El panorama político se complica para Guillermo Lasso. La irrupción de Jaime Nebot, como seguro candidato presidencial, abre otro frente en sus expectativas, públicas y reiteradas, de terciar en las elecciones presidenciales de 2021. Lasso tiene que ser oposición y, al mismo tiempo, ser propositivo: un guión en el cual no se le ve cómodo.
Lasso tiene un enorme problema que no ha superado: está convencido de que perdió tramposamente la Presidencia de la República. No reconoce, en consecuencia, legitimidad alguna al poder del actual Presidente. Lo acaba de recordar, tras su operación en la columna, en una entrevista con Jaime Baily en Miami (ver video). Esa cuenta pendiente incide en forma decisiva en su estrategia política. Le impide reconocer el valor y la dimensión de la ruptura que hizo Lenín Moreno con el correísmo. En su visión sobre este gobierno, Lasso ha oscilado entre dos percepciones: se trató de un tongo (al comienzo) y la certeza (actual) de que con Moreno no hay cambio. Se equivocó en la primera y la segunda, aunque pululan los hechos que le pueden dar la razón, niega un factor político esencial e insoslayable: Moreno es el autor de un quiebre decisivo en la dinámica autoritaria de Correa. Lo es. Así no haya profundizado y articulado (quizá nunca lo haga) los procesos político y económico que de allí se derivan.
Lasso no hace ese parteaguas. Se nota en la dificultad evidente que tiene para caracterizar al gobierno de Moreno. Con Baily habló de “la pequeña distancia” que hay entre Moreno y Correa. Sí dijo que a Correa le salió el tiro por la culata (porque no pudo tener un títere en Carondelet) pero agregó, inmediatamente, que le salió “una bala de salva”. En el fondo, el líder de CREO reconoce que Ecuador vive un proceso de transición, pero en vez de poner el acento el proceso que esto conlleva –proceso trunco por cierto en el plano institucional, jurídico, económico…– sigue ajustando cuentas con su contrincante. Esto mientras su grupo parlamentario está ocupado en temas que no subrayan una preocupación particular de su partido por el contenido y el rumbo que el Presidente y el gobierno dan a la transición.
El problema de Lasso es de GPS y se traduce en un interrogante: ¿dónde pararse? ¿Y dónde pararse ante un gobierno que privilegió desde que llegó, y cultiva con esmero, una relación intensa y casi exclusiva con el socialcristianismo? Al punto de que muchos amigos del gobierno o aliados políticos del morenismo ironizan cuando se les pregunta si son conscientes de ser un gobierno de transición. ¿Transición, preguntan, al PSC y a Jaime Nebot?
Lasso no cuenta para el gobierno (le confesó a Baily que Moreno solo lo ha llamado una vez para agradecer su posición en el caso de alias Guacho) y sobra en el camino que Nebot se ha trazado para llegar a Carondelet: los dos supuestamente representan la misma tendencia. En su panorama, Lasso además ve un país que, como la Unión Soviética tras la caída del Muro de Berlín, se deshace y es objeto de reparto entre mafias de todo tipo. Eso también lo dijo en la entrevista con Baily. Dicho de otra manera, Lasso no comulga con este ambiente de optimismo beato que reparten algunos asesores del Presidente. En ese marco, su problema ya no es solo de perfil y de tono pues navega entre un Presidente bonachón y un dirigente político conocido por su estilo fuerte de liderazgo. También es de estrategia ya que se opone a un gobierno débil que se apoya políticamente en el socialcristianismo, entre otras fuerzas. Si reclama decisiones y si dice al Presidente que no sea tibio (sumando su firma, por ejemplo, a la de otros presidentes para denunciar a Maduro ante la Corte Penal Internacional), tiene que estar dispuesto a aperturas. Y, a la vez, tiene que ser suficientemente creativo y pragmático para singularizar desde ahora su propuesta del postcorreísmo en el gobierno y del modelo de Guayaquil que Nebot promocionará, como su mayor bandera, de cara a la elección del 2021. Entretanto, claro, se medirán en las elecciones del 2019…
Lo dicho: el panorama político se complica para Lasso.
Foto: El Telégrafo.
¿En dónde debe pararse? El Señor Lasso tiene la oportunidad de dejar de ser un liberal a medias, dejar la curuchupería, abrazar nuevos paradigmas sociales y económicos.
El señor Guillermo Lasso muestra claramente no ser político ni estar contaminado de todas mañoserías calculadoras que los “políticos profesionales” utilizan para subir en las encuestas y ganar votos.
Ecuador necesita líderes NO contaminados capaces de tomar decisiones sin “cálculos” políticos que de una vez por todas consiga enrumbar a nuestro abusado y sufrido país por un camino seguro y estable de respeto, disciplina, honestidad y progreso donde TODOS los ecuatorianos seamos recompensados justamente en base al esfuerzo individual realizado.
En pocas palabras no hay que inventarse el agua tibia ni continuar creyendo en charlatanes oportunistas quienes muy bien saben cómo “mantener al pueblo CONTENTO y con ESPERANZAS”
Ecuador necesita de gente TRABAJADORA que pueda fácilmente demostrar que es posible lograr éxito y prosperidad TRABAJANDO con honestidad y sacrificio.
Basta de políticos corruCtos, PRESO correa PRESO!!!
Yo comparto la posición de Guillermo Lasso sobre muchos aspectos: primero, su lectura sobre el fraude descarado que pusieron en práctica tanto MAMELUCO CORREA como el cuentero del trencito para que este último asuma el poder y tape la corrupción de su jefe y demás cómplices; el fraude no fue un mito, fue una realidad, y tanto es así que un allegado directo del licenciado, el esposo de María Fernanda Espinosa lo expuso en una reunión del partido alianza país y que pasó con este caballero? Lo llevaron a la Asamblea para que ratifique o rectifique sus aseveraciones? Nada de eso, lo que hicieron fue sacarlo de Carondelet aprisa para que se refunda en su país hasta que su consorte sea elegida presidente de la ONU y viva como un rey en New York y Lasso tiene todo el derecho de tratar este asunto cuantas veces lo crea necesario.
Sobre el conflicto que puede crear a Lasso la candidatura de Nebot a la presidencia, pues yo lo veo como insignificante; Nebot arrastra mucho lastre en su contra, primero su pasado en el gobierno nefasto de Febres Cordero, donde fue actor preponderante en la eliminación a sangre y fuego del grupo guerrillero Alfaro Vive y es posible que en su tierra natal se hayan olvidado ese asunto, pero no en el resto del país; luego su escandalosa y prepotente actitud en el Congreso Nacional.
Pero eso es lo de menos comparado con su acercamiento al licenciado, que cada vez baja más en las encuestas y que en su desesperación por subir, sale con la barbaridad del proyecto tren playero; Nebot está en tremendo dilema: si no pone distancias AHORA con el licenciado, su pretensión de ser presidente se terminó, y si milagrosamente se declara en abierta oposición al régimen, no podrá desvirtuar su compadrazgo con Moreno, sus coincidencias, consejos, imposiciones y otras perlas; creo sinceramente que la candidatura de Nebot no afectará para nada a Lasso.
Hay muchos ilusos que creen que Moreno está terminando con el correismo, nada que ver, el licenciado se trabó en una guerra personal contra su ex jefe (las verdaderas razones sólo ellos lo saben) para enterrarlo políticamente, y lo está logrando, pero de allí a terminar con el correismo hay una enorme distancia, primero porque en el inicio de su mandato se rodeó de muchos incondicionales a Correa, y estos han desertado en unos casos por la “traición” al jefe de la banda, otros se fueron porque el loco del ático lo ordenó pero ninguno de ellos porque así lo haya dispuesto Moreno, salvo en el caso del asesinato de los trabajadores del diario el Comercio, donde la canciller se declaró loca para permanecer en su puesto porque ella tenía otros planes. Y para que no haya dudas al respecto, ordenó a los alzamanos que nombren vicepresidenta a una mujer 100% correista y furibunda admiradora del asesino venezolano y que si ahora cambió algo su discurso, no es por convicción sino por oportunismo para que toda su familia continúe lucrando del Estado.
Lo mismo sucede con los asambleistas verdes: se dividieron sólo por conveniencia y tanto es así que cuando la oposición ha pretendido fiscalizar a uno de los suyos, cierran filas para protegerlo a todo trance.
Terminar con el correismo y la corrupción? Ni en sueños.
Que puedan haber dos candidatos liberales, ocupando el mismo espacio político y disputando el mismo electorado, es dar papaya a la corrupción y oportunismo de los izquierdosos. Será que Nebot y Lasso, lo entienden antes de que sea tarde?
He aquí una muestra de como ir posicionando en la mente del consumidor dos alternativas en la forma , en el fondo son los mismos y buscan lo mismo , asegurarse el poder a costa de los mismos ilusos. Deberíamos también proponer abrir la política según los estándares internacionales, según aquellos países en donde sus políticos no tuvieron un pasado con el saqueo y el robo , dar competencia para reducir su voracidad .
Luego de los balazos que se anda pegando Nebot en la pata (lo de Morales, Zambrano, su cercanía a Moreno y los otros APs tapiñados, etc ), creo queLasso debe convertirse en el candidato natural de la centro-derecha. Ya basta de experimentos ” izquierdosos y sociolistos”.
No se si Lasso tiene la estrategia correcta para posicionarse y demostrar contundentemente ser el líder que necesitamos para los próximos años, eso lo demostrarán las próximas elecciones pero debemos reconocer que no miente cuando dice que Moreno es ilegítimo cuando actualmente tiene menos del 40% de aceptación y sigue bajando.
Nebot, su principal rival tampoco muestra ninguna ruptura real con el gobierno porque dice no ser sectario pero más bien parece ha recobrado la vieja tradición del PSC de hacer pactos de la regalada gana con quien le asegure poder.
Muy buen artículo. Tan solo añadiría que Lasso, supongo debido a su reposo tras la cirugía de hace unas semanas, se lo percibe distante del quehacer nacional.
Se escucha en cada reunión que uno asiste, el comentario que si Lasso hubiera sido presidente, no se habrían dado los cambios y la partición de APes que, aunque le pese a muchos mal llamados oposición, los ha llevado a cabo Moreno.
No se percibe a un Lasso tomando partido, sin estrategia definida…muy acomodado a la situación.
Y para rematar, aparece el 9 de Octubre, con un discurso frontal, gritando, modalidad futuro candidato, un Nebot con su “no es un adiós, es un hasta luego” porque tienen líder para largo!
Y ahora?
Momento de reflexión y para ver si el país y sus políticos aprendieron algo tras 10 años de oscurantismo. O se apoyan, dan un paso al costado…o se sacan los ojos sin siquiera haberse medido en las próximas elecciones seccionales.
Vaya vaya.. debo resaltar el hecho que es un alivio leer posiciones lejos de los apegos ideológicos o personalistas. El Ecuador es un trofeo por el cual se disputan políticos con muchos vicios e hicieron sus fortunas sin beneficio de inventario , auspiciados por algunos medios propagandísticos que los muestran impolutos y como únicas alternativas. Lo mejor para estos potenciales candidatos es que se mantengan tras bastidores y sigan gobernando para sus grupos con otras caras , es decir , que no cedan ante los deseos de sus propios egos . Aquí mismo se reconoce de algún modo esa intervención en muchas decisiones del el gobierno actual.
Lo mejor que le podría ocurrir al Ecuador, después de la debacle correísta, es llegar a un consenso sobre los objetivos permanentes del país trazando una ruta para los siguientes viente años. Con la ruta trazada un grupo de políticas inmutables que se consoliden en el tiempo y un plan que precise las soluciones para remediar la crisis institucional y económica en el tiempo que fuera pertinente. El tiempo de Moreno debería constituirse en la tan mencionada etapa de transición. como en el Chile de los años 90´s y los líderes políticos que se adhieran al proyecto, esperar su turno para ejercer el período administrativo de la etapa del plan que le toque ene turno. Así, no tendrían que estar boicoteando las candidaturas que pueden ser valiosos aportes para la democracia. El Abogado Nebot ya lleva varias campañas presidenciales en ese papel, con propuestas de unidad bajo sus propios términos y queriendo capitalizar el millón de votos que tiene en Guayaquil, que no les son suficientes en ele ámbito nacional. En definitiva, madurez política!
Si Lasso persiste en su actuación de mero espectador que reacciona a los actos de los demás no ganará seguidores. Si no logra demostrar que es una opción distinta a la demagogia, el revanchismo y la componenda de siempre nunca será presidente. Y si sigue dando señales que el modo de llegar le importa menos que llegar no valdrá la pena votar por el. Mientras tanto, su falta de iniciativa, su ambivalencia ideológica y su maquiavelismo político lo mantendrán lejos de Carondelet.
Es una lástima, pues parece que sus intenciones de mejorar la eficiencia de la cosa pública son sinceras.
Muy equilibrado y objetivo su artículo. Buen periodismo. Es encomiable cuando no toma partido por nadie, y analiza todo fríamente.