetir ciclos y comportamientos; si el Presidente y el gobierno no toman decisiones definitivas sobre la fuerza política, la institución, corresponsable de esta debacle. Acusar el golpe y aprender la lección de la década pasada implica no solo la recuperación de las instituciones estatales sino, sobre todo, la reconstrucción de la política: partidos y movimientos, ciudadanos, condiciones de convivencia en democracia, las habilidades del respeto, el diálogo y la definición de proyectos comunes.
María Paula Romo es política y académica
Querida Paulita, tu eres eres vivaracha y capaz, aunque claro que te portaste tontona apoyando a los sinvergüenzas verdes, pero te noto arrepentida, todos tenemos errores, no ves a tu amiguito Roldancito esta hablando bonito y como debe ser, es un guambra ahora mas flaquito pero arrepentido, era también de esa rugtura o algo así que se llamaba esa cosa, hoy ponte pilas y, a por lo menos 100 metros de distancia de esas brujas verdes que solo verles me da cólico de gases, sigue escribiendo, no te pongas miodosita, y veras que resucitas, tu vales la pena mi bonita. Que te sirva e experiencia la consecuencia de andar con malas amistades, yo te advertí. Y que es de ese otro amiguito tuyo ese que no me caía bien por petulante , norman creo era su nombre, aconsejarasle.
Como conclusión de este análisis es que de acuerdo a la política que hemos tenido en años anteriores hemos visto varios conflictos es por eso que queremos tener una mejoría, ya que ofrecían y al final no cumplían. Y que tenían la esperanza que con el nuevo presidente las cosas ya sean serias, para que haya una buena reconstrucción de la política pero que no sea corrupto, y cumplan con lo propuesto
Excelente artículo estimada Ma. Paula Romo. Solo me queda una inquietud; ¿en qué parte de la Constitución está tipificado el impedimento a la reelección?
Muy objetivo su comentario, estimada doctora Romo. Concuerdo con usted: hay avances, pero falta, y falta mucho. Si vemos las cosas sin pasión, es indudable que ya se respira un cambio.
Cuando Correa ganó por primera vez la presidencia, fue por que convenció a las mayorías de sus buenas intenciones, por eso mucha gente le acompaño en el gobierno, pero después cuando Correa sacó las uñas y sus escondidas intenciones de ser dueño de todos los poderes, mucha gente recapacitó y se salió de sus filas, solo la gente necia y sumisa se quedó con él hasta ahora.
Siempre suceden cosas que a uno le hacen cambiar la manera de pensar; yo fui contrario a que Moreno gane la presidencia, porque creí que se venía el continuismo del corrupto Correa, pero como sucedió todo lo contrario, me han dado mucha satisfacción, todas las acciones que Moreno ha hecho para desbaratar los avances de la Década Desgraciada y alejar a Correa del poder, pues si que estoy muy agradecido con Moreno; hay que darle la confianza y tenerle un poco de paciencia, porque si parece que se va a avanzar mucho más en esta cruzada contra el déspota Correa, su pandilla y los daños que causaron al país.
Total como en el catolisismo por más que uno haya cometido pecados veniales, mortales o cualquier cosa, parece ser que el “modus vivendi” de la señora Romo es arrepentirse para ganar el paraiso eterno que en este caso habría que suponer será algun paraíso fiscal para enviar recursos provenientes de sueldos, honorarios o contratos que estarían dentro de los proyectos de vida por adular al gobierno
Tremendo año para nosotros los Ecuatorianos. Poco a poco Moreno definitivamente se convierte en el héroe que muchos esperábamos. Espero y deseo que su desempeño durante su mandato lo envíe a convertirse en el mejor presidente de la historia Ecuatoriana.
Vamos a apoyarlo como se merece!
Ahora resulta que la señora Romo se volvio Morenista. CHRISTIAN le hece unas muy buenas preguntas a la señora Romo quien se dió cuenta de lo mal que hizo apoyando a Correa luego de haber saboreado el poder junto a Correa en 4 años, antes no se daba ni por enterada cuando su amigo nos atropellaba continuamente con su autoritarismo que fue producto de una Constituyente que creó con la ayuda de Maria Paula Romo el quinto poder, por tal motivo me parece una ironia que ésta señora mentora y ejecutora de éste sistema que se prestó para tanta corrupción se de el lujo de opinar y hacer diferencias entre el Gobierno de Correa que ella apoyó y del presente con Moreno.
Abandono a tiempo y se alejo de toda esa corruptela ahi esta el valor de la doctora Romo.Felicitaciones a ella
Un buen análisis, respetable es una persona que no se haya vendido a la oportunidad de conservar poder y obtener todas las prebendas que ofrece un gobierno clientelar corrupto y despilfarrador, con todo lo que ello conlleva, eso se hace solo cuando existen principios, en buena hora que supo privilegiar lo valioso y separarse cuando notó que no guardaba concordancia con sus ideales. Concuerdo en lo expresado, sin embargo, todavía me quedan dudas. A pesar de haber retirado la seguridad al bandido y su familia (tarde a mi criterio) aún queda: Porque el apoyo a Maduro y a la canciller? (disfrazando de preocupación todas las acciones solo favorecen esa evidente dictadura) Porque mandar y mantener en la embajada de Bélgica a la secretaria del Locuas? Porque mantener a una persona que tiene conflictos de interés en el ministerio de Justicia? Porque mantener al ex ministro de Obras Publicas, que mientras fue alcalde solo demostró incapacidad y producto de ello no fue reelegido, hombre que no sabe ni lo que es una ruta crítica, peor aún llevándolo al control de la política, entre otras.