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El gobierno, rehén de Nebot y la izquierda jurásica 

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El gobierno anunció medidas de fondo para encarar la crisis económica y reactivar la economía. Pero las que anunció, ya se dijo, son parciales y no se enmarcan en un programa económico integral. Peor: Carondelet supeditó la revisión de los precios de algunos combustibles a un diálogo nacional, cuyo resultado ya se conoce: nadie querrá aumento alguno. Y para cerrar el círculo, Richard Martínez, ministro de Economía, negó esta semana que haya un acuerdo sobre la mesa con el Fondo Monetario Internacional para pedir financiamiento a ese organismo. Ante ese panorama, emerge otra vez la pregunta que este gobierno arrastra sin resolver: ¿cómo hará para cubrir la brecha fiscal, pagar los tramos de intereses y deuda pública y enviar las señales correctas a los mercados para que tengan confianza e inviertan?

Es curioso ver el apuro del ministro Martínez para desmentir el escenario contemplado por la revista The Economist –siempre bien informada– que la llevó a escribir que está cerca un acuerdo con el FMI. Y es curioso porque hasta ahora el gobierno ha sido totalmente ambivalente en ese tema. Pablo Campana, ministro de Comercio Exterior, ha evocado desde hace tiempo la necesidad de tener un acercamiento y un acuerdo con ese organismo. Y el propio ministro Martínez, al corregir la información de The Economist, dijo no descartar la posibilidad de acudir al FMI. Cerró la puerta y, al mismo tiempo, la dejó abierta: todo depende, dijo, de lo que ocurra en los mercados. En ese campo, el gobierno, tras haber dejado pensar lo contrario, tampoco ha dicho si pedirá nuevos empréstitos chinos en el viaje presidencial previsto en diciembre, del cual también hará parte el Ministro de Economía.

Si la estrategia es tener todas las puertas abiertas se entiende mal por qué el gobierno nutre la mala fama que se creó el FMI en las últimas décadas del siglo pasado. Porque lo que hay ahora es un uso político de ese marca que poco tiene que ver con sus prácticas actuales. Una prueba: allí donde un experto como Augusto de la Torre habla de la versatilidad con que el FMI encara ahora las relaciones con los países que piden su apoyo, Jaime Nebot (sí, de la derecha recalcitrante) habla de “una receta única para todos los males y todos los pacientes…”. Allí donde Augusto de la Torre, refiriéndose al sentido común que también aplica el FMI, cree que hay que reducir el tamaño del Estado y pasar el gasto público del 44% del PIB al que llegó Correa, a un 28%, Nebot dice que “en vez de reducir el peso del Estado obeso, le ajustan el cinturón al pueblo y a los productores y los obligan a pagar la farra de quien no enmienda su gula”.

Es evidente que Nebot, como la izquierda más jurásica, hacen política electoral con el FMI. Eso les permite presionar al gobierno, endosarle todas las consecuencias de la crisis económica y aceitar, blandiendo prejuicios y catecismos de soberanía barata, sus campañas políticas. ¿Qué hace Nebot y esa izquierda que, en su momento, apoyó al populista autoritario, con la factura del Estado que engordó el propio Correa? ¿Cómo lo desengrasan? ¿Qué hacen con esos miles de burócratas que se volvieron funcionarios con el carné de Alianza País? ¿Qué hacen con los subsidios a los combustibles que se llevan cerca de 3600 millones de dólares y que es urgente focalizar? ¿Cómo proponen pagar la deuda? ¿Con qué plata piensan hacer política social? La respuesta: hacen política. Es decir, respetan el statu quo porque si lo violentan tendrían que hacer olas y eso no les conviene porque están en campaña electoral.

Esa es la encrucijada en la que se encuentra entrampado el gobierno. Por eso un día un ministro deja entender que sí harán un acuerdo con el FMI y, días después, otro ministro lo desmiente. O dice lo mismo y todo lo contrario. En realidad, el problema no es ir o no ir al Fondo Monetario Internacional: es poner en orden la economía y repartir –protegiendo a los más pobres– la monstruosa factura que dejó el gobierno de Rafael Correa. Además de crear condiciones estructurales (no favores ni canonjías)  para que el sector privado asuma el papel de motor de la economía y el Estado se dedique a regular y cuidar el interés público. Ese no es por lo visto el interés ni la urgencia de Nebot y la izquierda jurásica. Por eso, agitan el avispero del FMI y presionan un gobierno que, rehén de esas fuerzas, luce tetanizado: ni articula un plan integral para poner en orden las cuentas públicas ni hace un acuerdo con el FMI.

Foto: Presidencia de la República

10 Comments

  1. Es curioso como el Gobierno se me parece una montaña rusa que sube, sube, sube… en medio de de la angustia de los ocupantes por lo que les vendrá en poco tiempo y luego baja, baja, y baja… a toda velocidad, con los pobres conteniendo la respiración y pensando angustiados en que terminará la bajada, o en una nueva subida o en la mismísima mierda.

  2. La crisis económica del Ecuador no tiene una causa estructural “per sé”. Mas bien tiene que ver con la calidad e inteligencia demostrada por sus principales actores políticos, cómplices y encubridores, a la par de la ignorancia supina, indiferencia y quemimportismo de las grandes mayorías que solo despertamos cuando el paquetazo -es decir el garrotazo- lo sentimos como una fuerza brutal ahí donde terminan nuestras espaldas.

  3. Buen análisis, pero la izquierda no es parte de la toma de decisiones, lo que hemos hecho es expresar nuestras opiniones, que tampoco han sido escuchadas; a diferencia de Nebo y la derecha no solo han dado opiniones, sino que con Martínez, Campana y tantos otros subidos en la plataforma de las Cámaras empresariales, están conduciendo la camioneta del gobierno. Hay que precisar esa diferencia.

    • No se que tiene que ver Nebot en este artículo. Él opina como muchos ecuatorianos. Y por supuesto que hay que reactivar la producción y fortalecer el sector productivo, solo así se sale adelante como país

    • Estimado Salvador,
      Gracias por leernos y comentar en este medio. No creo que usted haga parte de la vieja izquierda dogmática y jurásica. Si algo lo caracteriza es su sentido común, su sensibilidad social, su agudeza política y su deseo de modernizar la izquierda. No cabe, en este artículo, hacer la diferencia que anota por una razón: ¿Cómo llama usted las fuerzas sociales que manifiestan para que no suban la gasolina súper a las personas que usan carros de alta gama? ¿Cómo debemos entender la oposición a focalizar los subsidios, cuando es obvio que hay capas enteras de la población que pueden asumir los costos reales de combustibles o servicios y otros que deben ser protegidos? Esta confluencia de la vieja izquierda retrógrada y la vieja derecha recalcitrante construye una alianza fatal para la sostenibilidad de dos factores que personas como usted y medios como este afirman y defienden: la necesidad de desarrollar el país y diseñar políticas sociales focalizadas para que los más desfavorecidos tengan apoyos en la tarea de salir de la pobreza. Cordial saludo.

  4. Es el populismo más cínico y perverso, de quienes se esperaba una postura de futuros estadistas, es tal grado de podredumbre ,que nos sorprende el pápa , no haya estado bendiciendo la cena de maduro con el carnicero de Estambul y tepartiendo crucifijos, sin ver al pueblo crucificado de Venezuela.

  5. No hace falta el FMI, ni tampoco pretender ser más racional y menos politizado, cuando la plata en realidad sí está – pero nadie lo quiere tocar ni conseguir!

    “A la fecha: el sector privado debería al Estado, solamente por impuestos no pagados al SRI 4.291 millones de dólares,-sin considerar intereses- cifra equivalente al 61% del déficit fiscal del Presupuesto del Estado del 2018, que se pretende eliminar (estimado en 7 mil millones de dólares). Se desconoce el monto al que ascenderían el resto de remisiones contempladas a lo adeudado a empresas públicas, gobiernos autónomos descentralizados, a la Superintendencia de Compañías, al Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas, al IESS…”.
    “Según estudios realizados por el CDES, la carga tributaria sobre las ventas de los 110 grupos económicos más ricos del país fue del 2,9%, en condiciones en que estos 110 grupos económicos fueron los mayores beneficiarios del crecimiento y de la estabilidad económica experimentada durante los últimos 10 años”, señala Wilma Salgado.

    Fuente: SALGADO, Wilma, 2018: “Paquetazo para toda una vida. Ley Orgánica para el Fomento Productivo

  6. José, tanto la izquierda como la derecha, usan la demagogia política para patear los problemas hacia adelante y ganar tiempo para agarrar la torta. No proponen soluciones creativas y sistemicas, bajo una lógica ganar-ganar. El problema del gobierno es la escasez de dólares y no sabe cómo obtenerlos; sin afectar su situación política, a través de la pérdida del respaldo popular. Los economistas ortodoxos no se dan cuenta que el dinero real no es una mercancía que se compra a la banca privada de los Estados Unidos, a altos intereses. Es real que tenemos deudas en dólares y que hay que pagarlas en la misma moneda, dólares. Pero los dólares no se los obtiene solo vía préstamos y reducción de gasto público. Hay otras maneras, lícitas, de obtenerlos. Y en esto radica la creatividad. Para producir abundancia agropecuaria no se necesitan dólares; se necesita lo que Dios nos ha dado: tierra prodigiosa, semillas, fertilidad animal, mano de obra y cualquier moneda focalizada en tiempo y espacio, sincronizada su existencia al ciclo productivo y respaldada por el Poder de Honor Ciudadano, liderado éste por un Presidente, también, con Poder de Honor Ciudadano.

  7. Buen análisis. Nebot aplica la receta que tenía planeada Correa para el 2021: presentarse como el nuevo salvador del desastre “causado” por Moreno. Es escalofriante pensar que podemos caer en garras otra versión de Correa, solo que este dirigió los escuadrones de la muerte de Febres-Cordero en el Guayas, y esa experiencia la puede replicar a escala nacional si llega al poder. Fingir ahora que el FMI es lo peor, para en la presidencia ir corriendo a lustrar sus zapatos con la lengua, es algo que Nebot, Moreno, Lasso, Gutiérrez, Bucaram y cualquier político van a hacer. No nos engañemos.

    No va a haber otra salida que ir al FMI y al BM, nos guste o no, pero si pedimos prestado plata para seguir manteniendo a expresidentes criminales en Bélgica, a centenas de asambleístas vagos e innecesarios, y a ciber delincuentes en misiones diplomáticas, de nada van a servir los préstamos. Además, los ecuatorianos no nos queremos responsabilizar y asumir las acciones necesarias para sacar a nuestro país adelante, por lo que tampoco va a servir de nada que nos hechen una boya económica.

    Los gobiernos que hemos tenido nos han arruinado (en particular el de Correa), pero a menos que TODOS arrimemos el hombro cuando toquen las medidas económicas serias que nos imponga el FMI o BM, el país se va a acabar de ir al escusado. Muchos estarán pensando que eso no les toca o como evadir responsabilidades, y mientras tengamos esa actitud de “viveza criolla” o “ese no es mi problema”, el país va estar condenado a la miseria y a los cuenteros de turno. Depende de todos aguantar el golpe y sacar a flote al país.

    • Es un análisis lógico de nuestra realidad social y económica Lastimosamente y de manera progresiva nos quitaron la capacidad de reaccionar y nos sometieron a la dictadura del voto con la que los buitres políticos acabarán con nuestro crédulo país.

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