/////

El Estado ‘papelito’

lectura de 5 minutos

La sabiduría popular es pródiga en expresar sus sentires y apreciaciones de la vida cotidiana. Cuando una persona admira de otra sus cuidados personales, su lucidez, su exquisitez, su buena presencia producto de una vida saludable y de rigores en su diario quehacer, le dice: estás ´Papelito´. Quizá, en un paralelismo hacia los decires comunes, lo menos que podemos hacer, es añorar un Estado ´Papelito´. Sin embargo, estamos aún lejos de este anhelo.

Todos los ecuatorianos trabajamos casi cinco meses del año para pagar las cuentas estatales. Además de los 541.000 servidores públicos que cobran del presupuesto, en el IESS laboran 37.302 personas. En las 22 empresas del Ejecutivo laboran 40.000 funcionarios, sólo en las dos empresas petroleras estatales trabajan 11.800 personas. Se desconoce la plantilla de funcionarios públicos de 221 Municipios, 24 Gobiernos Provinciales, 1.500 Juntas Parroquiales y 206 empresas públicas que pertenecen a estos Gobiernos Seccionales Autónomos; seguramente, en conjunto, superan los 100.000 empleados. La sumatoria de funcionarios del sector público es mayor de 700.000 y representa el 22 por ciento de la población con empleo. En los países vecinos esta proporción es muy inferior. En las universidades públicas que laboran 33.498 personas, se requiere para los sueldos 900 millones de dólares; esto es, un promedio de 2.200 mensuales. Tanto los Gobiernos Autónomos (GADs) y las universidades se financian con parte de los impuestos y el petróleo. El 80 por ciento de los impuestos se destina al pago de los sueldos de todo el sector público no financiero.

Además de los sueldos, la sociedad cubre los gastos de mantenimiento del sector público; paga los bonos a los pobres, discapacitados y adultos mayores; entrega recursos a las ineficientes empresas públicas; cubre $3.000 millones de los intereses de la deuda pública, de los cuales $1.400 millones son los intereses de usura de $14.750 millones de los Bonos soberanos; entrega fondos a los institutos de Seguridad Social de la Policía y Fuerzas Armadas, y en 2019 tendrá que pagar más de $1.000 millones al IESS por el 40 por ciento de las pensiones. También la sociedad, a través del presupuesto, entrega transferencias a los GADs y gasta en la obra pública. Como los ingresos son insuficientes, para cubrir los gastos faltan $8.000 millones; esto es, el déficit que se cubre con más deuda que pagamos todos.

La lista de gastos estatales es extensa, una pesada carga que doblega las espaldas de toda la población. Para que podamos admirar al Estado como el ´Papelito´ del lenguaje común, este debe adquirir la esbelta figura que corresponde a su estatura económica. Sin embargo, al igual que las personas que luchan contra su sobrepeso o las empresas que quieren sobrevivir a la competencia, la dieta debe ser implacablemente rigurosa durante varios años. El déficit de $8.000 millones no puede eliminarse mañana, hacerlo demandaría más que duplicar el 12 por ciento del IVA actual. Tiene que reducirse hasta en 2021 equilibrar las cuentas públicas. Además, para que nuestro Estado sea el ´Papelito´ que admiramos por su atractiva figura, debe liberarse progresivamente de las adiposidades que lo vuelven lento e ineficiente. Exigencia que demanda un proceso agresivamente gradual de reducción anual del gasto público en 1,5 por ciento del PIB hasta 2021.

El Estado, admirado ´Papelito´ de nuestra metáfora, deber ser el ágil atleta capaz de competir en las ligas mundiales, para ganar en la carrera por lograr más inversiones y exportaciones, a fin de llegar primero al podio de la competencia por alcanzar el más elevado crecimiento económico y el desarrollo. Un Estado liberado del agobiante peso del gasto estatal, del déficit y endeudamiento públicos, tendrá la agilidad de nuestro idealizado ´Papelito´, para promover las ansiadas libertades económicas y la creatividad individual y empresarial. Única visión que hará posible la liberación del yugo de depender del gasto estatal para alimentar la demanda de bienes y servicios, por tanto, la liberación del populismo, castrante del progreso de los pueblos.

Según el libro de Edgar Allan García ¿Cómo es la nota?, en un barrio de Guayaquil un hombre yace dormido en un taller de escapes, ¿Cuánto me cobras por este arreglo? Le pregunta un transeúnte al reparador, este le responde: una ´sota´ (diez) y le dejo ´Papelito´. La construcción del Estado ´Papelito´ es tarea de todos, desde el humilde reparador hasta los políticos y detentadores del poder para gobernar. En general, es responsabilidad de toda la ´pipol´ (pueblo). Sólo un Estado esbelto que brinde oportunidades para todos, podrá perennizar la satisfacción de aquel ciudadano humilde, que, al evaluar su tránsito por esta vida pueda ufanarse de decir que el Estado ´Papelito´ le ha dado “décadas bacanas, y le ha permitido ganarse la jama, tener caleta y ser feliz”.

Jaime Carrera es economista.

3 Comments

  1. Más importante que analizar el tamaño del estado es analizar la calidad del gasto, es decir cuanto de ese gasto contribuyó a disminuir la pobreza, incrementar las exportaciones, mejorar el índice de desarrollo humano, mejorar la productividad, etc.. Le solicito al autor hacer ese análisis, pero es claro que con tanta corrupción y despilfarro, la calidad del gasto en la década robada es muy baja.

  2. Discrepo un poco. Si bien es verdad que un elevado e innecesario gasto publico no le hace bien al país, tampoco lo es incentivar acciones que promuevan el abuso por parte del sector privado. Abuso contra nuevos emprendimientos, excusas de no poder contratar porque estamos de “vacas flacas”, despidos intempestivos, cobros elevados de bienes y servicios, evasión de impuestos, lavado de activos y paraísos fiscales. Seria bueno y sobretodo interesante analizar como puede aportar el sector privado en relación a estos factores que he mencionado ya que hay empresas donde solo una hace todo lo mencionado previamente, y no es la única. En resumen, la otra cara de la moneda, el sector privado y las alianzas público-privadas.

Comments are closed.