Cuatro ministros –José Valencia, Berenice Cordero, Raúl Ledesma, Boris Palacios– y Carlos Durán, subsecretario de Salud, explicaron hoy en Carondelet la acción de gobierno frente a la diáspora venezolana. Una presentación tecnocrática en la cual se habló mucho de legalidad y muy poco del drama humano, inédito en la región por su magnitud. Precisamente por eso, la declaratoria de emergencia será refrendada por otro mes.
De las exposiciones de cada funcionario y un diálogo amplio con la prensa se pueden sacar cinco conclusiones:
- La administración no estaba preparado para este flujo que ya era evidente (aunque mucho menos masivo) desde hace tres años. El gobierno de Correa cerró lo ojos y el de Lenín Moreno tardó en sintonizarse con la gravedad de la situación. Hay acciones, pero no se ve una estrategia: el ministerio de Transporte creó un corredor humanitario de Rumichaca a Huaquillas. Ha llevado 1100 personas en 28 buses. Ha pagado solamente el combustible.
El Ministerio de Salud ha hecho hasta ahora 66.991 consultas. Ha abierto 16 centros de atención integral donde atienden 191 funcionarios. De enero a julio ha aplicado 568.292 vacunas de sarampión y ha descubierto 19 casos. Raúl Ledesma, que parece un ministro de trabajo en campaña, dice obviedades: que aplicará la ley a aquellos que empleen ilegalmente a los venezolanos. Que abrirá un call center para delatarlos. Que ya ha habido 2000 controles… - El gobierno insiste en que la cédula de los venezolanos sea apostillada. Según el Canciller la medida es legal y busca un ingreso ordenado y seguro tanto para ecuatorianos como para venezolanos. Valencia admite que hay problemas para hacer ese trámite e informa que han propuesto al gobierno venezolano fórmulas para que se haga cargo de los documentos de sus nacionales: que entregue la información de las identidades a un organismo internacional, por ejemplo. Le han sugerido conectar su registro civil, o parte de él, con el ecuatoriano. Sin éxito por ahora. El gobierno defiende el pedido de que las cédulas sean apostilladas porque tiene evidencia de que algunas han sido forjadas o manipuladas. Y mantiene esa medida que es inviable para un refugiado en pleno desplazamiento. El gobierno mantiene un legalismo chato que no resuelve el problema de esos venezolanos que si no entran por el puesto de frontera, lo harán por algún chaquiñán.
- No hay respuestas regionales. La descoordinación es patente al punto de que apenas la semana entrante la ministra de Salud de Ecuador se reunirá con la de Perú. El Canciller Valencia anunció que la cumbre programada para el 17 y 18 de septiembre, a la que fueron invitados 13 países, fue adelantada para el 3 y el 4 de septiembre. Brasil, Colombia y Chile ya confirmaron. También fueron invitados algunos organismos multilaterales como el BID y la CAF. No se especificó a qué consensos ha llegado el gobierno con organismos internacionales como ACNUR. O qué montos ha recibido el país o está en derecho de percibir en casos como este. El Canciller dijo que hay aportes de ACNUR o de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pero que, comparados al esfuerzo financiero que hace el país, son sensiblemente pequeños.
- El Canciller no dijo lo que Ecuador propondrá el 3 y 4 de septiembre en la cumbre de Quito. Pero se entiende que la reunión tendrá sobre todo un carácter logístico para encarar la diáspora y todos los problemas que los países enfrentan en forma totalmente dispersa. José Valencia No descartó plantear un tema de cuotas para repartir el flujo de migrantes, aunque dijo no estar a gusto con el término cuotas que suena a cosas y no a personas. Pero se entiende que propondrá que los países repartan la carga en función del tamaño de su economía.
- La relación diplomática con la dictadura de Maduro se mantendrá, aunque se ha endurecido el discurso político. El Canciller se preguntó incluso si las críticas son el mejor mecanismo para inducir un cambio de fondo en Caracas. En ese sentido, habrá que ver qué hace Ecuador en la OEA, que se reúne en un par de semanas para tratar el tema de Venezuela. Por lo pronto, el gobierno de Maduro también es esperado en Quito a la reunión del 3 y 4 de septiembre. Lo más seguro es que ese gobierno, que niega la multitudinaria diáspora, no venga. Lo espera el banco de acusados.
Este era un problema anunciado que obviamente no se esperaba que sea de la magnitud que ha adquirido cierto, pero como siempre el país demostrando su incapacidad de dar respuesta y hoy por hoy tratando la crísis de los venezolanos y descuidando la crísis que vivimos dia a día todos los ecuatorianos.
Algo que a mi parecer no toman en cuentan los defensores de los DD.HH . es que la presencia de inmigantes a más de saturar las calles y buses con sus ventas ambulantes, cooptar los poquisimos puestos de trabajo , obtener medicinas y estudios de manera gratuita , fomentar la violencia e inseguridad , nos van a dejar sin dinero circulante pues todo lo que obtienen de buena o mala manera es enviado a sus países de origen. Nuestra economía tambaleará y pondrá en riesgo la supervivencia del dolar.
Tan grave esta la cosa que ya no hay trabajo ni para nuestros ladrones locales, hasta ellos se quejan que el trabajo esta malo, mucho venezolano! y putiringa… botar a Maburro es la única salida.
Simplemente no las llamen cuotas, llamenlas cupos, esa es una buena idea, aunque deben ser repartidas no sólo en función del tamaño de la economía de cada país, sino también en relación a su capacidad geográfica
Es muy complejo el problema de este desplazamiento humano, complejo porque todos tiran la piedra hacia otro lado, llueven las críticas y nadie da soluciones; complejo porque por un lado se escandalizan por que el Estado ecuatoriano desea que la ley se cumpla, pero por otro lado no se dan cuenta (o no lo quieren hacer) que los gastos para el Estado por esta migración son altos y sin derecho a desembolsos; no tienen la más ligera idea de que este problema afecta también a nuestra población, porque los desplazados deben conseguir dinero a las buenas o a las malas para sobrevivir, que muchos venezolanos vienen enfermos, que son explotados por empresarios inescrupulosos (e ahí porque se tienen que exigir documentos), restando fuentes de trabajo a nuestra gente, etc, etc.
Estoy de acuerdo que la inacción de los países de la región y no solo del Ecuador, es en gran medida la culpable de este problema, pero con denunciar a maduro como el mayor criminal de Venezuela y tratar de repudiar su régimen no se consigue nada, ya todo el mundo lo sabe, y cuando por alli sale un iluso pidiendo la intervención norteamericana le caen a palos para regocijo de Maduro y sus secuaces; entonces que debemos hacer? Seguir hablando y hablando del asunto o buscar soluciones aunque sea de a poco? No sólo critiquemos lo que los gobiernos dejaron de hacer a tiempo, respaldemos lo que ahora se pretenda hacer, caso contrario sólo pasaríamos como alharaquientos.
Al gobierno venezolano le conviene la salida de sus habitantes para que envien remesas a sus familias , mejos si son dolares ….. cruel forma de activar la economia
Licenciada Moreno para usted y su combo, le sugiero para los arrepentidos venezolanos de haber migrado a Ecuador, poner a disposición de ellos sus dos aviones presidenciales para su regreso a Venezuela y demostrarles lo “solidarios que somos”. Para la cumbre sugerida por el canciller, nada de declaraciones diplomáticas ni insinuaciones por el orden, lo que se necesita son ACCIONES contundentes de los organismos internacionales contra el régimen dictatorial; que es el único lenguaje que quizá entiende el miserable de Maduro.