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Y los dioses descendieron sobre el Ecuador

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El nombre Prometeo se ha hecho muy conocido en Ecuador durante la última década. No es por la película de ciencia ficción ni tampoco porque los mitos griegos hayan cobrado popularidad entre el público ecuatoriano. Su fama se debe al Programa Prometeo que debía ser una de las puntas de lanza de la agenda de desarrollo a partir de la educación que empujó el gobierno anterior.

Tal como lo indica el nombre, los Prometeos eran jóvenes PhDs que venían al Ecuador por un tiempo y a cambio de un salario razonable, siguiendo con la alegoría clásica, nos traían su conocimiento que se constituye, metafóricamente, en el fuego que el titán griego roba a los dioses para entregarlo a los humanos, seres inferiores y desprotegidos que necesitaban de la intervención divina. Aun cuando el plan suena bien, el concepto se desvirtúa porque, a diferencia del Prometeo griego que descendió al mundo por su propia voluntad, estos semidioses descendieron sobre el Ecuador por voluntad del supremo. En la realidad, el programa falló en su fin último porque constituyó una importación masiva y mal concebida de talento golondrina.

De acuerdo al compromiso que firmaban con el Senescyt, muchos de estos jóvenes investigadores terminaban en ciudades pequeñas de la costa o la sierra en donde no tenían ni las condiciones para trabajar ni había la gente necesaria para hacerlo. Esto afectó la posibilidad de que estos jóvenes avancen sus investigaciones en un contexto apropiado, como es necesario para un PhD joven. Asimismo, las comunidades en las que fueron insertados obtuvieron poco beneficio real de tenerlos ahí.

Una vez concluido su contrato de Prometeo estos migraron. Unos a instituciones nacionales en donde sí podían aplicar su conocimiento. De hecho, muchos de los Prometeos que se quedaron en Ecuador terminaron trabajando para instituciones privadas que hubieran podido contratarlos si el gobierno, en lugar de querer centralizar y controlar, se hubiera limitado a crear las condiciones y facilitar la operatividad de las instituciones interesadas en avanzar su programa de investigación. Esto no hubiera tenido costo para los contribuyentes y en consecuencia habría sido una estrategia eficiente. En este programa como en muchos otros, el ahorro, la eficiencia, la integración de los sectores productivos no formaron parte del plan. Lo que interesó fue el gesto de poder. Otros de estos jóvenes dejaron el país al concluir sus contratos y las investigaciones que condujeron durante su estancia partieron con ellos. Es la naturaleza de la investigación estar asociada a la persona que la lleva a cabo independientemente de donde se encuentre.

Viendo todo lo que se ha decidido desde arriba parecería que los creadores del Programa Prometeo se creían verdaderos dioses. De hecho, en René Ramírez y Rafael  Correa, como ejemplos de los planificadores centrales consumados, se puede identificar una metáfora tan antigua como el mito de Prometeo y que arroja luz sobre su comportamiento: Deus ex machina.

La frase latina Deus ex machina, viene de un concepto griego que se traduce literalmente como “el dios desde la máquina” y era un recurso que se utilizaba en el teatro grecolatino para resolver problemas de trama. Cuando esta llegaba a un punto de complejidad que no podía resolverse por sí solo, o cuando se quería que una obra termine de una manera distinta a la que se pensaba que iba a terminar, entraba en escena un dios que usualmente descendía en una pequeña grúa y resolvía el asunto. Todos felices, el conflicto resuelto gracias al dios de turno, la obra terminaba y la gente se iba a su casa satisfecha.

No es de sorprenderse que los gobiernos de corte socialista, en donde se erige por encima de toda la sociedad al gobierno como planificador central y última fuente de resolución de complejidades, imperfecciones e injusticias, se comporten de manera similar: si hay un problema, ya sea el subdesarrollo o la pobreza ¿cómo lo cambiamos? Fácil: desde un solo escritorio porque por eso estamos donde estamos y por eso el electorado está donde está: Nosotros sabemos. Ellos no. Nunca entendieron que el conocimiento, el desarrollo, no se importan, no se pueden comprar. El conocimiento, el desarrollo, siempre cambiantes, siempre envolventes, son el producto de los individuos que lo generan de manera espontánea y no el resultado de la planificación central. De hecho, la planificación central es lo peor que le puede pasar al conocimiento y en consecuencia al desarrollo.

Podemos traer una planta de Tesla, pero el conocimiento, el knowhowdel Tesla, es de quienes lo han desarrollado y se lo pueden llevar cuando quieran. Si lo que queremos es ser un país de obreros y lo que queremos es maquilar los Teslas, o cualquier otra cosa, eso sí se puede y para eso hay formas mil veces más simples que pretender importar PhDs a granel y ponerlos en todas las ciudades chiquitas del país. Pero si lo que queremos es progresar, hay que hacerlo por la vía difícil: dejando que las cosas se hagan de manera orgánica, permitiendo que los individuos actúen de manera libre, creando las condiciones de libertad económica y de seguridad jurídica que son básicas para generar riqueza. El cambio real, duradero, positivo, toma tiempo y no se consigue de la noche a la mañana como si fuera el producto de un gesto de mano de un dios griego.

Jorge Gómez Tejada es Director de Estrategia, Desarrollo Universitario de la USFQ.

7 Comments

  1. El Proyecto Prometeo y Yachay eran buenas ideas, muy loables. Pero Ecuador no estaba preparado para la investigación en ciencias experimentales.
    Problema 1:No hay programas claros de doctorado en Ciencias, no hay programa de becas para llevar a cabo este tipo de estudios. Es importante tener buenos gestores y profesores para que dirijan las investigaciones, pero sin becarios pre-doctorales en los laboratorios, cualquier investigación experimental es inviable.
    Problema 2: No hay empresas de insumos que ofrezcan precios razonables, pueden multiplicar por 100 los precios de los insumos comprados en el extranjero. Los sobreprecios gigantescos y los plazos de entrega pueden ser incluso de años.
    Problema 3: No existe tradición investigadora, cuando un equipo se estropea, las casas comerciales tienen tecnicos que tienen que enviar a solucionar el problema desde EEUU, Brasil o Mexico… con elevadisimo coste que eso supone
    Problema 4: No hay buenos evaluadores en las universidades ecuatorianas. Valoran exactamente igual un articulo en Nature, que un articulo en una revista sin revisión. No todos los trabajos publicados son iguales, ni tienen el mismo impacto.
    Problema 5: En Yachay y en Ikiam, se estudian carreras que no existen en otros paises y desconocidas, creo que se pasaron innovando creando carreras con nombres innovadores, Nanotecnología, Ingenieria Biomedica, Agroecología, Ingenieria en Polímeros…El tejido laboral ecuatoriano jamás podrá adsorber a los alumnos egresados de esas carreras, y esos titulos en el extranjero van a ser dificilmente valorados.
    Problema 6: En las Universidades Emblematicas se presiona y amenaza a los docentes para que aprueben al mayor porcentaje de alumnos posible, ya que la consigna es que la universidad sea una fabrica de titulados, sin importar la calidad de estos.

  2. Fue muy doloroso tener que cruzar las fronteras de mi país para ser valorado. Me fui de mi país como un Fulbrighter a USA con sueños de regresar y trabajar por ecuador como académico. Obtuve mi maestría y Ph.D. en matemática con aplicaciones en el área de EE. La maestría como Fulbright scholar y el Ph.D. como NSF scholar y cuando puse mis ojos en ecuador pues la gente me cerró las puertas. El rector de mi universidad auspiciante en ecuador fue invadido por la paranoia al creer que le iba a “arrebatar” el rectorado. Muy cómico fue. Viendo las puertas cerradas decidí aceptar la posición de catedrático en American University en Washington DC. Una llamada telefónica perturbó mi tranquilidad y es que me enteré que tenía que pagar casi 34 mil dólares en lugar de 19 mil dólares por asunto comisión de servicios. Cómico nuevamente pues la universidad en ese momento fue más una institución financiera antes que académica. Hoy sigo en USA dedicado a la docencia e investigación universitaria y lastimosamente teniendo que agradecer a quienes me cerraron las puertas allá pues eso provocó que varias se abrieran acá. Sigo pensando que es muy doloroso haber tenido que dejar mi país para ser valorado. Por cierto, soy Prometeo y estoy en la base de datos pero eso, eso ya no importa.
    Franklin G.

  3. Muy oportuno su escrito, Dr. Tejada. Hace tiempo que venía pidiendo tratar estos temas donde, para variar, también ha habido corrupción y despilfarro. Veamos algunos ejemplos (ruego disculparme por lo extenso de mi comentario, pues el tema se presta para mucho):

    1) Varios de los PhDs prometeos se pasaron dos, tres, o mas años en el país Y NO PUBLICARON NI SIQUIERA UN PAPER. Hay varios PhDs en las universidades del país que, con la mitad de los sueldos de los prometeos, publican 5 o 10 veces más que un Prometeo promedio de los que llegaron al país.

    2) Algunos de los prometeos (específicamente cubanos) vinieron, entre otras cosas, a cumplir tareas de adoctrinamiento, disfrazando sus actividades académicas con política, pero con al aval y blessing de los políticos en el gobierno.

    3) Varios de esos prometeos consiguieron (no sé cómo) quedarse como profesores en las tales universidades emblemáticas del país (en algunos casos sin concurso) ganando salarios por arriba de los 5000 a 6000 dólares. Hablan de eficiencia, pero no han hecho nada en el gobierno para limitar esos sueldos. Si no están de acuerdo, averigüen cuáles son los sueldos de algunos profesores en la UNAE o en YACHAY. Pregunto, con todo el respeto a los eludidos: ¿Están todos haciendo un trabajo digno de esos salarios? Hay, por supuesto, algunos que se merecen eso y más, pero unos cuantos que no saben si qué es un PhD., pues muestran unos folletos de poca calidad y hacen aparecer como publicación, como si todos en este país nos comiéramos el cuento de que a eso se puede llamar publicación científica/académica (esto me recuerda el pobre CV de un reciente expresidente PhD.).

    4) Ya es hora en este país, y nuevamente con el respeto de todos los doctores (incluyendo aquellos que tienen un título de doctor, equivalente a PhD, pero no un título de PhD), que se los valore por su nivel académico y científico, así como por el área de desempeño. En las universidades de los Estados Unidos, por ejemplo, un profesor PhD en Física, en Ciencia de Materiales o en Ingeniería Agrícola, por mencionar tres ejemplos, tiene mejores salarios que un PhD en Música o en Psicología. Y no es que esté denigrando algunas áreas de las ciencias. Es simplemente que las contribuciones/responsabilidades científicas no se pueden comparar, como tampoco se puede comparar el esfuerzo para alcanzar los títulos en las áreas mencionadas como ejemplos. Por lo tanto, creo que se debe valorar estos aspectos, así como el siguiente:

    5) No es bueno ni saludable para el país que los salarios de los PhD profesores sea el mismo sin importar los resultados. No puede ser que alguien llegue a ser profesor principal en una universidad pública y, de inmediato, se acomoda y no produce nada o produce muy poco, pero recibe exactamente el mismo salario que uno que publica 1, 2, 5 o 10 papers. Me dirán que es injusto medir las condiciones y exigir de igual manera, en lo que esto de acuerdo. Por lo tanto, creo que al menos una fracción de los salarios debe ser por rendimiento y resultados. Es una forma sana de exigir más a los profesores universitarios que actualmente, hay que reconocer, tienen salarios adecuados para el medio.

    6) Por último, en este país se desperdicia a los PhDs. Me explico: Si un profesor PhD tiene un proyecto, más tiempo pasa a veces haciendo trámites y llenando formularios e informes que realizando actividades de investigación. Por supuesto que se debe exigir cuentas claras. Pero no se puede desperdiciar de esa manera la capacidad de los PhDs que tanto han costado a la sociedad/país.

  4. La investigación es una inversión, tiene un costo muy alto, un tiempo de desarrollo muy amplio pero después de terminado el ciclo sus rentabilidad es impresionante por el negocio de las patentes.
    Pasar de ser consumidor de tecnología a ser desarrollador es un salto difícil, demoroso, caro, implica un cambio de mentalidad de la gente.
    Este cambio se ha logrado en otros paises, como los asiáticos por ejemplo, pero siempre ha sido el estado que está detrás de estos programas, enviando a sus estudiantes a capacitarlos al exterior y repatriandolos para que empiecen a generar innovaciónes en todos los campos.
    Algunos países lograron dar el salto de consumidor a productor aplicando políticas de estado extremas, consideradas por muchos como autoritarias, en dónde se limitó el ingreso de tecnologías extrangeras para empezar a satisfacer las necesidades internas con tecnología propia, Samsung es un ejemplo de este proceso.
    Ecuador inicio bien con este proceso, enviando a nuestro talento humano a capacitarse en el exterior y retornándolo después de terminado sus estudios, el siguiente paso era el de conectar las necesidades del país con un ente que desarrolle proyectos científicos tecnológicos, éste ente es la universidad, Yachay debió haber sido la que lleve bandera insignia de este proceso. Hubiese tomado tiempo, una gran inversión pero al final hubiesemos tenido un Ecuador indistrializado, líder en nuestro continente plagado de paises consumidores.
    Lastimosamente en la actualidad este ciclo está destruido, faltó organización, voluntad política, políticas más agresivas por parte del gobierno anterior y el actual convirtió a Yachay en una universidad más,desconectada totalmente de las necesidades del país y dedicada únicamente a repetir lo que se investiga en otros países sin enfoque ni rumbo.
    Perdimos una gran oportunidad cómo país para salir de este estancamiento económico.

  5. Tuve la oportunidad de conocer a tres Fulbright Scholars y lo menciono porque el proyecto Prometeo trataba de imitar a ése pero como casi siempre lo hicieron mal. Los Fulbright Scholars eran profesores-investigadores destacados, ninguno muy joven y tenían años desde que obtuvieron el PhD. y llegaron a universidades ecuatorianas a investigar y a dirigir investigaciones que en algunos casos concluyeron en publicaciones conjuntas con profesores universitarios ecuatorianos o vinieron a dar clases de temas poco conocidos en cursos de postgrado y a profesores universitarios. Después uno de los Fulbright regresó como Prometeo y realizó algo similar. Pero otro Prometeo, un joven ecuatoriano llegó principalmente para asesorar a Alianza País en la preparación de líderes para ganar elecciones y marginalmente dió un curso universitario sobre un tema muy conocido.

  6. Clarísimo… el que tiene oídos (y dos dedos de frente)… lo oye y lo entiende… menos el ecuatoriano común, vivo criollo, vago y aprovechador… que cree en fantasías y milagros de profetas (falsos ellos… como sus creyentes)

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