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Ciertos periodistas son como los taxistas

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Una declaración del asambleísta Jorge Corozo (en la foto) provocó una tormenta entre los periodistas. Y mostró que también en ese mundo hay nostálgicos del siglo pasado y partidarios del cambio. Un escenario parecido al que hay entre taxistas y defensores de Uber y Cabify.

Corozo es el presidente de la comisión que tramita las reformas a la Ley de Comunicación; una comisión que mantiene en esa Ley parte de la letra menuda y también esencial de la visión correísta. Pero ayer, 29 de noviembre, el asambleísta Corozo dijo que en la Ley desaparecerá la obligación de tener un cartón de periodista para ejercer este oficio. Y eso suscitó debates en los chats de periodistas, una ola de reclamos enardecidos y un pronunciamiento (ya habrá otros), esta vez de la Federación Nacional de Periodistas (Fenape). Los partidarios del cartón para poder ejercer el oficio llegan al extremo de preguntarse (como hacen los taxistas con el número de cupos) qué harán –si desaparece esa obligación– las 29 escuelas de periodismo públicas y privadas. También dan cursos de periodismo acelerado al asambleísta partiendo de la premisa que este oficio es una ciencia…

Los defensores de cartones hacen énfasis en el oficio y sus herramientas, ignorando por completo lo que es fundamental hoy en la comunicación: el conocimiento. Creen vivir en un mundo en el que el periodista pretendía saber de todo, solo porque su trabajo era oír a cualquier fuente y reproducir lo que oía. No dan paso al mundo contemporáneo en el cual la sociedad es una suma de nichos específicos que buscan información calificada, mediada por personas que la puedan evaluar y explicar. Y esas personas pueden venir del periodismo (gracias a su vocación, formación o aplicación) o de cualquier otra profesión a la que se puede sumar un aprendizaje rápido de técnicas para comunicar. Es inaudito no entender que los temas económicos pueden ser mejor tratados, y mejor explicados, por economistas que por los periodistas toderos de antaño. Igual sucede con urbanistas, científicos, abogados, agrónomos, médicos… De hecho hay revistas especializadas prácticamente en todos los campos. Igual que medios digitales. O secciones en los medios tradicionales en los que se requiere un alto nivel de conocimiento específico. Esa competencia es sana y provechosa en los medios porque eleva la calidad de la información que es, a la postre, lo que buscan los consumidores de información. Hoy no valen los cartones; valen las firmas y el conocimiento que las singulariza. Por eso el argumento según el cual si suspenden el cartón para trabajar en un medio, cualquiera podrá comunicar como lo hace en las redes sociales, es tan falaz como absurdo. Podrá comunicar cualquiera que sepa mucho sobre algo y sepa comunicar. Y esa elección la hacen los medios; no un burócrata revisando cartones de graduados en periodismo que, en muchos casos, saben muy poco y de ese poco muchas generalidades.

El anuncio del asambleísta Corozo, si lo materializa en la ley, es una buena noticia para el periodismo ecuatoriano: acaba con los mitos centenarios defendidos por viejas cofradías. Ya es hora de transformar esa carrera en las universidades mezclando técnicas de comunicación con conocimiento especializado. Ya es hora de entender que el periodismo, en los grandes medios o en unidades digitales de comunicación, tiene que suplir las expectativas de comunidades segmentadas de la sociedad. ¿Hay mejor director de una revista de autos que un ingeniero mecánico automotriz? Este hecho es de una obviedad meridiana y se aplica en cualquier campo: Discovery Channel contrata a un astrofísico, Neil deGrasse Tyson, para hablar del cosmos con la propiedad que su conocimiento le permite. El periodismo ya está en ese espacio en el que el conocimiento y el talento, unidos a técnicas para comunicar y a la tecnología, producen firmas que generan convocatoria, credibilidad y tráfico. Los gremios ecuatorianos se equivocan al pensar, como los taxistas, que con presiones, amenazas o blandiendo viejas leyes, pueden mantener al periodismo bajo su control. A los medios contemporáneos y, más aún, a los consumidores de información, les tiene sin cuidado los títulos y los cartones. Quieren leer temas bien fundamentados, esclarecedores en su terreno y, por supuesto, muy bien escritos.

En este punto, el asambleísta Corozo sí pegó centro.

Foto: Asamblea Nacional.

32 Comments

  1. Según J. Hernandez la formalidad de los estudios orientados a profesionalizar el oficio periodístico es un error. No es de sorprender, en latino américa no nos gusta estudiar mucho. Ojala esto no lo quieran aplicar a la medicina e ingeniería. En el mundo actual el conocimiento también cuenta.

    • usted Alex, sí sabe tergiversar lo que se escribe. Eso le ayuda a creer que se queda con la última palabra, pero no ayuda, en absoluto, a que tengamos una esfera pública boyante con muchas ideas y argumentos y capacidad de discrepar siendo intelectualmente honestos: es decir, reconociendo lo que el otro dice, no tergiversando.

  2. Estoy muy de acuerdo con us Doc.Hernandez y yo soy tan solo un Artesano que si diferencia lo bueno y lo malo del periodismo.

  3. He leído sus respuestas a comentarios que van contra sus criterios Sr. Hernández y la verdad no entiendo como va tanto en contra del gobierno anterior si su mentalidad es ídem. No se le puede argumentar que el periodismo es una Carrera de Tercer Nivel, porque es ir contra el motivo de su artículo. Realmente decirle a ud.que las verdades que explica aquí son de perogrullo ha sido ir contra la verdad. No Sr. La mediocridad no forma parte del pensar y sentir del hombre ecuatoriano, nuestro progreso vendrá de sacarnos estos subdesarrollos y buscar, ojalá, periodistas especializados en tantas áreas del saber humano. Acompañado de criterios de profesionales, pero respetando los conceptos y saberes que sólo una praxis puede garantizar.

  4. Hace unos unos días envié un comentario que no fue publicado por el portal. Escribo de nuevo sobre el tema. Es verdad, existen actividades y producciones humanas que no necesitan de la academia Algunos ejemplos, la pintura, la poesía y un largo etc. Pero un poquito más con lupa: no es lo mismo ser intérprete de un género musical que un compositor porque en la realidad el 99.99 % de los artistas que suben al escenario a deleitarnos con sus voces jamás habrán escrito una canción y plasmado en una partitura porque para eso se requiere del conocimiento científico musical. Otro ejemplo, hay poetas callejeros que jamás plasmarán en una obra el torrente de sus sentimientos y emociones porque carecen del conocimiento morfo sintáctico de la lengua en su parte escrita. Ahora vayamos al tema que nos atañe, el periodismo. Si tomamos al periodismo como una profesión donde lo más importante son las cualidades personales, como las habilidades comunicativas, sí, no habría el porqué ni para qué forzar el debate. En la práctica, si el periodismo se limita solamente a la tarea de presentadores en la televisión, lectores de las noticias en las radios y un poco de ridiculeces para las noticias de la farándula estaríamos más que servidos. Por eso Carlos Luis Morales, fue por años el presentador estrella de la RC en TcTelevisión. Hasta la Veneno Torres con sus chillidos guturales hace periodismo de farándula en el mismo canal. Pero no es así. Para el ejercicio pleno de la profesión del periodismo, aparte de las cualidades personales como la inteligencia, las habilidades comunicativas, la ética, se requiere además, el conocimiento deontológico y científico del mismo periodismo y especializarse en uno o más campos del saber. Para dedicarse a la prensa escrita, el periodista debe conocer casi a profundidad la morfosintaxis de la lengua escrita. Sobre todo conocerf el campo de la investigación, procesamiento de datos y análisis de los mismos. En resumen, para dedicarse al periodismo no sólo se necesita de la buena voluntad y la verborrea. Por eso el impresentable del ático belga andaba vapuleando a los periodistas y entrevistadores con su lengua larga que hacía aparentar que ante sí tenían un genio de la economía. La principal herramienta de un buen periodista son los datos, sin ellos, es querer pasar el río sin saber nadar en la práctica.

  5. Las universidades que enseñan periodismo están más de 20 años alejadas de la realidad de esa profesión. El verdadero periodista está ejerciendo y comunicando … no tiene tiempo de enseñar a tiempo completo. El problema es académico, enseñan mediocres sin experiencia y con titulos que dicen cuánto sacó, pero no si entendió!!!

  6. Comparto lo escrito por José Hernández. La norma que exige título académico para que una persona pueda ejercer el periodismo, debe eliminarse del proyecto de Ley de Comunicación. Primero, por lo que expresó la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en una opinión consultiva: … “El periodismo es la manifestación primaria y principal de la libertad de expresión del pensamiento…”. Por tanto, no cabe la exigencia previa del título correspondiente. Y, segundo, porque para su ejercicio más que títulos académicos, precisa de conocimientos profundos, de sólida cultura general y, en ciertos casos, de especialización.

    Si el periodista sirve de puente veraz y lúcido entre los hechos y la opinión pública e inclusive los amplifica o desmenuza con sentido crítico, es evidente que lo hace porque responde a sus vocaciones, aptitudes y dominio de los temas que escribe y, claro, sin perjuicio de que pueda poseer títulos académicos conexos a su profesión, convertidos en instrumentos cognitivos de apoyo, pero no en requisitos para ejercer su oficio.

    ¿Existe una escuela para aprender a ser poetas y graduarse de poetas ante un tribunal integrado por poetas? O graduarse de escritor, orador, filósofo, compositor o artista y un largo etcétera. Por ejemplo, el que una persona sea un artista, no implica que no pueda matricularse en una escuela de bellas artes o al revés que siga desarrollándose como artista sin acudir a tal escuela. Ello no significa que, para todos los humanos, la vida sea y deba ser un aprendizaje permanente de la cuna a la tumba.

    Cosa distinta son otras profesiones que necesitan de largo tiempo y muchos estudios y especializaciones, y de título para ejercer como médico, piloto, ingeniero, arquitecto y otro largo etcétera, pues dependen de estudios específicos y técnicas complejas para evitar que, inclusive, cualquier error humano pueda significar la muerte de terceros.

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