De los 28 documentos que fueron desclasificados por la Cancillería, sobre la naturalización de Julian Assange, cuatro (del 18 al 21) sirven para probar la osadía de María Fernanda Espinosa y sus funcionarios. Osadía que termina envenenando las relaciones con Gran Bretaña. Este capítulo empezó el 20 de diciembre de 2017, cuando la embajada de Ecuador en Londres presenta al director de protocolo del Foreign Office, mediante una simple nota, a Julian Assange como el nuevo consejero político de la misión diplomática de Ecuador en Londres. Cualquiera imagina la sorpresa que se debieron llevar esos duchos diplomáticos: el hacker, que había sido requerido por la justicia sueca por violación y por la policía británica, por violar disposiciones de un juez sobre prisión domiciliaria, Ecuador lo convierte en diplomático. En su propia capital.
La respuesta llega al día siguiente: el Foreign office en tres párrafos informa a la embajada que a la luz de las circunstancias (Assange asilado en la embajada), no puede considerar a Assange como miembro de la misión ecuatoriana. Su nombre es rechazado. Así dura horas el sueño de María Fernanda Espinosa de engañar como niños de pecho a los diplomáticos ingleses. Hasta aquí esta historia era conocida y 4Pelagatos la contó, en forma exclusiva, en su momento.
Lo que no se conocía es la respuesta que dio la Cancillería, manejada por Espinosa, a la negativa inglesa de reconocer a Assange como diplomático ecuatoriano. Su nota, enviada el 22 de diciembre, está completa: es el anexo 20. Lejos de acusar el golpe con discreción diplomática y hacer un retiro honroso, Espinosa y sus asesores persisten y, haciendo alarde de una falsa soberanía, tratan de acomodar la realidad a sus deseos. Por supuesto deploran que la acreditación de Assange haya sido negada. Y, como si estuvieran en una sabatina, se atreven a afirmar que la Cancillería inglesa lo ha hecho “sin aportar elementos y o fundamentos que justifiquen dicha decisión”. Como si no hubieran leído en la nota inglesa que Assange “no goza de ninguno de los privilegios e inmunidades bajo la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas”. Como si Assange no llevara (en ese momento) cinco años y medio encerrado en las oficinas de la embajada ecuatoriana en Londres. Como si él no fuera considerado como un delincuente por la institucionalidad estadounidense. Como si, en fin, los diplomáticos ingleses pudieran prescindir de las decisiones de la justicia de su país. Pues al margen de todo esto, Espinosa sostiene en su nota que Assange “reúne las condiciones necesarias según la legislación del Ecuador” y que sobre él “no pesa impedimento alguno que lo inhabilite para desempeñar el cargo encomendado.” Y que, por lo tanto, “no existe justificación que impida su acreditación como tal en Gran Bretaña”.
Espinosa en su atrevimiento (vergonzoso para el país a la luz de las circunstancias), no solo da lecciones de soberanía a Inglaterra: le informa que el nombramiento de Assange, como diplomático, le otorga un nuevo estatus. Ya no es asilado: ahora es una “persona internacionalmente protegida”. Como si aquello pudiera cambiar alguna cosa para Assange y la Justicia inglesa. Así, lejos de atenuar la afrenta que a nombre de Ecuador pretendió hacer a Inglaterra, profundiza el diferendo diplomático con Londres. Ella, que quiso engañar a sus pares del Foreign Office, interpreta su negativa como “un acto contrario al principio de buena fe que debe regir las relaciones según la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas de 1961” y la “Convención sobre la prevención y Castigo de delitos contra Personas internacionalmente protegidas”. Además les previene que, de no acreditar a Assange, “se trataría de una vulneración a una decisión soberana del Estado Ecuatoriano”. Tal cual.
La osadía de María Fernanda Espinosa no puede haber sido mejor plasmada. Su nota, de siete puntos, fue enviada a la embajada de Londres en Quito con el pedido expreso de que fuera dirigida al Foreign Office. La embajada británica le respondió el 28 de diciembre y ni siquiera se dio la pena de tomar en cuenta el alegato de la Cancillería. En tres líneas, le recordó que la posición de Gran Bretaña fue expresada en la nota del 21 de diciembre en la que negó la designación de Assange como diplomático en Londres.
Una verdadera cachetada para la Cancillería que montó esta tramoya para sacar a Assange (que pensaba refugiarse en Rusia) y tuvo que desmontarla (como si se tratara de borrón y cuenta nueva) apenas comprobó su total fracaso.
Foto: fotomontaje 4P.
Vea los documentos desclasificados aquí:
POSORJA
Los sucesos en FFAA y PN, eran predecibles. El castro-narco-comunismo lo primero que corrompe, es la fuerza pública. Los mandos conocían las consignas del Foro de Sao Paulo para América. No reaccionaron frente al ascenso de un imbécil, antipatria. En otra época, impidieron a Asaad Bucaram ser presidente. Ahora, ante el narco-comunismo fueron complacientes, no se opusieron a la falacia que pretendía tomarse el país. Si lo hacían a su debido tiempo, el pueblo no hubiese votado por esa nefasta opción. Callaron, se acomodaron, cuidaron sus ascensos y retiros. Ahí están las consecuencias. Deben reaccionar: exigir se expulse del poder, a los narco-comunistas que siguen destruyendo la institucionalidad democrática. Hoy, la complicidad se viste de ineptitud: Min.Interior verifica grillete, mientras el reo informa que escapó; Callar no es disciplina, es aberrante sumisión a un poder espurio que debe ser expulsado, para recuperar el honor militar mancillado. El ajusticiamiento en Posorja nos demuestra que nos están arrinconando con tanta corrupción, abuso e impunidad. Hemos agotado todas las instancias pacíficas y jurídicas: reclamo, paro, movilización, plantones, denuncias, enjuiciamientos; y no vemos resultados: los delincuentes son absueltos, o los enjuician por delitos menores, los excluyen de los delitos graves; hay casos en los que a la víctima le obligan indemnizar al victimario; en otros casos, más tardan en arrestar a los maleantes, que éstos en salir libres y transformarse en amenaza para los denunciantes. Nos quedamos sin alternativas, ante una organización criminal que tomó las instituciones estatales para corromperlas, saquearlas, volverlas indolentes, generadoras de impunidad. Nos están obligando a hacer justicia con mano propia.
Orlando Amores Terán:.
Indignante, que una grotesca ignorante fanática , Castro chavista putinista haya deliberadamente pisoteado, leyes, reglamentos y la misma Constitución para proteger a un delincuente, atendiendo a intereses extranjeros y no los intereses del Ecuador. Su pésima gestión debería ser fiscalizada y condenada por traición a la patria.
Ya rebuznó el “cónsul narváez”para sumarse a la defensa indecorosa del delincuente de la embajada .
Todos estos que se creen predestinados a salvar la patria,tienen feo fin,deben autoexilarse y rumiar su derrota sin su familia ,ni a funerales de sus íntimos pueden asistir,
ESTE ES EL PROBLEMA MAYÚSCULO QUE TIENE EL ECUADOR, AL DESIGNAR EN CALIDAD DE CANCILLERES A TIPOS DESPRECIABLES E IGNORANTES DEL DERECHO INTERNACIONAL, QUE DE PASO ES UNA ESPECIALIDAD DE LAS CIENCIAS JURÍDICAS, NO DEBEN, NO PUEDEN SER CANCILLERES DEL ECUADOR, GENTE COMO LA ESPINOSA, EL PATIÑO, EL LONG, Y ASÍ UNA LARGA LISTA DE JUMENTOS QUE NOS HACEN CAER LA CARA DE VERGUENZA A LOS ECUATORIANOS… EN TÉRMINOS GENERALES Y EN PARTICULAR A QUIENES TENEMOS FORMACIÓN JURÍDICA…
Ya va JORGE GLAS para sacarla A PATADAS….carajo……
Verguenza nacional la triste actuación de la Sra Espinosa al frente de nuestra cancillería ; realmente que bajo caímos como país en la década robada .
Algún articulo sobre los cobros indebidos de la banca privada a los cuenta habientes?