/

Apple = 10 PIB de Ecuador

lectura de 6 minutos

Apple se ha convertido en la primera compañía cotizada en Wall Street que alcanzó una valoración bursátil de 1.000.000 de millones de dólares; esto es, diez veces la producción anual del Ecuador. Esta empresa cuenta con mil doscientos millones de usuarios de sus dispositivos en el mundo y 270 millones de abonados. Los empleados de Apple en todo el mundo, aumentaron de 14.800 a 123.000 entre 2005-2017. Cabe una profunda reflexión de la capacidad de toda una sociedad para progresar, cuando un país de 16.7 millones de habitantes produce la décima parte del valor de Apple.

Apple se creó en 1976, año de auge del primer boom petrolero del país. En la búsqueda de las causas de nuestro subdesarrollo, quizá resulte fascinante y aleccionador, hollar los caminos de Apple y Ecuador en éstas últimas cuatro décadas. Mientras, Steve Jobs, Steve Wozniak y Ronald Wayne formaron la empresa con la visión de que cada hogar del universo tuviera un ordenado personal, el Ecuador consumía el petróleo y generaba profundos desajustes económicos y fiscales. Las décadas de los años 80s y 90s, caracterizaron a Apple por la constante innovación tecnológica de sus productos para facilitar la vida de las personas y empresas del mundo. Mientras tanto Ecuador se debatía en el oscurantismo que ha velado secularmente sus capacidades para estabilizar su economía y encontrar el camino al desarrollo.

En 2007 nace el iphone de Apple, el primer Smartphone de la historia. En tan sólo diez años, este teléfono interactivo genera a esta empresa el 60 por ciento de sus ingresos globales, luego de su constante actualización y dotación de servicios que lo han constituido en un compañero inseparable de las personas. Entre tanto, en este período, en Ecuador se despilfarró el boom petrolero y destruyó la economía y las instituciones del país.

En los últimos cuarenta años, los impresionantes avances tecnológicos jamás los habríamos imaginado. Computadores IBM, discos compactos, video cámaras, sistema operativo Windows, internet, DVD, reproductores MP3, Youtube, Wi-fi, pantallas 3D, Facebook, Twitter, Ipod, Ipad, Iphone, Google, los sensores y otros inventos, revolucionaron las comunicaciones. El primer corazón artificial, las células madre, la resonancia magnética, los trasplantes de órganos, el marcapasos, el genoma humano, la medicina regenerativa, los tejidos fabricados en 3D, los brazos mecánicos, las prótesis y otros avances han mejorado la salud de las personas. La producción industrial se ha transformado con la inteligencia artificial, la realidad aumentada, las bases de datos compartidas, los drones, los vehículos eléctricos y autónomos, los robots, el internet de las cosas, los sistemas de cableado estructurado, la realidad virtual, la impresión 3D y muchas otras invenciones.

Los citados inventos han mejorado, sin pausa, la vida de la humanidad y la productividad para crear riqueza. Bill Gates, Paul Allen, Steve Ballmer, Steve Jobs, Larry Page, Sergey Brin, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y otras leyendas de la tecnología, no habrían desarrollado sus talentos y espíritu empresarial, sin las oportunidades e incentivos, sólo posibles en países con instituciones económicas y políticas sólidas, que garantizan los derechos de propiedad, la seguridad jurídica y los contrapesos que limitan el poder político.

Mientras en cuatro décadas, las iniciativas privadas inventaban e innovaban para mejorar la vida de la humanidad, el Ecuador vivió ensimismado en su propia tragedia griega. No inventó nada, poco contribuyó a que su pueblo y el mundo viva mejor. Enclaustrado en sus seculares mediocridades, se dedicó a consumir el petróleo, incapaz de, al menos, estabilizar su economía y sus instituciones políticas y democráticas. En cambio, sin un esfuerzo de creación y exámen de conciencia alguno, hemos utilizado la infinidad de avances tecnológicos para mejorar la calidad  de nuestras vidas y la productividad de nuestras empresas. Si los aportes al progreso del mundo, gestados en otros países, se hubieran, al menos, complementado con sanas políticas económicas y fiscales, tendríamos un Ecuador camino al desarrollo. Más aún, deberíamos imaginar qué país habríamos tenido sin el uso de las invenciones citadas y el manejo económico de las últimas décadas. ¡Cuba! ¡Corea del Norte!

El Ecuador requiere profundos cambios en su visión del desarrollo y la prosperidad, a tono con la evolución de la tecnología, innovación, y el progreso de los países más avanzados. Quizá, debamos primero comprender con humildad los caminos al desarrollo y emularlos en función de nuestras realidades. La China, en su momento, educó a su pueblo con doce series de televisión, de cómo se gestó el ascenso de las grandes naciones. Ascenso que tiene como lugar común el respeto a los derechos a la propiedad privada, un buen marco institucional y una sociedad civil robusta y no dependiente del Estado. La globalización del progreso tecnológico, que nos obliga a cambiar, nos llena de optimismo para superar las constataciones de Oswaldo Hurtado en la profundidad de sus análisis: “Las costumbres de los ciudadanos, durante casi cinco siglos, han constituido un obstáculo para el éxito económico individual, el progreso de las actividades productivas y el desarrollo nacional, en la Colonia y en la República”.

Jaime Carrera es economista.

5 Comments

  1. Señor Carrera..quería agradecerle. Es un placer leer sus artículos aunque transmitan la penosa realidad del estado de nuestra economia. Reciba usted mis más sentidas felicitaciones.

  2. duro, casi brutal ! gracias por el espejo que jaime carrera nos pone al frente. QUE VERDAD.
    ver el problema es el 1er paso al mejoramiento. pues adelante !

  3. Un análisis comparativo entre el manejo financiero del estado ecuatoriano y la empresa privada, que con su innovación constante, hacen que genere altos ingresos que inducen a incrementar plazas de trabajo, cuyas familias con esos ingresos inyectan recursos a la economía de un país. Sus puntos de vista, invitan a que nuestros futuros gobernantes eviten denostar a la buena empresa privada, crear confianza en el país, tener seguridad jurídica y así atraer capitales extranjeros. Es hora de que de verdad se pase la retórica a la práxis y se comiense fortaleciendo casa adentro a los artesanos, pequeños productores y nuevos emprendedores, con apertura de mercados, capitales y tegnología a fin de ser competitivos. Felicitaciones por su excelente aporte Econ. Jaime Carrera.

    • Este país fue y sigue siendo una porquería, yo creo que hemos retrocedido, las tecnologías que usted a mencionado son las que de alguna manera nos tienen en el mundo actual

Comments are closed.