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Perversas herencias

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Sin descanso, cada día de los últimos once años, se construyó un sector público gigante, inherente a una visión totalitaria que hizo de la captura del Estado su razón existencial. Cada dólar del boom petrolero, cada dólar del irresponsable y cuantioso endeudamiento, cada dólar de los crecientes ingresos tributarios, se utilizó en la voraz ampliación de la injerencia estatal en todos los ámbitos del diario quehacer de la sociedad ecuatoriana.

Un Estado hipertrofiado sometió a toda la sociedad bajo la égida de sus nefastos designios. Es perverso su legado, al cobijar bajo su implacable dependencia la casi generalidad de actividades económicas, políticas y sociales. Según Jean François Revel, “es posible que algunos seres humanos no experimenten la sensación de que se está atentando contra sus libertades individuales en una sociedad en la que el Estado, ideológico y politizado, posee y controla –o influye de manera preponderante– la economía, la información, la educación, la justicia “, y muchos otros ámbitos de la vida de las personas.

El Estado, ogro filantrópico, deformó los elementales fundamentos económicos, políticos, sociales y empresariales, intrínsecos a la creación de riqueza y desarrollo de los países. Gran parte de empresarios de diverso género, limitaron su norte a atender la demanda de bienes y servicios del Estado, sin la menor preocupación por mejorar sus estándares de producción. Los jóvenes, vendieron su potencial de emprender y crear, a cambio de un empleo público bien remunerado, engrosando el ejército de una ineficiente burocracia que se apropia de todos los recaudos de IVA e impuesto a la renta que, con su esfuerzo diario, aportan al Estado personas y empresas. El Estado sometió a una oleada de pobres, a la secular dependencia del subsidio clientelar, castrando sus aspiraciones de superar la pobreza al amparo de las oportunidades que ofrecen las libertades económicas.

El torrente de dólares petroleros y del irracional endeudamiento externo del Estado, llenó las arcas de los depósitos bancarios e hizo olvidar que el genuino sostenimiento de la dolarización proviene de abundantes exportaciones no petroleras e inversión extranjera directa. En el nefasto clímax de trasnochadas revoluciones, el Banco Central inventó dólares para prestar al Estado, en su perniciosa obsesión de financiar un gasto público insostenible. Los costos de producir y de vivir se elevaron con la enfermiza imaginación de un país de jauja, al que se le acostumbró a un nivel de vida por encima de sus posibilidades. Entre otras, son las perversas herencias del odio a la sana creación de riqueza.

Será larga y dolorosa, la superación de las deformaciones económicas, políticas y sociales, y la adopción colectiva de las básicas convicciones para alcanzar el progreso. La drástica reducción del gasto público, hasta llevarlo a niveles de sostenibilidad, exigirá, durante varios años, una rígida disciplina en todos los segmentos de la sociedad. Para que los depósitos de los bancos privados y el crédito que otorgan, así como las reservas del Banco Central y la liquidez de la economía, aumenten con solidez, abandonando la nociva dependencia de los créditos externos del gobierno, se requerirán años de un trabajo eficiente para ser mejores que el resto del mundo a fin de traer dólares externos que alimenten la economía.

Como es inevitable reducir la inversión y el gasto del Estado, la economía deja de funcionar, se estanca, hasta adaptarse a la nueva normalidad. Evitar la parálisis exige el resurgir de la inversión privada interna y externa. Los empresarios están llamados a invertir y honrar con productividad y competitividad, los postulados de las libertades económicas. Para Fareed Zakaria, un sector privado pujante puede generar un crecimiento extraordinario, aunque viaje por malas carreteras. El éxito de países como Estados Unidos, no se alcanzó debido al ingenio de los programas gubernamentales, sino por el vigor de su sociedad. Si no existe ya, una trascendente mutación hacia los ideales de crear riqueza y distribuirla con equidad, la profundización de los males nacionales y sus altos costos sociales, se agregarán a los acumulados por las oportunidades perdidas en la nefasta década pasada.

Jaime Carrera es economista.

14 Comments

  1. Brillante, excelente, claro artículo Sr. Carrera, ciertamente es un placer leerlo, aunque así haciéndolo, duela entender la brutal realidad de mi país, causada por este Sr. Rafael Correa.

  2. Felicitaciones nuevamente Eco. Jaime Carrera C., como siempre un análisis didáctico de la crisis política, económica y social, que vive nuestro país. Considero que los políticos que aspiren dirigir los destinos de nuestro querido Ecuador, deberían leer, analizar y debatir los siete puntos de su libro Hacia el Equilibrio Fiscal para Reducir la Pobreza 1998 (PUCE), con los cuales estarían capacitados para estructurar un Plan de Gobierno, que articule lo político, fiscal y ética social.

  3. Un excelente análisis que nos conduce a la necesidad de construir más mercado, más sociedad civil y por supuesto un Estado que facilite el desarrollo.

  4. Buenos puntos de vista Ecom Carrera pero no estoy de acuerdo en que muchos años recien tendremos un país libre y democrático pujante sostenido por de la creacion de la riqueza de parte del sector privado, porque la actual generación y la siguiente no tienen nada que hacer en el pais y deberían irse y regresar para cuando todo haya cambiado
    Yo creo que la juventud actual que le toca administrar el ecuador en muy poco tiempo tiene que tomar las riendas de la política con un pensamiento aperturista libre democrático y respetuoso de l constitución que genere confianza de inversión interna e internacional. Así los recursos los tendríamos antes sumando a eso la explotación minera y un cambio en él modelos productivo privado haciendo más competitivo el producto nacional con el importado y generando ideas de fabricación de productos que vayan al consumidor final y no sea un producto intermedio de la producción
    Pero y este es el gran Pero Si estas dos generaciones no se despojan de las ideas correistas del siglo XXI de Chávez Maduro Morales y Ortega estaremos jodidos para toda la vida y el pais se convertirá en una Venezuela o Cuba Así no más son las cosas

  5. Alguien quien cita a Jean Francois Revel y Fareed Zacharía demuestra que ha estudiado y sabe de lo que está hablando. Mis felicitaciones Sr. Carrera

  6. Muy bien dicho Sr. Carrera. Un estado obeso es un caldo de cultivo para la corrupción, la mediocridad y la violencia. Reducirlo implica costos sociales altos que hay que corregirlos lo más pronto posible (no “gradualmente”) como lo hicieron los países bálticos, Nueva Zelanda y en varios otros países.

  7. ¿Por qué mi anterior comentario está en “moderación”? ¿Por qué? Señor Hernandez, puede responderme.

  8. Es la primera vez que lo leo Señor Carrera, sencillamente brillante como expone la tragedia del Ecuador, personajes como Usted y otros destacados de PELAGATOS deberían conformar el equipo que dirija al país , jamás esos aventureros astutos y arribistas dados de inteligentes que nos atracaron; por higiene deberíamos prohibir del castellano las sílabas : sol.., rib.., buen…, agui…,salg.., carr..,alv.., esp…

  9. La delincuencia organizada que la última década nos gobernó, robó y ganó para sus bolsillos y los de sus turbios financistas, no ha sido desmantelada completamente, seguimos con la misma receta o herencia como usted la llama, en lo político, económico y social.

  10. La situación fue mucho peor de lo que Ud. lo describe porque lo que se hizo fue favorecer la pillería con el objeto de crear una nueva lumpen-oligarquía delincuencial para perpetuarse en el poder con clientelismo a todas las clases sociales, especialmente a las oligarquías tradicionales y lo aún peor, sin preocuparse de los equilibrios fiscales sino con un endeudamineto descomulal nunca visto en el país que puede sobrepasar los 70000 millones de dólares.

  11. Felicitaciones por su acertado análisis. La pregunta es ¿cómo cambiar este sistema?. Consideremos que todo el andamiaje correísta sigue siendo el mismo y sus prácticas están intactas. Respecto de la tramitología vemos con coraje que los papeleos demoran meses, piden documentos que no constan en ninguna norma, se inventan regulaciones, etc.

    Quienes trabajamos en empresas ocupamos nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación a satisfacer los requerimientos de una burocracia insaciable. En este ambiente no es posible mejorar la producción, no se puede pensar en emprender en nuevos proyectos, en definitiva no veo cómo podemos salir adelante.

  12. Felicitaciones señor Carrera, es un placer leer sus artículos totalmente apegados a la realidad económica y social que estamos viviendo los ecuatorianos. Bendiciones.

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